El turbulento siglo XIX
A unque se asocia principalmente con el Romanticismo, durante el siglo XIX se fueron sucediendo y a veces coexistieron diferentes estilos musicales. Desde el Clasicismo inicial hasta los movimientos que van presagiando las vanguardias del siglo XX, pasando por otros como el Nacionalismo, que recogĂa melodĂas y ritmos populares de cada paĂs, o el Verismo en Ăłpera, que pretendĂa retratar la vida cotidiana y no solamente la de los grandes personajes.
El siglo XVIII terminĂł con la RevoluciĂłn francesa, que supuso el fin del Antiguo RĂ©gimen y el comienzo de la Edad Moderna.
En las pĂĄginas que siguen recorreremos Europa de un extremo a otro y un siglo marcado por la inestabilidad polĂtica. Si el XVIII terminĂł con la RevoluciĂłn Francesa de 1789, en XIX verĂĄ los esfuerzos del Antiguo RĂ©gimen por mantenerse en el poder o por recuperarlo allĂ donde lo habĂa perdido y una serie de revoluciones burgesas, ademĂĄs del despertar de la conciencia nacional en algunos paĂses como Italia, que culmina con su unificaciĂłn definitiva.
Los amigos de Schubert
A Franz Schubert se le considera uno de los Ășltimos representantes del estilo clĂĄsico y uno de los precursores del Romanticismo. En su Ă©poca el gĂ©nero que verdaderamente podĂa reportar beneficios econĂłmicos a un compositor era la Ăłpera, pero Schubert no consiguiĂł destacar en Ă©l a pesar de sus repetidos intentos, lo que le llevĂł a tener una vida siempre marcada por la precariedad econĂłmica. Incluso, durante una etapa de su vida Schubert era tan pobre que se veĂa obligado a componer con una guitarra porque no podĂa costearse un piano. Tampoco tenĂa dinero para comprar papel pautado, y solĂa componer sobre papel corriente sobre el que Ă©l mismo dibujaba los pentagramas o sobre papel pautado que en ocasiones le proporcionaban sus amigos.
Las schubertiadas tenĂan otro sobrenombre: Veladas de CĂĄnevas. Aunque el nombre parezca aludir a algĂșn personaje sacado de una leyenda nĂłrdica, su explicaciĂłn es mucho mĂĄs trivial: cuando aparecĂa en la reuniĂłn un nuevo participante Schubert siempre preguntaba en alemĂĄn a alguno de sus amigos de confianza «kann er was?», que podrĂamos traducir como «¿sabe hacer algo?»
La mayor contribuciĂłn de Schubert a la mĂșsica fue en el gĂ©nero del lied âcanciĂłn en alemĂĄnâ. Eran piezas breves para canto normalmente acompañado por el piano, en las que Schubert ponĂa mĂșsica a poemas de autores como Goethe o Schiller, y que influyeron de manera importante en la obra de otros compositores como Schumann, que a la muerte de Schubert fue un gran defensor de su trabajo. Algunos lieder estaban agrupados en ciclos como Die schöne MĂŒllerin âLa bella molineraâ y Winterreise âViaje de inviernoâ. La mayorĂa de ellos estaban destinados a ser interpretados en sesiones privadas en las que se interpretaba mĂșsica de cĂĄmara entre un grupo de amigos, a las que se dio el nombre de schubertiadas.
Entre 1815 y 1816 Schubert llegĂł a componer mĂĄs de ciento cincuenta lieder, y en toda su vida mĂĄs de seiscientos, pero su obra no alcanzĂł gran difusiĂłn fuera de este cĂrculo en vida del autor. Incluso sus obras orquestales no se imprimieron hasta la dĂ©cada de los años treinta del siglo XIX. Schumann encontrĂł el manuscrito de su novena sinfonĂa, La grande, olvidada en casa de uno de los hermanos de Schubert, y no se estrenarĂa hasta 1839, bajo la batuta de Mendelssohn.
La sĂfilis es una enfermedad venĂ©rea que antes del descubrimiento de la penicilina se trataba con mercurio, un tratamiento muy tĂłxico que ademĂĄs debĂa seguirse de por vida. Por eso era popular desde el siglo XVIII un dicho sobre la sĂfilis: «una noche con Venus y toda una vida con mercurio».
Probablemente era peor el remedio que la enfermedad, porque el tratamiento tenĂa efectos secundarios como caĂda del cabello, pĂ©rdida de dientes e incluso del tabique nasal.
Schubert falleciĂł en 1828 muy joven, a los treinta y un años. La causa de la muerte fue la fiebre tifoidea, segĂșn la versiĂłn oficial, aunque tambiĂ©n pudo ser debido a la sĂfilis. Schubert, a pesar de la imagen que nos transmiten sus retratos mostrĂĄndonos su cabello rizado y sus gafitas redondas que le dan un carĂĄcter afable y bonachĂłn, era de carĂĄcter hedonista y un habitual de las casas de mala nota, donde habĂa contraĂdo la enfermedad a los veinticinco. Existe cierta controversia sobre la sexualidad de Schubert y hay quienes han pretendido atribuirle una presunta homosexualidad. Los argumentos son tan peregrinos como el movimiento de los brazos que provocan sus obras para piano a cuatro manos, que presuntamente facilita el roce entre los dos intĂ©rpretes âante lo que cabe preguntarse por quĂ© tenĂan que ser necesariamente dos hombresâ.
SegĂșn la descripciĂłn del comportamiento de Schubert que nos han dejado quienes le conocieron es probable que sufriera un trastorno bipolar con perĂodos de euforia y otros de depresiĂłn, combinados con momentos de paranoia en los que imaginaba que sus propios amigos querĂan envenenarle. Todo ello quizĂĄ estuviera causado por las secuelas mentales que iba dejando la enfermedad o simplemente por el hecho de saber que esta le llevarĂa a una muerte temprana. Desde luego, tampoco le ayudaban a mejorar su estado anĂmico ni el tratamiento que seguĂa contra la sĂfilis ni su aficiĂłn por el tabaco y el alcohol.
F. S
CHUBERT. V
IAJE DE INVIERNO Fanny Mendelssohn escribiĂł mĂĄs de doscientos lieder, pero la mayorĂa no se llegaron a publicar en vida de su autora.
Los hermanos Mendelssohn
Aunque para nosotros sea mucho mĂĄs conocido su hermano pequeño FĂ©lix âel autor de la marcha nupcial de Sueño de una noche de verano que ha acompañado el enlace de tantas parejasâ, Fanny Mendelssohn Bartholdy, nacida en 1805, merece una menciĂłn especial por sus mĂĄs de cien piezas para piano y mĂĄs de doscientos lieder, ademĂĄs de otras obras. Pero, como ocurre con otras de nuestras protagonistas, a pesar de esta ingente producciĂłn musical pocas fueron publicadas en vida de su autora, y su talento como concertista de piano quedĂł reservado para el entorno familiar. Baste como muestra de su prodigiosa facilidad que a los catorce años tocĂł de memoria en el cumpleaños de su padre los veinticuatro preludios de El clave bien temperado de Bach de los que hablĂĄbamos en otro capĂtulo.
La familia Mendelssohn era de origen judĂo, como indica su apellido, pero los dos hermanos fueron bautizados como luteranos. El padre de ambos, Abraham, decidiĂł cambiar el apellido de la familia en un intento de soslayar el antisemitismo de la sociedad alemana de la Ă©poca sustituyĂ©ndolo por el segundo apellido de su esposa, Bartholdy âel primero, Salomon, tampoco habrĂa ayudado demasiadoâ. Pero Fanny y FĂ©lix no renunciaron a su apellido original y simplemente añadieron el nuevo como segundo apellido: Mendelssohn Bartholdy.
A pesar de haber recibido la misma formaciĂłn que su hermano FĂ©lix, con el que siempre mantuvo una buena relaciĂłn, algunas de las obras de Fanny tuvieron que ser publicadas con el nombre de este dentro de sus Opus 8 y 9, debido a las convenciones del momento y al papel que se suponĂa que estaba reservado a las mujeres. Una muestra de esta mentalidad es el elogio como pianista que su maestro Carl Friedrich Zelter le quiso dedicar en una carta que enviĂł a Goethe: «[Fanny Mendessohn] toca como un hombre».
Esta falsa atribuciĂłn de las obras provocĂł un momento embarazoso cuando en 1842 la reina Victoria, que era una apasionada de la mĂșsica de Mendelssohn âa ella le debemos precisamente la elecciĂłn de la Marcha Nupcial para la boda de su hija Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha, celebrada en la capilla real del palacio de St. James de Londresâ. La reina recibiĂł a FĂ©lix en el palacio de Buckingham y se propuso cantar su canciĂłn favorita del compositor, titulada Italien. FĂ©lix tuvo que confesarle que en realidad era obra de su hermana.
No fue hasta 1846 que Fanny publicó una colección de canciones como su Op. 1. Murió al año siguiente.
Fanny no era la Ășnica mujer mĂșsico en la familia. Su tĂa abuela Sarah Levy fue una mecenas y clavecinista de gran talento que habĂa sido alumna de uno de los hijos de Bach, Wilhem Friedemann. Su salĂłn, donde se interpretaba mĂșsica del maestro de Eisenach era lugar de encuentro de los mĂșsicos mĂĄs importantes de BerlĂn. A diferencia de la familia de Fanny, Sarah se mantuvo siempre fiel a la fe judĂa.
La hermana de Sarah, Franziska âtambiĂ©n conocida como Fannyâ von Arnstein, era mĂșsico y fue una de las fundadoras de la Gesellschaft der Musikfreunde âSociedad de amigos de la mĂșsicaâ de Viena. Pero tambiĂ©n estaba muy involucrada en la polĂtica, y en su salĂłn recibiĂł a personalidades como Wellington o Talleyrand durante el Congreso de Viena, en el que entre 1814 y 1815 se reorganizĂł Europa tras la derrota de NapoleĂłn. La hija de Franziska, Henriette, tambiĂ©n fue anfitriona de un salĂłn, ademĂĄs de pianista.
F. M
ENDELSSOHN. M
ARCHA NUPCIAL DE S
UEĂO DE UNA NOCHE DE VERANO Fanny von Arnstein fue quien introdujo en Viena en 1814 una costumbre berlinesa que ahora compartimos en medio mundo: el ĂĄrbol de Navidad.
A FĂ©lix Meldelssohn debemos, aparte de sus propias composiciones, la recuperaciĂłn de la obra de Johann Sebastian Bach. En 1829 dirigiĂł en BerlĂn la PasiĂłn segĂșn San Mateo, siendo esta la primera vez que se hacĂa desde la muerte de Bach ochenta años antes. AdemĂĄs, de esta forma empezĂł a integrar la mĂșsica de los autores del pasado en la actualidad de entonces. Tengamos en cuenta que hasta ese momento una vez que cambiaban los gustos de la Ă©poca la mĂșsica pasaba d...