Escena IV
Nos encontramos en el despacho de la mansión de Marte. Arela está sentada detrás de su escritorio, con Irma al otro lado, quedando cara a cara con su princesa. Electra de Júpiter, Tritón de Neptuno (acompañado de su consejero), Ráfaga de Urano y Eros de Venus están sentados en sus propias sillas, observando detenidamente la situación que está tomando lugar en la habitación. La Espada de Marte está colocada sobre el escritorio de Arela, reluciendo su finísima hoja de acero.
Arela (con tranquilidad).
Irma, dime, ¿tuviste algún problema en sacar la Espada de Marte de la Piedra Roja?
Irma (cautelosa).
No, princesa. Esa espada se deslizó más rápido que la miel que sale de un frasco.
Arela.
Y cuando tocaste la empuñadura, ¿no te quemó las manos?
Irma.
No, princesa, no fue así. De hecho, fue como si mis dedos se sumergieran en la más fresca de las fuentes.
Arela.
Y cuando la cargaste, ¿no te resultó pesada?
Irma.
Para nada. Fue como sostener un ligero ramo de lirios.
Arela (a Marcos).
Creo que entiendes lo que esto significa, ¿verdad?
Marcos mira hacia arriba y suelta un suspiro, como cuando alguien se ha resignado inevitablemente.
Marcos (sin ánimos).
Sí, princesa, por supuesto que lo comprendo. (A los demás príncipes y princesas). Escuchen todos: saluden a nuestra nueva intercesora.
Electra de Júpiter se levanta en un salto de su asiento y golpea la hoja de su sable contra el suelo.
Electra (furiosa)
¿Estás diciéndome que esta... que esta sirvienta va a ser la nueva intercesora del planeta Marte? ¡Me niego a aceptar algo así!
Arela (con seca autoridad).
Electra, toma asiento en este instante.
Electra mira a Arela, desafiante.
Arela.
Electra de Júpiter, ¿pretendes desobedecer mis órdenes?
La princesa de Júpiter, no de muy buena gana, hace caso a los mandatos de la princesa de Marte y vuelve a sentarse.
Arela.
Amigos, entiendan la situación, debemos obedecer la ley que fue escrita desde el inicio de los tiempos. Nuestras normas indican que quien sea capaz de sacar la Espada de Marte de la Piedra Roja, debe convertirse en el intercesor de este y los demás mundos.
Electra.
¿Qué me dices entonces del Cristal Escarlata? ¿No dice la tradición que ese cristal brillará una vez que la Espada de Marte sea liberada, y aparecerá en las manos del próximo intercesor? Yo no he visto que algo así ocurra aún.
La princesa Arela se levanta de su escritorio y camina por la oficina, pensativa. Todos la miran impacientes, esperando a que diga algo.
Eros de Venus, el planeta del amor y la pasión, se aclara la garganta.
Eros (a Electra, en tono burlón).
Princesa, sé que no le gusta la idea, pero hay que respetar la tradición de Marte...
Electra, nada contenta con ese comentario, vuelve a estrellar la hoja de su sable contra el suelo.
Electra.
¡Ah! Con que esas tenemos, ¿eh? Tradición, tradición... Muy bien, entonces, como dice la tradición, ¡exijo la realización de un Luctus!
Todos sueltan un grito ahogado debido a la impresión, excepto Irma, que no tiene idea de lo que está diciendo la princesa de Júpiter.
Marcos (serio).
Princesa Electra, usted debe saber muy bien que el Luctus sólo se hace en situaciones especiales.
Júpiter (mirando a Irma).
Una joven sirvienta pudo liberar la Espada de Marte de la Piedra Roja. Sin embargo, el Cristal Escarlata no ha emitido brillo alguno. Pienso que esta situación cabe perfectamente en la definición de “especial”.
Irma (intimidada).
Disculpen pero, ¿qué es un Luc... Luc...?
Marcos.
Un Luctus es una competencia que se lleva a cabo cuando se presentan peculiaridades en la elección del siguiente intercesor. Sólo se tienen registro de dos peticiones de Luctus en toda la historia, y parece que esta será la tercera.
Irma.
¿Y en qué consiste esa competencia?
Marcos.
El prospecto a intercesor debe enfrentarse, uno por uno, a los demás príncipes y princesas del Sistema Solar en una serie de duelos. Si logra vencer en todos los combates, el prospecto se queda con su título y se convierte en intercesor, pero si llega a perder en uno de los duelos, su rival puede reclamar el puesto como el intercesor del planeta Marte.
Irma, asustada, se lleva las manos a la boca, sin poder creer lo que escucha.
Irma.
¿Duelos? ¿Qué tipo de duelos?
Marcos.
Son duelos con espada.
Irma (poniéndose de pie, alterada).
¡Pero si yo nunca he usado una espada en mi vida! Lo siento, pero no creo poder participar en lo que me piden.
Electra de Júpiter suelta una risa sarcástica.
Electra.
No, guapita, pero está prohibido rehusarse. No te queda otra opción que jugar con nosotros.
Irma voltea a ver a Marcos, suplicando piedad con la mirada.
Marcos (apenado).
Lo siento, niña, pero Electra tiene razón, el prospecto a intercesor no puede negarse a participar en el Luctus. Es contra la ley.
Irma (a Marcos).
¿Quiere decir que tú también vas a pelear?
Marcos.
No, yo no. En el Luctus sólo pueden competir aquellos príncipes y princesas diestros en el combate. Aunque yo tengo el título de guardián mi planeta, mi rol es el de un simple mensajero, a diferencia de los aquí presentes.
Júpiter (a los demás, con voz mandona).
¡Ahí les hablan! Ustedes van a participar también, ¿no es así? ¿Qué dices tú, Tritón? ¿Le entras?
Tritón de Neptuno (entre tenso y ansioso por hablar frente a todos).
La verdad yo pienso que... bueno... yo...
Consejero de Tritón (interrumpiendo a su príncipe).
Por supuesto que acepta. Sería un deshonra para todo Neptuno, que no siguiéramos las tradiciones y normas que se han celebrado desde tiempos ancestrales en el Sistema Solar.
Electra (a Ráfaga).
¿Y tú qué, Ráfaga? Quita esa cara de tonta y di algo en esta reunión tan importante, por favor.
Electra de Urano sólo mira al techo, pensando. No está muy interesada en lo que ocurre a su alrededor.
Electra (impaciente).
¡Se nos va la vida, así que responde! ¿Vas a jugar o no? ¡Contesta!
Ráfaga de Urano (soltando un suspiro y aventando su cabellera hacia atrás, sin dejarse apantallar por Electra).
Está bien, está bien. Supongo que puedo participar...
Electra (a Eros, un poco más tranquila. Sabe que a ese príncipe no se le puede intimidar o exigir).
Sólo faltas tú. ¿Qué dices?
Eros (tajante y directo).
Acepto.
Electra (triunfante).
Entonces está decidido. Un nuevo Luctus tomará lugar en el reino de Ma...