Fez - Mequinez

VVAA

• Editorial: Alhenamedia
• Año: 2020
• ISBN:
  9791033199946
• Categoría: Desarrollo personal
• Categoría: Viajes

Primera capital de un reino que data del siglo IX, nos trasladará en un viaje a través del tiempo y la historia. Esta ciudad medieval situada en una llanura del Atlas Medio conserva en su seno diversas joyas ciudadosamente conservadas de la cultura bereber y árabe-andaluza. Laberinto de callejuelas estrechas, puestos con mil olores y colores, maravillas de la arquitectura hispano-morisca. Fez hechiza.Fez, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, es, desde su fundación, el centro espiritual indiscutible del país y el escenario de una cultura con influencias múltiples que inspiró a los mayores pensadores, desde Ibn Khaldoun hasta Ibn Roched (Averroes), pasando por León el Africano. Al perderse en sus estrechas calles, entrará en el corazón de Marruecos. Déjese impresionar por la belleza de las madrazas y mezquitas, testimonio del glorioso pasado de esta medina. Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1980. Déjese seducir por la incesante actividad del zoco de las especias, del zoco de los curtidores o de los alfareros. Fez es una joya del pasado pero también una ciudad del presente. Alrededor de su medina, que por sí sola justifica la visita, se desarrolla una ciudad moderna con amplias avenidas e infraestructuras dignas de una gran metrópolis que avanza con su tiempo. Los alrededores de Fez están repletos de lugares atractivos que respiran tranquilidad. De Sefrú a Azrú pasando por Taza, bosques, lagos y grutas perfilan los paisajes montañosos del Atlas Medio.Mequinez, la hermana pequeña, la ciudad imperial dormida, no tiene que avergonzarse ante su vecina, pues posee un legado arquitectónico nada despreciable. Además, puede ser una buena opción de alojamiento si desea combinar serenidad y cultura. ¡Y qué decir de Volúbilis (Walili)!, vestigio de un flamante pasado romano, o de las refrescantes estaciones de montaña del Atlas Medio, cuyos bosques de cedro invitan a emprender múltiples paseos. Por supuesto, se requieren algunos días para visitar Fez y el conjunto de su región. Pero si desea conocer la región en su profundidad, necesitará años…

FEZ

FEZ - Tenerías.

© Anna Serrano

Fez

Fez - Mercadillo frente a la puerta Bab Chorfa, la puerta de kasbah Nouar.

© Sylvie Ligon

Historia

La historia de Fez está íntimamente ligada a sus fundadores, los Idrisíes, que huyeron de Bagdad y cuyo rey abasida, Haroun el-Rachid, se refugió, a finales del siglo VII, entre los bereberes marroquíes.

Idrís I, apoyado por numerosas tribus, fundó su capital en el 789 a orillas del uadi Fez. En el 806, su hijo establece la capital un poco más al norte, en la otra orilla. En esta nueva localización, Fez se convierte en la primera ciudad musulmana del país. Unos años más tarde acoge a centenares de familias de al-Ándalus expulsadas de la península Ibérica por los cristianos. La contribución cultural y artística de estos refugiados acelera el auge de la ciudad, emplazada en un valle muy fértil y en el cruce de varias rutas comerciales. La población de Fez crece aún más con la llegada de cientos de familias tunecinas de Kairuán, que construyen la mezquita Al Karaouine. Durante siglos, Fez, como otras ciudades del Magreb, recibe un flujo constante de refugiados de al-Ándalus, hasta la caída del último rey de Granada en 1492. Este contingente de población, entre ellos muchos judíos, introduce en Fez una arquitectura y una artesanía de un refinamiento inédito.

Tras seis años de asedio, en 1069, los almorávides de Marrakech se apoderan de Fez y convierten la ciudad en un bastión de la ortodoxia religiosa. Construyen varias madrazas y abren la ruta del oro a través del Sahara. Los dos barrios separados por el uadi se unen en un solo recinto urbano y se acondicionan las primeras canalizaciones de agua. A finales del siglo XI, la mayoría de las casas de Fez, mezquitas y funduqs disponen de agua corriente.

A finales del siglo XIII los benimerines se establecen en Fez y construyen una ciudad nueva junto a la medina, una auténtica urbe fortificada que agrupa palacios, edificios de la Administración, mezquitas y cuarteles. La llaman Al-Médina al-Bayda, luego convertida en Fez el-Jdid. En esa época las madrazas de la ciudad experimentan un gran desarrollo, y la prestigiosa Universidad Al-Karaouine reúne a los sabios más famosos del mundo islámico, como Ibn Jaldún. Fez alcanza su máximo apogeo a principios del siglo XIV, cuando se convierte en una verdadera encrucijada comercial: la ciudad comercia con Europa, con la África subsahariana e incluso con China. En 1465, la caída de los benimerines abre un largo período de agitación, hambre y epidemias. La ciudad tampoco recupera su aura bajo los saadí, que prefieren Marrakech como capital. En 1666, Mulay Rachid, al fundar la dinastía de los Alauitas, restablece el orden. Fez vuelve a brillar como capital religiosa, intelectual y comercial del reino, y recupera su calma y su prestigio. La firma del Tratado de Protectorado en 1912 le hace perder finalmente su condición de capital en favor de Rabat. El residente general Lyautey construye la ciudad nueva con largas avenidas modernas, muy distintas a las dos ciudades antiguas. En 1980, la medina es catalogada por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad. En la actualidad, Fez sigue siendo un centro religioso y artístico de primer orden en Marruecos, y es uno de los principales destinos turísticos del reino.

Los fesíes o fecíes

A menudo admiradas, a veces envidiadas o incluso temidas, las grandes familias de Fez se hallan entre las más poderosas y ricas de Marruecos, y no dejan indiferente. Los fecíes, íntimamente vinculados a la historia milenaria de la ciudad, han perpetuado durante siglos las tradiciones locales y burguesas de sus antepasados, de ahí su reputación actual de conservadores. A menudo son percibidos como la élite del reino; las principales personalidades del mundo económico, intelectual y político del país son fecíes, e incluso Lalla Salma, la esposa del rey Mohamed VI, es una fecí. De hecho, la mayoría de estos fecíes «auténticos» ya no viven en Fez desde hace décadas, sino que se han trasladado a los centros de poder de Rabat, Casablanca, o, incluso, del extranjero.

Barrios

Al igual que muchas otras ciudades marroquíes, Fez está dividida entre la medina y la ciudad moderna. Es difícil distinguir los barrios en la ciudad nueva, sobre todo para el turista, ya que los centros de interés son bastante escasos. En cambio, y esta es la característica de Fez, en la medina se intuyen claramente dos partes: Fès el-Bali (Fez la Vieja), la medina histórica construida por los fundadores de la ciud...

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