Piélagos

Alfonso Chase

• Editorial: Editorial Costa Rica
• Año: 2019
• ISBN:
  9789930549995
• Edición: 2
• Categoría: Literatura
• Categoría: Poesía

"Allá está, en San José de Costa Rica, con su barba blanca bien peinada y su mirada de asombro. A pesar de los centenares de páginas escritos en prosa, solo cree en el amor de la poesía, la única que no lo ha decepcionado. "Tengo cincuenta años escribiendo", dijo esta semana, "y me ha sido fiel, yo también a ella".Alfonso Chase se deja querer y asiste a los sitios donde lo convidan, pero siempre tiene las bridas en las manos: 'A veces uno no puede hacer más de lo que le tocó: somos poetas centroamericanos y costarricenses. No nací en París, Casablanca o Moscú. Nací en Cartago, viví en Hatillo, pertenezco a la clase media baja. Eso me determinó una relación diferente con la poesía. Me ha servido para limpiar mi palabra y limpiar mi espíritu. Si uno, a los 71 años, no tiene una relación alquímica con la poesía o con el arte no ha hecho nada', dice el poeta".Raúl RiveroPiélagos es un canto a la vida, al espíritu y a la poesía, es el resultado de la escritura del autor frente a un drama humano: la amputación de uno de sus pies elevada a objeto poético.Un pie con alas se eleva, premonitorio (…) / O, elegante, se apresura a danzar / su último vals.

Maneras de la carne

“Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación.

El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza (...).

Y, además, todo el mundo puede hacerlo.

Basta con cerrar los ojos. Está del otro lado de la vida”.

Louis-Ferdinand Céline

Viaje al fin de la noche

(Trad. cast. de Carlos Manzano)

Los poemas (1)

A Carlos Francisco Echeverría

Es triste celebrar

la infancia en soledad.

No tener a alguien cerca

para mirar la lluvia

o intercambiar estampillas.

Es difícil crecer sobre uno mismo

y medir el tiempo por las huellas

que marcan los días

en el rostro de los viejos.

Es triste no poder compartir el pan en las mañanas

y que la alegría de los otros

caiga sobre nuestras manos

como si fuera llovizna.

Es difícil vivir cuando todo lo que amamos

se va yendo

y nadie puede disponer de las lágrimas

como si fuéramos nosotros mismos.

Es triste

no tener otra mirada

que por un golpe de amor

nos vuelva humanos.

Lástima no haber tenido

algún hermano menor.

Los poemas (2)

Extraño la ventana

que desde mi casa daba al mundo.

Por ese pequeño trozo de luz

aprendí amar al canto de los árboles,

al espejo del río

y la voz de alguna muchacha

mientras se bañaba.

El sol nacía cada día

para la ventana

y el sueño depositaba sus armas

debajo de ella

y se echaba a rodar

por sillas y paredes.

El mundo se hacía trozo

y convergían

los insectos con su grave lenguaje

y todo el planeta era despertar

para saber que aún existía parte del cielo,

en los instantes en que el mundo

era demasiado grande para nuestros ojos antiguos.

Los poemas (3)

Solo dos sombras

proyectadas en una sola imagen

que no se sacia de palabras,

pensamientos o murmullos.

El uno salta sobre el pecho del otro,

levanta torres

y escudriña

y se desliza como música entre el agua

y en transparentes palabras es el aire.

Nadie sabe sus nombres

y resbalan por la vida como el viento.

Un muchacho, otro muchacho.

Intercambian soledades

en el agua secreta

de sus ojos.

Maneras de la carne

El objeto desea, ...

Índice

• Cubierta
• Piélagos
• Inicio
• Circadismo
• Maneras de la carne
• Colofón
• Sobre el autor
• Obras de Alfonso Chase
• Apéndice
• Créditos
• Libros recomendados