Otra forma de mirar
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Otra forma de mirar

Memorias de una persona con síndrome de Asperger

  1. 538 páginas
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Otra forma de mirar

Memorias de una persona con síndrome de Asperger

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Índice
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Información del libro

Hasta que me lo diagnosticaron, no tenía ni idea de lo que era el Síndrome de Asperger. Es que cuando lo oí por primera vez me pregunté: "¿Qué es eso?". Siempre he sido diferente a mis compañeros. Yo siempre estaba solo. Es algo de lo que me di cuenta muy joven, pero a lo que jamás encontré explicación. Todo cambió cuando por fin supe lo que era. Mucha gente cuando le diagnostican algo se entristece, pero conmigo no ocurrió eso. Era una explicación que por fin recibía y que necesitaba recibirla. Desde que se descubrió, se ha investigado a personajes históricos que posiblemente lo tuvieran, y que eso les ha hecho pasar a la posteridad. Eso te hace sentir un afortunado. Me han dicho muchas veces que yo soy diferente. Eso es complicado de explicar, porque todos somos diferentes. Creo que es lo más bonito que tiene la vida, que todos somos diferentes. Alguien me puede decir que yo soy diferente a él, pero yo le puedo decir lo mismo con respecto a otra persona. Doce años después de mis primeras memorias, me recomendaron escribir una segunda parte. Cuando escribí la primera aún era un chaval, pero ahora ya soy adulto. La verdad es que no se ve el mundo igual cuando eres joven a cuando te haces mayor. En esos 12 años me han ocurrido muchísimas cosas, la gran mayoría muy buenas. Son cosas que es muy bonito compartir con la gente. Pero no solo por el placer de contarlas, es que pueden ayudar a muchísima gente que tiene problemas. Y no solo a otros síndromes de Asperger, también a otras personas pueden serle de gran ayuda. Lo que a mí me hace más feliz, es que puedo animar a otros a conseguir sus propósitos. De niño tenía muchas aspiraciones para cuando fuera mayor, me he hecho mayor y muchas las he cumplido

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Información

Año
2017
ISBN
9788417029517
ÍNDICE
PRÓLOGO 11
OTRA FORMA DE MIRAR I
Memorias de un joven con síndrome de Asperger 13
OTRA FORMA DE MIRAR II
Memorias de un adulto con síndrome de Asperger 119
PRÓLOGO
«Me decían que tenía que estar con gente, porque era lo normal. Y yo pregunto: ¿Qué es lo normal?», reflexiona Miguel.
Otra forma de mirar es la vida de Miguel, un hombre decidido y valiente que no duda en disfrutar de la vida y aprovechar lo que la coyuntura de cada momento nos permite hacer.
Síndrome de Asperger es ver, sentir y expresarse de una manera especial que nos hace a los demás diferentes. ¿Qué es lo normal?, preguntaba Miguel en su libro. Pues Miguel es normal. Tú eres normal, yo soy normal… Todos somos normales en nuestras circunstancias y todos somos diferentes entre nosotros. Deberíamos tener todos «otra forma de mirar» la vida, para, precisamente, no ver las diferencias.
Las memorias de la vida de Miguel, recogidas en este libro llamado Otra forma de mirar, están divididas en dos partes con una diferencia de 12 años. Miguel escribió y publicó la primera parte hace una década, y ahora, completa la narración de su vida con la segunda, inédita hasta el momento. Puede que el lector encuentre algunos pasajes repetidos en ambas partes, y es que Miguel no tenía pensado publicar ambas juntas hasta que se lo propusimos.
Si la primera parte ayudó a muchos familiares y expertos del Síndrome de Asperger, pensamos que la segunda, que corresponde a otros períodos de madurez, puede dar un empuje a todos los adolescentes Asperger que no se decidan a emprender sus vidas de forma más independiente o no se atrevan a viajar solos, como hace nuestro protagonista. Así mismo seguir ayudando a los familiares y especialistas a entender un entorno Asperger.
Es, sin duda, un texto alentador y positivo, además de sincero, que nos hace reflexionar a todos los que lo leemos y nos hace preguntarnos, una y otra vez: ¿Qué es lo normal?
Agradecemos a Miguel y a su familia la confianza que han depositado en nuestra editorial.
«Cuando uno escribe, el lector es uno», dice Borges. Entonces, todos somos Miguel.
Mª del Mar Martínez-Navarro
Editora.
OTRA FORMA DE MIRAR I
Memorias de un joven
con síndrome de Asperger
PRESENTACIÓN
Estas memorias son el resultado de una sugerencia del doctor Josep Artigas, quien después de escuchar a nuestro hijo Miguel en las primeras jornadas sobre el Síndrome de Asperger (Alzira, Valencia, 30 de noviembre de 2002), le animó a escribir sus experiencias.
Así empezó, y con el paso del tiempo se fueron acumulando los recuerdos. Posteriormente, en octubre de 2003, conocimos a Cristina Sola, que leyó el trabajo de Miguel y se ofreció con entusiasmo para que estos capítulos llegaran a publicarse.
Nuestro agradecimiento a Cristina por hacer este sueño realidad.
Amparo y Miguel
Madrid, mayo de 2004
Cuando conocía a Miguel pensé: ¿en qué se diferencia este chico de otros chicos normales?». Y me sorprendió mi propia respuesta: en que este parece más maduro, más bueno y honrado.
No quiero decir que las diferencias no existan. Existen. Sin embargo, la discapacidad la creamos los demás cuando nos resistimos a aceptar las diferencias como fuente de enriquecimiento colectivo. De Miguel podemos aprender todos, de su humanidad conmovedora, de su personalidad transparente y sencilla, de sus mundos fantásticos, de sus valores, de la fuerza de sus deseos...
Ante esta forma diferente de mirar el mundo y de participar en la vida, podemos hacer dos cosas: ver sólo la negatividad, las dificultades y los problemas; o ver las posibilidades.
Yo elijo lo segundo.
Espero que cuando el lector pase la última página de estas memorias acabe convencido, como yo lo estoy, de que necesitamos a muchos como Miguel que nos ayuden a pensar, a vivir y a transformar el mundo en un lugar más amable y más justo. En este sentido, este libro es una invitación a la esperanza.
Cristina Sola
Villalbilla, junio de 2004
INTRODUCCIÓN
Estimado lector:
Durante las Jornadas sobre Síndrome de Asperger en Alzira (Valencia), en noviembre de 2002, Josep Artigas me sugirió escribir mis memorias.
Alguna vez me había pasado por la mente escribir unas memorias, pero nunca lo había visto como algo útil. Pienso: «Qué le importa a la gente mi vida». Puede resultar aburrido leer la vida de otra persona.
Esta serie de hechos, historias o experiencias que me dispongo a contar, son acontecimientos que me ocurrieron en el pasado. Voy a tratar de mostrarlo de la forma más fidedigna y real posible. Muchas veces cojo la parte de la historia que recuerdo y trato de «ordenarlo» utilizando los detalles que conozco y «relleno» la historia con algunas partes razonadas a partir de detalles para poder «completar» la historia. Pero en muchas ocasiones, al ser historias inventadas para completar otras, no existe un 100% de probabilidad de que sean correctas. Puede que lo sean, pero puede darse lo contrario. Contaré las partes que recuerdo e indicaré cuándo es algo que he inventado para completar esos hechos.
Lo que me dispongo a contar ha sido expresado en modo pasado. No como si me estuviera ocurriendo en ese momento, sino como lo veo ahora desde mi punto de vista, expresando lo que pensé en aquel momento.
Me han comentado que el escribir mis memorias puede ser algo práctico para conocer el Síndrome de Asperger. Yo no soy psiquiatra, no sé si serán prácticas. Bien mirado, puede que me den horas de entretenimiento. Ya se averiguará.
Cuando me comentaron la idea de escribirlas, enseguida me empezaron a venir a la memoria incidentes que podría contar. No tengo ni idea de cómo se escriben unas memorias; dedicaré un capítulo a un tema concreto. En caso de que cuente varios incidentes con relación dentro del mismo capítulo, estarán ordenados de forma cronológica.
En los informes sobre el Síndrome de Asperger se expresa un número de características de este síndrome. Muchos de los capítulos estarán dedicados a esas características, en las que contaré experiencias que tienen relación con la característica en cuestión. Puede que algún hecho se repita en más de un capítulo. Posiblemente por tener relación varios temas a tratar.
Espero que salgan unas memorias bastante completas. Seguro que cuando estén impresas y encuadernadas me vendrá algo a la mente que me he olvidado escribir. Deseo que sea una biografía entretenida de leer y útil para el conocimiento de este síndrome. Algunas cosas van a ser de mi vida personal e íntima, que en muchas ocasiones no me atrevo a difundir, porque me da vergüenza o por cualquier otra causa. En esta ocasión voy a hacer una excepción. Espero tener ánimos para poder hacerlo, y hacerlo bien. Muchas de las historias que voy a contar y de las anécdotas que me han ocurrido a lo largo de mi vida pasaron en la escuela o tuvieron relación con ella. Antes de que me diagnosticaran el Síndrome de Asperger, los psiquiatras no se ponían de acuerdo sobre lo que me pasaba; muchas veces mis padres me decían que era especial.
Quizás esta presentación sea útil para quien lea mis memorias.
Miguel Dorado
CÓMO ES MI SÍNDROME
DE ASPERGER
DESDE QUE CONOZCO EL SÍNDROME DE ASPERGER
¿Que cómo ha cambiado mi vida desde que conozco el síndrome de Asperger?
Me diagnosticaron el síndrome de Asperger en la primavera del año 2000. Oí varios comentarios sobre este síndrome, pero todavía sin conocerlo demasiado.
En una ocasión mi madre me habló del síndrome en mi habitación, entró con un informe en la mano y empezó a leerme sus características. Yo oía estas características y pensaba: «Parece que me están describiendo». Es que parecía que me estaban describiendo, y yo pensaba: «Pero sí, yo soy así». Se me ocurrió decir:
—Parece que me han puesto una cámara oculta y han estado observando mi vida.
Me estaban describiendo, de ahí saqué: «No hay duda, tengo el síndrome de Asperger».
Poco tiempo después acudimos a la Asociación de Padres de Niños Autistas, donde me atendió la psicóloga Rosa Ventoso. Ella me realizó una serie de pruebas y ya se demostró que no había lugar a dudas respecto al diagnóstico; desde entonces, ya puedo decir que tengo el síndrome de Asperger.
Pienso que lo que hizo que yo aceptara que tenía el síndrome de Asperger fue que me mencionaron que acostumbramos a tener un nivel alto de cociente intelectual. Ha habido casos de Asperger que se han negado a reconocerlo, y conozco a unos cuantos. Yo lo acepté prácticamente sin rechistar.
Siempre me han dicho que soy muy inteligente, y eso a mí me gusta. Cuando me dijeron que los Asperger somos algunas veces muy listos, me resultó fácil aceptar este síndrome. Cuando me dijeron que era posible que Albert Einstein o Bill Gates lo hubiesen tenido, también hizo que no pudiera negarme a aceptarlo. Y también es por ello por lo que en algunas ocasiones me niego a reconocerlo como un mal.
Espero que estos motivos no se consideren egoístas o pedantes por mi parte.
Es una sensación extraña el pensar que tienes un síndrome que quizá tuvieron algunos de los personajes más listos de la historia: Albert Einstein, Wolfgang Amadeus Mozart. Me he leído la vida de estos dos personajes; no soy psicólogo, pero poco después de hablarme del Asperger volví a leerme sus vidas y sí que encontré alguna característica en común con ellos.
Algo que me dio bastante alegría fue cuando Bill Gates hizo público que él también lo tenía y que Microsoft era la empresa que más gente con Asperger contrataba. Enterarte de que el hombre más rico del planeta tiene el mismo síndrome que uno te hace sentir afortunado, según se mire.
Tardé un tiempo en comentarlo con mis compañeros del colegio. Con los de la Sagrada Familia nunca lo pude comentar, porque todavía no lo conocía.
La primera vez que hablé del Asperger en clase estaba en el colegio Areteia, creo que fue una vez que se habló del autismo en clase y yo lo comenté allí, era el año 2001.
Creo que lo hablé con mis profesoras el curso anterior, poco después de que me lo diagnosticaran. Me parece recordar que me presenté en la sala de profesores y dije algo así como: «Mi forma de ser ya tiene explicación, el síndrome de Asperger». Creo que dije eso, pero no puedo acordarme si fue una imaginación mía o un hecho real.
Cuando hablé de ello en el colegio hubo quien se interesó, pero como anécdota curiosa tan sólo.
En 2001 todavía no tenía demasiado conocimiento del Asperger, yo tenía 19 años por aquel entonces. Esto lo escribí en 2003 y he enriquecido en parte mis conocimientos sobre el síndrome. En España todavía no se conoce demasiado.
Antes de que lo conocieran los psicólogos, no se ponían de acuerdo sobre lo que yo tenía. Algunos me decían que era autista, otros no; algunos me decían que era muy obsesivo y hubo quien habló de trastornos impronunciables. Tuve diagnósticos para todos los gustos.
El Asperger ya se está volviendo familiar y ha sido una suerte para mí. Y también para otras personas que lo tienen. Me comentaron que ya había varias personas a las que se lo habían diagnosticado.
En cierta ocasión la madre de otro chico, al que también habían diagnosticado el síndrome de Asperger, llamó a mi madre. Y al parecer aquel chico quería conocer a otra persona que lo tuviera. Hacía un año que me habían diagnosticado. A mí no me apetecía nada quedar con este otro chico, tuve que ir obligado.
Nos encontramos todos en la estación de Atocha, mis padres ya conocían a los suyos, todos nos sentamos en una mesa y pusieron a este chico, Ángel, a mi lado.
Me acuerdo vagamente del encuentro con Ángel, ahí sentado. Lo que mejor recuerdo es que se sentó a mi izquierda y estaba todo el rato mirándome con una expresión de asombro, como si yo fuera un ser extraordinario. Sin embargo, no me apetecía estar ahí. Unos días después me llamó por teléfono. Volvimos a quedar unos días más tarde, esta vez en el parque del Retiro. Y a mí tampoco me apetecía nada. Como las demás veces, fui obligado. Poco tiempo después comencé a ir a un centro de Psicología llamado Deletrea, donde me atendieron María y Sandra. Allí conocí a otro chico mayor que yo, que también tenía el Asperger, llamado Raúl. Luego ll...

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