Hacer invivible la república
eBook - ePub

Hacer invivible la república

Reflexiones en torno a la figura de Laureano Gómez Castro

  1. Spanish
  2. ePUB (apto para móviles)
  3. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Hacer invivible la república

Reflexiones en torno a la figura de Laureano Gómez Castro

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Este libro presenta los resultados obtenidos en el desarrollo de la investigación: Expresiones de la violencia, análisis narrativo de la figura de Laureano Gómez Castro, de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Santo Tomás, la cual centró su objetivo en estudiar las narraciones y los sentidos que en torno a la figura de este controvertido líder político conservador se configuran en distintas materialidades mediáticas: audiovisuales, discursos, cómics y textos periodísticos, literarios y eclesiásticos. Uno de los principales protagonistas de la hegemonía política que en el siglo XX desplegó una espiral de violencia que aún marca la historia política y social de Colombia.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Hacer invivible la república de Sarai Andrea, GómezCáceres, Clara Victoria, Meza Maya, Fredy Leonardo, Reyes Albarracín en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia del mundo. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2018
ISBN
9789587821284
Categoría
Historia

Representaciones literarias de la figura de Laureano Gómez

En este capítulo se analizará la figura de Laureano Gómez a partir del contexto histórico del Bogotazo, sus antecedentes, el discurso de la Guerra Fría, la difusión de dicho discurso y las respuestas que surgieron a partir de la literatura. Para ello, se tomó la novela gráfica La gran mancha roja, de la cual no se conoce el autor, La metamorfosis de Su Excelencia, de Jorge Zalamea, y Viento seco, de Daniel Caicedo.
Para contextualizar los antecedentes del Bogotazo, nos remitimos al estudio del historiador Gonzalo Sánchez, quien afirma que al finalizar “la Segunda Guerra Mundial, Colombia seguía teniendo, básicamente, una estructura oligárquica, cuestionada insistentemente en las dos décadas procedentes, pero no seriamente amenazada” (1989, p. 127). Este contexto internacional, sin duda, impactó a Colombia, y contribuyó de manera política y discursiva a reforzar el discurso de nación y a la creación de un enemigo.
En este sentido, es necesario tener en cuenta que para 1948 el presidente era Mariano Ospina, y Laureano Gómez era ministro de Relaciones Exteriores y candidato por el Partido Conservador a las elecciones presidenciales que se aproximaban. Jorge Eliécer Gaitán era el candidato del Partido Liberal.
La inminencia del triunfo de Gaitán, más que previsible era un hecho, alarmó a la oligarquía conservadora, que echó mano del lenguaje de la Guerra Fría para describir a Gaitán como la punta de lanza del comunismo y, por consiguiente, como el representante de oscuras fuerzas destructoras de la libre empresa y de los valores cristianos occidentales (Sánchez, 1989, p. 127).
Tras el asesinato de Gaitán, los discursos en torno al comunismo se iban acrecentando en expresiones como “bandolero”, “populacho” y “revoltoso”, todo debido al “fantasma del comunismo”, entre otros términos en los cuales se profundizará más adelante. No se entrará en la discusión de la expresión “caudillo del pueblo” que se le ha adjudicado a Gaitán, pero es necesario tener en cuenta que tenía una fuerza opositora muy importante al Gobierno conservador y se basaba en afianzar las reformas, especialmente la de tierras al tener un contacto directo con el pueblo.
La discusión, insistimos, no es revisar las tensiones políticas de la época entre Laureano Gómez como sucesor de Ospina, ni quedarse en el asesinato de Gaitán, sino comprender que, tras su muerte, el país tomó una postura política a través de los discursos difundidos por Ospina y Gómez. La oportunidad política fue aprovechada a partir de una interpretación ideológica con el fin de deslegitimar las respuestas reivindicatorias de las masas populares frente a dicho asesinato.
Uno de los discursos más recurrentes fue el de “reestablecer el orden” debido a la represión estatal, y los calificativos usados para referirse al 9 de abril como “el día de la abominación”, “el día que debe ser borrado de la historia”, “la amenaza al buen nombre del país” fueron los más usados y se explicarán a continuación. Por un lado,
el presidente Ospina pensaba que el origen del problema había que buscarlo más allá del bipartidismo, es decir, en uno de los terrenos forzosamente nocivos para el país y su bandera discursiva estuvo basada en la Patria, en palabras de dicho expresidente: “… ya no es del Partido Conservador ni del Partido Liberal sino de tremenda amenaza a las instituciones básicas de la vida, honra y bienes de los asociados” (Arias, 1998, p. 4).
Por otro lado, el autor evidencia que Laureano Gómez también hizo énfasis en mantener este discurso, casi tres años después de los hechos enfatizaba en que “la tarea central de su gobierno consistía en la reconquista de la tranquilidad pública perturbada tan profundamente como consecuencia de la subversión del 9 de abril” (Arias, 1998, p. 3), a pesar de que:
La Junta Revolucionaria de la capital fue tímida. Llegó a plantearse el problema del poder […] pero no tuvo capacidad o vocación de poder […], su salida después de un memorable trasnocho, la noticia transmitida, desde las emisoras, controladas ahora por el gobierno, fue: se revive la Unión Nacional, y Echandía, el representante de la oligarquía más cercana a Gaitán, es el nuevo ministro de Gobierno. Por su parte, Lleras Restrepo, uno de los más encarnizados adversarios de Gaitán, presidiría los funerales el 21 de abril. También la oligarquía estaría en el entierro (Sánchez, 1989, p. 135).
Estos discursos estaban basados en la moral y en la religión y se difundían a través de los medios de comunicación como el periódico El Siglo, que publicó en 1950 el editorial “El día de la abominación”, en el que afirma: “El 9 de abril aún no ha concluido. Esa ola de bandolerismo que ha asolado al país en estos cinco años es fruto consecuencial de esta fecha” (El Siglo, citado en Arias, 1998, p. 3). No solo se le atribuye al 9 de abril la responsabilidad de la violencia, sino que se crea un enemigo y una lectura del otro, con el apoyo del discurso de la Iglesia porque el clero también sentó una postura a favor del Estado.
Es necesario destacar que pese a lo acontecido, se le atribuyó al Bogotazo el inicio de la violencia en Colombia. Arias muestra un panorama distinto antes del suceso, pero le atribuye a ese hecho histórico el lenguaje de la violencia y de la creación de una “ola de terror” frente a quien pensara diferente a las ideologías políticas de la época, como se mencionó antes. Este panorama político evidentemente impactó en las prácticas, ya que el aparato estatal se concentraba en diversos modus operandi que contribuyeron a que la persecución y la materialidad del bipartidismo no se agotaran, sino que se reforzaran.
Asimismo, la relación de estos hechos con Gómez es clara, según Sánchez:
Laureano Gómez, político aguerrido, brillante y sectario, atiza la confrontación partidista, capta a los terratenientes amenazados o golpeados en las más recienten movilizaciones campesinas, ofrece garantías de acumulación a los capitalistas más asustados que ven en el lenguaje redistributivo de Gaitán un disimulado programa socialista y, sobre todo, enardece los ánimos de las zonas rurales en donde a la cultivada mentalidad de sumisión secular se agrega el control social y político de la Iglesia (Sánchez, 1989, p. 131).
A continuación, abordaremos tres aspectos fundamentales: el primero son los discursos representados en las imágenes y el texto del cómic corto La gran mancha roja. En segundo lugar, se analizarán representaciones de la figura de Laureano Gómez en la novela Viento seco, las formas discursivas implementadas en la época en el territorio vallecaucano, los modus operandi de los victimarios y las formas de la violencia que se configuraron en la masacre de Ceilán y en la masacre de la Casa Liberal. Por último, se revisa La metamorfosis de Su Excelencia, como una respuesta a las presiones de la época.

Análisis contextual del cómic La gran mancha roja

Este texto fue publicado por la Editorial Bogotá, tiene 102 ilustraciones a blanco y negro acompañadas de textos cortos, escritos a máquina, y se apoya en fragmentos de discursos de diferentes personajes políticos de la época, como Augusto Ramírez Moreno, Rafael Bernal Jiménez, Guillermo León Valencia, Joaquín Estrada Monsalve, Enrique Santos, Mariano Ospina, Laureano Gómez, Jose María Villarreal y Luis Eduardo Nieto Caballero, y obispos en representación de la Iglesia católica, así como los medios de comunicación El Tiempo y Semana. Por último, resalta apartados de libros y los discursos cortos e imágenes de otros actores como Carlos H. Pareja, Eduardo Zalamea Borda, Joaquín Tiberio Galvis y Rómulo Guzmán.
En conjunto esta obra encierra una serie de aristas complejas. En su forma tiene dos maneras de expresión que la componen y le permiten enfatizar con contundencia que su interés es contribuir a la historia oficial, pero con un estilo comunicativo concreto que le sirve para sintetizar información y al mismo tiempo no concluir en otra historia. Este aspecto se abordará en el análisis general de la obra. El argumento reiterativo en la historieta es señalar al comunismo como responsable de estos hechos. Arias expresa:
El autor de La Gran Mancha Roja insiste de sobremanera, desde el comienzo hasta el final, en el mismo argumento. Sin embargo, las imágenes y el texto de esta historieta suministran otro tipo de información acerca de los responsables, lo que permite tener una idea más clara de los “revoltosos”; este tipo de precisiones resulta valiosísimas para entender la imagen que hace el autor del “culpable” (Arias, 1998, p. 4).
En este contexto es necesario recalcar que es posible estudiar en este cómic tanto las formas discursivas del otro como las lecturas intrínsecas en el lenguaje escrito en relación con la imagen.

Resumen de la historia

La historieta empieza con un el título “Para la eterna memoria”, en la que esta se cataloga como una síntesis que:
… encierra la trascendente gravedad de un delito colectivo que no tiene paralelo en los 138 años de nuestra existencia republicana. Y aun cuando las necesidades de la pacificación del país y la recuperación de la autoridad, impusieran una ley de amnistía, los horrendos crímenes que en esos nefandos días se “cometieron” jamás podrán ser olvidados por la república y permanecerán latentes en el recuerdo horrorizado de muchas generaciones. Sobre las transacciones de la política, la moral inmutable tiene ya dado su fallo inapelable y la conciencia, Supremo Juez, al señalar a los responsables de la semana roja de Colombia, afianzará el orden jurídico que nos protege y sin cuyo amparo la sociedad indefensa perecería irremisiblemente.
Esta breve y dramática serie de episodios servirá también para que la historia se escriba sobre la verdad y sin adulteraciones del interés político. Eminentes colombianos de todos los partidos deponen con sus palabras en este proceso y los autores de máximos delitos contra el régimen constitucional y la seguridad del Estado, devastación, incendios, saqueos, homicidios y sacrilegios, también concurren en efigie, para ser condenados por la opinión imparcial sobre el testimonio de sus propias palabras.
A mantener viva la conciencia social, y como ejemplar admonición de vigilancia y defensa contra hechos que no volverán a repetirse, si sabemos tenerlos presentes, va esta historia gráfica de la Gran Mancha Roja del 9 de abril de 1948. Publicación de la Central Informativa Colombiana—Cenic ( Historia Crítica, 1998, p. 8).
Esta introducción demuestra que la intención de la historieta es divulgar y reafirmar la historia oficial, sin embargo, es necesario detenerse en los aspectos discursivos de la época y en la difusión de los mensajes tanto de derecha como de izquierda, esto en contraste con el contexto anteriormente mencionado.
La primera parte de la historia empieza a representar la importancia de la IX Conferencia Panamaricana y muestra imágenes de la ciudad el 1 de abril de 1948. Posteriormente, aparece la imagen de Jorge Eliécer Gaitán y otra de su asesinato, lo cual evidencia la clásica historia del personaje que le disparó: Juan Roa Sierra. En contraste con ello, muestra las reacciones y agresiones que desencadenaron este hecho, y las formas de difundir la revolución, materializada en el vandalismo, para lo cual los revoltosos asaltaron las ferreterías con el fin de atacar los espacios de referencia más importantes como el periódico conservador El Siglo, la casa de Laureano Gómez en Torcoroma y el edificio García Cadena. También plasma ataques a vehículos particulares. Continúa mostrando imágenes de lo que sucede en las calles hasta que la población llega al Capitolio Nacional.
Por otro lado, muestra a la Policía y al Ejército, que intentan controlar a la gente; en las ilustraciones se ve la forma como se ubican en el espacio tanto la población como la fuerza militar. Posteriormente, otros lugares son afectados ante estos enfrentamientos, como el Palacio de Justicia y el Palacio de Comunicaciones.
Ante este panorama, el autor insiste en que el presidente, Mariano Ospina, permanece sereno. Se reúnen los ministros del Despacho Ejecutivo, los altos jefes y los jefes superiores del Ejército, quienes cumplieron las órdenes del presidente; el autor describe a Ospina como el “supremo comandante de las Fuerzas Armadas”. Asimismo, en contraste con estas imágenes ilustra a los liberales que exigían la renuncia de Ospina y aclaran que no han recibido apoyo estatal. En relación con esta imagen aparece una frase atribuida a Ospina: “Más vale un presidente asesinado que un presidente fugitivo” (ilustración n.º 59, p. 19). El liberalismo y el Partido Conservador formaron la Unión Nacional con la idea de la salvación de la república.
Posteriormente, las ilustraciones evidencian que los asaltos también afectan al Palacio Arzobispal Primado de Colombia, con el argumento de la alianza atea, y muestra la postura de monseñor Ismael Perdomo frente a los hechos. El autor continúa ilustrando los saqueos y toma una cita que complementa el discurso en busca de culpar al comunista y centrar a la población en dicho aspecto:
¿por qué lo han hecho? Si como probará, el cri...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portadilla
  3. Página legal
  4. Tabla de contenido
  5. PRESENTACIÓN
  6. ECOS Y VOCES DEL PASADO RECIENTE: ENTRE LA AMNESIA Y EL ACTIVISMO SOCIAL
  7. VOCES DEL PASADO QUE RETUMBAN EN EL PRESENTE
  8. LAUREANO GÓMEZ: VIOLENCIA Y RELIGIOSIDAD
  9. REPRESENTACIONES LITERARIAS DE LA FIGURA DE LAUREANO GÓMEZ
  10. INTERROGANTES SOBRE EL PROGRESO DE COLOMBIA
  11. REFERENCIAS
  12. Cubierta posterior