Quinto paso
Diccionario, mayúsculas y números
Cuando, mientras escribimos en la alta noche,
sintamos que se nos cierran todos los caminos,
que ya no hay por dónde seguir,
debemos volver al viejo diccionario de la casa
para buscar los olores y los sabores de la infancia…
Y brotan mágicamente metáforas y símiles,
palabras que habíamos olvidado
y descripciones, y números, 1, 2, 3
y hasta el viejo olor a campo
que tenían el latín y los número romanos.
En los pasos anteriores hablamos de palabras, de sílabas y de acentuación. En este paso vamos a recordar el uso de las letras mayúsculas, la escritura de los números y los nombres propios, pero antes de adentrarnos en esos temas vamos a hablar del provecho que le podemos sacar al DRAE. La idea es aprender a usar el diccionario, tanto el del Word como el de la Lengua Española, que está en la web (www.rae.es).
El abecedario
Primero, le presento las letras, para que vea cómo debe ser su orientación al buscar en el DRAE. Se las muestro tal y como deben pronunciarse en singular y en plural. Tenga en cuenta que desde 1994 la ch y la ll ya no existen como dígrafos y que debe buscarlas como parte de la c (chato, chilena) y la l (llama, llanos, llenar). No olvide estar atento a cómo dicen las letras los locutores y las personas con las que usted trata a diario. Recuerde que en el dominio del oído está la clave de la escritura.
a / aes | be / bes | ce / ces | de / des | e / ees, |
efe / efes | ge / ges | hache / haches, | i / íes | jota / jotas |
ka / kas | ele / eles | eme / emes | ene / enes | eñe / eñes |
o / oes | pe / pes | cu / cus | erre / erres | ese / eses |
te / tes | u / úes | uve / uves | uve doble / uves dobles |
equis / equis | ye / yes | zeta / zetas | | |
Uso del diccionario
Comúnmente, las personas suelen usar el diccionario para ver, a veces solo mirar, cuál es la escritura correcta de las palabras, es decir, su ortografía, pero olvidan, o pasan por alto, que allí también pueden encontrarse otros datos tan o más valiosos que la ortografía misma.
Aparece allí, la etimología u origen de las palabras: Hijo viene del latín Filius; pasarela, del italiano pasarella; cian, del inglés cyan; chupe, del quechua chupi, sopa. Otras palabras, ya lo sabe usted, vienen del latín, del griego, del cumanagoto, del inglés. Esto refleja la amalgama de culturas que han producido nuestra identidad. Es decir, somos latinos, americanos, árabes, bárbaros y hasta, por no decir sobre todo, ingleses, como se desprende de nuestras conversaciones diarias (sándwich, web, chat, chofer, arepa, alhaja, vatio).
El diccionario dice también si la palabra es adjetivo, sustantivo, pronombre, preposición o verbo. Recuerde que de este dato dependen en mucho la buena escritura y la buena dicción para usar bien el vocablo. Por ejemplo, no deben confundirse las preposiciones, ni pegárselas al sustantivo que acompañan: no es lo mismo *un vaso con agua que un vaso de agua; ni es lo mismo expresidente que sin presidente; las palabras super, vice y semi son prefijos y deben ir unidas a su término y sin guion: supermán, supermujer, vicerrector, vicepresidente, semidescremada, semidiós.
Y pegado de lo anterior, el DRAE nos dice si la palabra es masculina (m), femenina (f), de género ambiguo (amb) o de género común (com). Como ya lo habíamos dicho cuando hablamos de los géneros, si no sabemos cuál es el género de una palabra, lo que debemos hacer es buscar en el DRAE.
Después de eso, el diccionario presenta el significado de cada palabra: cumbo es vasija, torcido, piropo o adulación; guirigay es un lenguaje oscuro y difícil de entender; pasmarote es una persona embobada o pasmada por una pequeña cosa; suche es agrio, duro, sin madurar y empleado de última categoría; sobredimensionar es dar a algo dimensiones excesivas. Hay palabras que tienen pocos significados, como sucinda, alondra, y palabras con muchísimos significados, como día, diablo, paso y poner, que tienen muchas acepciones distintas.
Y si hasta ahora no había buscado más que la ortografía, lo invito a que vea que el diccionario trae también usos, refranes y proverbios, en los que la palabra se contextualiza y toma vida en frases de gran expresión: no dar pie con bola; poner los puntos sobre las íes; vaya con Dios; tomar el pelo; pasar la pelota; capar clase; sin pena ni gloria; poner pies en polvorosa; a pedir de boca; al fin y al cabo; dar en la cabeza; a lo bestia; sudar la gota gorda.
El diccionario también dice cómo se llaman las letras y cómo deben pronunciarse. Le pido que vaya y vea cómo se pronuncian la b, la v y la w. Esta es la típica discusión que puede evitarse con tan solo mirar en el DRAE.
Le recuerdo, además, que los diccionarios no muestran generalmente la escritura de nombres propios, aunque si uno los escarba, puede encontrar algunos. Tampoco trae los verbos conjugados (cambiamos, votaron, denunciaban, ganasteis), pero sí trae los verbos en infinitivo (cambiar, votar, denunciar, ganar). Ahora bien, si usted usa el DRAE de internet, allí encuentra una ventana en la que aparecen las conjugaciones de los verbos.
Lo invito a que en el bloc o cuaderno de tareas que ha venido empleando...