"La educación es el pasaporte para el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él hoy.”
Un componente esencial, que hace a un ser humano especial, es su deseo de aprender y educarse. Marco Polo viajó por la tierra en busca de conocimiento que no podía obtener en su lugar de residencia. Moisés, el profeta, hizo lo mismo así como otros profetas enviados en las escrituras Judías, Bíblicas e Islámicas. Incontables hombres y mujeres en la historia han circulado la tierra en busca de conocimiento para ayudar a sus compatriotas a prosperar y tener éxito. Todas las naciones han enviado miles de ciudadanos de diferentes países para aprender y traer información que es esencial para la existencia del bienestar de sus sociedades. Cada país tiene una responsabilidad para mejorar sus avances y debe hacerlo. Las tareas hechas por sus ciudadanos, políticos y oficiales requieren un nivel de conocimiento que distinga a la persona común de la letrada.
América ha abierto las puertas para que casi cualquier país permita a sus ciudadanos estudiar temas brindados en sus universidades y colegios. Hay algunas restricciones respecto a la visa, a los protocolos de seguridad y financieros, sin embargo, está abierto en la mayor parte a todo aquél que quiera aprender y tener la habilidad de hacerlo. La pregunta es ¿qué quieres de la educación en América? Muchos lo han logrado en una avenida de orgullo gritan que sus hijos están estudiando en América. Cada país tiene una universidad y le están dando la oportunidad a sus ciudadanos de tener éxito también. Desafortunadamente, los estudiantes que estudian en América, Reino Unido y otros países Europeos se les da preferencia una vez que terminan su educación y regresan a casa para tener trabajos y posiciones de alto nivel. Mi experiencia trabajando en escuelas Americanas y Británicas en Egipto y Dubai apuntó a un tema común; los niños que eran ricos podían ir a aquellas escuelas a las que otros no podían. Los costos de ir a la escuela occidental en el medio oriente podían llegar hasta a 50 mil dólares por año. Los rasgos de la sociedad occidental eran mostrados comúnmente en la mayoría de los estudiantes que nos imitaban en el salón de clase al tratar de hablar como Americanos, vestidos a la cadera o comportarse como las personas de la televisión. Una vez que crecían, su comportamiento empeoró. En una de mis clases de octavo grado, me enfermó casi todo el semestre debido al constante griterío y amonestación de mis estudiantes. Los chicos luchaban en la clase como en la WWE cuando les daba la espalda y las chicas solían conversar. No les interesaba aprender. Lo único que querían eran buenas notas e ir a América. Algunas veces, me probaban al decir la N palabra para ver cuál sería mi reacción. Desistí de dar clases en la escuela primaria y lo intenté en la secundaria, que fue peor.
La secundaria durante mis tiempos de enseñanza estaba llena de estudiantes que podían dividirse en dos tipos, serios y perezosos. Los estudiantes serios querían sacar mi cerebro y a menudo tenían discusiones hipotéticas conmigo durante y después de clase. Eran pocos en número pero siempre solía premiarlos por cualquier buena acción que hacían en mis clases. A los chicos les parecía gustar los beneficios y reconocimientos. Parecían prosperar el hecho de que son mejores que sus compañeros. Sus padres siempre intentaban ver cómo sus hijos sobrepasaban a otros. Reconocí que era bueno en todo lo que respecta a pr...