Ser amigo mío es funesto
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Ser amigo mío es funesto

Correspondencia (1927-1938)

  1. 432 páginas
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"Alemania está muerta. Para nosotros, está muerta … Ha sido un sueño. ¡Véalo de una vez, por favor!".De esta manera se dirige Joseph Roth a su gran amigo Stefan Zweig, con quien mantuvo una singular y reveladora correspondencia que les permitió compartir intereses literarios, afinidades intelectuales, consejos personales y confesiones sentimentales. Roth, perspicaz y obsesivo, supo ver desde el principio el destino que le esperaba con el ascenso del nacionalsocialismo y se exilió, mientras que Zweig intentó denodadamente—y en vano—transigir, hasta convencerse de que debía emigrar. Esta colección de cartas no es sólo la crónica de un tiempo turbulento en que se impuso la barbarie, sino sobre todo el testimonio del extraordinario compromiso de dos grandes escritores europeos del siglo pasado con la razón y los valores del humanismo."Una valiosa e intensa correspondencia. Un documento descarnado que nos sitúa, en vivo y en directo, dentro de la vorágine de la Historia. Los diagnósticos de Roth en estas cartas fueron feroces, visionariamente implacables, sin concesiones".Mercedes Monmany, ABC"Un revelador retrato de la sinrazón que llevó a la Segunda Guerra Mundial. Un valioso retrato íntimo de ambos autores".Iker Seisdedos, El País"Sin duda no habrá mejor manera a nuestro alcance para conocer a Joseph Roth que este volumen. Un libro necesario para conocer mejor su pensamiento e inquietudes".Toni Montesinos, La Razón"Estas cartas no son arqueología, sino una poderosa luz que contribuye a esclarecer el mundo actual. Zweig nos invita a pasear. Roth nos hace mirar al abismo".Rafael Narbona, El Mundo"La viva correspondencia entre dos hombres de distinta extracción social, dos mentes lúcidas, sensibles, paradójicas, situadas ante una realidad sangrante que cada uno enfrentó a su manera".Robert Saladrigas, La Vanguardia"La correspondencia entre Stefan Zweig y Joseph Roth muestra los estrechos vínculos entre dos grandes escritores que afrontaron de un modo muy diferente la amenaza del nazismo. Las cartas reunidas aquí acreditan una década larga de una fraternidad no exenta de tensiones".Ignacio F. Garmendia, Diario de Sevilla"¿Por qué extraer y editar por separado la correspondencia entre Roth y Zweig? Por necesidad e interés, sin duda, y por el gran valor intelectual de estos grandísimos escritores. Y, por encima de todo, para recuperar el sentido entero de esta amistad única y auténtica".Joaquím Armengol, Ara"Esta sinceridad, esta autenticidad, este decírselo todo a la cara, sin callarse nada, desnudarse espiritualmente frente a tu interlocutor -y por lo tanto, también frente a los lectores y lectoras-, es lo más valioso de esta correspondencia".Xavier Serrahima, El Punt Avui"Epistolario lleno de miedos, dudas, lecturas, esperanzas y todo tipo de adversidades compartidas por dos grandes autores del siglo XX. Una maravilla ver cómo la amistad, el respeto y la alegría de crear, pese a tantas dificultades, triunfan sobre la desgracia".Antonio Bordón, La Provincia"Hermoso y doloroso retrato de Roth, pero también una crónica negra de la Europa camino de la Segunda Guerra Mundial y el genocidio judío".Héctor J. Porto, La Voz de Galicia

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Información

Editorial
Acantilado
Año
2020
ISBN
9788417902810
Categoría
Literatura

1. JOSEPH ROTH A STEFAN ZWEIG

Glion-sur-Montreux,
8 de septiembre de 1927
Muy distinguido señor Zweig:
Me siento en profunda deuda con usted desde hace tanto tiempo que difícilmente tengo disculpa. Me dijo usted cordiales palabras sobre mi libro de los judíos.1 Se lo agradezco vivamente.
No estoy de acuerdo con usted cuando dice que los judíos no creen en un más allá. Pero ése es un debate que exigiría mucho tiempo y espacio.
Tengo la intención en los próximos años de completar ese libro y hacerlo reeditar. Quizá pueda enlazar algunos trabajos preparatorios con mi corresponsalía para el Frankfurter Zeitung (FZ).
En otoño aparece mi próximo libro2 (una novela o una especie de novela) en Kurt Wolff. Me tomaré la libertad de hacérselo enviar.
Con cordial gratitud le saluda, siempre suyo,
JOSEPH ROTH

2. JOSEPH ROTH A STEFAN ZWEIG

Colonia,
24 de enero de 1928
Muy distinguido señor Stefan Zweig:
Me ha alegrado mucho su amable carta. Si alguien tiene derecho a exigir de mí algo consumado, ése es usted en primer lugar, que compone de manera tan consumada, rotunda y nítida. Tendría yo mucho que decir sobre mi Tunda. Tiene usted razón, era un ruptura intencionada. Este libro se ha trasladado de la primera a la tercera persona. Mientras en la narrativa misma no se ha echado en falta lo característicamente trágico, tal vez sí en el «héroe» del que se narra. Sólo que siempre he tenido y tengo prevención contra ese «trágico» tradicional, me parece que ese hombre de la posguerra tampoco tiene ya la «clásica» capacidad para la tragedia, y que ésta se traslada del «carácter» y se instala en la «observación histórica». Es decir: podemos ver una tragedia genérica en el destino que sufre un hombre de posguerra à la Tunda.
En Pascua aparecerá una segunda novela que he compuesto con todo cuidado. Se la enviaré a usted. En este instante escribo una tercera que trata de la más joven generación de Alemania. Tengo borradores pendientes desde 1920, manuscritos inconclusos que mi necesidad material me ha impedido terminar. Ahora he llegado al punto en que puedo vivir «aburguesadamente» y del todo absorbido por la necesidad de escribir y escribir. Por desgracia, aún no puedo dejar de escribir artículos. Quizá esos artículos también me estorban en las llamadas «pausas creativas» que toda persona que escribe debe intercalar. Pero, así como cualquier editor está dispuesto a pagarme hasta tres mil marcos de anticipo para ponerme barricadas a mí y también a mis próximos dos o tres años, ninguno está dispuesto a arriesgar algo por mí y liberarme de la necesidad de trabajar regularmente para el periódico. De modo que aún tengo que esperar.
Tengo un gran deseo de encontrarme con usted. Sin embargo, unas veces estoy aquí y otras allá, no tengo dirección fija. Le escribí en noviembre, cuando me enteré de que iba usted a París (en diciembre yo estaba allí), pero no recibí respuesta y pensé que estaba de viaje. Quizá tampoco ha recibido usted mi carta. Le envío en consecuencia ésta certificada, aun a riesgo de interrumpirle en mitad de un trabajo por la preceptiva firma. ¿Cuándo estará usted en París? Tengo allí una dirección hasta mediados de febrero: París XVI, 152-154, rue de la Pompe. ¿Y si me escribe usted la dirección donde estará en primavera?
Le saluda con cordial gratitud su afectísimo,
JOSEPH ROTH
Hotel Englischer Hof
Fráncfort del Meno
(Hasta el 30 de enero)

3. JOSEPH ROTH A STEFAN ZWEIG

Lvov, Polonia,
primero de junio de 1928
Muy distinguido señor Stefan Zweig:
Recibí su amistosa carta aquí, donde estaré algunas semanas con el fin de escribir «Cartas de Polonia» para el FZ. Abajo verá usted mi dirección durante mi estancia en Polonia. Mañana viajo a Vilna y puede que a Lituania.
Me ha alegrado mucho su felicitación, y le agradezco cordialmente su disposición a escribir sobre mí. Sé valorar que un escritor de su categoría y de sus compromisos intervenga a favor de mi libro. Pero le ruego no se sienta en modo alguno obligado a una crítica pública por el hecho de que haya tenido usted la gran amabilidad de obsequiarme con una privada. Conozco mentiras a que nos reducen las relaciones personales y sobre las que suele usted escribir por determinadas razones. Es algo que interfiere, bajo ciertas circunstancias, en la relación. Y sólo desearía que usted escribiera si puede hacerlo sin esfuerzo y sin que se comprometa a alguna cargante petición de informes en una redacción. Pero, como le digo, mi alegría es igual de grande por una carta suya que por una toma de posición pública.
Por supuesto, deseo vivamente leer su libro. Puede usted enviarlo aquí, pero sólo certificado.
Lo espero, pues, y entretanto vuelve a pronunciarse de usted afectísimo, suyo,
JOSEPH ROTH
Madame Helene de Szajnocha-Schenk
Ulica Hofmana 7⁄1

4. JOSEPH ROTH A STEFAN ZWEIG

Varsovia,
10 de julio de 1928
Muy distinguido señor Zweig:
Hoy me encuentro en disposición de agradecerle su libro. Lo he leído en ruta, durante mi viaje a través de muchas pequeñas ciudades, y tengo que agradecerle a usted doblemente: por mandarme un saludo a una región desierta y, en suma, por el placer de su libro (cuyo efecto, por mi soledad, en cierta medida se ha convertido en particular). Me parece que de esta manera he llegado a conocerle a usted más que si, por ejemplo, le hubiera leído o incluso me lo hubiera encontrado en Berlín o en París. Sólo falta que encuentre la oportunidad y cuente con su permiso para verle. Quizá suceda pronto. Porque el 20 o 21 estaré en Viena, donde tengo que tramitar un asunto (para mí muy cargante) de ciudadanía. Espero que no me ocupe los cinco días que puedo pasar allí. Estaré accesible ocasionalmente en la dirección del señor E. P. Tal, Lindengasse 4, Viena VII.
Stendhal es lo que más me gusta de su libro, quizá porque él me resulta más próximo. Pero aunque ya he leído bastante sobre él, me parece que en usted parece más humano. Lo que traza de él es una biografía y no un retrato. Si me permite decirle en qué está usted magistral: en la unión de una forma de lenguaje fría y precisa con una paciencia cálida, muy «desinteresada» paciencia. De modo que usted escribe la historia literaria de las naturalezas humanas y permanece en una actitud representativa. De Tolstói sabía poco y de Casanova casi nada. Le agradezco también la pura transmisión de material y le digo en esta ocasión que se percibe una colosal sabiduría en cada página. ¡Qué aplicado y preciso debe de ser usted!
¿Está de sobra hacer notar expresamente que no le devu...

Índice

  1. Cartas (1927-1938)
  2. Nota del editor alemán
  3. Fuentes
  4. Apéndice. Comentarios acerca de Joseph Roth en la correspondencia de Stefan Zweig
  5. Epílogo de Heinz Lunzer
  6. Agradecimientos
  7. ©
  8. Notas