GRUPOS ESPECIALES
Y DE APOYO POLICIAL
Desde su consolidación como cuerpo civil armado, la Policía de Guadalajara ha precisado el apoyo de unidades especiales o grupos con características de acuerdo a las necesidades que se presenten. En una Guadalajara poco urbanizada de fines del siglo XIX se dispuso de la caballería como elemento reforzador de la vigilancia en caminos circundantes, para desplazamiento rápido o como factor de disuasión. Otras unidades de apoyo estaban conformadas por agentes encubiertos que realizaban acciones de vigilancia e información, grupos de vigilancia del aseo y el ornato inclusive los comisionados al alumbrado y la vigilancia nocturna como los serenos, llamados también encendedores o guardafaroles.
Con el tiempo estos grupos siguieron surgiendo apoyados en los avances tecnológicos como los grupos motorizados, los ciclo policías y los muy especializados como los escuadrones antibombas, el grupo aerotáctico y los grupos antiterroristas. En la actualidad existe una gran cantidad de clasificaciones de los grupos dependiendo sobre todo de tras factores: su finalidad, su operatividad y sus funciones. Así tenemos que dentro de los grupos clasificados por su finalidad podemos considerar a los grupos de choque, de reacción y de respuesta inmediata. Por su operatividad están los de Operaciones especiales y los grupos tácticos. Por sus funciones se les puede clasificar en mixtos y polivalentes. En su denominación algunos pueden contener múltiples adjetivaciones juntas por ejemplo «Grupo táctico mixto de respuesta inmediata», etcétera.
A continuación haremos un breve recuento cronológico de algunos grupos de apoyo o secciones especiales con que contó la Policía de Guadalajara a lo largo de su historia.
GRUPOS DE APOYO EN LA ÉPOCA ANTIGUA
POLICÍA ESPECIAL
En su análisis sobre la Policía de la capital, presentado en 1851, Pedro Vander Linden, médico de origen belga, dividía al personal en: administrativo, agentes ostensibles o de la vigilancia ordinaria y a los agentes especiales «porque no extienden su vigilancia más que a las personas, con el objeto de descubrir sus opiniones respecto a la administración del Estado, y de las maquinaciones que intentan poner en práctica para trastornarle;» se trataba pues de la Policía política o de Estado.
Uno de los motivos que llevaron a la turba encabezada por José María Blancarte a manifestarse contra Jesús López Portillo en 1852 eran los agentes de esta sección de su innovador modelo de policía urbana, que se infiltraban entre la población, la espiaban y molestaban ganándose el mote de «cuicos», que como se dijo, desde la época colonial tenía un uso peyorativo, sinónimo de soplón o «cantor» ante los tribunales. Aunque lo negaba rotundamente en un escrito en 1853, parece ser que la sección especial de López Portillo tuvo mucha más actividad de la que reconoció o tuvo conocimiento. Un ejemplo de estos agentes se encuentra en la novela Memorias de un polizonte de Victoriano Salado Álvarez, la cual está escrita en forma de diario y narra en primera persona las actividades del agente Lorenzo Cuevas, quien se especializaba en detectar «anarquistas, masonetes, liberalescos, Ateos» y cualquiera que osara hablar mal de su Alteza Serenísima, Antonio López de Santa Ana que es cuando se desarrolla la novela.
Existen pocos registros en los archivos municipales sobre el uso de esta sección de policía, pues al parecer su uso era discrecional y aparecen ocasionalmente uno o dos elementos mencionados como tal en la Revista de Comisario de 1878, donde se solicitaba al Ayuntamiento el 1 de febrero de ese año «se sirva disponer se paguen 83 pesos que vence la Policía Secreta cada mes cuya suma se ha recibido en los meses anteriores para tal efecto». Como se ve, en ocasiones se le conocía también como «Policía secreta». Años después, en 1918 se unirá a la «Reservada» para crear las Comisiones de Seguridad, antecedente lejano del Servicio Secreto. En 1929 un poco a la inversa, se seguía seleccionando personal de las Comisiones de Seguridad para ingresar a la Policía Especial. Debía presentar los aspirantes una carta de recomendación que afirmara su buena conducta, desempeño y tener cierta antigüedad y experiencia en el Cuerpo Ordinario de Policía.
CUERPO DE CABALLERÍA MUNICIPAL
Desde la primer de Comisario presentada por el recién reorganizado Cuerpo de Policía Municipal en noviembre de 1874, ya aparece constituido el Cuerpo de Policía Montada a cargo de Felipe López al mando de nueve elementos con sus respectivos caballos. Era una sección con un status ligeramente superior a la de a pie. El ingreso a esta se consideraba un ascenso por su sueldo superior y por la categoría que daba el uso del caballo. Inclusive el jefe político solicitó el 30 de sept...