1.1 Uchuva
(Physalis peruviana L.)
{1}Gerhard Fischer y {2}Diego Miranda
INTRODUCCIÓN
La uchuva (Physalis peruviana L.) pertenece a la familia de las solanáceas y es nativa de los Andes suramericanos, aunque Legge{1} sitúa su origen en las zonas andinas peruanas. Su nombre proviene de la palabra indígena “ucuba” que significa fruta redonda; por su amplia distribución es conocida con otros nombres como: uvilla en Ecuador, teparee y makowi en la India, chuchuva en Venezuela, aguaimanto en Perú y cape gooseberry (por Ciudad del Cabo) en los países de habla inglesa. El género Physalis proviene de la raíz griega “Physa” (vejiga o ampolla).
Aparte de Colombia, que actualmente es el mayor productor de uchuva del mundo, la producen comercialmente Sudáfrica, Kenia, Zimbabwe, Australia, Nueva Zelanda, Hawái, India, Malasia y China; en la actualidad se ha extendido su producción tanto a los altiplanos de los países tropicales y subtropicales, como a países del Caribe.
La uchuva sigue siendo un fruto promisorio exportable. Sin embargo, en Colombia este gran potencial se ve afectado por la falta de soporte tecnológico, dado que el desarrollo de esta especie como cultivo de exportación se ha hecho fundamentalmente sobre el conocimiento empírico, fruto del esfuerzo de los agricultores.
Durante los años 2002 a 2006, según información de Agronet{2}, el área nacional cultivada aumentó de 416 a 864 ha y la producción de 6.518 a 13.324 t, respectivamente, lo que registra en este lapso de tiempo rendimientos entre 14,3 t/ha y 18,5 t/ha. En 2006, el 75,91% de la producción se concentraba en el departamento de Cundinamarca, el 14,68% en el de Boyacá, el 6,16% en el de Antioquia y el 3,02% en el de Nariño; mientras, en los últimos años se reportan otras pequeñas producciones en el Meta, Norte de Sandander, Tolima y Valle de Cauca{2}.
Desde una planta herbácea en los primeros meses, la uchuva se transforma en una arbustiva perenne y semileñosa en el segundo año, con hojas simples, alternas, acorazonadas y pubescentes. La planta crece normalmente hasta una altura de 1,0 a 1,5 m, con un patrón de crecimiento simpodial y con la formación generalmente de cuatro ramas reproductivas principales. En el caso de un tutorado y poda puede alcanzar hasta 2 m o más de altura (figura 1).
Figura 1. Plantación de uchuva en Granada, Cundinamarca. Foto: Gerhard Fischer.
Las flores hermafroditas, solitarias, con una corola tubular de color amarillo (figura 2), son polinizadas fácilmente por los insectos y el viento{3}, y la autopolinización es común{4}. El cáliz (o capacho) es gamosépalo, formado por cinco sépalos persistentes, crece hasta formar una estructura similar a una vejiga de unos 5 cm y encierra el fruto totalmente hasta su madurez, protegiéndolo contra insectos, pájaros, patógenos y condiciones climáticas extremas{5}.
Figura 2. Botones florales, flor abierta y hojas en uchuva. Foto: Gerhard Fischer.
Los frutos, casi redondos, son bayas amarillas-anaranjadas de 1,25 a 2,5 cm de diámetro y pesan entre unos 4 y 10 g (figura 3), con muchas semillas aplanadas, pequeñas y de forma lenticular (150-300/fruto){6}.
Figura 3. Fruto de uchuva con cáliz abierto y en punto de cosecha. Foto: Gerhard Fischer.
La uchuva es un fruto tropical con extraordinarias propiedades nutricionales y medicinales; su exquisito sabor y aroma hacen que sea muy apetecida por los consumidores, lo cual ha favorecido su incursión en nuevos mercados{7}. El valor nutricional del fruto es dado por el alto contenido de provitamina A (1.000-5.000 U.I., principalmente beta-caroteno) y ácido ascórbico (11-42 mg/100 g peso fresco [PF]), y algunas vitaminas del complejo B (tiamina, niacina y vitamina B12). Los contenidos de proteína cruda (2,2 g), fósforo (39 mg) y hierro (1,1 mg) son altos, pero el de calcio es bajo (14 mg/100 g PF){8}. Los frutos de uchuva son ricos en azúcares, ya que tienen de 11 a 20 g de carbohidratos digeribles en 100 g PF; según Herrera{9}, los frutos maduros contienen entre 13 y 15º Brix, y almacenan un buen contenido de ácidos (1,6 a 2,0% de acidez). Al fruto se le atribuyen propiedades medicinales como: purificar la sangre, disminuir la albúmina de los riñones, reconstruir y fortificar el nervio óptico, aliviar las afecciones de garganta, ser calcificador de primer orden y una posible comida para diabéticos, aconsejable para destruir tricocéfalos, parásitos intestinales y amebas, y recomendable en el tratamiento de la próstata{10}.
La savia de la planta contiene vitanólidos (esteroides) que actúan como repelentes contra varios coleópteros.
VARIEDADES Y ECOTIPOS
En Colombia todavía no se distingue entre diferentes variedades de uchuva que hasta ahora no se han registrado, sino que, más bien, se denomina simplemente ecotipo ‘Colombia’, que muestra ciertas variaciones según las condiciones agroecológicas y la selección que ha dado el productor o el vivero donde crecen los cultivos. A finales de los años ochenta se introdujo al departamento de Boyacá dos ecotipos africanos, procedentes de Kenia y Sudáfrica, con portes más bajos que el colombiano. Como encontró Fischer{5}, las dos procedencias africanas se destacan por tener frutos más pesados, entre 6 y 10 g o más, pero tienen un contenido de sólidos solubles y ácido cítrico menor que el ecotipo ‘Colombia’, siendo el de ‘Sudáfrica’ más alto en beta-caroteno (provitamina A).
Existen colecciones con 222 entradas del género Physalis, principalmente en la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira, 98 accesiones en los bancos de germoplasma de Corpoica (CI La Selva y CI Tibaitatá) y otras en la Universidad de Nariño; la variabilidad genética de Physalis en los países de América Latina y el Caribe, en su mayoría, es representada por variedades tradicionales y silvestres{11}.
En Australia se informa sobre cultivares, como Golden Nugget o New Sugar Giant, los cuales producen frutos grandes, pero con un sabor más bien insípido. En Estados Unidos hay variedades comercialmente importantes como las Peace, Giant Groundcherry y Goldenberry, o las Giallo Grosso, Giant, Giant Poha Berry, Golden Berry y Golden Berry-Long Ashton{6}.
ECOFISIOLOGÍA
En un contexto agrícola (agroecología), la ecofisiología es el estudio de los efectos ambientales sobre los procesos fisiológicos de las plantas cultivadas. La uchuva, por ser un frutal de clima frío que crece en los países andinos entre 1.500 ...