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El pianista que llegó de Hamburgo
Información del libro
Hendrik Pfalzgraf soñó con ser profesor de piano pero jamás pensó que terminaría en Suramérica y moriría en Colombia. Huía de la guerra pero la guerra lo persiguió siempre. Su abuelo judío polaco, Jakob, se amarró un contrabajo a sus espaldas y viajó a pie durante varios días, por un camino enlodado de la vieja Alemania, para cumplir su destino: ser músico. Tocaba en tabernas marineras, en cantinas y quioscos, en manifestaciones sinfónicas dominicales pero el dinero escaseaba y su talento se perdía en el olor a cerveza. Al abuelo Jakob el amor le daba la espalda y las mujeres que se le acercaron tenían el corazón ocupado por recuerdos imposibles de derrotar; además, era un pretendiente vagabundo sin fortuna. En uno de los atrios donde daban un concierto de música húngara, apareció una señora diecisiete años mayor que el abuelo Jakob, pequeña y coja, que se dedicaba a la costura y, con su ternura de alegro ma non troppo, enamoró con pasión al joven aprendiz. Se casó con ella porque jamás envidió su talento y porque nunca competiría con él. Tuvieron tres hijos: Elizabeth, Friedrich y Hannes —hamburgués de 1879— el padre de Hendrik.Premio Nacional de Literatura 2013Fundación cultural Libros y Letras
Preguntas frecuentes
Información
ÍNDICE
Índice
- Cubierta
- Portada
- Créditos
- Dedicatoria
- Índice
- La desgracia de nacer donde no queremos Deseó haber sido hijo de Brahms
- Un viejo clavicordio Esa hija obediente de la música
- Los nazis hunden la goleta Resolute El semita es enemigo del país donde reside
- Huéspedes encarcelados Decoradora de porcelanas
- La luciérnaga y la llama Una noche, una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas
- La tarde de los asesinos Se abrazaron y comenzaron a sollozar
- Túnel de la soledad Caserones con mezquinos huertos de brevos y duraznos
- Nacimiento de Los Centauros Tres mil descamisados
- Los livianos sueños El último hombre del renacimiento
- Minueto para tres Café con leche y pan de centeno
- Arpista de los dioses Caja de resonancia
- Las armas de la emancipación Lee el clima en los trazos del cielo, domina los ríos y cabalga en las noches con los ojos cerrados
- La amante de Guadalupe Lo escuchaba como al canto de los pájaros
- Adiós aplazado Domador de leones dentro de una jaula de gatos
- La fila diezmada de los Centauros Caballeros, me clavo un whisky
- Los restos de la dictadura Así la solidaridad, así el amor
- Hamburgo en llamas Operación Gomorra
- El Pasaje Hernández Lloró como en las noches tristes de los paisajes rojos del Llano
- Concierto bajo las cobijas La ciudad había crecido, también su destierro
- El ángel del Blüthner Empezó a soñar, con una flor amarilla en la mano
- Pascuas finales Su ángel no sabe bailar
- Los tiempos del ruido Estaba a punto de volverse retrato como los que colgaban en su sala
- Velorio de daguerrotipos La estaba esperando dispuesto a todo
- La mujer de la flor amarilla Se durmió con dos ramos amarillos sobre el piano
- Los niños de Lebensborn Los ojos celestes de Laura se desvanecen entre mis lágrimas
- La alumna dorada Supo que era su alumna dorada, que cambiaría la historia en su nueva vida
- La orquesta polaca Vanagloriaba mi pene circuncidado
- El ángel protector Abandonado por el amor
- Voces de los retratos Miedo al amor
- Nosferatu La música habla por mí
- Ropero paralelo Felices en la semioscuridad
- Titter von Greim y Hanna Reitsch Belleza de caja de chocolate
- Hendrik en el telón de fondo Y la piel, ¿cómo la cambio?
- Tristán e Isolda La muerte entra por mi oído izquierdo
- Oyendo Radio Habana Otra escena de dolor
- Jamón y cordero Por los viejos tiempos
- El testamento del Führer Experto en Runas
- Berthold y Eveline Para mí todo comienza y termina contigo
- Tardes en contraluz Los livianos sueños de la desesperanza
- Culpable del dolor y el abandono Vestía como las colegialas que iban por los parques
- La cruz de hierro Me lanza la cruz como un arma mortal
- La última cita Dibujó con agua la cruz de vellos, del pecho de Hendrik
- El bombardero Gotha Mi padre soy yo
- Tocata y fuga Cerró los ojos para que lo acompañara en su aventura del olvido
- Concierto para una boda triste Había muerto pero me perseguiría siempre
- Diez años con la madre natura Los males de amor los acaba otro amor
- Julieta-Matilde, dos caras del olvido Curado del dolor mas no del amor
- En busca del piano Sin la música la vida sería un error
- Detrás de las cortinas Una morena de ojos vivaces
- El siete colores Cuando lo tenían cercado se volvía mariposa
- Los túneles del tiempo El nunca regreso
- Ángel como demonio Los laberintos del tiempo y de la muerte
- Nosferatu contra ataca La ciudad desde el convexo cielo negro
- Los billetes de las fotografías Hermoso ángel, marino y poeta
- El encuentro Mataron el rinoceronte en una parranda vallenata y la jirafa se la devoraron o bajaron un domingo con aguardiente, cerveza y marihuana
- Muerte de los retratados Ni siquiera los muertos tienen regreso
- Desde el túnel de la vida en la muerte Mi fantasma enamorado, lo llevarás con la música en el aire del no tiempo
- La orquesta del hospicio Porque la música es amor en busca de las palabras
- Las otras voces que hablan en El quinteto de la frágil memoria
- Notas al pie