Melville en Jerusalem
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Melville en Jerusalem

  1. 108 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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Melville en Jerusalem

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Información del libro

En algún punto, el viaje se convierte en el destino mismo: la ciudad visitada, la persona amada, los libros leídos, los encuentros no esperados. Grandes historias se consuman en esta paradoja sin héroe ni victoria. Pero la poesía siempre nos devuelve a un lugar, al vientre de la ballena, al origen del mundo, al tiempo de uno mismo. Melville en Jerusalem es el diario poético de aquel que no se resigna con recordar, sino que retorna a un tiempo presente para salvarse en medio del naufragio, entrar nuevamente en el laberinto y volver a morir antes de encontrar la salida.

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Información

Año
2020
ISBN
9789587206494
Categoría
Literature
Categoría
Poetry

ENCUENTROS

Variaciones para un ángel atado

A Tita Valencia
Esto va a doler. Viene con todos sus filos y sus piedras. Sus arcos memorables son la ruina. El ángel se va como llegó y no hay redes capaces de guardarlo.
*
Ya no ser con el ángel no es pecado. Pero sí dolor.
*
Los ángeles son la caballería de Dios. Desmontar a la yegua deslumbrante que nos hizo sabernos paraíso no es tarea de minutos. La eternidad vivida en esa grupa es preciso pagarla con largueza.
*
¿Qué es el corazón? ¿Qué es la cosa? Hacer del tacto una pasión sin cura que en cada nueva caricia intenta guardar las alas para siempre.
*
El corazón no está desviado. Tan absorto en sí mismo, tan pendiente en sus riesgos, no sabe mirar sino con la venda impuesta por el ángel.
*
No aceptes el agua cuando más sed tengas. Y menos la pidas. Su transparencia –que ya no es verdadera– inundará de sombras tu garganta. Ser vencido por el ángel no es indigno. Pero sí regresar por más derrotas.
*
Suelta las amarras y deja marcharse al ángel que te dio a conocer la libertad. Ahora te la exige. No tiene por qué gustarte. Pero vivirás mejor cuando lo aceptes.
*
Ahora ni la muerte se digna a dar la mano que nos ofrecía en noches de trapecio.
*
La aventura es más rápida y letal que la prudencia. Volteamos la cabeza: hemos cruzado de ida y vuelta el precipicio. Debajo no había red. Esperaban la muerte o el aplauso.
*
Habrá triunfos mayores en otros escenarios. Ahora hay que abandonar la ciudad con la vergüenza del que no se soporta en el espejo.
*
No es el otro el que duele, sino nosotros borrándonos en el otro: borrándonos del mundo.
*
¿Volver al de ayer? ¿Era mundo el anterior a ti, tú que ya no escuchas, tú que alzas, entre mi ansia y tu silencio, un muro de piedra que para mí es aún el agua, el aire, frontera violada a fuerza de ser hielo que arde?
*
No la llames, no la busques, no la toques: ya no es la que fue, como de nadie, tuya. No mires atrás en busca del presente. Toca la brasa viva de lo que solo quema en ti: te llamas Orfeo pero ella es una Eurídice que no sabe más cómo seguirte. Perdió el plan de vuelo que creíste trazar en un nosotros invencible.
*
Observa cada mandamiento para salvar tu vida.
*
Un ángel más miserable y poderoso que tu dolor exige que le digas para qué sirven la escuadra y el compás y la armonía, elementos de una ciudad que miras desmoronarse sin remedio. No lo sabrás ahora, cuando más necesitas de su fuerza: un ángel que no conoces te construye.
*
Discurso en el cual cada significante paga su peso en oro y lo traduce al reino inagotable de los significados. Palabras que codifican lo que solo un binomio conjuga sin necesidad de partitura. Princesa, Corazón, Sirena, Abismo. Brutales metáforas que hacen de la carne íntima un campo de batalla donde nadie pierde. Si las pronuncias ahora, cada victoria te cobrará la herida que no sentiste cuando eras inmortal.
*
Apuesta lo que no tienes a las jacarandas. A su floración puntual, efímera e intensa, dedica tu mirada. Ocupan el pentagrama del aire y con su actuación anual justifican los trabajos vividos para atestiguar semejante epifanía. Eficacia de la belleza, fe en una reincidencia salvadora e iluminadora: dile a marzo que no se vaya todavía para que retrasen su estallido y al hacerlo instauren su reino amenazado. Te salvarás, al menos por instantes, del naufragio mayor: el vivido cuando hemos dejado de ser uno en el otro.
*
Lo vivido transformado en ejemplar, la confesión en inevitabilidad. No el yo sufro sino el así sufre el que ama.
*
Ejercicio del agua que arde. Así define Jorge Esquinca la indefinible poesía. Agua ardiente, transparencia que corta.
*
Agua fría da energía. Agua ardiente mata a la gente. Es el jinete el que habla. Es el amor quien exige ambos atributos para sí.
*
La fortuna del amor es que no se cura. La desgracia del amor es que se cura.
*
El corazón no tiene radar. Tampoco remedio.
*
Se recomienda al enfermo a punto de perderse, que escriba en medio del naufragio. Que haga la crónica de los días vividos, del presente perfecto, insoportable, que otorga a los obsesos. El enamorado, loco supremo, es incapaz. Pídele todo, menos que no muera.
*
Escribe para no olvidar pero también para exorcizar los fantasmas que te desgarraron y nos desgarran cuando las letras son cómplices del alma. Nombres, lugares, situaciones, para que la historia parezca real. Para que vuelva a ser real. Que la experiencia individual se transforme en símbolo. Eloísa reencarna para reclamar a Abelardo su falta de fe en la pasión. Verbo recortado, cañón de la escopeta. Fusilamientos súbitos. Iluminación y fin del condenado.
*
Lo malo del amor es que no acaba. Lo bueno del amor es que se acaba. El amor nos acaba. Doblemente.
*
El consuelo de quien entra en el laberinto es que siempre vive en el presente, como el conjunto de notas del condenado a su propia temporada en el infierno. Una sola criatura destruye lo que más ama: el Amor y sus caprichos. El Amor todo lo sabe, menos de signos cardinales.
*
Maldita la Juana que se salva de la hoguera, dice Tita Valencia. Tesis impecable e implacable que hace eco a unas palabras de David Bowie: el amor solo desciende sobre los inocentes. El inocente no es débil: es el guerrero dispuesto a soportar nuevos dolores. Pobre del que ama, pero más pobre aún el que no ama. Pobre del que apuesta todas sus cartas al conocimiento del ser superior que se es al ser en otro. Pero más pobre aún el que no se atreve.
*
Desciende al corazón de las tinieblas, recupera la luz como un bien no apreciado por aquellos que transcurren su vida en la ceguera. No hay garantía para escapar del laberinto. Al armar los fragmentos de la pasión, alivia la herida que no cierra y vuelve a entonar el canto enamorado: el de la voz que en la ocupación del aire, en su respiración agonizante, comprueba que estás más vivo que nunca. Sé valiente y doloroso: nadie te está mirando pero eres la primera criatura del planeta. Porque te estás muriendo.

Lyceum Theatre

A Roberto Coria
Entre la niebla aliada de espejismos
cada mañana surgen
las columnas venerables del Teatro Lyceum
donde Bram Stoker desempeñó
el más fiel y el más cruel de los oficios:
ser escribano del vampiro.
Sir Henry Irving lo obligaba,
entre otras mucha cosas,
a responder las cartas
de aquellos que al admirarlo
otra piedra agregaban
a su monumento y a su tumba.
Trabajo mercenario,
solo a medias llenaba
...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portada
  3. Créditos
  4. Melville en jerusalem
  5. Jeanne
  6. Encuentros
  7. Contenido
  8. Contracubierta