Cómo desarrollar el oído musical
INTRODUCCIÓN
Cuántas veces hemos dicho o hemos oído frases del tipo: «es que yo no entiendo de música», «no me gusta porque…no sé… no tengo ni idea…», «no he estudiado música», en las clases, en conciertos o en audiciones musicales. Seguro que muchas veces. Además, estas expresiones no tienen por qué estar referidas solamente al ámbito de la música clásica o al jazz, sino que también pueden escucharse en ocasiones hacia cierta música rock o la música electrónica, por no hablar de la música dodecafónica, aleatoria, contemporánea o electroacústica.
En otras ocasiones, de tanto en cuanto, escuchamos expresiones del tipo «Esta música suena a Bach», «Tiene la sonoridad de Haendel», «Me recuerda a "Hey Jude"»; «Sigue la técnica de Slash»… No se trata de ir de resabidos por la vida, sino que existen unas ciertas connotaciones ya sean técnicas, compositivas o acústicas que nos ayudan a reconocer o a identificar un género musical, una época, un compositor o a un intérprete. La práctica en la escucha es el elemento que facilita este conocimiento.
La práctica de la educación del oído musical es una tarea que debemos abordar desde la escucha consciente, sabiendo qué es lo que debemos escuchar en cada ocasión: Timbres, formas, estructuras, motivos rítmicos, respiraciones, chasquidos, inflexiones, quejíos… todo ello puede ser objeto de nuestra capacidad de audición, y esta se agudiza cada vez más según sea el tiempo y la práctica que le destinamos.
El tiempo dedicado a la audición en la enseñanza musical ha ido incrementando con el paso del tiempo. Desde la docencia, podemos empezar a trabajar partiendo del resultado final de notas y ritmos, la canción y los instrumentos, todo desde la audición. Empleando la palabra de moda, sería una deconstrucción, pasando de lo que escuchamos, a estudiar todas las partes que lo forman. Así, si empezamos por la canción o una pieza instrumental y desgranamos todo su contenido e investigamos qué contiene esta música, trabajaremos el ritmo, las notas, las dinámicas, las intensidades, los compases, el tempo, la pulsación, los instrumentos, de qué formación se trata, qué estilo… solamente centrándonos y pesando qué, quien o quienes producen estos sonidos y como son estos: su altura, su duración, su dinámica… pero sin olvidar que forman parte de un conjunto que se llama música, y que ésta fue compuesta y creada con unos objetivos: para entretener, para orar, para bailar, para acompañar rituales, para relajar… y que toda la música, de cualquier época está formada con esta concepción que la lleva a cumplir unos objetivos. La música dance, por ejemplo, nos invita a bailar y está compuesta por unas estructuras y unas melodías que podemos dividir en frases, del mismo modo que la música de las bandas sonoras, que crean el ambiente necesario en una película, siendo tan importantes como los diálogos o la fotografía, o una ópera que nos explica con su música y libreto una historia que podremos dividir en sus partes musicales.
La práctica y el tiempo dedicado a la escucha nos hace capaces de reconocer a nuestro grupo preferido ya sea por la voz del cantante, pero también por la manera de tocar y el tipo de composición de su música. Con la adquisición de ésta práctica, un fan de los Beatles puede reconocer una pieza suya aunque nunca la haya escuchado antes. Es más, puede discernir en otros grupos y cantantes las influencias de los Beatles, ya sea en la línea melódica, la secuencia de los acordes, en los tipos de acompañamiento, en los coros o en la manera de cantar del solista. Así, un grupo español, por ejemplo, puede sonar como los Beatles y haberse creado hace pocos meses.
Si nos fijamos en las apreciaciones de los miembros del jurado de los talent show televisivos en los que participan cantantes, veremos que muchas veces hacen referencia a que el concursante se ha parecido a tal o cual cantante, y eso se debe a que imita sus inflexiones de la voz, su forma de cantar, sus movimientos o incluso el timbre particular de su voz. Ello sucede porque el concursante en cuestión ha cantado tantas veces escuchando a este cantante que ha interiorizado su técnica y sus características interpretativas. Hay otros concursos en lo que se busca exactamente lo contrario, en los cuales el concursante debe intentar parecerse al máximo al cantante represent...