El porvenir de la religión

Fe, humanismo y razón

Giner, Salvador

• Editorial: Herder Editorial
• Año: 2016
• ISBN:
  9788425438530
• Categoría: Ciencias sociales
• Categoría: Sociología

El libro es una lúcida reflexión en la que Salvador Giner considera, desde una mirada ecuánime, el futuro previsible de las creencias sobre lo sobrenatural y sobre la presencia de Dios en nuestras vidas. Su indagación va más allá de una sociología de la religión para afianzar sus argumentos en los del laicismo, sin ignorar lo que esgrimen los creyentes. Este ensayo está orientado a enriquecer nuestros conocimientos sobre la dimensión religiosa de los humanos en nuestros días, cuando graves conflictos y mudanzas culturales transforman nuestro universo económico y político, así como nuestras vidas cotidianas.

FUENTES, NOTAS Y AGRADECIMIENTOS

Las fuentes en que me he apoyado para confeccionar esta disquisición no son todas en lengua castellana. No obstante, para facilitar consultas, la gran mayoría de las que aquí se mencionan lo son en nuestra lengua o son traducciones a ella, con objeto de facilitar su acceso al lector. Algunas lo son a lenguas vecinas como el italiano, el francés, el portugués y el catalán, con igual intención.

Las observaciones y citas que siguen se refieren secuencialmente a la aparición de los temas pertinentes a lo largo de mi escrito. Se ciñe este, como se habrá comprobado, a la presencia o ausencia de la fe en el hombre o en las gentes, de modo que soslaya dos vastos campos, objeto acostumbrado de la sociología de la religión: el primero es el estudio de sus variedades, ramificaciones y conflictos. Solo en la religión cristiana son distintas la fe ortodoxa oriental, la católica romana y la luterana, a las que pueden añadirse la de los testigos de Jehová, los mormones, los cuáqueros y otras muchas agrupaciones de creyentes. Fuera de ellas, desde las tradicionales como la fe judaica o las relativamente nuevas, como la de la religión Baha’i, nacida en el siglo XVIII, cosmopolita y en varios sentidos moderna, viene a enriquecer el panorama religioso de esta era presuntamente tan secular.

Todas estas comunidades aludidas han recibido una atención menor, o hasta casi nula, para no salir del argumento que vertebra el discurso, y ciertamente nunca para ignorarlas. Por igual razón, mi ensayo presta poca atención a las tres formas puras o elementales de la expresión religiosa: la mística, la ritual y la credencial, según define y distingue el proemio.

De este modo, el ensayo asume que la religión es propia del hombre, y hasta se refiere al homo religiosus como concepto definitorio de nuestra especie. Mis nulos conocimientos de etología animal y de sus disciplinas afines no dan para más, pero conviene recordar que tras los descubrimientos de la gran primatóloga Jane Goodall, en la segunda mitad del siglo XX, que mostró cómo algunos simios (los chimpancés, sobre todo) sabían crear herramientas, las indagaciones han ido progresando. Así, ya en pleno siglo XXI, los científicos han confirmado que estos primos nuestros practican rituales muy cercanos a las liturgias de la religión. En algunos casos, por lo menos en la República de Guinea, ponen marcas y señales al pie de los árboles, que se asemejan a los propios de una religión. También les place formar túmulos de piedras, como si fueran altares o templos, para los que no hay explicación utilitaria alguna. Este hallazgo fue confirmado por la revista Nature, en 2016.

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Mi alusión, al principio, a la decisiva aportación de los clásicos de la sociología para el entendimiento de la religión moderna merece que evoque aquí su obra. El mismo fundador de la disciplina, Auguste Comte, propuso y predijo el surgimiento de una «religión de la humanidad» que, según él, rendiría culto a nuestra propia especie. No iba muy desencaminado, como podemos comprobar en el siglo XXI, cuando no solo el hombre, sino la sociedad misma, es tenida por muchos como «entidad suprema» de referencia, y no solo por las Naciones Unidas y otras instituciones transnacionales. Los demás clásicos, posteriores a Comte, fueron más comedidos, pero constataron y probaron la inmensa importancia de las creencias en la configuración de la vida humana y la social. Algunos hitos de su aportación han sido obras como Las formas elementales de la vida religiosa (1912), de Émile Durkheim; los estudios de sociología de la religión de Max Weber, entre los cuales se encuentra su célebre ensayo sobre La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905) y las diversas exploraciones de Georg Simmel sobre los fenómenos religiosos, poco disponibles en castellano. En cuanto a las obras clásicas sobre religión o ateísmo de diversos autores evocados, anteriores a la generación clásica de la sociología —Marx, Schopenhauer, Darwin, Freud— son muy fácilmente disponibles. En cuanto al ateísmo de Nietzsche y su actitud frente a la religión, véase El crepúsculo de los ídolos (Madrid, Alianza, 1973), con traducción de Andrés Sánchez Pascual; también Más allá del bien y del mal (Madrid, Alianza, 1972), con el mismo muy notable traductor.

Hay un número de estudios, hoy clásicos, que en apariencia no encuentran eco directo en mi ensayo. Robert Bellah, Peter Berger, David Martin y varios más serían de referencia obligada en otra suerte de exploración, o en una presentación sistemática del pensamiento sociológico sobre la religión en nuestro tiempo. Debe también tenerse en cuenta la filosofía antirreligiosa contemporánea, paradójicamente con objeto de lograr una visión ecuánime y certera de toda la problemática. La obra atea de Richard Dawkins El Espejismo de Dios (Espasa, 2006), traducción de su God Delusion, satisface esa función.

A la evocación de esos estudios es menester añadir la vasta obra de Randall Collins Sociología de las filosofías: Una teoría global del cambio intelectual (Barcelona, Hacer, 2005), cuyo enfoque empírico y fundamentos sobre una enorme cantidad de datos se extiende a la dinámica de las religiones como movimientos sociales, y no solo como conjuntos de creencias. Este es un aspecto de las religiones al que mi propio ensayo alude en su proemio. En él, se recuerda que, más allá de la tridimensionalidad de toda religión —sus dimensiones dogmáticas, místicas y rituales—, surge su carácter de movimiento social complejo: conversión, herejía, disensión, ortodoxia, sectarismo y demás procesos propios de la dinámica de las religiones.

La evocación a la sentencia de Spinoza según la cual la presunta voluntad de Dios es «asilo de la ignorancia» reproduce sus palabras en el apéndice a la primera parte de la Ética; véase cualquier versión. Se halla en la traducción catalana de Josep Olesti (Barcelona, Marbot, 2013, p. 65). Sobre su negación del milagro u «obra que no puede ser explicada por una causa» y su entendimiento de la «voluntad divina», véase su Tratado teológico-político, con traducción y notas de Atiliano Domínguez (Madrid, Alianza, 1986, pp. 176-177).

Para Immanuel Kant, una de las cuestiones esenciales que podemos plantearnos filosóficamente es la de saber qué podemos esperar. A ella responde en gran medida su tratado La religión dentro de los límites de la razón, a cuyo asunto es tan cercano este mismo ensayo (Madrid, Alianza, 2016, traducción de Felipe Martínez Marzoa). Según Kant, la religión me dice qué es lo que me es permitido esperar, mensaje que, mutatis mutandis, reconoce explícitamente mi propio discurso en su concepción de la religión futura.

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He aludido en el proemio a mis propias aportaciones a la sociología de la religión. Son las siguientes, en las que no incluyo diversas versiones de varias de ellas aparecidas en otros idiomas.

En mi Historia del pensamiento social (13.ª edición, Barcelona, Ariel, 2013), se exponen de manera concisa los análisis clásicos de Comte, Durkheim y Weber sobre la fe, los cultos y los rituales religiosos. También en mi Teoría sociológica clásica (2.ª edición ampliada, Barcelona Ariel, 2004). Y muy especialmente en mi libro Carisma y razón, que explora, como reza su subtítulo «La estructura moral de la sociedad moderna», la tensión entre lo sagrado y lo racional (Madrid, Alianza, 2003). En la obra colectiva Formas modernas de religión (2.ª edición, Madrid, Alianza, 1996), Rafael Díaz Salazar, Fernando Velasco y yo mismo consideramos el asunto, habiendo también incorporado diversas aportaciones españolas en él, comenzando por la de un filósofo cristiano como fue José Luis López Aranguren.

Sobre religiones laicas, como son la civil y el nacionalismo, tratadas como tales, se incluyen las siguientes publicaciones: «Religión Civil» (en Revista Español...

Índice

• Cubierta
• Portada
• Créditos
• Índice
• Cita
• Proemio
• I. Sobre el humanismo
• II. La secularización truncada
• III. Sucedáneos: religión de sustitución, imaginarios
• IV. Mundialización religiosa
• V. El cepo doctrinal
• VI. La extinción de la fe y el futuro de la razón
• VII. Raíz mundana de la moral
• VIII. ¿Qué creen los que no creen?
• IX. El factor religioso
• X. El atrio: la conversación esencial
• XI. Saber o creer
• Fuentes, notas y agradecimiento
• Información adicional