CANTO DE GUERRA DE LAS COSAS EN LA
CINTURA DE AMÉRICA
Francisca Noguerol JimÉnez
(Universidad de Salamanca)
En la cintura de América, expresión con la que Rubén Darío se refería a su Nicaragua natal, hubo un tiempo en que las cosas requirieron ser cantadas. Los objetos llamaron para ser respondidos, en una actitud beligerante con el pasado que dio nombre al poema de Joaquín Pasos Canto de guerra de las cosas. La impresionante trayectoria lírica del país centroamericano en el siglo XX, patria del exteriorismo poético y cuna de excelentes creadores, no puede entenderse sin aludir a esta etapa fundamental de su literatura, en la que se aunaron la búsqueda de la propia identidad y los ideales nacionalistas con el deseo de renovación estética: obviamente, me estoy refiriendo al periodo de las vanguardias, a cuyos autores y logros dedicaré las siguientes páginas.
Entre 1927 y 1934, unos cuantos poetas cambiaron el modo de concebir la vida y la literatura en Nicaragua. Bruno Mongalo, José Coronel Urtecho, Luis Castrillo, Joaquín Pasos, Pablo Antonio Cuadra, Octavio Rocha, Luis Alberto Cabrales, Manolo Cuadra y Joaquín Zavala Urtecho firmaron el Manifiesto de la Anti-Academia Nicaragüense. Con esta proclama se inició oficialmente la Vanguardia, en la que trabajaron conjuntamente de 1931 a 1934 y que extendieron desde su originaria Granada a otras ciudades[17]. Como señala Jorge Eduardo Arellano, uno de los mejores conocedores de esta turbulenta época:
Ningún otro país del istmo presentó un fenómeno similar, o mejor dicho, un tipo de tendencia que, organizada en grupo, dispusiese de un programa bien definido desde el punto de vista estético, filosófico e incluso político (...). Por primera vez en el país una promoción literaria actuaba en equipo, con profunda coordinación: así puede admirarse en los manifiestos y artículos, estudios y traducciones que elaboraban sus integrantes (...). La mayoría de esos trabajos llevaban la firma colectiva de vanguardia[18].
Desde sus primeras manifestaciones, el nacionalismo marcó el ideario de los jóvenes artistas. Así se observa en el cartelón colectivo “Vanguardia”, en el que se leen propuestas como las siguientes:
PROMOVEMOS:
– La originalidad
– La creación
– La obra nueva que dicta sus propias leyes
– La invención lingüística
– La mala palabra
– La poesía joven y alegre
– El amanecer de una literatura nacional[19]
La “Ligera exposición y proclama de la Anti-academia nicaragüense”, publicada el 17 de abril de 1931, destacó la literatura como territorio de acción y orientó sobre métodos y fines del grupo: la investigación debía descubrir toda manifestación artística del pasado que perteneciera “a la veta pura de nuestra tradición nacional” para combatir aquélla que fuera “espúrea, hechiza, estéril, en una palabra, académica”[20]. Para conseguir este objetivo se consideraba especialmente pertinente:
...La técnica de vanguardia que domina en el mundo desde hace más de diez años, y que es casi desconocida en Nicaragua, a pesar de que ella permitiría a los jóvenes expresar sus emociones personales y su sentimiento nacional con mucha más facilidad, espontaneidad y sinceridad que en los viejos y muertos moldes de una retórica en desuso[21].
En el manifiesto publicado en El Correo de Granada el 28 junio de 1931 se insiste en la idea de preservar la identidad del país frente a las presiones extranjeras:
Nuestro movimiento (Movimiento de Vanguardia que llamamos) es dinamizado por dos fuerzas.
Una: Nacionalizar.
Dos: Hacer un empuje de reacción contra las roídas rutas del siglo XIX. Mostrar una literatura nueva (ya mundial). Regar su semilla.
Por la parte primera todo es muy claro. Estamos intervenidos por una raza distinta. Queremos intelectualmente conservar la nuestra. No dejar que se evapore nuestro espíritu latino: indo-español. Conservar nuestra tradición, nuestras costumbres arraigadas. Nuestra lengua. Conservar nuestra nacionalidad; crearla todos los días. De aquí hay una deducción lógica a la segunda parte[22].
De este modo, queda clara la relación entre nacionalismo y vanguardia, por la que, como subraya Verani, pronto se dejó atrás el periodo de experimentación formal para defender una literatura comprometida en el proceso de recrear el propio país:
Superada la etapa inicial, el o...