Florencia

José Manuel Rocha da Cavadas

• Editorial: Obrapropia
• Año: 2016
• ISBN:
  9788415453529
• Categoría: Literatura
• Categoría: Ficción histórica

Novela histórica, que trata del relato del viaje marítimo a Italia de una joven escritora en ciernes que vive en Pérgamo, Turquia, cuyo travesía sufre una serie de avatares y tras llegar a la Toscana visitaba sus ciudades más mágicas… siendo en Florencia que poco a poco va siendo picada por el "Síndrome de Sthendal" o "Síndrome de Florencia" que se traduce en una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardiaco, vértigo, confusión, cuando el individuo es expuesto a obras de arte especialmente cuando estas son particularmente bellas y están expuestas en gran número, en un mismo lugar.

© Texto: José Manuel da Rocha Cavadas

© Edición: OBRAPROPIA, S.L.

C/ Taquígrafo Martí, 18

46005 VALENCIA

ISBN: 978-84-15453-52-9

Impreso en España por: Diazotec, S.A.

Primera edición: julio 2012

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Se estaba inmerso en la base alegórica de la vertiginosa espiral entrelazada como si fuera simbólicamente un damero desgarradoramente rebosante de muy resplandeciente arte y de una enorme riqueza histórica y cultural añadido embriagadoramente a una idílica belleza paisajística.

“Erase una vez la sabia Alegoría”. El Crepúsculo. Acontecía entonces en un ápice la cálida recepción de sublimes juegos de luces de tonos suavemente cálidos disolviéndose en matices color pastel. Ya iba despuntando refulgentemente la tenue y bellísima luz solar que evanescentemente continuaba aglutinando en todo su resplandeciente seno a enorme multitud de inextricables misterios aglutinando recónditamente en sus insondables entrañas todo un gran repertorio de herméticos enigmas. Erase una vez la subrepticia observación de la dinámica solar desentrañando los secretos entresijos que atesoraba el rutilante astro-rey regalando a raudales unas cautivantes imágenes de gran belleza… ¡era como si fuera una expresiva y simbólica obra de arte en movimiento transmutándose en una deliciosa composición sobrehumana de la imagen imaginaria que se mostraba en una de las misteriosas tramas originales asiente en la longitud de onda 171 Angstrom! rociando de opulenta y fantástica magia toda la histórica e impresionante ciudad de Pérgamo ubicada desde tiempos inmemoriales en el mar Egeo Septentrional ceñida en el punto neurálgico de ancestrales y esplendorosos monumentos que se englobaban en el Yacimiento Arqueológico de Pérgamo cuya apoteósica edificación tuvo muy bien presente todo el luminiscente y alargado recurrido del misterioso y resplandeciente sol transcurriéndose panorámicamente por el incomparable e inefable marco de indescriptible belleza que iba conformando dignamente todo el excelso y fascinante entorno de esta tan legendaria ciudad helenística suntuosamente enaltecida por la autentica maravilla arqueológica que había estado reflejada en su impresionante Asclepión y que antiguamente llevó a cabo de forma tan soberbia la prolífica sanación mediante la interpretación de los sueños que eran simbólicamente analizados por los sagaces sacerdotes médico-religiosos; se daba énfasis también a la antigua y famosa pinacoteca de Pérgamo con el trazado de sus calles principales conformadas por el cardus y el decumanus perfectamente orientadas según la orientación geográfica de los puntos cardinales de la Tierra. Los antiguos templos respetaban fidedignamente la salida y la puesta de sol porque el cálculo del tiempo cronológico era confiado siempre al curso del luminoso sol a través de los etéreos y geométricos relojes solares inmersos de forma intangible en la constante medición del tiempo cósmico- invisible presente eterno. Era entonces cuando los translucidos mármoles y toda la roca arenisca y todos los sólidos granitos y otros tipos de piedras corpóreamente utilizadas en el brillante pasado helenístico de la ciudad de Pérgamo connotado con el crucial epicentro religioso donde se había fundado una de las siete iglesias de Asia Menor citada bíblicamente en el “Apocalipsis de San Juan” y que en el siglo II d.C. adquirió tamaña importancia convirtiéndose en el punto de encuentro de grandes filósofos y de notables sabios enaltecidos por el gran anatomista Galeno que nació y creó su “Escuela de Medicina” precisamente allá en la pretérita y agitada ciudad de Pérgamo…transformándose mágicamente según las diversas horas del día siendo entonces cuando los translucidos mármoles brillaban impetuosamente con el sol alto del mediodía mientras que en la plácida y cálida ocasión del crepúsculo se encendían luminiscentemente de fogoso calor todas las rocas areniscas todos los adoquines y todas las sienitas. Asimismo si un grupo de nubes ocupaba el pulpito del cielo azulenco y eran traspasadas por algún inclinado rayo solar entonces todos los contrastes en sus variables tonos cromáticos se tornaban maravillosamente más intensos y todos los claroscuros creaban milagrosamente sublimes juegos de luces entre los ufanos propileos y las elegantes e hieráticas columnatas materializadas con sutiles e intangibles efectos ópticos eternamente basados en la exotérica profesión divina de la gran arquitectura clásica donde todos los volúmenes habían sido calculados excelsamente apoyados en la dialéctica de la regla áurea donde el Tiempo relativo era siempre el exacerbado y hermético escultor de todo lo que era imperecedero. La ciudad helenística de Pérgamo estuvo realzada también por el Altar de Pérgamo un monumento religioso de la época helenística construido originalmente en la Acrópolis de Pergamo a principios del reinado de Eumenes II ( 197-159 A.C.) cuyos frisos monumentales representaron una Gigantomaquia simbólicamente representada en la atroz lucha de los dioses contra los gigantes donde las figuras y las escenas estuvieron tratadas con (pathos) emoción y cuyas escenas no estaban separadas siendo un friso corrido cuyos detalles estilísticos de estas esculturas como los pliegues de los mantos los cabellos los dibujos del calzado las expresiones de los dioses y de los gigantes manifestaban las características de las que se ha llamado estilo Barroco. La gigantomaquia y la historia de Telefo siendo una de las obras maestras de la escultura griega antigua y representaron la culminación artística del Barroco Helenístico. Se creía que el templo de Atenea había sido su referencia de culto siendo descubierto en 1871 por el ingeniero alemán Carl Humann habiendo sido posteriormente transportado y reconstruido en Berlín en el año 1881. El Altar de Pérgamo había sido una colosal construcción alzada sobre un podio donde por arriba se encontraba una columnata de orden jónico que estaba dividida en 3 cuerpos y que daba su espalda a un patio cuadrangular cuyo espacio reservado servía para los sacrificios en que se quemaba incienso y se hacían libaciones en honor de los propios dioses. Innegablemente la estratégica posición geográfica de la península Anatolica sirvió casi siempre como puente de conexión entre el continente Asiático y el Europeo favoreciendo eficazmente la penetración de las más diversas influencias desde las de la civilización mesopotámica como la iraní y la caucásica ubicadas a Oriente y también de las civilizaciones procedentes del mundo cretense micénico primero y más tarde las paulatinas civilizaciones provenidas de todo el espectro helenístico bañado por las aguas del mar Egeo y que contaba con un glorioso pasado que abarcaba unos 5.000 años de exultante historia reflejada en los grandes imperios griego y romano. Era de facto el crucial lugar en el que los mitos de Homero recargados de tanto individualismo heroico en todos sus poemas épicos cobraban solemne vida “convergiéndose” y muchos nombres de ciudades dinámicas aparecían en la epopeya homérica de la Ilíada y la Odisea como había sido el caso de Micenas Argos Pilos e Ítaca. Estos poemarios que databan del siglo IX a.C. evocaban un tiempo legendario de cuatro siglos de antigüedad y constituían la potente imagen de un pasado heroico reencontrado con el descubrimiento de Troya y de su amurallada ciudadela por el acaudalado autodidacta Henrich Schliemann que fortalecido por sus primeros hallazgos arqueológicos había realizado a continuación unas pertinentes excavaciones en Micenas cuyos palacios fueron destruidos saqueados e incendiados en el contexto de las atroces invasiones de los llamados Pueblos del Mar hacía 1250 a. C. habiéndose descubierto posteriormente una obra maestra de orfebrería considerado como uno de los objetos más antiguos y escasos de la ancestral cultura micénica fantásticamente fagocitada por la prepotente influencia de la orfebrería cretense que estuvo magníficamente expresada de una forma tan trascendental en la magnificente Mascara Funeraria de Agamenón concebida entre 1600-1500 a.C… transmutándose en una sobresaliente lámina de oro exquisitamente martillada y trabajada probablemente sobre un molde de madera y que de forma arrebatadora se consiguió los rasgos dorados expresados en todo su vistoso hieratismo de una grandeza indiscutible siendo enterrada junto a varias joyas de oro en el oscuro foso de una tumba necrófilamente dispuesta junto a otras tumbas en un recinto particular transformado en el circulo de las tumbas que se ubicaba en el interior de las murallas ciclópeas y cuya entrada principal había sido construida con bloques cuidadosamente ajustados estando coronada hercúleamente por un impresionante monolito triangular destinado a rellenar el triangulo de descarga sobre el propio dintel y cuyo relieve representaba simbólicamente a dos feroces leones enfrentados entre si que se apoyaban sobre dos altares y encuadraban una gigantesca columna constituyéndose en uno de los escasos ejemplos de escultura monumental totalmente labrada en piedra en la época dorada de los Cíclopes. La Cultura Micénica fue de facto una cultura muy rica en la creación de grandes cráteras elegantemente trasmutadas en un vistoso estilo pictórico dotadas con dibujos de trazo grueso estando plagadas de un cierto carácter ingenuo nutriéndose de la fiel observación y de la sucinta descripción de los más importantes eventos históricos. La gran tradición de las mayores cráteras micénicas se encontraba precisamente emplazada en Chipre y gracias a ellas se había revelado al mundo del conocimiento toda la evocadora y exuberante Cultura Micénica y que hoy en día era conocida como civilización helénica para señalar sus lazos con la Hélade en categórica oposición a la Creta Minoica. Micenas durante la Edad del Bronce había sido también muy rica en oro y sus ciudadelas tuvieron mucho poderío alcanzando un gran nivel de desarrollo y habían conquistado la isla de Creta y desarrollando un tipo de escritura silábica la lineal B derivada de la Lineal A cretense. A pesar de que las tumbas más importantes de la antigua Micenas databan del siglo XV a.C. el imponente Palacio Real se remontaba al siglo XIV a.C. existiendo otros palacios en las plazas fuertes de Tirinto en Argólida y Pilos en Mese...

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