NOTAS
PREÁMBULO
1. La traducción castellana, Comprender los medios de comunicación, Barcelona, Paidós, 2009, traiciona el sentido que McLuhan daba a la palabra media, que él veía como mediación y extensión tecnocultural en sentido amplio, y no simple medio de comunicación de masas en sentido estricto.
2. Por su parte, Thomas Luckmann señalaba que ese había sido el comportamiento habitual de las ciencias humanas del pasado, salvando las excepciones, realmente importantes, de Georg Simmel, Max Weber y, sobre todo, de George H. Mead. Fue la antropología filosófica de los años veinte y treinta del siglo pasado (Max Scheler, Helmuth Plessner y Arnold Gehlen) la primera empresa científica que centró sus esfuerzos sistemáticos en analizar la génesis, la evolución y la constitución de las formas comunicativas lingüísticas derivadas de procesos comunicativos más primitivos.
3. P. RICŒUR, La metáfora viva, Madrid, Cristiandad, 1980, pág. 49.
4. «El libro I de la Retórica es el libro del emisor del mensaje: el libro del orador: se trata en él principalmente de la concepción de los argumentos en la medida en que la retórica depende del orador, de su adaptación al público, y esto de acuerdo con los tres grandes géneros reconocidos de discurso (judicial, deliberativo, epidíctico). El libro II es el libro del receptor del mensaje, el libro del público: se trata en él de las emociones (pasiones) y nuevamente de los argumentos, pero esta vez en la medida en que son recibidos (y no ya, como antes, concebidos). El libro III es el libro del mensaje mismo; se trata en él de la lexis o elocutio, es decir, de las “figuras”, y de la taxis o dispositio, es decir, del orden de las partes del discurso» (R. BARTHES, «La retórica antigua», en La aventura semiológica, Barcelona, Paidós, 1993, pág. 95).
5. R. WILLIAMS (ed.), Contact: Human Communication and Its History, Londres, Thames & Hudson, 1981; id., Culture, Londres, Fontana, 1981; M. V. MONTALBÁN, Historia y comunicación social, Barcelona, Crítica, 1997. Además del pensamiento de Marshall McLuhan, resulta ineludible mencionar el de Harold Innis, que cabe considerar su mentor en más de un aspecto. Véanse H. INNIS, Empire and Communications, Oxford, Clarendon Press, 1950 e id., The Bias of Communication, Toronto, University of Toronto Pre...