CAPÍTULO II
¿Pierde relevancia la educación? Las promesas parcialmente incumplidas
“Muertos o gravemente heridos, los viejos dioses han fracasado, mientras que los nuevos han nacido muertos”.
(POSTMAN, 1999, pág. 36.)
En los últimos años se ha instalado en la sociedad un clima de cierta decepción, de una no disimulada desesperanza y una sensación de impotencia, abandono y dejadez que conforma un clima de signo rotundamente opuesto a la visión esperanzadora que ha sostenido la narrativa progresista de la educación. En el plano de la política educativa se aprecia un desencanto sobre las reformas que no han producido la mejora de la calidad que se preveía obtener. La política educativa ha sufrido los efectos de una ideologización por parte de la derecha conservadora que ha tomado la iniciativa política para implantar su programa liberal conservador. Se suceden los cambios en los currícula amoldándose a las corrientes de “moda” que no traspasan su potencialidad para realizar el cambio en el plano de las práctica.
A pesar de que en las últimas dos décadas se han incrementado los recursos, las pruebas realizadas a los estudiantes no muestran una mejora que se deje notar pronto. El profesorado se lamenta de la pérdida de su autoridad. Las aulas son calificadas de ser nidos de rebeldía en las que los alumnos no quieren estudiar, mientras que se les está obligando a permanecer en los centros educativos. Los rendimientos promedio son bajos y están estabilizados. Se siente una pérdida de apoyo de las familias que han dimitido de sus responsabilidades y no colaboran con los profesores. Las grandes leyes de la educación son calificadas de culpables de provocar los malos resultados que nos sitúan en puestos poco favorables en el ranking internacional. No es un asunto menor el que tenga poca credibilidad la promesa de que la educación garantizaba un mejor empleo o al menos alguno. En estos momentos miles de jóvenes bien preparados emigran a otros lugares en busca de la supervivencia. ¿Para qué esforzarse? ¿Por qué la derecha española ha tomado como bandera la necesidad del esfuerzo y calla lo que les espera a los que más se han esforzado?
De algún modo puede estar ocurriendo algo que supone una devaluación de la presencia y relevancia de la narrativa moderna de la educación. Un diagnóstico que puede ser real y en parte imaginado.
En la actualidad pudiera darse la paradoja de que cuando en las declaraciones públicas desde diversos foros se recuerda la relevancia de la educación como clave de la innovación, del desarrollo económico de la democracia, a la vez puede estar produciéndose un “desinflado” de la educación real. En el momento en el que redactamos este texto, asistimos a una drástica reducción del gasto en educación que, bajo la razón de lograr una economía sin déficit, esta reconvirtiendo los sistemas educativo y sanitario, restringiendo los programas que introducen medidas para mejorar la calidad, de atención a los más necesitados de ayudas extra, suprimiendo la formación permanente del profesorado..., mientras, se va degradando la enseñanza pública.
En estas circunstancias es difícil mantener el equilibrio y la sensatez para dilucidar cuál es en verdad la situación del sistema educativo, para hacer las preguntas oportunas, determinar cuáles son los problemas y proponer líneas de actuación. Superando los límites que nos impone el presente, hemos de dar respuesta a quienes, desconcertados, perciben que el sistema educativo se ha desviado de lo que se consideraba que era su funcionamiento correcto.
2.1. Discursos que triunfan, discursos que perecen
Las ideas se extienden y se mantienen vivas en la medida en que las asumamos, las comuniquemos y las mantengamos en permanente ejercicio de contraste entre ellas y estimulemos la relación dialéctica con la realidad que nos rodea. Sería bueno que el legado discursivo progresista afrontara el desafío que hoy lanzan sobre el sistema educativo las fuerzas conservadoras con sus apolíticas antisociales que debilitan los derechos no solo sociales de los ciudadanos y que llegan a confundirnos al arroparse con nuevos lenguajes que pueden desorientar y hasta convencer a una audiencia que no sea algo exigente.
Los cambios en las estructuras políticas, económicas y culturales están infiltrándose en el discurso de la educación como causa del progreso del ser humano y de la sociedad. En las Figuras 2.1 y 2.2, se reflejan sendos “mapas cognitivos” desestructurados, correspondientes a dos universos narrativos que están diferenciándose por el lenguaje y por los conceptos que resaltan en sus discursos. El primero (Figura 2.1), representa una serie de referencias que han dado sentido a la concepción progresista de la educación.
Constituyen una guía para entender de qué se habla en el presente. Son como las notas musicales con las que se compone una partitura que dirige la orquesta en la práctica educativa (resultaría engorroso describir el contenido de cada elemento). Refleja un mundo con sensibilidad hacia lo personal, hacia la cultura, el proceso de aprendizaje, la humanización del trato entre las personas. Algo muy importante: son ideas con autor o con referencias a su origen en experiencias pioneras de aprendizaje, como solidaridad, integralidad de la educación…
Figura 2.1. El lenguaje con el que nos entendíamos y con el que nos enfrentábamos al mundo. |
Con esos instrumentos conceptuales se han ido fraguando las bases de una pedagogía humanística que está orientada por la amplitud de las finalidades de la educación, la valoración del ser cultos… que ha caracterizado la educación progresista. Ésta es una partitura que sabemos interpretar no sin alguna dificultad.
En la Figura 2.2 se pueden apreciar las notas de...