Sociolugares
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Información del libro

¿Qué tipo de lugares existen en las ciudades donde la gente socializa? Qué caracteriza socialmente un sociolugar? ¿Cuáles son las reglas que rigen el comportamiento de los actores de dichos escenarios? ¿Qué tipos de roles adoptan los usuarios de dichos lugares? ¿Qué narraciones se elaboran sobre la experiencia de dichos escenarios? ¿Qué interpretación teórica se puede hacer de la tendencia a socializar en estos lugares y el abandono del espacio público para los encuentros sociales? Este libro trata de responder a algunos de estos interrogantes, a partir de las experiencias narradas por distintas personas en diferentes sociolugares como bares, discotecas, clubes nocturnos, galleras, o centros deportivos. Se ha escrito con la intención de valorar la importancia de la socialización en las grandes megalópolis que se conforman actualmente en el mundo, a fin de que los planeadores, gestores urbanos y la ciudadanía en general reclame su derecho a socializar y a tener vida pública.

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Sí, puedes acceder a Sociolugares de Varios Autores, compilador: Pablo Páramo Bernal en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Sciences sociales y Sociologie urbaine. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2011
ISBN
9789588957166
3

EXPLORACIÓN SUBJETIVA DE LOS SOCIOLUGARES A PARTIR DE NARRATIVAS

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Restaurante en Berlín, Alemania
Fotografía tomada por:
Pablo Páramo
Diversas aproximaciones se han llevado a cabo para explorar las relaciones sociales y el comportamiento rutinario de las personas; desde estudios experimentales hasta etnografías, pasando por la aplicación de cuestionarios. A pesar de las ventajas que ofrece un experimento para buscar explicaciones causales gracias a la manipulación de una variable y el control de otras que puedan contaminar sus efectos sobre el fenómeno social que se quiere estudiar, la estrategia no permite recoger de manera muy válida el tipo de relaciones que se suelen presentar entre las personas en el ambiente natural y, por consiguiente, se ven limitadas en el momento de generalizar sus resultados y de explicar lo que sucede en los contextos en que ocurren dichas relaciones, menos aún si se trabaja en condiciones de laboratorio.
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Por otra parte, los estudios que se valen de cuestionarios se basan en las respuestas que dan los participantes a una serie de ítems o preguntas que ha definido previamente el investigador y con las que se pretende capturar información sobre las percepciones propias que tiene el entrevistado acerca de sus relaciones con otras personas. Como en el caso anterior, esta estrategia también tiene sus dificultades por cuanto se basa en la mayor parte de las veces en las preconcepciones del investigador que ha diseñado las preguntas y porque recoge de manera fragmentada la experiencia que se quiere estudiar. Y, además, generalmente el instrumento se aplica fuera del contexto en el que ocurren las transacciones sociales limitando de esta manera la atrapar la experiencia misma. Otras estrategias incluyen la observación y el registro directo por parte del investigador de las dinámicas sociales que ocurren en su contexto natural pero sin establecer contacto directo con sus protagonistas. Por las limitaciones que he señalado anteriormente, en el presente trabajo se optó por “atrapar” la experiencia directa de diversos protagonistas de los sociolugares a partir de sus propias narrativas dentro del sitio o contexto natural en el que se vive la experiencia.
Se decidió adoptar una forma no obstrusiva para la recolección de información, que permitiera documentar la vida diaria sin limitarse únicamente a las conductas manifiestas y enfatizando en los procesos sociales recogidos a partir de las expresiones verbales de los participantes. Así, se explora la interdependencia entre el individuo y los sociolugares y la manera como éstos satisfacen las necesidades de socialización y en cierto grado condicionan la manera de actuar en ellos.
La narrativa puede entenderse como una reflexión sobre la condición humana, donde la experiencia de los asuntos humanos viene a tomar forma de narraciones que se usan para contar cosas sobre dichos asuntos (Bruner, 2002). Por intermedio de la narración, afirma Booth (1996), se puede acceder a las perspectivas y a las experiencias de individuos o grupos sin subordinar la realidad de las personas por el afán de la generalización, por cuanto ésta conlleva a la pérdida precisamente de la clase de detalles que caracteriza la experiencia personal. Asimismo, esta forma de acceder a la información permite recoger el contenido emocional de la experiencia ocultado por los métodos objetivos de un informe.
El término “narrativa” incluye tanto el fenómeno, como el método de investigación. Connelly y Clandinin (1995) le dan un triple sentido: como fenómeno (producto hablado), como método (forma de reconstruir y analizar) y como uso, con diferentes fines (ejemplo educación moral). Tim Booth (1996) se refiere a la narrativa como el retrato de la experiencia subjetiva de los sujetos en el sentido fiel que éstos otorgan a sus propias vidas. Con el fin de justificar la exploración subjetiva de los sociolugares a partir de la narración, se ha tomado el concepto de narrativa como técnica de recolección de información dentro del contexto de la investigación en ciencias sociales y se ha encontrado que este se hace pertinente al estudio de los sociolugares por varias razones: porque se encarga de darle sentido a la realidad social mediante las palabras de quien narra la experiencia; tiene un carácter relacional en el sentido en el que estructura las relaciones sociales, a partir de las nuevas significaciones que la narrativa le otorga a la exploración del lugar; y en la investigación social la narración provee datos empíricos importantes que permiten el acceso a la subjetividad de los individuos. Las ciencias sociales ahondan en la narrativa como método y posibilita, con la explicación de los conceptos psicológicos y sociológicos, argumentar sobre las causas de los fenómenos psicosociales y describir las formas de la interacción social. La estructura narrativa basada en el arte de contar y de seguir una historia para llevarla del comienzo, a través del medio hasta su conclusión, nos permite otorgarle un sentido a la realidad en que vivimos.
El trabajo de investigación en que se fundamentó este libro exploró en las narrativas personales, las experiencias de distintos protagonistas en los sociolugares. Es precisamente este sentido el que nos permite dar razón, darle una dirección a las experiencias cotidianas que posteriormente nos permitirán llegar a interpretaciones de la realidad estudiada.
Con base en estos planteamientos, el presente libro ofrece una lectura urbanística de aquellos lugares con una vocación colectiva y socializadora, por medio de la recolección de narrativas capturadas en entrevistas, trabajo de observación y registro en fotografías, con el fin de hacer un registro observacional y visual de estos lugares y la manera como se socializa en ellos y, asimismo, recoger información sobre las diferentes perspectivas y las experiencias que tienen las personas en estos sociolugares.
Para llevar a cabo el trabajo de narrativas que se recogen a continuación, los entrevistadores partieron de algunas preguntas orientadoras como: las razones por las cuales el entrevistado frecuenta el lugar, lo que encuentra en este que no consigue en su casa, lugar de trabajo o espacios públicos como plazas o parques, el tipo de reglas que cree regulan su comportamiento en el lugar, los patrones de uso del lugar, y algunas otras preguntas que pudieran surgir en el desarrollo mismo de la entrevista. Los entrevistadores establecieron relaciones interpersonales con los participantes del estudio, para poder contar con las narrativas de sus experiencias en estos lugares garantizando el respeto y la privacidad de la información suministrada. El siguiente apartado ilustra el resultado de las entrevistas con distintas personas a partir de caracterizaciones, algunas de ellas de los propios entrevistadores, sobre los distintos lugares en las que se llevaron a cabo.

NARRATIVAS DE SOCIOLUGARES

Narradora: Tatiana Liévano1

PANADERÍA / SALÓN DE ONCES “La Esperanza”

Cruzar en las mañanas cerca de la panadería / salón de onces “La Esperanza” es una experiencia en la que el olfato empieza a dominar los sentidos. El olor a pan fresco y caliente que siempre circula alrededor de este lugar en las horas de la mañana logra, para muchos, abrir el apetito, recordar la infancia o simplemente identificar el lugar en el que se encuentra.
Y es que, desde hace más de 17 años es tradición contar, desde muy tempranas horas de la mañana, con este ambiente que despierta los sentidos. Esta panadería inició como una iniciativa de un migrante del Tolima que en busca de mejores condiciones económicas decidió venirse a la capital de Colombia para abrirse camino. En esa búsqueda de bienestar, ingresó al Sena para mejorar la técnica de panadería que aprendió al lado de su madre; así, además del típico pan rollito, aprendió a hacer el pan aliñado, el mantequilla, el churro y lo más importante, postres cuya decoración llama la atención de todo aquel que quiera congraciarse con una sorpresa ante un ser querido.
Claro está que el negocio comenzó en un pequeño espacio, la zona de repostería era la misma cocina en la que se preparaban los alimentos diarios para la familia. Sin embargo, el posicionarse como la única panadería del sector en esa época le llevo a aumentar su tamaño tres años después de su existencia. El lugar de habitación del propietario fue necesario construirlo en una segunda planta y destinar el primer piso por completo para la zona de repostería, los estantes de exhibición de tortas y postres y seis mesas para convertir la panadería en un lugar de onces.
De esta manera, hoy la panadería La Esperanza, ubicada en una esquina del barrio Perdomo, en el sur de la ciudad, tiene enormes ventanales que sirven para exhibir los diferentes modelos de ponqués para ocasiones especiales. Estos diseños, por cierto, son muy divertidos. El ponqué que ejemplifica el matrimonio tiene caricaturas de la novia con un sartén apuntándole al novio; allí también se encuentran las tortas precisas para las despedidas de solteros, con forma de los órganos genitales, que dejan poco para la imaginación; las tortas para cumpleaños van desde diseños infantiles, con deportes o caricaturas, hasta las quince parejas de quinceañeras bajando por unas escaleras, adornadas con flores y una fuente.
Al ingresar en la panadería se encuentra un estante que exhibe los panes más grandes y se siente un calor que, a veces, asfixia y que es emitido por los grandes hornos, de los cuales constantemente salen las delicias características de la panadería.
Hacia la izquierda de la panadería, con una ventana con vista a la calle, están ubicadas las mesas para tomar “un buen café” acompañado de un buñuelo o almojábana, que son otros de los productos por los que se acostumbra a visitar la panadería.
De acuerdo con uno de los visitantes de este lugar, “nada mejor que parar en La Esperanza a tomar una Pony Malta con pan después de una dura tarde recorrida por las calles de Bogotá”. Nuestro personaje, comerciante de ropas en el barrio Perdomo, ha estado toda la tarde en San Victorino, en el centro de la ciudad, haciendo compras para surtir su negocio y antes que llegar a su casa prefiere venir a esta panadería para descansar.
Sin embargo, él no está solo, allí se ha encontrado con otros comerciantes del barrio que a las cinco de la tarde visitan el lugar y se reúnen a conversar sobre lo “malas que están las ventas” o los “nuevos negocios” que emprenderán una vez sus negocios les den los frutos que esperan.
Ellos son atendidos por dos madres solteras jóvenes que hace tres años trabajan en el lugar, y a pesar que este no les da espacio ni tiempo para estudiar, están agradecidas con el trabajo porque les permite acceder a recursos para mantener a sus hijos y estar cerca de ellos, pues también son residentes del barrio Perdomo. Ellas son las encargadas de las ventas, la preparación de cafés, capuchinos, chocolates, desayunos, etcétera.
Lo que más les gusta del trabajo es que aquí pueden socializar con la gente del Barrio, estar pendiente de sus hijos y aprender las cosas que el panadero les enseña; gracias a él en estos días han sorprendido a familiares con deliciosos postres. Lo que les gustaría cambiar es la intensidad horaria del trabajo, y del lugar, el polvo que constantemente ingresa en la panadería, lo cual les obliga a limpiar constantemente la estantería, lo cual requiere un mayor esfuerzo físico.
La caja es atendida por el dueño de la panadería, quien controla cuidadosamente todo lo que se despacha y vigila que sus empleados estén cumpliendo con sus deberes, ejerciendo un buen servicio al cliente, que hasta el día de hoy le ha servido como fórmula para mantener su panaderí...

Índice

  1. Portada
  2. Derechos de autor
  3. PRÓLOGO
  4. INTRODUCCIÓN
  5. LOS LUGARES Y LOS SOCIOLUGARES
  6. EXPLORACIÓN SUBJETIVA DE LOS SOCIOLUGARES A PARTIR DE NARRATIVAS
  7. LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
  8. EL SOCIOLUGAR COMO REFUGIO
  9. GÉNERO Y SOCIOLUGARES
  10. LOS SOCIOLUGARES Y LA CIUDAD
  11. REFERENCIAS