Las tres primeras Internacionales
eBook - ePub

Las tres primeras Internacionales

su historia y sus lecciones

  1. 180 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Las tres primeras Internacionales

su historia y sus lecciones

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Este libro resume de una manera excepcional más de un siglo de desarrollo del movimiento obrero revolucionario mundial. Pese a que han pasado varios años desde que vio la luz por primera vez, su lectura y estudio siguen siendo de una utilidad extraordinaria para la formación de las nuevas generaciones de socialistas revolucionarios.Los autores analizan la historia, las experiencias y las lecciones de la lucha de clases a partir de los avances y retrocesos que Marx planteó como la tarea más importante que tenían que llevar adelante los trabajadores: construir una dirección internacional para hacer la revolución socialista mundial.Novack, Frenkel y Feldman sostienen que esta tarea, que las tres primeras Internacionales dejaron inconclusa, debe continuarse y es al servicio de ese objetivo que volvemos a publicar esta obra.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Las tres primeras Internacionales de George Novack, Dave Frankel, Fred Feldman en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Politica e relazioni internazionali y Comunismo, post-comunismo e socialismo. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

HISTORIA DE LA OPOSICION DE IZQUIERDA (1923-33)

Por Dave Frankel


En el movimiento socialista existen, a escala mundial, tres tendencias básicas, cada una de las cuales ha surgido del desarrollo histórico específico.
La Segunda Internacional o socialdemocracia, fundada en 1889, se desintegró como organización revolucionaria en 1914, cuando sus partidos miembros apoyaron a sus “propios” gobiernos imperialistas en la matanza de la Primera Guerra Mundial. Esta tendencia es representada hoy por los partidos procapitalistas socialdemócratas, dirigidos por figuras como Willy Brandt en Alemania occidental y Harold Wilson en Inglaterra.
La Tercera Internacional fue fundada en 1919 bajo la dirección del Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky. Pero, con el surgimiento del stalinismo en la década del 20 se transformó en un apéndice de la burocracia soviética; finalmente, fue disuelta por Stalin en 1943, como un gesto de amistad con sus aliados imperialistas. Bajo Stalin, los partidos de la Tercera Internacional o Comintern pasaron a defender la política exterior inmediata de la burocracia soviética, no las necesidades de la revolución mundial. Aunque hoy, debido a sus alianzas con las diferentes burocracias nacionales, existen partidos estalinistas pro-Moscú y pro-Pekín, en esencia estos partidos siguen la misma política.
La tercera tendencia histórica en el movimiento obrero mundial es el trotskismo. El movimiento trotskista, representado en EE.UU. por el Socialist Workers Party [SWP, Partido Socialista de los Trabajadores] y la Young Socialist Alliance [YSA, Alianza de la Juventud Socialista], y organizado alrededor del mundo en la Cuarta Internacional, es el continuador de la tradición revolucionaria y del programa del marxismo.
La lucha de Lenin contra Stalin
El año 1923 ha pasado a la historia como aquel durante el cual se organizó la Oposición de Izquierda en la Unión Soviética. Esta fue dirigida por León Trotsky, principal organizador de la insurrección que llevó a los obreros al poder en 1917 y comandante del Ejército Rojo durante la Guerra Civil. Trotsky también fue el primer comisario del pueblo de asuntos exteriores del nuevo gobierno revolucionario que se estableció.
La Oposición luchó contra la burocratización y degeneración del Partido Bolchevique, por una política exterior revolucionaria, por una política económica basada en la industrialización planificada y por la participación permanente de las masas de obreros y campesinos en la vida política y cultural del país.
Los parásitos burócratas que dominan hoy la Unión Soviética tratan de posar como los herederos y continuadores de la Revolución de Octubre y de las ideas de Lenin, mientras presentan a la Oposición de Izquierda y a su lucha contra Stalin como “pequeñoburguesa”, e incluso contrarrevolucionaria. Pero el hecho es que la Oposición de Izquierda llevaba adelante una batalla comenzada por Lenin en diciembre de 1922. Hace cincuenta años, en la última lucha política de su vida, Lenin abrió el fuego contra la creciente burocracia en el Partido Comunista y en el Estado soviético y contra el principal representante de esa burocracia: Stalin.
Lenin siempre estuvo alerta ante los problemas del burocratismo en el nuevo Estado obrero, y desde 1920 señalaba sus “deformaciones burocráticas”. Pero en el otoño de 1922, cuando regresó al trabajo después de una seria recaída, quedó impresionado por la expansión de la burocracia en el partido y en el Estado. Lenin pronunció tres discursos antes de sufrir un segundo infarto el 16 de diciembre de 1922, que finalmente lo obligó a retirarse de su actividad pública. En cada uno de ellos planteaba el problema de la burocracia en el Estado. El 20 de noviembre, decía: “Es necesario que ellos, los comunistas, dominen el aparato en el cual trabajan, y no como sucede con frecuencia, que el aparato los domine a ellos”. [Lenin. Obras completas, Tomo XXXVI] Al explicar que quería decir con “la maquinaria”, en un discurso anterior del 31 de octubre, comparó el número de empleados públicos en Moscú en 1918 con el de octubre de 1922. A pesar de que los bolcheviques habían tratado de disminuir la burocracia del Estado, descubrieron que el número de funcionarios había aumentado de 231.000 a 243.000.
El Partido Bolchevique heredó el bagaje de siglos de atraso y de barbarie semifeudal cuando tomó el poder en el Imperio Ruso, en octubre de 1917. Sólo trescientas personas de cada mil sabían leer y escribir. La destrucción y dislocamiento que produjeron la Primera Guerra Mundial y los dos años de Guerra Civil que le siguieron bajaron aun más el nivel cultural general del país. Estas condiciones de atraso y devastación fueron las que sirvieron de base para el crecimiento de la burocracia privilegiada, que perseguía sus propios y estrechos intereses a expensas de los obreros y campesinos de las repúblicas soviéticas y del resto del mundo. Las duras condiciones económicas condujeron a una lucha desmoralizadora por las necesidades básicas de la vida. Las masas, quienes ya habían hecho enormes sacrificios, tendían a alejarse de la actividad política, mientras que numerosas personas se acercaban al Partido Bolchevique con la esperanza de lograr un trabajo liviano. Estos problemas se agravaban por la circunstancia de que los bolcheviques tenían que confiar, parcialmente, en el viejo servicio civil zarista, así como en “especialistas”, los cuales a menudo hostiles a la revolución, estaban dispuestos a servir al nuevo gobierno a cambio de altos salarios y privilegios especiales. El resultado de todo esto fue el crecimiento, dentro del Partido, de una corriente que reflejaba las aspiraciones de los arribistas.
Esta corriente se aglutinó alrededor de Stalin. Como cabeza del Buró de Organización del partido, era el responsable de asignar a los miembros de éste los cargos que debían ocupar en el Partido Bolchevique y el aparato del Estado. Stalin empezó a usar este poder para hacerse de seguidores personales, dando trabajo a quienes le eran leales, enviando a quienes no cooperaban a zonas aisladas y recomendando a sus incondicionales servidores para las posiciones de mayor responsabilidad. Stalin también era la cabeza de la Inspección Obrera y Campesina (Rabkrin), que, precisamente, estaba encargada de investigar y prevenir tales abusos burocráticos. Como resultado de ello el Rabkrin se convirtió en un organismo más del gobierno lleno de arribistas en búsqueda de trabajos livianos y seguridad económica.
En diciembre de 1922, Lenin abrió fuego contra la creciente fracción que estaba siendo construida por Stalin. A principios del mes le propuso a Trotsky formar “un bloque contra la burocracia en general y contra la del comité en particular”. [Trotsky. Mi vida] Lenin continuó la pelea que había empezado a pesar de su segundo infarto del 16 de diciembre, que le paralizó el lado derecho. El primer asunto en el que se concentró fue el tratamiento a las nacionalidades que habían sido anteriormente oprimidas por el imperio zarista. En aquel momento Stalin estaba encargado de una comisión de nacionalidades, que trabajaba de acuerdo a un plan para establecer un solo gobierno para todo el antiguo Imperio Ruso. Hasta ese momento, existía una federación de repúblicas independientes.
La mayoría de los bolcheviques georgianos se oponían a la centralización propuesta. La reacción de Stalin fue la de querer pasar brutalmente por encima de sus objeciones. Lenin sugirió una serie de cambios al plan de Stalin, destinadas a recoger objeciones de los georgianos. Stalin respondió en una carta al Politburó del Partido Bolchevique, fechada el 27 de septiembre de 1922 acusando a Lenin de “liberalismo nacional” y de animar a los “independientes”. [Trotsky. La revolución traicionada]
Mientras tanto, Stalin continuó presionando a los reticentes georgianos. El 22 de octubre, nueve de los once miembros del Comité Central del Partido Comunista de Georgia, renunciaron en protesta. Las cosas llegaron a tal punto que, en una reunión a finales de noviembre, Orjonikije, lugarteniente de Stalin, golpeó a un miembro del partido georgiano que estaba en desacuerdo con él. Lenin empezó entonces a realizar sus propias investigaciones sobre la cuestión de Georgia y descubrió que había estado recibiendo información falsa. En unas observaciones dictadas el 30 de diciembre, Lenin criticó agudamente el plan de Stalin de unificar las repúblicas soviéticas. “Evidentemente toda esa empresa (...) fue radicalmente errónea e inoportuna”, dijo Lenin.
“Se dice que es necesario un aparato único”, continuó. “¿De dónde provenían esas afirmaciones? ¿No provenían acaso del mismo aparato ruso, que, (...) tomamos del zarismo, y recubrimos ligeramente con un barniz soviético?” Lenin habló de la necesidad de “defender a los no rusos de la embestida de ese hombre realmente ruso, del chovinista gran-ruso, en esencia, ese canalla y ese opresor que es el típico burócrata ruso”. Insistió en que “la responsabilidad política de esa campaña nacionalista auténticamente gran-rusa debe imputarse a Stalin y Dzershinski”. [Lenin. Obras completas, tomo XXXVI]
El 4 de enero de 1923, Lenin agregó una posdata a las observaciones sobre la dirección bolchevique que había hecho el 25 de diciembre y que más tarde se conocieron como su testamento. Ya había prevenido al partido de que “El camarada Stalin, al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, pero no estoy seguro de que sepa usar siempre con la necesaria prudencia”. [Moshe Lewín. La última lucha de Lenin] Entonces, propuso que el partido “buscara la forma de remover a Stalin” de su cargo de secretario general.
Mientras tanto, Lenin también abrió un ataque contra el Rabkrin, dirigido por Stalin desde su formación en febrero de 1920 hasta mayo de 1922. El 23 de enero terminó un artículo proponiendo la reorganización del Rabkrin y el 6 de febrero acabó su artículo Mejor pocos, pero mejores. Este era un ataque tan fuerte a toda la trayectoria y organización del Rabkrin que los partidarios de Stalin trataron de impedir su publicación. Kuibishev, subordinado de Stalin en el Buró de Organización, llegó a proponer que se imprimiese un falso ejemplar de Pravda para hacer creer a Lenin que su artículo había sido publicado.
Finalmente, la nota apareció en Pravda el 4 de marzo de 1923. “Llevamos cinco años de ajetreo tratando de mejorar nuestro aparato estatal, pero ha sido un simple ajetreo, que en estos cinco años ha demostrado ser inútil, o incluso vano, o incluso nocivo” , escribió Lenin. “En verdad, se preguntó Lenin, ¿Qué objeto tendría, en efecto, crear un comisariato del pueblo (…) que no inspirara la menor confianza, y cuya palabra no tuviese la menor autoridad”. [Lenin. Obras completas, Tomo XXXIII] Y para hacer énfasis en el papel de la fracción de Stalin en el partido, planteaba: “dicho sea entre paréntesis, tenemos burócratas, no solo en las instituciones soviéticas, sino también en las del partido”. [Ídem]
El 5 de marzo Lenin escribió a Trotsky pidiéndole que defendiese a quienes disentían con Stalin en el Partido Comunista de Georgia en la disputa sobre la formación de la URSS. “Este asunto es actualmente objeto de ‘persecución’ por parte de Stalin y Dzerzhinski” escribía Lenin, “y no puedo confiar en su imparcialidad. Más bien todo lo contrario”. [Lenin. Obras completas Tomo 54]
El mismo día Lenin escribió a Stalin amenazándolo con romper toda relación personal con él. Al día siguiente escribió también a los dirigentes del partido de Georgia que se habían opuesto al plan de unificación de Stalin: “estoy siguiendo su caso con todo mi corazón”, les decía, “y me indigna la brutalidad de Orjonikije y la complicidad de Stalin y Dzershinski”. [Ídem]
Pero la lucha planeada por Lenin para el XII Congreso del Partido Bolchevique programado para ese mes nunca se materializó. El 9 de marzo, Lenin sufrió otro derrame que lo paralizó completamente y le hizo imposible participar en la vida política hasta su muerte el 24 de enero. El congreso se pospuso hasta abril. Trotsky no quiso abrir la pelea por temor a que se interpretase como un intento de asegurarse la posición de dirección previamente ocupada por Lenin. Además, aun tenía la esperanza de que Lenin se recuperara.
Stalin, asustado por la tormenta que se le avecinaba, aceptó reescribir su informe sobre las nacionalidades y votar por el documento de Trotsky sobre la economía, con el cual no estaba de acuerdo. El retiro de Lenin de la actividad política demoró el conflicto que se gestaba, pero seis meses después estalló con toda su fuerza.
Sin embargo, antes de entrar en la lucha que libró la Oposición de Izquierda, es necesario explicar con más detalle por qué surgió la burocracia.
¿Por qué surgió la burocracia?
Existían dos causas fundamentales para el crecimiento de la casta burocrática en Rusia. La primera de ellas fue el hecho de que la revolución iniciada en Rusia no tuviese éxito en el resto de Europa. En una sesión del Soviet de Moscú el 23 de abril de 1918, Lenin dijo: “(...) si no sabemos resistir hasta que llegue el vigoroso apoyo de los obreros que se han alzado a la insurrección en otros países, pereceremos”. [Trotsky. ¿Socialismo en un solo país?] Esta era la opinión unánime de los dirigentes bolcheviques durante los primeros años de la revolución y aunque ésta no pereció, quedó gravemente herida por su aislamiento.
La segunda causa básica del surgimiento de la burocracia fue el terrible atraso cultural y económico heredado por la revolución. En 1920, al terminar la Guerra Civil que durante dos años y medio azotó al país, Rusia quedó prácticamente destrozada. El ingreso nacional llegaba sólo a la tercera parte de su nivel de 1913. La producción industrial era menos de una quinta parte de la anterior a la guerra, y las condiciones eran aun peores en los sectores claves de la industria pesada. Las minas de carbón producían menos de una décima parte y las fundiciones de hierro sólo una cuarentava parte de las cifras de 1913.
La caída de la industria significó también una disminución del intercambio entre el campo y la ciudad. Los campesinos no traían su grano a la ciudad porque no había nada que conseguir a cambio.
La clase obrera había descendido al mínimo respecto de su fuerza anterior. Muchos de los obreros más conscientes y abnegados habían muerto en el frente durante la Guerra Civil. Al no encontrar trabajo ni comida en la ciudad, muchos de los sobrevivientes volvieron al campo. En 1921 Moscú tenía sólo la mitad y Petrogrado un tercio de su antigua población.
Además de todas las calamidades producidas por siete años de la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil y la intervención imperialista, vino otra, causada por la naturaleza. Sequía, tempestades de arena y una invasión de langostas en el área cultivada a orillas del Volga causaron una de las peores hambrunas de la historia. A fines de 1921 cerca de 36 millones de personas estaban al borde de la inanición. En su libro El profeta desarmado, Isaac Deutscher describió así aquel período:
“Rodeada por un mundo hostil, o en el mejor de los casos indiferente, Rusia se hallaba sola, desangrada, hambrienta, aterida, consumiéndose por las enfermedades y abrumada por el abatimiento. Entre el hedor de la sangre y la muerte, su pueblo escarbaba salvajemente buscando un aliento, un pálido destello de luz, una migaja de pan”.
Al final de la Guerra Civil empezaron a crecer rápidamente las corrientes políticas que expresaban la insatisfacción de las masas; los bolcheviques, preocupados por aliviar la situación del país, inauguraron la Nueva Política Económica (NEP) en marzo de 1921. La primera meta de la NEP era revivir la producción agrícola y el comercio entre las ciudades y la población rural. El énfasis que se había dado a la industria de guerra durante los años anteriores, se le daba ahora a los productos de consumo. Se dio incentivos a los campesinos para que cultivaran todo el grano que pudiesen y se les garantizó su derecho a retener la mayor parte de su cosecha y venderla en el mercado libre. El gobierno también permitió el establecimiento de industrias privadas en algunas ramas de la producción.
Esto estaba muy lejos de la política previa aplicada necesariamente durante la Guerra Civil. Bajo el “comunismo de guerra”, toda la industria había sido dirigida por el Estado como parte del esfuerzo militar. Las ciudades eran abastecidas de grano por destacamentos del Ejército Rojo que se lo confiscaban a los campesinos. Esta política, junto con la incapacidad de la industria para producir los bienes que necesitaban los agricultores, destruyó los incentivos que éstos pudiesen tener para cultivar más grano del que fuese necesario para su propia subsistencia. Para qué trabajar, razonaba el campesino, si nada conseguimos en cambio.
Aunque restablecieron el comercio libre en las repúblicas soviéticas y permitieron el retorno de algunas industrias privadas, los bolcheviques retuvieron el control de “las fuerzas dirigentes” de la economía. El Estado continuó dirigiendo la mayor parte de la industria pesada y conservó el monopolio del comercio exterior, el transporte y la banca. En efecto, en marzo de 1922, un año después de la introducción de la NEP, el 84,5 por ciento de todos los obreros industriales que producían el 92,4 por ciento de toda la producción industrial estaban empleados en empresas del Estado. El nuevo énfasis en la industria de consumo y la restauración del mercado tuvieron como resultado una rápida recuperación de la agricultura, del comercio y la industria liviana. En abril de 1923, la producción agrícola se había elevado a un 75 por ciento de las cifras de 1913. En 1922, la producción rural y de la industria artesanal había llegado a un 54 por ciento del nivel de la preguerra.
Sin embargo, junto con el resurgimiento de la economía, la NEP trajo consigo cambios menos benéficos. La industria pesada -el sector de la economía que produce máquinas, herramientas, químicos, metales y procesa materias primas- no se recuperó tan rápidamente como la industria de consumo y en esta rama, junto con la producción privada, volvió el desempleo. En septiembre de 1922, había 500.000 desocupados de un total de tres millones en la fuerza de trabajo. Al mismo tiempo que estos trabajadores sufrían desempleo, surgió una nueva clase económicamente privilegiada de administradores de fábrica, especialistas, campesinos ricos, especuladores, y comerciantes pasó al primer plano. Hacia finales de 1922, casi el 83 por ciento de todo el comercio interior estaba en manos privadas. E. H. Carr describe gráficamente un ejemplo del progreso de esta capa en El interregno:
“Mikoyan habló en la decimotercera conferencia del partido de enero de 1924 de un especialista, a quien se le ofreció un cargo en la fábrica de Kuban, que pidió, además de varios pluses por encima del salario máximo, un piso de cuatro habitaciones amuebladas y baño, y todo ello dotado de luz y calefacción; un caballo y un coche para él y su familia, dos meses de vacaciones al año y una casa de verano de dos habitaciones a orillas del Mar Negro para su familia; y permiso para tener una vaca en los terrenos de la fábrica. La cooperativa que dirigía esta fábrica aceptó estas condiciones... pero demasiado tarde, porque el especialista había recibido, mientras tanto, una propuesta más atractiva desde Moscú. Se decía que tales prácticas eran cosa corriente”.
A medida que la industria extendió sus operaciones dentro de los marcos de la NEP, su manejo empezó a volver a manos de los antiguos gerentes y especialistas burgueses que en el primer período de la revolución habían sido remplazados por trabajadores. Un número creciente de estos nepmen [hombres de la NEP] comenzaron a ingresar al Partido Bolchevique. En 1922, el 35 por ciento del personal ejecutivo en las principales industrias estaba clasificado como no trabajador y sólo uno de cada siete eran miembros del partido. Un año después, el 64 por ciento estaba clasificado como no trabajador y la mitad de ellos pertenecía al partido.
El surgimiento de estos burócratas era el resultado directo del terrible atraso heredado por la Revolución Rusa. En un país donde aun saber leer y escribir era un premio, los matemáticos, expertos financieros, químicos, ingenieros y administradores que se necesitaban para manejar las industrias modernas podían reclamar privilegios especiales.
Mientras las masas trabajadoras y los campesinos pobres gastaban la mayor parte de su tiempo y energía en una lucha continua por las necesidades más elementales de la vida, los burócratas que surgían tenían el tiempo y los medios para intervenir en la actividad política y defender sus propios intereses. Además, como ya se ha mencionado, la mayoría de los obreros más conscientes y políticamente experimentados habían muerto en la Guerra Civil. Otros habían sido arrastrados a la maquinaria administrativa del Estado, abandonando una clase obrera que, a su vez, a medida que comenzó nuevamente a crecer, llenaba sus filas con campesinos. El desengaño sufrido por el fracaso de la revolución en el resto de Europa también influyó considerablemente.
Cuando las masas rusas conmovieron a la histori...

Índice

  1. Las tres primeras Internacionales
  2. PRESETNACIÓN
  3. INTRODUCCIÓN
  4. LA PRIMERA Y SEGUNDA INTERNACIONALES
  5. LA EVOLUCION DE LA COMINTERN1 (1919-36)
  6. HISTORIA DE LA OPOSICION DE IZQUIERDA (1923-33)
  7. STALINISMO E INTERNACIONALISMO (1935-73)