Comentario al Nuevo Testamento Vol. 14
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Comentario al Nuevo Testamento Vol. 14

Santiago y Pedro

  1. 416 páginas
  2. Spanish
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Comentario al Nuevo Testamento Vol. 14

Santiago y Pedro

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Información del libro

William Barclay fue pastor de la Iglesia de Escocia y profesor de N.T. en la Universidad de Glasgow. Es conocido y apreciado internacionalmente como maestro en el arte de la exposición bíblica. Entre sus más de sesenta obras la que ha alcanzado mayor difusión y reconocimiento en muchos países y lenguas es, sin duda, el Comentario al Nuevo Testamento, que presentamos en esta nueva edición española actualizada. Los 17 volúmenes que componen este comentario han sido libro de texto obligado para los estudiantes de la mayoría de seminarios en numerosos países durante años.

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Información

Año
2012
ISBN
9788482677231
PEDRO
INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA CARTA DE PEDRO
LAS EPÍSTOLAS UNIVERSALES O CATÓLICAS
Primera de Pedro forma parte del grupo de cartas del Nuevo Testamento que se conocen como las Epístolas universales o católicas. Se han propuesto dos explicaciones a ese título.
(i) Se ha sugerido que estas cartas recibieron ese nombre porque van dirigidas a la Iglesia en general, al contrario que las cartas paulinas, que iban dirigidas a iglesias o personas individuales. Pero no es así. Santiago iba dirigido a una comunidad determinada, aunque muy extendida: las doce tribus de la diáspora (Santiago 1:1). No admite discusión que la Segunda y Tercera de Juan iban dirigidas a comunidades determinadas; y, aunque Primera de Juan no tiene ningún encabezamiento específico, está claro que fue dirigida a una comunidad que tenía ciertos peligros y necesidades. Primera de Pedro misma se les escribió a los extranjeros diseminados por todo el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia (1 Pedro 1:1). Es verdad que estas epístolas universales tienen una audiencia más amplia que las cartas de Pablo; pero también que tienen presente a una comunidad determinada.
(ii) Así es que debemos pasar a la segunda explicación: la de que estas cartas se llamaron universales o católicas porque fueron aceptadas como Sagrada Escritura por toda la Iglesia, en contraposición a ese extenso número de cartas que gozaron de un reconocimiento local y temporal, pero nunca fueron consideradas Escritura universalmente. Cuando se estaban escribiendo estas cartas, había una floración de correspondencia en la Iglesia. Todavía se conservan muchas de las cartas que se escribieron por aquel entonces: la carta de Clemente de Roma a los Corintios, la de Bernabé, las cartas de Ignacio de Antioquía y la de Policarpo. Todas eran muy apreciadas en las iglesias a las que iban dirigidas, pero nunca se les reconoció autoridad en toda la Iglesia; por otra parte, las Epístolas universales o católicas se introdujeron gradualmente en la Sagrada Escritura y fueron reconocidas por toda la Iglesia. Esa es la verdadera explicación de su título.
UNA CARTA PRECIOSA
De todas las Epístolas universales, la Primera de Pedro es probablemente la más apreciada y leída. Nadie ha tenido nunca la menor duda en cuanto a su encanto. Moffatt escribió de ella: «El espíritu hermoso de la pastoral irradia en cualquiera de las traducciones del original. “Afectiva, amable, sencilla y humilde” fueron los cuatro adjetivos con los que Izaak Walton describió las epístolas de Santiago, Juan y Pedro; pero es Primera de Pedro la que los merece preeminentemente.» Es la producción del amor del corazón de un pastor para ayudar a los que están pasando dificultades, y aún les esperan peores.
«La clave —sigue diciendo Moffatt— es el aliento constante a la resistencia en la conducta y la inocencia del carácter.» Se ha dicho que su característica distintiva es el calor. E. J. Goodspeed escribió: «Primera de Pedro es una de las piezas más conmovedoras de la literatura de la persecución.» Hasta hoy en día es una de las cartas del Nuevo Testamento que nos resultan más fáciles de leer, porque no ha perdido su encanto conquistado para el corazón humano.
LA DUDA MODERNA
Hasta hace comparativamente poco tiempo nadie habría suscitado ninguna duda en cuanto a la autoría de Primera de Pedro. Renan, que era todo menos conservador, escribió de ella: «La Primera Epístola es uno de los escritos del Nuevo Testamento que se han citado como genuinos desde siempre y unánimemente.» Pero en tiempos recientes, la autoría petrina de esta carta se ha cuestionado ampliamente. El comentario de F. W. Beare, publicado en 1947, llega hasta a decir: «No cabe la menor duda de que Pedro es un seudónimo.» Es decir, que Beare no tiene la menor duda de que algún otro escribió esta carta bajo el nombre de Pedro. Procederemos a investigar honradamente esa opinión; pero empezaremos por exponer el punto de vista tradicional —que aceptamos sin la menor duda— de que Primera de Pedro fue escrita desde Roma por el mismo Pedro hacia el año 67, es decir, en los días que siguieron inmediatamente a la primera persecución de los cristianos por Nerón, e iba dirigida a los cristianos de las partes de Asia Menor que se mencionan en el encabezamiento. ¿Cuál es la evidencia que tenemos para esa fecha temprana y, por consiguiente, para la autoría petrina?
LA SEGUNDA VENIDA
En esta carta nos encontramos con que la esperanza de la Segunda Venida aparece en primera fila. Los cristianos son guardados para la Salvación que se revelará en el tiempo postrero (1:5). Los que se mantengan firmes en la fe estarán a salvo del juicio venidero (1:7). Los cristianos tienen que esperar la gracia que vendrá con la revelación de Jesucristo (1:13). Se espera el día de la visitación (2:12). El final de todas las cosas está cerca (4:7). Los que sufran con Cristo se regocijarán con Él cuando se revele Su gloria (4:13). El juicio ha de comenzar por la casa de Dios (4:17). El mismo autor está seguro de que participará de la gloria por venir (5:1). Cuando el Pastor Supremo aparezca, el cristiano fiel recibirá una corona de gloria (5:4).
En toda esta carta es evidente que se espera la Segunda Venida. Es la razón para mantenerse firmes en la fe, y vivir lealmente la vida cristiana, y resistir noblemente en medio de los sufrimientos que han venido y que vendrán después.
Sería inexacto decir que la Segunda Venida desapareció alguna vez de la fe cristiana; pero sí dejó de estar en primera línea conforme fueron pasando los años y Cristo no volvió. Es significativo, por ejemplo, que en Efesios, una de las últimas cartas de Pablo, ni siquiera se menciona. Sobre esta base es razonable suponer que Primera de Pedro es temprana, y procede del tiempo cuando los cristianos esperaban ansiosamente la vuelta de su Señor en cualquier momento.
SENCILLEZ DE LA ORGANIZACIÓN
Está claro que Primera de Pedro representa un tiempo en el que la organización de la iglesia era muy sencilla. No se citan los diáconos; ni el epískopos, el obispo, que empieza a aparecer en las Epístolas pastorales, y llega a ser prominente en las cartas de Ignacio de Antioquía, en la primera mitad del siglo II. Los únicos ministros que se mencionan son los ancianos: «Exhorto a los ancianos que haya entre vosotros, como compañero de ministerio...» (5:1). Por esta razón también es lógico suponer que Primera de Pedro surgió en una época temprana.
LA TEOLOGÍA DE LA IGLESIA PRIMITIVA
Lo más significativo es que la teología de Primera de Pedro es la de la Iglesia en sus orígenes. E. G. Selwyn ha hecho un estudio detallado de este punto, y ha demostrado incues­tio­nablemente que las ideas teológicas de Primera de Pedro son exactamente las mismas que las que nos encontramos en los sermones de Pedro en los primeros capítulos de Hechos.
La predicación de la Iglesia Primitiva se basaba en cinco ideas principales. Una de las mayores contribuciones de C. H. Dodd al estudio del Nuevo Testamento fue la formulación de ellas. Forman el esquema de todos los sermones de la Iglesia Primitiva como los encontramos en Hechos; y son el fundamento del pensamiento de los autores del Nuevo Testamento. Al sumario de estas ideas básicas se le ha dado el nombre de Kêrygma, que quiere decir el anuncio o la proclamación de un heraldo.
Estas son las ideas fundamentales que proclamaba la Iglesia en sus comienzos. Vamos a tomarlas una a una, con las citas correspondientes en Hechos y en Primera de Pedro; y haremos el descubrimiento significativo de que las ideas básicas de los sermones de la Iglesia Primitiva y la teología de Primera de Pedro son exactamente las mismas. No decimos tanto como que los sermones de Hechos reproducen verbalmente lo que se predicó en cada ocasión; pero creemos que dan, en sustancia, el mensaje de los primeros predicadores.
(i) Ha amanecido la era del cumplimiento; la edad mesiánica ha comenzado. Esta es la última palabra de Dios. Se está inaugurando un orden totalmente nuevo, y se convoca a los elegidos a unirse a la nueva comunidad. Hechos 2:14-16; 3:12-26; 4:8-12; 10:34-43; 1 Pedro 1:3, 10-12; 4:7.
(ii) Esta nueva era ha venido por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, las cuales son el cumplimiento directo de las profecías del Antiguo Testamento y son, por tanto, el resultado del plan y del conocimiento anticipado de Dios. Hechos 2:20-31; 3:13-14; 10:43; 1 Pedro 1:20-21.
(iii) En virtud de Su resurrección, Jesús ha sido exaltado a la diestra de Dios y es el Cabeza mesiánico del nuevo Israel. Hechos 2:22-26; 3:13; 4:11; 5:30-31; 10:39-42; 1 Pedro 1:21; 2:7; 2:24; 3:22.
(iv) Estos acontecimientos mesiánicos alcanzarán pronto su consumación con la vuelta de Cristo en gloria y el juicio de los vivos y los muertos. Hechos 3:19-23; 10:42; 1 Pedro 1:5, 7, 13; 4:5, 13, 17, 18; 5:1, 4.
(v) Estos hechos se presentan como la base para hacer una llamada al arrepentimiento, y el ofrecimiento del perdón de los pecados y el don del Espíritu Santo y la promesa de la vida eterna. Hechos 2:38-39; 3:19; 5:31; 10:43; 1 Pedro 1:13-25; 2:1-3; 4:1-5.
Estas declaraciones son las cinco plantas del edificio de la predicación original cristiana como se encuentra en los sermones de Pedro en los primeros capítulos de Hechos. Son también las ideas dominantes de Primera de Pedro. La correspondencia es tan ajustada y constante entre ambas fuentes que podemos ver en ellas con un alto grado de probabilidad la misma mano y la misma mente.
CITAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA
Podemos añadir otro testimonio a la evidencia de que Pri­mera de Pedro es temprana; desde muy al principio los padres y predicadores de la Iglesia Primitiva empezaron a citarla. El primero que la citó por nombre fue Ireneo, que vivió del 130 d.C. hasta bien entrado el siglo siguiente. Cita dos veces 1 Pedro 1:8: «Sin haberle visto, Le amáis; aunque ahora no Le veáis, creéis en Él y os regocijáis con una alegría indescriptible y gloriosa.» Y cita una vez 1 Pedro 2:16, con el mandamiento de no usar la libertad como tapadera para la malicia. Pero, aun antes, los padres de la Iglesia ya citaban Primera de Pedro, aunque sin citar su fuente. Clemente de Roma, que escribió hacia el año 95 d.C., habla de «la sangre preciosa de Cristo,» una frase entonces poco corriente que probablemente procedía de la afirmación de Pedro de que somos redimidos por la sangre preciosa de Cristo (1:19). Policarpo, que dio su vida como mártir el año 155 d.C., cita continuamente a Pedro sin usar su nombre. Podemos seleccionar tres pasajes suyos para mostrar lo literalmente que emplea las palabras de Primera de Pedro.
Por tanto, ciñendo vuestros lomos, servid a Dios con temor... creyendo en el Que levantó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo y Le dio gloria (Policarpo, A los Filipenses 2:1).
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento... por medio de Él tenéis confianza en Dios, Que Le levantó de los muertos y Le dio gloria (1 Pedro 1: 13, 21).
Jesucristo, Que asumió nuestros pecados en Su propio cuerpo en el árbol, Que no cometió pecado ni se halló engaño en Su boca (Policarpo 8:1).
El Cual no hizo pecado, ni se halló engaño en Su boca... Quien llevó Él mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el árbol (1 Pedro 2:22, 24).
Teniendo vuestra conducta irreprochable entre los gentiles (Policarpo 10:2).
Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles (1 Pedro 2:12).
No cabe duda que Policarpo estaba citando Primera de Pedro, aunque no da la referencia. Requiere un cierto tiempo el que un libro a...

Índice

  1. PORTADA
  2. PORTADA INTERIOR
  3. CREDITOS
  4. PRESENTACIÓN
  5. ÍNDICE
  6. SANTIAGO
  7. LAS CARTAS DE PEDRO
  8. PALABRAS HEBREAS, GRIEGAS Y LATINAS QUE SE EXPLICAN EN EL TEXTO
  9. NOMBRES Y TEMAS QUE APARECEN EN EL TEXTO