Los contratos Webster-Mora y las implicaciones sobre Costa Rica y Nicaragua
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Los contratos Webster-Mora y las implicaciones sobre Costa Rica y Nicaragua

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Los contratos Webster-Mora y las implicaciones sobre Costa Rica y Nicaragua

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Versa esta obra sobre los contratos que el Gobierno de don Juan Rafael Mora suscribió con el inglés William Webster, para emprestar sumas que se dedicarían a sufragar los gastos de la Campaña Nacional, y sus consecuencias. Entre 1856 y 1857, el gobierno de Mora firmó unos contratos con el británico William Webster mediante los cuales Costa Rica disponía de territorios pertenecientes a Nicaragua. Estos contratos provocaron un escándalo internacional y llevaron a una declaratoria de guerra por parte de los nicaragüenses. Además, Webster negoció con los antiguos aliados de Walker, Charles Morgan y Cornelius K. Garrison.

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Información

Año
2015
ISBN
9789930519189

Introducción

Este trabajo de investigación se ocupa de los contratos que el Gobierno de Juan Rafael Mora celebró con William Webster[31] y de los efectos que ellos tuvieron sobre la conducta que nuestro Gobierno asumió con Nicaragua, una vez terminada la Campaña del Tránsito. Asimismo, trata de enfocar algunas consecuencias secundarias que provocó el paso de Webster por nuestro territorio, como fueron las expulsiones de don Joaquín Fernández y de don Juan Jacobo Bonnefil.
Hasta hoy, no se ha hecho ningún estudio de este tema. Los contratos se desconocían y las alusiones que nuestros historiadores hacen sobre Webster son bastante vagas. Don Lorenzo Montúfar, que en su calidad de Ministro de Relaciones Exteriores era parte del Gobierno de Mora en esa época, no menciona los contratos, a pesar de que firmó uno de ellos. Los historiadores nicaragüenses como don José Dolores Gámez han mencionado los pactos con Webster, pero no han tenido otra fuente de información que la ofrecida en el tomo IV del Libro de Correspondencia Diplomática de William R. Manning, una compilación de la correspondencia entre los representantes americanos ante Costa Rica y Nicaragua y el Secretario de Estado de los Estados Unidos de América. Ese libro fue básico en esta investigación porque contiene, además, algunas cartas cruzadas entre los miembros del Gobierno nuestro y el de Nicaragua.
Pero la fuente más importante fue el Archivo Nacional, donde se encuentran los manuscritos originales de los contratos y una copiosa correspondencia entre don Luis Molina, nuestro representante en Washington, y don Lorenzo Montúfar, Ministro de Relaciones Exteriores. En estos oficios a menudo se citan los contratos y las actuaciones de William Webster en los Estados Unidos. Además, en el Archivo citado, se encontraron varios documentos del Ministerio de Marina y Guerra, en relación con las actividades desempeñadas por el General don José María Cañas en Nicaragua.
El principal motivo que nos ha llevado a realizar este estudio es el de aclarar un aspecto un poco oscuro de nuestra historia: cómo es el período que sigue a la toma de la Vía del Tránsito. Queremos señalar claramente cuál fue el motivo de la declaración de guerra de Nicaragua a Costa Rica, como consecuencia de las tensiones entre ambos países durante el año 1857.
En los contratos con Webster, Costa Rica tenía un gran interés económico, que hizo olvidar al Gobierno la seguridad del país. Al guardar completo silencio sobre las contrataciones que hacía el gobierno de Juan Rafael Mora, este probaba estar consciente de una actuación irregular y, por ende, de la cual el pueblo no debía enterarse. Se siguió juicio a quienes hablaron de los contratos: a don Joaquín Fernández como militar se le degradó y se le confinó a la Provincia de Moracia (Guanacaste), y a don Juan Jacobo Bonnefil, cónsul de la República Francesa, se le expulsó del país. En ambas actuaciones se demostró arbitrariedad.
No obstante, por encima de los errores que nuestros grandes hombres hayan podido cometer, está la verdad histórica. Ella debe guiarnos si queremos conocer todas las facetas (y no solo una) de quienes hasta ahora han regido la vida política de Costa Rica.

1.
Situación limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua

Durante la vida colonial no se fijaron límites precisos entre las Provincias de Costa Rica y Nicaragua. Por esto, con el advenimiento de la independencia, hubo constantes problemas limítrofes que dieron origen a una tensión política que no terminaría de manera definitiva ni aún en 1900, cuando se llevó a cabo la demarcación de la Frontera Norte.
Lo primero que interesa conocer es la pretensión de límites de ambos países en 1857. Antes, me referiré a los enviados que, tanto de parte de Nicaragua como de Costa Rica, desde el año 1838, trataron de arreglar el asunto limítrofe.
En 1838, en su misión de León de Nicaragua, don Francisco María Oreamuno dijo que nuestro país estaba dispuesto a defender su frontera; la cual estaba formada por los siguientes límites naturales: Río San Juan, Lago de Nicaragua y Río La Flor. En 1846, el presbítero Juan de los Santos Madriz y don Juan Vicente Escalante, firmaron un tratado en Nicaragua para someter la cuestión a árbitros, que serían las repúblicas de Guatemala y Honduras, pero el Poder Legislativo de Costa Rica no lo ratificó. Escalante y Madriz persistieron en mantener como frontera la fijada por don Francisco María Oreamuno. En 1848, don Felipe Molina como representante de nuestro país ante el de Nicaragua, tuvo su primera misión diplomática: propuso como límite el Río San Juan hasta el Castillo Viejo, y que de ahí se trazara una línea recta hasta el Río La Flor; es decir, que se prescindía de una parte del Río San Juan como demarcador. De las proposiciones hechas por los enviados, esta fue la que más se acercó al límite definitivo.
Algunas de las misiones de Nicaragua pretendieron que Costa Rica devolviera el Partido de Nicoya, anexado el 25 de julio de 1824; por ejemplo: la misión de Toribio Tijerino en 1842. Por su parte, la de Dionisio Chamorro más bien tuvo por objeto pedir una indemnización por la “retención” de Nicoya.
Dice el historiador nicaragüense don Miguel A. Álvarez, que el Gobierno de Nicaragua protestó en 1843 ante el de Costa Rica, cuando se supo que en el proyecto de Constitución se fijaba como límite norte el Río La Flor, el Lago de Nicaragua y el Río San Juan, porque esto era la primera vez que se declaraba.[32] Sin embargo, se sabe que ya desde 1841, la Ley de Bases y Garantías señalaba esas fronteras.
El contrato que Nicaragua celebró con la Compañía Accesoria del Tránsito para el paso de pasajeros y mercancías en 1849, hizo todavía más difícil que se llegara a un entendimiento. Desde ese momento, los problemas de Nicaragua y Costa Rica también serían los de Gran Bretaña y los Estados Unidos; la posibilidad de construir un canal haría del istmo una tierra de continuo disturbio.
En 1852, don Felipe Molina, representante nuestro en los Estados Unidos, pidió al Secretario de Estado Norteamericano una indemnización de cien mil dólares por el uso que de las tierras de la ribera derecha del Río San Juan hacía la Compañía Accesoria del Tránsito. El Secretario de Estado no consideró razonable la pretensión de Molina.[33] Ante la imposibilidad de poner rápidamente de acuerdo a Costa Rica y Nicaragua acerca de sus límites, requisito fundamental a la hora de abrir el canal, los funcionarios ingleses y americanos trataron de resolver el problema por medio de un contrato preparado entre ellos, sin tomar en cuenta al representante de Nicaragua, don José de Marcoleta, y en muy poco al nuestro, don Felipe Molina.
Este intento de solucionar el conflicto de límites recibió el nombre de convenio Webster-Crampton.[34] No fue aceptado por Nicaragua, porque en él se daba por un hecho que la provincia de Guanacaste pertenecía a Costa Rica. Pero nuestro país sí aceptó dicho convenio y el presidente Mora recomendó su aprobación al Poder Legislativo.[35]
El pacto le daba a Costa Rica como límite norte el Río Colorado hasta su confluencia con el Río San Juan; luego, gran parte del Lago de Nicaragua hasta terminar con el Río La Flor. Además, se establecía que el monto de la indemnización que pedía don Felipe Molina debería fijarse por acuerdo entre Nicaragua y Costa Rica.
Este breve comentario da, pues, una idea de la dificultad que tenían Nicaragua y Costa Rica para la fijación de sus fronteras en el istmo centroamericano, punto de interés de dos grandes potencias.

2.
La acogida de William Webster en Costa Rica

Nuestros historiadores, como ya hemos dicho, no han mencionado los contratos que nuestro gobierno llevó a cabo en 1857 y 1858 con el inglés William Webster; sin embargo, se refieren a otras actividades crediticias tal vez menos importantes. En “Capítulos sobre una Historia Financiera de Costa Rica”, don Cleto González Víquez habla de nuestro primer intento de crédito y de nuestro primer empréstito.[36] Este se hizo durante la Federación Centroamericana y de él no recibimos nada; en cambio, nos tocó pagar un décimo. Al referirse a ello, dice don Cleto: “Pero en aquellos años no se trataba de justicia sino más bien de poner a esos estados a pelear entre sí y de provocar conflictos para coger un territorio en donde habría de abrirse un canal”.[37]
El empréstito que nuestro gobierno celebró con Webster vendría a ser un segundo intento de empréstito en nuestra vida hacendaria.
William R. C. Webster llegó a Costa Rica el 21 de noviembre...

Índice

  1. Cubierta
  2. Inicio
  3. Presentación de la segunda edición
  4. Prólogo
  5. Introducción
  6. Conclusión
  7. Bibliografía
  8. DOCUMENTO I
  9. DOCUMENTO II
  10. DOCUMENTO III
  11. DOCUMENTO IV
  12. DOCUMENTO V
  13. DOCUMENTO VI
  14. DOCUMENTO VII
  15. DOCUMENTO VIII
  16. DOCUMENTO IX
  17. DOCUMENTO X
  18. DOCUMENTO XI
  19. DOCUMENTO XII
  20. Créditos