Esplendor en la hierba
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Esplendor en la hierba

¡Por un fútbol emocional, sin zancadillas...!

Manuel Rodríguez García

  1. 272 páginas
  2. Spanish
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Esplendor en la hierba

¡Por un fútbol emocional, sin zancadillas...!

Manuel Rodríguez García

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Índice
Citas

Información del libro

El fútbol tiene ámbitos de expresión diversos y mantiene unas exquisitas sensibilidades… El fútbol debe ser bello, estético, no tiene por qué ser feo, sucio, torpe; los resultados mejor obtenerlos con gracia que atrae y que no repela el buen gusto… Fútbol sano, sin patadas extemporáneas, sin zancadillas traicioneras. El fútbol no tiene tierra concreta, ni límites geográficos, tampoco los tienen los futbolistas…También, el fútbol es para mí una lucha de inteligencias más que una confrontación atlética, o de habilidades técnicas de sus famosos protagonistas. El fútbol siempre me pareció un "esplendor en la hierba", pleno de emoción, brillo, resplandor, apogeo, grandeza, gloria, hermosura, explosión, algarabía, pellizco… Todo eso puede ser un partido de fútbol y, seguramente, mucho más.Lo imprevisible es lo que le da aún grandeza al fútbol como lo fue esta reflexión de Camilo José Cela: "Varios cientos de miles de españoles, a lo mejor millares de miles, aplican sus energías los lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que ya pasó, y sus arrestos de los jueves, los viernes y los sábados a predecir los aconteceres del partido de fútbol que está al caer. Los domingos descansan y van al fútbol: a sufrir o solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás"."El fútbol es un juego colectivo con momentos supremos individuales", escribí en "Apología del fútbol". Creo que el fútbol ha devenido, para todos los que de su espectacularidad han gozado, en un subyugante esplendor en la hierba.

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Información

Año
2014
ISBN
9788415523758
Edición
1
Categoría
Psychology

1. ESPLENDOR PRIMERO

«Aunque mis ojos
ya no pueden ver ese puro destello,
que en mi juventud me deslumbraba.
Aunque ya nada pueda devolver la hora
del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no hay que afligirse.
Porque la belleza
siempre perdura en el recuerdo».
(«Esplendor en la hierba». William Wordsworth. Poeta romántico inglés, fallecido en 23.abril.1850).
¿Qué sería del fútbol sin emoción?
Una manera de emocionarse, yo lo hago con frecuencia, es leer pausadamente ideas y pensamientos de fútbol, imaginarse el partido, regodearse con esa jugada especial que nos dio satisfacción infinita, emocionarse superando el éxtasis de una victoria o de un partido bien jugado. O levantarse con ánimo renovado después de una dolorosa derrota.
También lo es disfrutar de las pequeñas cosas, además de grabar y utilizar de vez en cuando las imágenes mentales que surgen dentro de cada uno: Un balón atractivo, unas botas anónimas o de marca registrada, unas camisetas de tus colores preferidos, un compañero al que admiras y, por qué no, un contrario al que siempre quisiste como compañero…
Y, quizás, una última intentona, emocionarnos con el contenido de los enlaces de Internet que reflejo para que disfruten de unas narraciones tan significativamente emociones. Pero si las disfrutamos activamente, o sea, narrándolas nosotros mismos, como si estuviéramos en ese momento en la realidad del partido, nos encontraremos de pronto inmersos en la escena.
http://www.ivoox.com/gol-maradona-mundial-del-86-audios-mp3_rf_657571_1.html
http://www.ivoox.com/gol-zidane-audios-mp3_rf_662682_1.html
http://www.ivoox.com/gol-andres-iniesta-a-holanda-onda-cero-audios-mp3_rf_662727_1.html#
P.D. Espero que, al pinchar estas direcciones, estén absolutamente disponibles. Yo gocé con su escucha y me gustaría que Vds., recibieran la misma emoción estremecedora.
«… Porque la belleza/siempre perdura en el recuerdo», como dijera Wordsworth.
Es uno de los misterios inescrutables del fútbol.
1.1. ¿Qué es el fútbol?
A tenor de lo que cada cual entiende qué es el fútbol, esta pregunta podríamos considerarla como metafísica. Es verdad que la mayoría de la gente cree saberlo todo del fútbol (tácticas, economía, futbolistas, entrenadores, directivos, psicología del juego y sus protagonistas, educación y formación de la cantera, etc.). Pero, ¿El fútbol sólo son goles? ¿El fútbol sólo son futbolistas millonarios que resuelven con fruición sus habilidades con el balón? ¿El fútbol sólo son presupuestos y dinero? ¿El fútbol es así…? Porque para unos el fútbol será dinero fácil, para otros marketing y economía, para otros sólo existe el fútbol de sus equipos favoritos cualquiera que sea su propuesta; en todo caso nunca las visiones serán completas y suelen esgrimirse las partes de un todo. El escritor checo Milan Kundera, buen «futbolero», contestaba a Philip Roth unas cuestiones plasmadas en el libro de este último, «El oficio». Es verdad que dialogaban en un contexto alejado del fútbol: «La estupidez de la gente procede de tener respuesta para todo». Y eso que, seguramente, no hayan escuchado nunca la expresión «fútbol es fútbol». Son bastantes los que siguen propagando aquello de que «en el fútbol ya está todo inventado…».
Ampliemos la visión futbolística con el escrito de Rodrigo Aria en «Literatura de la pelota»: «¿Qué es el fútbol? No sé exactamente qué significa el fútbol. En realidad sé que, por lo menos para mí, tiene muchos sentidos. Si de algo estoy seguro, es que no son 22 jugadores estúpidos corriendo detrás de una pelota como definió el querido Borges. El fútbol no son esos 90 minutos, tampoco. El fútbol se juega todos los días. El fútbol se juega en la semana; los domingos son para la gilada* (*Tontería impropia del barrio, según Angel Cappa); sentenció alguna vez el mejor periodista deportivo que nos regaló la Argentina, Dante Panzeri». Parece evidente que en España, después de la «Olimpiada de Londres 2012», se ha llegado a una triste conclusión, reciente, de que «el fútbol es ganar» según las últimas decisiones de la Federación española destituyendo al seleccionador Luis Milla y olvidando los éxitos pasados así como el trabajo encadenado con las secciones inferiores.
Así que «El fútbol se juega en la cancha y empieza con el pitazo inicial del árbitro. Se juega en las tribunas con el color de las hinchadas. Se juega en la semana en las interminables discusiones (y aquí remarco el sustantivo que me permite agregar que el fútbol se construye con palabras). Se juega en el desafío del jugador que recién empieza y en el éxito del consagrado. El fútbol vive en sintonía con la literatura. ¿Por qué? Porque sus argumentos son parecidos. ¡Quién no puede leer en un relato sobre un partido del fútbol, un relato del teatro clásico donde cada personaje cumple una función y juega como vive!».
Por tanto, me regodeo con Milan Kundera: «El mundo totalitario es un mundo de respuestas, en vez de preguntas». ¿Es totalitario el fútbol? Quizás por aquello de que todos lo tienen muy claro, incluso los seguidores del Barça o Real Madrid solo aceptan que estos dos equipos siempre deben ganar. Por otra parte, si no ganan buscan terceras razones, excusas tradicionales casi siempre coincidentes con la actuación del árbitro o del jugador menos dotado. Se jugó hace poco el Barcelona-Real Madrid que constituía el primer partido de la eliminatoria para la Supercopa española. Después del primer gol de Cristiano Ronaldo, a los pocos segundos, un pase profundo y cruzado de Mascherano a la derecha sobre la carrera de Pedrito que acabó con gol de éste y supuso el empate a uno, se insistía en las declaraciones posteriores al partido que Pedrito estaba en fuera de juego. Nadie apuntó que el defensor Coentrao debió estar más atento al juego y que su respuesta táctica para contrarrestar al atacante debió ser la de «achicar espacios», adelantarse y no quedarse allí estacionado como último defensor madridista.
Definitivamente, el fútbol es un lugar espectacular para proyectar historias según Raul F. Linares: «¿En qué se basa la magia del fútbol? No lo sé. Se trata de un sustrato esencialmente humano, fenómeno de la razón y la conciencia puesto en el ámbito de lo social «pachangado». Es un algo que mueve al hombre al filo de lo inexplicable. Es probablemente una combinación de vuelta a la infancia, afán de competencia, morbo, locura momentánea, humana propensión a lo enajenante y búsqueda de la épica perdida…»
Para mí el fútbol es que dos de los mejores porteros del mundo, Víctor del Barcelona y Casillas del Real Madrid, fallen sendas acciones del partido con sus equipos, les cueste goles y puntos, sin que por ello bajen las patatas; también el fútbol debe ser que ambos jugadores, con toda naturalidad, dejen su puesto a alguno de sus compañeros en bastantes partidos de la temporada sin que sus entrenadores sean arrojados a la hoguera; igual que el fútbol es que un Real Madrid, campeón de la temporada pasada con récord de puntuación, pierda cinco de los seis puntos disputados en las dos primeras jornadas de Liga y nadie se haga el «harakiri»; es fútbol, sin duda, que el Rayo Vallecano gane al Betis de Sevilla practicando un dibujo táctico de primer nivel en 1.3.1.4.2., con distintos escalonamientos, incluso acabando el partido en 1.3.4.3., a pesar de estar dirigido por un entrenador novato proveniente de segunda división; por supuesto, es fútbol el hecho de que disfrutemos con otro tipo de futbolistas, sencillos pero atractivos, como Barrada (Getafe); Leo Baptistao (Rayo Vallecano); Hemed (Mallorca); Eliseu (Málaga); Lama (Osasuna); Álvaro Vázquez (Español); Andrés (Osasuna); Rukavina (Valladolid); Fabrice (Málaga); Javi Fuego (Rayo Vallecano) y otro conjunto de jugadores humildes que afloran un juego atractivo y sólido.
Pero, sin duda, el fútbol es también que Carlos Sánchez, futbolista juvenil de Salamanca, haya perdido una pierna por un cáncer leñero que se encontró en el camino, y sin embargo mantenga la ilusión por el fútbol además de manifestar su pretensión de seguir ligado a este deporte en el futuro. Por tanto, no me extraña la conclusión dramática de Milan Kundera: «… Hoy en día, en el mundo entero, la gente prefiere juzgar a comprender, contestar a preguntar».
(30.agosto.2012)
1.2. ¿Civilización del espectáculo?
Siempre fui muy crítico cuando se le quieren incorporar cuestiones colaterales al fútbol, sobre todo si se aprovechan inadecuadamente de su fuerza propagadora. Por eso, nunca me interesan los contratos de los futbolistas, sus novias o ligues, tampoco sus primas millonarias ni sus vivencias fuera del terreno de juego. Sin duda, me interesa exclusivamente el fútbol deporte y no me entretengo en divagar sobre otras consideraciones. Por ejemplo, de Piqué no me interesa la relación sentimental con la cantante Shakira; me entusiasma la relación de Iniesta con el balón pero no le he dedicado ni un segundo a los fastos de su reciente boda; tampoco me interesan para nada las historias de la periodista deportiva Sara Carbonero por el hecho de que sea la novia del portero Casillas. Y así podríamos seguir…
Después de obtener el Premio Nobel de Literatura, Mario Vergas Llosa escribió un ensayo titulado «La civilización del espectáculo». Una reflexión global acerca de la cultura y su espectáculo, muy apropiada por lo que quiero significar repetidamente acerca del fútbol ya que llevo mucho tiempo denunciando la información masiva deportiva y su acumulación de vicios sistémicos. «¿Qué quiere decir civilización del espectáculo?, se pregunta Vargas Llosa. Y él mismo se responde: «La de un mundo donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, es la pasión universal. Este ideal de vida es perfectamente legítimo, si termina por ser sólo eso se desnaturaliza y se deprecia: todo lo que forma parte de ella se iguala y uniformiza (...) Hoy vivimos la primacía de las imágenes sobre las ideas...».
En la actualidad, tanto la palabra como la letra impresa se diluyen frente a la imagen. Sin embargo, a mí me siguen entusiasmando las retransmisiones radiofónicas de los partidos, al estilo del mítico Matías Prats, con profusión de imágenes mentales, ideas, datos y tácticas expresadas sobre la marcha con la palabra. Por ejemplo, localicen una emisora brasileña, o una portuguesa y experimenten, sean testigos de esa maestría narrativa del relato futbolístico al que quiero referirme, por desgracia casi perdido. Emoción hablada y emoción escuchada, emoción transformada a distintas realidades según el grado de identificación del narrador y el receptor. Es como si avanzáramos nosotros mismos dentro de la pelota. Relatos como el de aquel Matías Prats que manejaba una gran profusión de detalles, ilustraciones, descripciones de las cualidades de los futbolistas; incluso «veíamos» el dibujo táctico de los equipos con total precisión geográfica, se deducía todo del simple relato verbal.
Yo admiré, de niño, a Manolo Alvarez, de Radio Salamanca, porque conseguía con palabras lo que ahora mismo logran algunas imágenes televisadas Fue un Matías Prats de bolsillo, hasta físicamente se parecían, con una voz excelente, templada, expresiva y, sobre todo, transparente y creíble. Sin publicidad añadida. Actualmente, cada vez me gustan menos los partidos cargados de analistas y comentaristas invitados, con tanta parafernalia y ganas de hacernos «gracietas», consiguen distraernos del relato exacto de lo que ocurre en el campo de juego, restando tiempo a lo fundamental. El espectáculo está en el terreno, el esplendor se desarrolla en la hierba y, sin embargo, muchos locutores se creen que ellos mismos son los protagonistas del partido...
Por eso me quedo con la reflexión de Vargas Llosa: «Un partido de fútbol puede ser desde luego para los aficionados – yo soy uno de ellos – un espectáculo estupendo, de destreza y armonía del conjunto y de lucimiento individual, que entusiasma al espectador. Pero, en nuestros días, los grandes partidos de fútbol sirven sobre todo, como los circos romanos, de pretexto y desahogo a lo irracional, de regresión del individuo a su condición de parte de la tribu, de pieza gregaria en la que amparado en el anonimato cálido de la tribuna, el espectador da rienda suelta a sus instintos agresivos de rechazo del otro, de conquista y aniquilación simbólica (y a veces hasta real) del adversario...» Los periodistas no debieran perder la idea de responsabilidad social y, sobre todo, apaciguar los ánimos de la gente partidista en exceso. Algún programa televisivo actual debiera revisar su enfoque. Distinguiendo información futbolística de entretenimiento mundano con algarabías fuera de tono y todo a costa del fútbol.
Y una opinión más al respecto, la de Juan Sasturain, como cuando relató: «Un partido de fútbol transmitido/escuchado por radio es un cuento, una historia, un acto de invención dramática con su desarrollo, sus protagonistas, sus apartes, sus énfasis, su tono: es una versión de los hechos, una construcción verbal más o menos veraz o estilizada. A mitad de camino entre la crónica periodística y el relato de ficción, debe retener al oyente». Por eso mi insistencia.
(20.agosto. 2012)
1.3. ¡La fiesta empieza…!
El fútbol es una fiesta, aunque todavía hay escépticos. Esta semana del 18 de agosto, en 2012, comienza la Liga de fútbol española en primera división. Y más que una fiesta, algunos clubes de fútbol pretenden representar una verbena, hasta 13 clubes pretenden retardar el inicio. Y todo por sus desavenencias económicas en los derechos televisivos, por una parte los equipos firman contratos de larga duración y, por otra, ahora pretenden que los derechos a explotar sean comunes. Eso sí, nadie quiere efectuar repartos proporcionales para pagar a Hacienda o a la Seguridad Social. Sorber y soplar se llama esa figura...
Tuve la intención de plasmar una serie de ideas motivadoras partiendo de que «El fútbol es una metáfora de la vida». Hasta podríamos decir que «la vida es una metáfora del fútbol». Pero, aparte el juego de palabras, apunten la siguiente reflexión; «Es imposible conocer las partes sin conocer el todo; lo mismo que conocer el todo sin conocer las partes».(Manuel Sergio, filósofo, antiguo profesor de José Mourinho). ¿Cómo se puede ser una Asociación si a la menor discrepancia se disocian?
Sin embargo, esta temporada comienza con ilusiones renovadas, pocos jugadores nuevos, pocos nuevos entrenadores, algunos nuevos diseños de camisetas, serios acuerdos para la activación de pagos atrasados a Hacienda y reducción de la deuda histórica, menos ingresos por traspasos, menos gastos por inversiones en jugadores, quizás mayor apuesta por jugadores de cantera, jeques que aparecen y desaparecen como si fueran los Reyes Magos, menos socios efectivos de los cl...

Índice

  1. Prólogo
  2. INTRODUCCIÓN
  3. 1. ESPLENDOR PRIMERO
  4. 2. ESPLENDOR SEGUNDO
  5. 3. ESPLENDOR TERCERO
  6. 4. ESPLENDOR CUARTO
  7. 5. ESPLENDOR QUINTO
  8. 6. ESPLENDOR SEXTO
  9. 7. ESPLENDOR SÉPTIMO
  10. 8. ESPLENDOR OCTAVO
  11. 9. ESPLENDOR NOVENO
  12. 10. ESPLENDOR DÉCIMO
  13. 11. ESPLENDOR UNDÉCIMO
  14. ESPLENDOR FINAL
  15. POSTDATA A MODO DE EPÍLOGO
  16. El autor
Estilos de citas para Esplendor en la hierba

APA 6 Citation

García, M. R. (2014). Esplendor en la hierba (1st ed.). Ushuaia Ediciones. Retrieved from https://www.perlego.com/book/1865144/esplendor-en-la-hierba-por-un-ftbol-emocional-sin-zancadillas-pdf (Original work published 2014)

Chicago Citation

García, Manuel Rodríguez. (2014) 2014. Esplendor En La Hierba. 1st ed. Ushuaia Ediciones. https://www.perlego.com/book/1865144/esplendor-en-la-hierba-por-un-ftbol-emocional-sin-zancadillas-pdf.

Harvard Citation

García, M. R. (2014) Esplendor en la hierba. 1st edn. Ushuaia Ediciones. Available at: https://www.perlego.com/book/1865144/esplendor-en-la-hierba-por-un-ftbol-emocional-sin-zancadillas-pdf (Accessed: 15 October 2022).

MLA 7 Citation

García, Manuel Rodríguez. Esplendor En La Hierba. 1st ed. Ushuaia Ediciones, 2014. Web. 15 Oct. 2022.