Cosas que brillan cuando están rotas
eBook - ePub

Cosas que brillan cuando están rotas

  1. 275 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Cosas que brillan cuando están rotas

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

El 11 de marzo de 2004 Madrid sufrió el peor ataque terrorista de su historia. "A la vez que volaban los trenes, mi vida, todo lo que quería y en lo que creía estallaba con ellos: ese día mi marido partía rumbo a Berlín llevándose con él a nuestra hija de 17 años y avisandome de sus intenciones por un mail. Mientras iba digiriendo los acontecimientos yo me repetía la misma estupidez: lo tengo todo, y declinaba: lo tiene todo. Y también: lo tenemos todo. Pero, se puede tener todo y tener también una vida que no es suficiente."

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Cosas que brillan cuando están rotas de Nuria Labari en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Littérature y Littérature générale. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2016
ISBN
9788494571954
Día 1
Asunto: Nos vamos
Un doc. Adjunto: Hoja de gastos
10 de marzo de 2004, 08:30 horas.
Querida Eva
Me voy a Berlín con Clara. Una semana.
Nuestro vuelo sale a las 13:40, así que cuando vuelvas ya no estaremos en casa. No me llames si lees esto antes. Voy a hacer este viaje y no va a importarme lo que tengas que decir.
Tengo cuarenta y cuatro años y recuerdo que conocimos un tiempo en que todo era posible para nosotros, vivíamos en cualquier parte, trabajábamos en cualquier parte, hacíamos el amor en cualquier parte. Y de repente estamos aquí y es ahora: nuestra hija tiene diecisiete años, dos menos de los que nos quedan de hipoteca, llevo catorce trabajando en la misma empresa y más de veinte viviendo en Madrid. La pregunta entonces es cómo y cuándo hemos llegado aquí. Cómo y cuándo se nos ha caído encima este saco de tiempo.
La vida se agota y aquí no pasa nada. Nuestra casa ya es tan grande como necesitamos, hemos visto divorciarse a cuatro de nuestros mejores amigos, hemos enterrado a nuestro perro. Ya no salimos por las noches. Nada nos escandaliza. Y no quedan asignaturas pendientes: he perfeccionado mi inglés en ese ridículo curso para directivos. Estoy cansado. No hay ninguna meta, sólo intemperie.
Todo nos ha salido tal y como lo planeamos y, sin embargo, la amenaza persiste. Me obligo a repetirme que nos va bien, que lo hemos hecho bien, que yo estoy bien. Pero ¿nos va realmente bien? ¿de qué clase de bien estamos hablando?
La verdad es que cada día me resulta más difícil imaginar el futuro. Es como si el horizonte hubiera bajado el telón para nosotros. Pero tampoco hay marcha atrás. En este momento, separarnos significaría perder lo que tenemos. Y no me refiero sólo a nosotros, a lo que cada uno lleva pegado del otro. Estoy hablando también del dinero. No estoy seguro de que ganemos lo suficiente como para prescindir materialmente el uno del otro (adjunto hoja de gastos para que eches un vistazo a nuestros números). Dirás que el dinero no tiene nada que ver con lo que nos pasa, pero pensar en dinero me ayuda a imaginar lo que nos va a pasar. El dinero ha demostrado ser más previsible que tú y que yo, así que en este momento, me cuesta menos fiarme de él.
No sé por qué hago este viaje. Sé que no servirá para nada, pero quedarme tampoco mejorará las cosas. Quizás vuelvo a Berlín por pura nostalgia. Para recordar cómo vivíamos entonces, cuando tú y yo sólo éramos una posibilidad. Han pasado tantos años. Pobre ciudad, decidida a ser feliz, a estas alturas, con lo que ya sabe.
Lo de Clara no lo tenía previsto, pero se lo he preguntado esta mañana, mientras la llevaba al colegio, ha dicho que sí, hemos vuelto juntos a casa y le he comprado un billete. Ni siquiera he tenido tiempo de avisar en el hotel, pero me la llevo igual, compartiremos habitación. Es urgente para mí intentar conocer a mi hija. Ella crece entre nosotros. ¿En quién la estamos convirtiendo? Es una completa desconocida para mí. Por eso también este viaje tiene mucho que ver con ella. Por eso no me importa si pierde o no clases ni lo que ella pueda esperar de esta ciudad.
Eric.
Salgo de la ducha. Mi padre no está en la habitación. Es la prueba de que tengo razón. Le da vergüenza estar aquí mientras me arreglo. Y es normal. Y es culpa suya. Porque no se puede ser tan cutre. Y es culpa mía. Por imbécil. No sé qué ha querido decir con “Estamos aquí por ti”. Yo estoy aquí por él, porque me lo ha pedido y porque aquí no hay instituto.
Abro la maleta y me pongo unas bragas.
Cuelgo mis cosas en mi parte del armario y compruebo que no he traído la plancha para el pelo. Ni chubasquero ni suficientes calcetines. Ni cepillo de dientes. Ni pijama. Aunque el pijama no se me ha olvidado. Lo demás sí, pero el pijama no. Me gusta dormir desnuda, bragas y camiseta como mucho. ¿Se puede ser más cutre? Le acompaño a este viaje recién sacado de la manga y me toca compartir con él hasta el baño.
Y ahora a ver qué me pongo para dormir. Pienso acostarme en pelotas hasta que me coja una habitación para mí sola. Voy a dormir con una de sus camisas de rayas azules a modo de camisón. Me meteré en la cama vestida con la ropa del día y dentro me quedaré en pelotas. Mierda. Mierda. Joder. Todas las imágenes que se me aparecen son sucias. Tachar, tachar, tachar estas imágenes de mi cabeza y de este cuaderno. ¿Por qué tienen las palabras desnuda y padre que aparecer en una misma frase?
Mi cabeza va por libre. Produce imágenes que yo no quiero ver, que tacho inmediatamente, pero me obliga a mirar de todos modos. Me pasa todo el rato, todos los días. Continuamente digo lo que no quiero decir o pienso lo que no quiero pensar. Hasta cuando hablo sola me equivoco. Quiero ser normal, quiero ser como todo el mundo.
Tengo la sensación permanente de estar equivocándome en algo importante.Tengo la sensación permanente de estar equivocándome en algo importante.Tengo la sensación permanente de estar equivocándome en algo importante.
Me pongo a mirar la habitación para cerrar el grifo mental que he abierto. Mi padre no ha tocado su maleta. La mía está en el armario. Las cosas se disponen como si en realidad no hubiésemos llegado, como si estuviese esperando a otros huépedes, a gente normal. Qué hace una chica de diecisiete años sin pijama compartiendo habitación de hotel con su padre en Berlín. ¿Para quién era realmente esta habitación? Mi padre iba a venir con su amante. Mi padre iba a venir con mi madre hasta que volvieron a pelear. Mi padre me ha traído para dejarme en un internado alemán porque no quieren que vuelva a suspender. No entiendo por qué estoy aquí.
Me gustan los hoteles. Me encantaría vivir siempre en uno. Sin mi padre. Siempre y sola. Los famosos viven en hoteles. Famosos de mi edad que no van a clase y piden al servicio de habitaciones todo lo que quieren: un sandwich de mermelada de cacahuete con plátano, una película, tabaco o margaritas silvestres. Adolescentes multimillonarios, qu...

Índice

  1. Nota preliminar
  2. Día 1
  3. Día 2
  4. Día 3
  5. Día 4
  6. Día 5
  7. Día 6
  8. Día 7
  9. Día 8
  10. Día 9
  11. Día 10
  12. NOTA
  13. Agradecimientos