1. EL SISTEMA NACIONAL DE INNOVACIÓN Y LAS PATENTES ACADÉMICAS
JAIME ABOITES
INTRODUCCIÓN
En la economía global basada en el conocimiento el dinamismo económico de los países industrializados depende, de manera creciente, de las capacidades científicas y tecnológicas acumuladas en los sistemas nacionales de innovación (SNInn). En la economía global la universidad ha adquirido un nuevo estatus de importancia estratégica en los SNInn. Además de su papel como formadora de recursos humanos (RH), la universidad ha desarrollado capacidades en la producción, diseminación y utilización productiva del conocimiento. A esta nueva dimensión del desarrollo de las universidades Gibbons et al. (1994) les han llamado la tercera función de la universidad. Ciertamente, entre el conjunto de resultados que genera la universidad hacia la sociedad y el sector productivo (ingenieros, economistas, publicaciones científicas, etc.) sobresalen las patentes académicas, las cuales no sólo han ido creciendo en importancia en el flujo de patentes registradas en las instituciones nacionales de propiedad intelectual sino que también han cobrado importancia en el mundo de los negocios a través de diversas modalidades (start-ups, contratos de transferencia de tecnología, etc.) que han impactado la productividad del sector industrial.
El patentamiento académico depende no solamente de las capacidades tecnológicas y científicas endógenas de la universidad, sino que son parte integral del SNInn. En otras palabras, las universidades son un agente activo que contribuye en las capacidades tecnológicas como científicas del SNInn. Así, las universidades son en cierta manera reflejo del sistema de ciencia y tecnología y, por lo tanto, el estudio sobre patentes académicas generadas en las universidades deben también considerarse desde la perspectiva del SNInn. Es importante dejar claro que el propósito de este primer capítulo no es analizar al SNInn mexicano sino focalizarse en una parte del desempeño del SNInn directamente relacionada con la dinámica de las universidades y, sobre todo, con el tema de estudio de este libro: las patentes académicas, los académicos que a la vez son inventores (recursos humanos), y la estructura organizacional de las universidades.1
El capítulo tiene siete partes. La primera es una reconsideración sintética sobre la literatura reciente en torno al SNInn subrayando la diferencia entre las economías de los países industrializados y las economías en desarrollo, como es el caso de México y de América Latina. En los siguientes apartados se estudia un conjunto de indicadores que muestran el desempeño del SNInn desde la perspectiva que interesa en este libro: la producción de conocimiento y las patentes académicas. Se inicia, en la segunda parte, con el análisis del gasto en I+D que es un componente fundamental en el esfuerzo para producir conocimiento e impulsar las innovaciones en las economías modernas. En la tercera se estudia la inversión en conocimiento de la OCDE. En la cuarta parte se analiza la formación de capital humano. La quinta parte está dedicada al análisis de la producción de conocimiento codificado en patentes focalizándose en el ámbito de las patentes académicas en México. Mientras que en el apartado sexto se exploran las consecuencias del desempeño del SNInn sobre la balanza de pagos tecnológica y productividad del trabajo en la economía mexicana. Finalmente, se presenta un conjunto de reflexiones sobre los resultados del análisis.
1. EL SISTEMA NACIONAL DE INNOVACIÓN Y LA ECONOMÍA GLOBAL BASADA EN EL CONOCIMIENTO
La literatura especializada de las tres últimas décadas ha subrayado, desde diversas visiones analíticas, que la globalización basada en el conocimiento está dinamizada por el esfuerzo innovador en los países industrializados (Fagerberg, 2009 y 2012; Narula y Zanfei, 2007; Grossman y Helpman, 1992). En efecto, existe un amplio consenso de que el flujo de innovaciones en el contexto de los paradigmas tecnológicos en pleno desarrollo (tecnologías de la información y comunicación, biotecnología, etc.) se ha convertido en una fuente permanente de competitividad, aumento de la productividad y crecimiento económico.
La literatura teórica y estudios de caso sobre los sistemas nacionales de innovación (SNInn) en los países industrializados y en desarrollo es extensa (Nelson, 1993; Edquist, 2007; Mowery y Sampat, 2007; Lundvall et al., 2002; Cimoli, 2000; OCDE y Comisión Europea, 2005). Estas economías se caracterizan por tener un SNInn integrado a través de un complejo institucional apoyado, tanto por el gobierno como por las empresas privadas (Nelson, 1995, 2005; Fagerberg, 2005; Edquist, 2008). En cambio los países en desarrollo tienen un SNInn con menor grado de integración y vinculación. Además, estos sistemas no funcionan con la eficiencia y profundidad que en los países industrializados. En los países industrializados uno de los ejes decisivos de la expansión económica es el flujo de innovaciones que se deriva de cuantiosas inversiones en conocimiento.
El gasto en I+D se ubica en el rango entre 2.5-3.5% del PIB, mientras que los países en desarrollo no sobrepasan el uno por ciento. Esta diferencia radica en que las empresas privadas de las economías industrializadas, elevan la productividad y los beneficios poniendo en marcha costosos programas de I+D e invirtiendo (aisladamente o en red con otras empresas y, en algunos casos con las universidades) para producir nuevos productos y procesos productivos que les den ventajas monopólicas, a través de distintos títulos de propiedad intelectual (patentes, secretos industriales, diseños, marcas, etc.) y otros mecanismos de mercado. En cambio, en las economías en desarrollo, la difusión del avance tecnológico proveniente de los países industrializados y las innovaciones incrementales representan las fuentes locales del cambio tecnológico. En general, estas economías con menor grado de desarrollo no se expanden por la actividad de I+D domésticas sino que sus fuentes son la difusión vía importaciones de tecnologías e innovaciones que se producen en los países industrializados.
En efecto, la adquisición de tecnología incorporada (maquinaria y equipo) en los países industrializados son el componente más importante en la conformación del aparato productivo y en el largo plazo sus transformaciones dependen de este flujo de importaciones. Esto genera, como veremos más adelante en este capítulo, que las balanzas de pagos tecnológicas sean crónicamente deficitarias. El sustento fundamental de su crecimiento y de su competitividad no proviene del impulso innovador sino que depende, generalmente, de la dotación de recursos naturales (petróleo en el caso de México) y un mercado laboral de bajos salarios asociado a una flexibilidad laboral formal y un extenso sector informal. Estas características atraen a las empresas globales en los segmentos intensivos en mano de obra tales como la industria automotriz, electrónica, electrodomésticos, telecomunicaciones, etc.; esencialmente basados en el ensamblaje (maquiladora) en México y no de la eficiencia de los procesos productivos, proveedores y diferenciación de productos que se deriva de la innovación.
2. EL GASTO EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO (I+D)
El gasto en I+D es uno de los ejes fundamentales que sostiene y opera financieramente el SNInn. El origen (fuentes de financiamiento: público y privado) y el destino (sectores que utilizan el financiamiento), determinan el carácter y la naturaleza del SNInn tanto en las economías industrializadas como en los países en desarrollo.
En la gráfica 1.2.1 se observa la evolución, en el largo plazo, del gasto en I+D en México como proporción del PIB. En particular, se contrasta su comportamiento antes y después del TLCAN para observar si se registró una inflexión importante en el financiamiento del SNInn. En efecto, el gasto en I+D entre 1973-1994 comparado con el periodo 1994-2011 (gráfica 1.2.1) sólo muestra, en promedio, un leve incremento al pasar del 0.39 en 1973 a 0.45 en 2011 como proporción del PIB. Además, su comportamiento ha sido errático. Basta mencionar, a guisa de ejemplo, que durante el auge petrolero de 1977 a 1980 el indicador alcanza el 0.45 del pib; nivel semejante al de 1998. Además de las fluctuaciones que se observan en la gráfica 1.2.1 en el gasto de I+D sugieren falta de continuidad en este componente fundamental de la inversión en conocimiento en México. Lo anterior indica que el TLCAN no significó una inflexión positiva a favor de la inversión en I+D, y por tanto, de las actividades que soportan la actividad inventiva e innovadora de la economía fundamentales en la globalización basada en el conocimiento.
GRÁFICA 1.2.1. GASTO EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN MÉXICO, 1973-2011
FUENTE: Los datos del periodo 1973-1989 fueron tomados de Aboites (1995) y de 1990 a 2009 del sitio web de RICYT <www.ricyt.org>.
Pero, ¿quiénes financiaron el gasto en I+D en México?, y, además, ¿quiénes utilizaron los recursos financieros? Estas interrogantes son fundamentales para conocer el origen de los flujos financieros y qué agentes y sectores los utilizan.
En el cuadro 1.2.1 se presenta una comparación internacional del gasto en I+D según el sector de financiamiento (gobierno, empresas y otros) y según el sector de ejecución. Se analizan cuatro países industrializados (Estados Unidos, China, Japón y Corea) y el mismo número d...