Teotecnia

Universo en primera persona

J. A. López

• Editorial: Difundia Ediciones
• Año: 2019
• ISBN:
  9788417799175
• Edición: 1
• Categoría: Literatura
• Categoría: Ciencia ficción

¿Cómo juegas esta simulación?TEOTECNIA es el primer Sistema Operativo Humano. Un Sistema Operativo diseñado como sistema de creencias para programar pensamiento, emoción y conducta."Todo sucede en el cuerpo, en el sistema nervioso; todo sucede en primera persona".La base científica en la TEOTECNIA se resume a la afirmación de la realidad como una construcción sensorial, que no nos muestra la realidad tal cual es, sino que codifica una representación lógica y comprensible para el ser humano.TEOTECNIA: Universo en primera persona; analiza cómo es que se construye esta realidad virtual biológica, para así poder construir un nuevo personaje dentro de la simulación.TEOTECNIA es comprender todo lo que llamamos realidad desde una nueva perspectiva. Es construir un Yo en armonía con la naturaleza; pero sobre todo, es una ACTUALIZACIÓN de la consciencia humana.Y tú, ¿con qué Sistema Operativo comprendes la realidad?

V. Teotecnia: La consciencia solar 1.0

Hasta esta parte del libro todo ha sido descrito objetivamente, siguiendo una línea de investigación para dejar bien en claro cuáles fueron las bases científicas de todo lo que aquí proponemos. De haber logrado el objetivo, todo lo que a continuación vamos a comentar tendrá sentido y sustento. Es importante mencionar que a partir de este punto, se describirá al sistema como tal; por lo tanto, la comprensión de esto requiere de la más alta sensibilidad del lector, por lo que se debe de estar consciente de que estamos describiendo el origen de este nuevo sistema de creencias. La parte anterior a esta puede ser comprendida como la parte «digital» del libro, en este momento nos adentraremos a la parte «analógica», por lo que habrá que sentir, más que razonar.

1.- Teotl la energía de la Consciencia

Pensamos que somos un ser que procesa racionalmente todo lo que le rodea; que toma decisiones racionales, pensamos que somos libres. En realidad esto no es del todo cierto. La mayoría de nuestro estado consciente es dominado por nuestras emociones. Las emociones dirigen nuestra conducta para que después, nuestro cerebro cognitivo, logre justificar todo este proceso, haciéndonos creer que nosotros elegimos nuestras decisiones. Somos como un ordenador; si lo analizamos, fue la inteligencia humana quien creó o descubrió los ordenadores, mejor conocidos como computadoras. Fue un ser humano quien pensó en todos estos códigos y algoritmos que dieron como resultado diversos sistemas operativos. ¿Por qué la forma de nuestra consciencia debería ser diferente?

Somos un ser codificado. Aquello que llamamos personalidad y carácter, no son más que programas diseñados para la mejor interpretación del gran código universal. Científicamente no somos más que un organismo biológico auto-organizado. Tenemos un cerebro capaz de interpretar un ambiente energético caótico; para lograrlo, debemos encontrar los patrones de todo lo que nos rodea para con eso diseñar un programa que muestre este «universo caótico» como un universo «lógico y comprensible para el usuario». Eso en pocas palabras es lo que hace el cerebro. Lo increíble y misterioso de todo esto es lo siguiente: El cerebro es resultado de un proceso de evolución natural. Parte de un organismo biológico de un sistema superior llamado planeta Tierra. El planeta Tierra encierra la vida misma, por lo menos la conocida hasta el momento. Todo lo que podemos llamar «biológico» está dentro de la Tierra. Siguiendo esta idea y aceptándola como cierta, podemos pensar que el cerebro humano es resultado de la naturaleza. Si este «resultado natural» tiene la capacidad de «autopecibirse»; es decir, de ingresar información proveniente de sí mismo; estamos hablando entonces, de un bucle de retroalimentación por naturaleza. La naturaleza tiene como tarea principal resolver problemas utilizando el mínimo de energía posible. El cerebro, resultado de esta gran tarea, a través de la información proveniente de los «inputs» del cuerpo humano, mejor conocidos como sentidos, ingresa información en forma de luz, sonido, temperatura, sensación, etc. Toda esta energía proviene de las diferentes energías físicas de la naturaleza. Por lo tanto, el cerebro es la naturaleza interpretándose a sí misma. Si queremos entender la Consciencia humana, debemos entonces observar nuestra forma natural de sentir y percibir como seres humanos, teniendo como base los patrones que encontramos en nuestro cuerpo, en el cielo y en la tierra. Es decir, en cómo los sentidos ingresan la información física de la tierra a nuestra computadora para crear la matriz senso-perceptual codificando de una forma lógica, coherente y ordenada, el caótico, entrópico y misterioso universo en el que existimos.

La Teotecnia, desde su denominación, implica la unión en equilibrio de dos tipos de formas de percibir el mundo: una es la percepción occidental y la otra la percepción prehispánica. Se compone del prefijo «Teotl», vocablo nahuatl entendido como «energía» y el sufijo «técnia», relativo a la «técnica», que proviene del griego «tekhnicos» que puede traducirse como «relativo al que hace» y se refiere a la destreza o habilidad para hacer determinada cosa. De esa forma es que Teotecnia puede entenderse como la habilidad para hacer energía. El arte de hacer energía.

La Teotecnia es entendida como una «sagrada ciencia» ya que nos brinda de una nueva forma de conocer el mundo equilibrando la espiritualidad y la ciencia en un nuevo sistema de creencias de base prehispánica. Con este nuevo sistema tendremos una nueva concepción del mundo, de la naturaleza y de nosotros mismos. A partir de ahora entenderemos que la analogía computacional era solo una forma para entender lo que aquí vamos a mostrar. Esa realidad virtual biológica en la que vivimos y que se construye gracias a nuestro sistema nervioso es en realidad la naturaleza. El hombre es naturaleza y estudiándola es que encontraremos los secretos mismos de nuestra propio ser. Gracias a esta sagrada ciencia nos remontamos a los orígenes de todas las principales religiones que existen en la actualidad, ya que todas ellas iniciaron como ritos solares, en donde se adoró a las fuerzas de la naturaleza.

2.- Los nueve principios Teotécnicos

Primer principio: Todo es energía.

Todo lo que construye lo que llamamos realidad se resume a energía. Todo lo que vemos, escuchamos, sentimos, olemos, gustamos, todo absolutamente todo es energía.

Segundo principio: El Yo no existe.

Sabemos gracias a la ciencia que los procesos internos que llamamos Yo, no son comprobables, no son matemáticamente demostrables por lo tanto no pueden ser considerados ciertos. Todos nuestros procesos internos y mundo subjetivo no tienen espacio en la realidad objetiva y material que nos brinda la ciencia. Por lo tanto el mundo interno es un espacio virgen para diseñar entidades yoicas.

Tercer principio: El Sol crea la realidad.

Directa o indirectamente el Sol nos provee de la energía necesaria para que nuestro cuerpo construya la simulación que llamamos realidad. Comenzando porque es el Sol el elemento principal para la vida en la Tierra.

Cuarto principio: El Gran Misterio.

Hay tres orígenes que sólo pueden responderse gracias a teorías, esto quiere decir que al no ser demostrables tenemos que conformarnos con los planteamientos más probables, hasta encontrar nuevos planteamientos que los superen, pero sin saber jamás la verdad. Estos orígenes son: El origen del universo. El origen de la vida. El origen del ser humano.

Quinto principio: Estructura y orden de la realidad.

La estructura y orden de lo que llamamos realidad se basa en verdades aceptadas colectivamente. Estas verdades son creadas por las que llamamos Instituciones las cuales son entidades colectivas de psiques humanas. Las tres más importantes son: El Estado, La Religión y La Corporación.

Sexto principio: La naturaleza es el orden real.

La naturaleza es el único orden que nos brinda nuestro sistema por default. Tenemos que crear consciencia de que formamos parte de un sistema vivo superior llamado Tierra y que tenemos que estar operando siguiendo los patrones naturales de nuestra realidad.

Séptimo principio: La verdad de la creencia.

No importa si lo que crees es real o no. La creencia que opere en el universo subjetivo no tiene que ser cierta ya que la misma existencia del Yo no puede ser considerada como tal; por lo tanto, la importancia de la creencia radica en cuatro aspectos: 1. El equilibrio y bienestar físico y psicológico que me brinda; 2. El equilibrio y bienestar que le brinda al organismo superior que me sostiene; 3. La congruencia con los códigos y patrones naturales; y 4. La consciencia colectiva que genere.

Octavo principio: El universo Subjetivo.

Jamás vamos a experimentar nada más que nuestro universo subjetivo. Es todo lo que hay. Es la única forma en donde se presenta la realidad «física» como la conocemos. Es el único momento en donde todo se muestra en su forma molecular. Todo lo que esté fuera de nuestro universo subjetivo se resume a información cognitiva en nuestro cerebro, a ondas de probabilidad, a nada.

Noveno principio: La muerte no existe.

Para la ciencia la muerte es el término de la vida. No hay más actividad cerebral que pueda interpretar los estímulos físicos del ambiente. No hay respiración, no hay latidos, no hay funciones cerebrales. Deja de existir una consciencia que sea consiente de sí misma. La ciencia no acepta un «más allá» después de la muerte; luego entonces, así como nadie nació consciente de estar naciendo; nadie experimentará conscientemente su muerte. Así como el principio dicta que «tanto la energía como la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma», nadie nace, ni muere en subjetivo. La consciencia existe en un eterno presente.

3.- Potencia Dual: Dualidad natural del observador

El observador es lo único seguro de ambos universos, tanto el subjetivo, como el objetivo. Sabemos que existe subjetivamente porque lo estamos experimentando justo en este momento con el simple hecho de estar viviendo. Objetivamente sabemos de su existencia cuando vemos que su impacto cuántico es comprobable. Este observador es la Consciencia.

La Consciencia Universal es esa fuerza que une toda la existencia. No puede haber uno sin consciencia. Es el todo y la nada. Cuando esta consciencia toma consciencia de sí misma se polariza en espacio y energía, para posteriormente y al mismo tiempo, desdoblarse en sus respectivas parejas, tiempo y materia. Esta es la dualidad natural del observador; y por lo tanto, es la dualidad natural de la Consciencia.

El origen de todo es una Consciencia viva que sobrepasa cualquier estructura yoica, así como cualquier código razonable auto-explicado que la justifique. Una consciencia viva que experimenta sensorialmente todo el espacio ambiental en un eterno tiempo presente con códigos de auto mensura llamados: nacimiento y muerte. Una consciencia viva que existe en estado consciente y en sueños; dormida y despierta. Una consciencia viva que no puede no estar. Es así, en su naturaleza dual una Consciencia Universal.

4.- Génesis: El origen del Universo y la Consciencia

La eternidad de la materia y la energía.

El universo se compone de materia y energía, ambas son eternas, no se crean ni se destruyen. Para la ciencia de hoy no hay un alma, no hay un más allá, y tienen razón. No necesitamos ningún mito para encontrar lo trascendente de nuestra existencia. Con la ciencia tenemos suficiente. Como no existe nada más allá de la muerte, porque el hombre es sólo un organismo biológico más, podemos afirmar que lo que es eterno es el universo. Podemos afirmar que éste está mucho más allá de nuestra razón y nuestra existencia. Jamás lograremos entenderlo, ni conocerlo en su totalidad, porque nos llevaría mucho más tiempo del que podemos mantener la homeostasis en nuestro sistema corporal sobre la tierra. Por lo tanto, el universo sobre del cual está el planeta tierra, es un constructo eterno e infinito; atemporal, un concepto que engloba la totalidad de la energía.

Los tres misterios.

Científicamente tenemos una hipótesis que es aceptada para explicar el origen de este constructo al cual llamaremos el Patrón de Patrones. Esta hipótesis se conoce como el «big bang». Nadie puede hablar con certeza de cómo fue porque no hubo observador presente, pero se puede asegurar que las energías que crean la luz y el sonido estuvieron involucradas. En resumen está hipótesis menciona que al principio no había nada y de pronto el Universo se creó a sí mismo en una gran explosión (por eso afirmo que hubo energías físicas que nosotros interpretaríamos cómo Luz y Sonido, lo digo de esta manera porque la luz y el sonido requieren un ser como observador, alguien que las perciba y sienta). Curiosamente hemos descubierto que esta explosión aún está sucediendo, puesto que el universo se mantiene en expansión hasta el momento; encontramos también un dato muy importante: el universo a la vez que se expande también se contrae, efecto que podemos encontrar en los fractales proyectados en un ordenador. El origen del universo es el primer misterio teotécnico.

Esta gran explosión generó estrellas, las estrellas crearon sistemas gracias a su gravedad y entonces en algún punto en todo esto, nuestra estrella nació y la llamamos Sol. Nuestro Sol generó su propio sistema y dentro de éste encontramos el planeta Tierra, nuestro hogar, nuestro hardware. El planeta tierra comenzó entonces su nacimiento. No apareció así tal cual la conocemos ahora; tiene, al igual que todo, un origen y este fue el caos.

La Tierra era un sistema caótico controlado por las fuerzas físicas del mismo planeta. La energía generada por su núcleo y por su misma rotación encontraba sólo resistencia en las energías físicas de su exterior, en este caso solares. En algún punto estas energías convergieron y encontraron una manera de equilibrarse y fue así que comenzó el segundo misterio: la vida.

Existen varias hipótesis sobre cómo se originó la vida en la Tierra a partir del ambiente caótico en el que se encontraba. Una de éstas menciona la posibilidad de que un meteorito traía en sí los aminoácidos responsables de nuestra existencia. Esta teoría se generó gracias a que se encontraron varios aminoácidos en un meteorito que impactó recientemente la Tierra; por lo tanto, existe una posibilidad de que esto haya sucedido con anterioridad. Estos aminoácidos caídos del cielo fueron la base de lo que conocemos como el A.D.N en la tierra. La serpiente de energía viva.

Es bien aceptado científicamente que la vida se generó en el agua, muy probablemente en sus profundidades, de dónde fue emergiendo. La vida resultó en diminutos organismos biológicos que fueron luchando por sobrevivir. De esta forma la naturaleza adquirió su principal característica, la de resolver problemas. La de luchar.

Una vez que se originó la vida, la naturaleza tuvo que encontrar formas para que ésta sobreviviera al ambiente hostil que la rodeaba. El A.D.N. ancestral que llegó de los cielos, fue sufriendo una serie de mutaciones hasta evolucionar en formas orgánicas más avanzadas, que podían resolver de una forma más eficaz los problemas que presentaba el ambie...

Índice

• Prefacio
• Introducción
• I. Un mundo de energía
• II. Hombre Virtual
• III. Co-creación
• IV. Ingeniería del Código
• V. Teotecnia: La consciencia solar 1.0
• VI. Exhorto a América
• Apéndice: Bibliografía y Referencias