Manual del perfecto canalla

Rafael de Santa Ana

• Editorial: Trama Editorial
• Año: 2014
• ISBN:
  9788492755691
• Categoría: Literatura
• Categoría: Clásicos

No existe profesión más dura, más terrible, más penosa que la del canalla. La primera cualidad del canalla es que nadie puede conocer que lo es. El canalla conocido deja de serlo porque ya no es peligroso.Habrá quien juzgue que todo en este Manual del perfecto canalla es ironía, espejo de vicios para contrastar mejor las virtudes. Habrá quien lo tome al pie de la letra y procure realizar en su vida el tipo ideal del perfecto canalla. Habrá muchos que en su loca vanidad crean haberlo ya superado. ¡Infelices! Hay quien cree que con ser traidor a la amistad y desagradecido a los favores, ya basta para ser canalla. ¡Funesta equivocación!

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EL TÍTULO DE PERFECTO CANALLA

Advertencias preliminares

Fíjense bien nuestros lectores y educandos sobre el primero y único curso de la carrera de PERFECTO CANALLA.

Como estos estudios son de una duración indefinida, pues lo mismo pueden durar media docena de años que toda una vida sin poder terminarlos con aprovechamiento, no nos hemos atrevido a exponerlos en la forma pedagógica usual a todo libro de texto por la enormísima extensión que habría de tener un programa de asignatura tan compleja.

Con una nueva forma educativa vamos a intentar dar cima a nuestros ideales, que no son otros que el lograr inculcar en aquellos que nos estudien, las prácticas graduadas de falsía, deshonor, desprecio de la Patria, de la familia, de la religión, la mayor desaprensión moral, el escarnecimiento de la sociedad y de las costumbres; en fin, cuanto es rechazado por los hombres que son y que, afortunadamente, pueden permitirse el lujo moral de ser honrados.

Existirán muchos espíritus canallescos que se dirán para su capote: «¡Bah, qué me irá a mí a enseñar ese libro que yo no sepa!».

A esos seres vanidosos –lo mismo puede ser causa de vanagloria el bien que el mal– debemos recomendarles que no se crean en posesión de la verdad absoluta. Esto es sólo patrimonio del Divino Hacedor. Lean el libro que sigue y seguramente hallarán resortes nuevos que les facilitará mucho su labor en la canallería.

Los lectores honorables, después de pasar el rato distraídos con nuestras páginas, habrán sabido sacar profundas enseñanzas que los abroquelen contra posibles asaltos de los profesionales de la canallería.

Como a esta profesión no se dedica generalmente el valido (existen algunas excepciones), para los pobres de medios, y más pobres todavía de vergüenza, hemos creado la asignatura de PERFECTO CANALLA.

Forma de narración novelada le hemos dado al texto que nos ocupa. En esta narración hay un protagonista –el canalla-tipo– y varios satélites de la profesión, unos más esbozados que otros. Todos se agitan y luchan en un ambiente de miserias canallescas. Dentro de la narración, y rompiendo ésta en todas las debidas ocasiones, van las lecciones, numeradas, de la asignatura. Son como corolarios del texto.

Fíjense bien nuestros alumnos en todo cuanto realiza el personaje Perfectino Rodadela, nombre con el que hemos no bautizado, que el tal individuo, como verán, es incapaz de sacramentos, sino apodado al protagonista de la narración vivida, y la que, como texto, damos a los aspirantes a PERFECTO CANALLA.

Cuanto Perfectino Rodadela ejecute ha de ser para el alumno fuente de enseñanza, porque Perfectino Rodadela es el modelo más acabado que podemos ofrecerle.

Vosotros, lectores honrados, personas decentísimas, no os asqueéis al conocer las hazañas de Perfectino Rodadela, que día llegará en que, paradójicamente, veáis a este individuo, purificado de todas sus flaquezas, ocupar un lugar preeminente entre vosotros.

Inauguración del Curso de Perfecto Canalla

Perfectino Rodadela se hallaba dueño, por derecho de rapacería, de un bien surtido guardarropa y, por don de la naturaleza, de una bien gallarda presencia. Sus señas personales no las damos, porque nuestro protagonista puede parecerse a todos los mortales.

(LECCIÓN I. En todas las profesiones cada persona afecta una cara, un aspecto, para exteriorizar aquello que él quiere representar. Así, puede decirse que la sociedad está formada de máscaras.)

Era locuaz, alegre y gozaba de grandes simpatías entre sus relaciones.

(LECCIÓN II. Téngase presente que una de las cualidades preferentes en los aspirantes a PERFECTO CANALLA habrá de ser las simpatías. Procurarán adueñarse de todos. Ante las personas serias, los músculos faciales del aspirante parecerán estar atrofiados; ante los risueños y de carácter alegre, jocosos, jaraneros y divertidos. Religioso hasta la beatitud ante las almas de las personas creyentes, y descreído como el librepensador más empedernido ante los racionalistas y ateos. Ser simpáticos y ganarse las simpatías de los demás deberá ser siempre su divisa.)

¿De dónde era? ¿Quién conocía los antecedentes de su vida? Todos los ignoraban y nunca se molestó nadie en averiguarlos.

(LECCIÓN III. Es convenientísimo el ser reservados para todo lo que no convenga divulgar. Piensen en que uno de los goces supremos es saber uno lo que los demás ignoran. Además, ¿cómo pretenderemos que otro guarde nuestro secreto cuando no hemos sabido nosotros guardarlo?)

Diariamente se hallaba el joven Perfectino Rodadela sentado ante una mesa situada frente por frente a las que ocupaban una peña de un café, tertulia formada por escritores, artistas, alguno que otro abogado o médico, y a la que concurrían de cuando en cuando personalidades que empezaban a resaltar en el mundo de la política, las artes y las letras.

Semanas seguidas asistió Perfectino Rodadela de mísero espectador, y en calidad de oyente, a las fronteras de aquel pequeño Estado independiente, donde se hablaba de todo, se criticaba todo y donde no se dejaba títere con cabeza.

Nuestro héroe...

(LECCIÓN IV. El héroe lo mismo se produce en el bien que en el mal.)

...procuraba reírse a grandes carcajadas de cuanto gracioso allí se decía o producía, dando señales visibles de su asentimiento a toda teoría expuesta por cualquiera de los contertulios, igual a los de un bando que a los de otro; lo mismo aplaudía las ideas más conservadoras, que aquellas de mayor radicalismo.

(LECCIÓN V. El alumno deberá asentir siempre a todo parecer ajeno. Ya podrá opinar cuando termine sus estudios. Además, no hay nada más cómodo que no tener opiniones.)

Para Perfectino Rodadela, todo lo que en aquella peña se hacía, se decía y se pensaba estaba en completo acuerdo con sus opiniones.

Ya los asiduos de la peña se habían acostumbrado a ver cerca de ellos la simpática figura de Perfectino Rodadela, quien bien trajeado y limpio era el primero en concurrir al café diariamente.

Llegó a establecerse cierta recíproca simpatía entre los tertulianos y nuestro protagonista. Éste ya saludaba quitándose el sombrero a cada uno que iba entrando.

(LECCIÓN VI. El saludo, como acto de cortesía, se agradece hasta por las personas más llanas y desconocidas. Es, además, un acto de correcta distinción y mundología.)

Hasta se permitía alguna que otra vez demostrar su asentimiento con alguna muestra ostensible. En una ocasión en que se discutía o, mejor dicho, se definía sobre la conveniencia de la anulación de una célebre figura política como gobernante, metió su cuchara en cazuela, opinando con la mayoría desde su asiento y en alta voz que el citado personaje era más que un fracasado, porque representaba la negación de la vida y el derecho individual, y que él se hallaba dispuesto a derramar su sangre, si preciso fuera, para evitar que un político tan funesto pudiera algún día volver a regir los destinos de España: «De esta nación tan infortunada, de esta nación tan acreedora por su hidalguía a que hombres honrados y de conciencias abiertas tanto al dolor y a la caridad, como a las ideas de progreso, abneguen sus ocios luchando por el afán de transformación que a gritos pide y reclama nuestra patria sacrosanta, tan explotada y menospreciada por todos, pero tan digna del amor de sus hijos».

(LECCIÓN VII. Lo entrecomado son palabras textuales escuchadas por nosotros en la peña de un café a un aspirante a PERFECTO CANALLA, que hace ya años dejó de serlo por haber ingresado en la hermandad de las personas decentes.)

Y al decir las palabras anteriores, las lágrimas humedecían los ojos de Perfectino Rodadela.

Hubo alguno que creyó ver que nuestro héroe se hacía pasar por sus ojos el humo del cigarrillo; pero tampoco faltó quien creyera que el amor patrio había conmovido a aquel desconocido.

(LECCIÓN VIII. Existen varios sistemas para conmoverse en público. Nosotros recomendamos a nuestros educandos, como más seguro, el que hemos visto usar por un ilustre hombre público que llegó a tener fama de padecer hiperestesia cardiaca: pasarse las yemas de los dedos impregnadas de polvo de tabaco por los lagrimales, frotándoselos mientras se habla. Es de un resultado positivo.)

Como los amigos que integraban la tertulia del café eran muy numerosos, no asistían diariamente los mismos, con la excepción de una media docena. Muchos alternaban su asistencia periódicamente con las peñas de otros cafés; algunos sólo asistían cuando se lo permitían sus ocupaciones, y otros, los menos, que por sus ascensos en la sociedad ya eran diputados a Cortes o directores de publicaciones, más de tarde en tarde. Siempre había en el grupo caras nuevas para Perfectino Rodadela, que ya ocupaba la mesa próxima a las tres unidas que usufructuaban los individuos de aquella reunión.

(LECCIÓN IX. Todavía existe hoy la citada peña, aunque en distinto establecimiento y con peñistas de menor categoría. Todo degenera.)

Una tarde volvió a ponerse sobre el mármol –no siempre se discute sobre un tapete– la cuestión del célebre personaje político que semanas atrás motivara la peroración de Perfectino Rodadela; pero en aquel día la opinión de la tertulia estaba por completo identificada con el zarandeado prohombre.

Todos los allí reunidos opinaban que en España no habría un gobierno serio y honrado mientras el discutido político no se decidiera a volver a la palestra, empuñando las riendas desde la presidencia de un Gabinete por él formado.

Y Perfectino Rodadela volvió a hablar, aprovechando un silencio y aprovechándose asimismo de un sitio que quedó vacío ...

Índice

• Prólogo de Jacinto Benavente
• El cómo y el porqué de este libro
• La meca del canalla
• Fisiología del canalla
• Prácticas del año de preparatorio
• Curso completo para poder obtener el título de Perfecto Canalla
• Epílogo: Muchos años después
• Notas
• Créditos