La huella de la desesperanza
eBook - ePub

La huella de la desesperanza

Estrategias de prevención y afrontamiento del suicidio

  1. 192 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

La huella de la desesperanza

Estrategias de prevención y afrontamiento del suicidio

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Hay temas de los que es difícil hablar y aún escribir. La Huella de la Desesperanza aborda la realidad del suicidio y de aquellos que se quedan sufriendo y rodeados de interrogantes. Este es un libro que busca ayudar, y lo hace desde el respeto también a los silencios.La ciencia, el conocimiento, no pueden callar, pues su compromiso es la prevención. Toda vida es importante en esta sociedad. Vaya desde aquí nuestro recuerdo a quienes se bajaron de este tren en marcha, y a quienes siempre les esperarán.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a La huella de la desesperanza de Javier Urra Portillo en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Psicología y Psicología anormal. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2019
ISBN
9788471129178
Categoría
Psicología
CAPÍTULO
1
Diagnóstico del suicidio
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (enero 2018), el suicidio es la segunda causa de muerte en el mundo entre las personas de 15 a 29 años. Más de 800.000 personas se suicidan al año, una cada 40 segundos.
La mortalidad por suicidio es mayor que la causada por las guerras y los homicidios.
Muchos de estos casos se camuflan como accidentes por vergüenza de la familia, según nos confirman distintas asociaciones.
Si las razones para vivir son estructurales y organizan nuestra vida, las del suicidio son coyunturales y la desorganizan: representan el túnel sin salida, el hartazgo de lo vivido, la espera sin esperanza.
(ORTEGA, 2013).
A pesar de los suicidios consumados, hay muchas más tentativas al año.
El suicidio no se da solo en países de altos ingresos, sino que afecta a todos los países del mundo.
El suicidio es, probablemente, la muerte más desoladora que existe. A los supervivientes, además del dolor de la pérdida, les queda con frecuencia la vergüenza de revelar el motivo real del fallecimiento y el sentimiento de culpa por lo que se pudo haber hecho y no se hizo (ECHEBURÚA, 2015).
Según la OMS, cada suicidio consumado afecta a un entorno mínimo de 6 personas. Para la Dra. Catherine Le Galès-Camus, Subdirectora General de la OMS para las Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental, “cada suicidio supone la devastación emocional, social y económica para numerosos familiares y amigos” (BORRÁS, 2018).
Es un grave problema de salud pública; no obstante, es prevenible mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos y a menudo de bajo coste. Para que las respuestas nacionales sean eficaces se requiere una estrategia de prevención del suicidio multisectorial e integral1.
1. Definición
En 1986, la OMS definió el suicidio como “un acto con resultado letal, deliberadamente iniciado y realizado por el sujeto, sabiendo o esperando ese resultado y a través del cual pretende obtener los cambios deseados”. Y el parasuicidio como “un acto sin resultado fatal mediante el cual, sin ayuda de otros, una persona se autolesiona o ingiere sustancias con la finalidad de conseguir cambios a través de las consecuencias actuales o esperadas sobre su estado físico”.
El concepto de suicidio es un constructo cognitivo vinculado cultural e históricamente a las civilizaciones, que se va configurando con variaciones, pero que siempre atañe a un acto volitivo individual que se basa en la disponibilidad de la propia vida, y por tanto de la propia muerte, lo que choca frontalmente con la concepción social del carácter absoluto con que se inviste el derecho a la vida y el necesario engarce humano. En todo caso, suicidio y eutanasia constituyen hechos marcadamente distintos.
Según la RAE, el suicidio es la acción y efecto de suicidarse, entendiendo esto último como quitarse voluntariamente la vida. El vocablo “suicidio” proviene de las raíces latinas sui, que significa “de sí mismo”, y caedere, “matar” (matarse a sí mismo) (LÓPEZ, HINOJAL, BOBES, 1993).
DURKHEIM, extraordinario sociólogo, en 1928 definía el suicidio como “toda muerte causada directa o indirectamente por una acción u omisión del sujeto, realizada de forma consciente”. Distinguió cuatro tipos de suicidio, que reflejaban el malestar social: egoísta (cuando el sujeto está poco integrado en la socidad), altruista (cuando la importancia del “yo” es muy baja), anó­mico (se da en sociedades donde las normas y límites son mas flexibles) y fatalista (se da en sociedades donde las normas son extremadamente rígidas), que en parte siguen vigentes (LÓPEZ, HINOJAL, BOBES, 1993).
ROJAS MARCOS (1984) define el suicidio como “toda conducta o conjunto de conductas que, dirigidas por el propio sujeto, conducen a la muerte (suicidio consumado), o a una situación de gravedad mortal (suicidio frustrado), bien de forma activa o pasiva”.
SPILLER (2005) considera el suicidio como “el acto consumado intencional de finalizar con la propia vida. Incluye todas las muertes que son resultado directo o indirecto de comportamientos ejecutados por la propia víctima, quien es consciente de la meta que desea lograr”.
En el Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón DE LA FUENTE (2006), define el suicidio como “el acto de matarse de forma voluntaria, en el que intervienen tanto los pensamientos suicidas como los intentos o el acto suicida en sí” (ARCOS, 2016).
Más recientemente, NIZAMA (2011) lo concibe como el “acto autoinfligido para causarse la muerte de forma voluntaria, deliberada, en el que intervienen sucesivamente tres etapas, llamadas en conjunto proceso suicida: el deseo suicida, la idea suicida y el acto suicida en sí” (ARCOS, 2016).
Según ECHEBURÚA (2015), “si bien la definición de suicidio parece relativamente clara etimológica y conceptualmente (muerte producida por uno mismo con la intención precisa de poner fin a la propia vida), el término resulta polisémico”.
La realidad es que resulta contradictorio que alguien que se siente incapaz de vivir tenga la valentía de planificar un suicidio. Valentía en tanto que la muerte como hecho real produce temor a cualquier ser humano. El suicidio no se elige, sucede cuando el dolor que sentimos es mayor que nuestros recursos para afrontarlo.
El suicidio resulta de un dolor psicológico insoportable (“Psychache”, palabra específica que inventó Edwin S. SHNEIDMAN para definir este dolor), que se deriva de necesidades psicológicas insatisfechas.
SHNEIDMAN ayudó a establecer el estudio del suicidio como un campo interdisciplinario e ideó muchos conceptos ahora ampliamente aceptados. Acuñó el término “suicidología”, se le considera el padre de la suicidiología moderna y fundó la American Suicidology Society.
Según Javier JIMÉNEZ, presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio (AIPIS), el suicida no quiere dejar de vivir, quiere dejar de sufrir. Cree que va a sufrir siempre con la misma intensidad y piensa en acabar con la vida. Tiene cierto sentido, porque eso no es vida. Pero el suicidio es una solución radical para un problema temporal2.
El suicidio no es un defecto del carácter ni de la moral, es un desequilibrio entre el dolor y los recursos para vencerlo. Por tanto, una manera de enfrentar la situación es fomentar y potenciar los recursos personales y orientarlos de forma que nos permitan reducir el sufrimiento.
(GUERRERO, 2013).
Es, en realidad, una urg...

Índice

  1. Portada
  2. Primeras páginas
  3. Créditos
  4. Contenido
  5. Dedicatoria
  6. Introducción: Colección Urra de Estrategias de Prevención y Afrontamiento
  7. CAPÍTULO 1: Diagnóstico del suicidio
  8. CAPÍTULO 2: Estrategias de prevención
  9. CAPÍTULO 3: Estrategias de afrontamiento
  10. CAPÍTULO 4: Adendas
  11. CAPÍTULO 5: Epílogo
  12. CAPÍTULO 6: Epílogo II
  13. CAPÍTULO 7: Bibliografía, Documentos y Normativa
  14. CAPÍTULO 8: Direcciones y teléfonos de interés
  15. ANEXO I: Datos estadísticos sobre el suicidio
  16. ANEXO II: Preguntas de la OMS para identificar pacientes con alto riesgo de conducta suicida (OMS, 2000)
  17. ANEXO III: TRauma. Test de resistencia al trauma
  18. ANEXO IV: Cuentos, libros, vídeos, música y cine que nos permiten trabajar con niñas y niños esta grave problemática
  19. Agradecimientos
  20. Contraportada