Santa MarĂa de las Flores
Jean Genet, MarĂa Teresa Gallego Urrutia, MarĂa Isabel Reverte
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Santa MarĂa de las Flores
Jean Genet, MarĂa Teresa Gallego Urrutia, MarĂa Isabel Reverte
Ă propos de ce livre
Un recluso en una celda. En la pared el reglamento de la cĂĄrcel. En el dorso del reglamento, pegadas con miga de pan y ocultas a los carceleros, unas veinte fotos de asesinos âquizĂĄ tambiĂ©n de algĂșn atletaâ recortadas de la prensa; «para los mĂĄs puramente criminales», un marco hecho con cuentas en forma de estrella: «Y en honor de los crĂmenes de todos ellos escribo este libro». Jean Genet escribiĂł Santa MarĂa de las Flores, su primera novela, en 1942, en la prisiĂłn de Fresnes, y la escribiĂł, segĂșn dice, «para hechizo de mi celda», y quizĂĄ, secretamente, para «comprobar cuĂĄl puede ser el mĂ©todo mejor [...] para no sucumbir tambiĂ©n al horror, llegado el momento». En este espacio embrujado del preso que espera con terror su juicio y su condena, se conjuran, pues, sĂłlo «golfos de la peor calaña», hĂ©roes «sin heroĂsmo alguno que les pueda conferir alguna nobleza», santos «siempre obligados a amar lo que aborrecen»: Divina, que una vez fue Louis Culafroy, un niño que huyĂł rumbo al correccional; Pocholo el Pinreles, ladrĂłn, chulo, patriota y catĂłlico, «mĂĄs falso que el alma de Judas»; Santa MarĂa de las Flores, asesino de un anciano que «ya ni se empalmaba», amante desleal, ladrĂłn y vendedor de cocaĂna; y Mimosa la Mayor, Mimosa II, Primera ComuniĂłn, PrĂncipe Monseñor... todas ellas «solĂsimas, perseguidĂsimas, todĂsimas». Genet entrĂł en la mitologĂa y en la poesĂa del siglo XX con esta novela que aĂșn hoy sigue siendo un referente de la vida «aparte» y de la transformaciĂłn de la vergĂŒenza en orgullo.