No me molestes mamá, ¡estoy aprendiendo!
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No me molestes mamá, ¡estoy aprendiendo!

Marc Prensky

  1. 256 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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No me molestes mamá, ¡estoy aprendiendo!

Marc Prensky

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Información del libro

Prensky desarrolla ampliamente el tema relacionado con los juegos de video y computadora a partir de una pregunta: ¿son buenos o malos para tus hijos los videojuegos? Este libro es una buena oportunidad para llevar a la práctica los consejos de su autor para establecer comunicación con sus hijos y conocer sus videojuegos, las características que los seducen y las ventajas que representan en la vida diaria como aprendizaje, incluso en las aulas escolares, y de esta forma reducir la brecha cultural entre los "inmigrantes digitales", y sus hijos, los "nativos digitales", de manera que se establezca la comunicación y el entendimiento entre padres e hijos sobre un tema que cada día cobra importancia como una herramienta de aprendizaje en potencia.

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Información

Editorial
Ediciones SM
Año
2015
ISBN
9786072409743



Parte 1

Los juegos no son el enemigo




En la primera sección de este libro voy a dar a conocer y a discutir los temores de los padres de familia sobre los videojuegos, y voy a empezar a exponer las razones por las que considero que, en su mayoría, esos temores carecen de fundamento. Creo –y tengo evidencias para probarlo– que la verdadera (aunque tácita) razón por la que los niños juegan videojuegos y juegos de computadora es porque están aprendiendo. Es jugando estos juegos como inconscientemente nuestros hijos ¡se están preparando para su vida en el siglo XXI!



Capítulo 1

Por supuesto que estás preocupado: ¡no tienes idea de lo que está sucediendo!




(Mis padres) dijeron que los videojuegos no tenían sentido y que representaban una pérdida total de mi dinero, de mi tiempo y de las células de mi cerebro.
Niño de 14 años
En todas nuestras entrevistas con los padres de familia, nunca encontramos a uno que supiera lo que estaba haciendo su hijo.
Un investigador
Son las 6 de la mañana. El sol está saliendo en el horizonte. Cinco policías me están persiguiendo, y un traficante de drogas se acaba de escapar con mi dinero. La vida no está siendo amable conmigo en este momento, pero en los próximos cinco minutos, voy a hacer que los muchachos de azul deseen haber molestado a otra persona.

Entonces voy a localizar a ese traficante de drogas y a recuperar mi dinero, y a quitarle cualquier droga que lleve consigo.

Luego, después de todo eso, voy a entrar en línea, a un sitio público de mensajes, y a contárselo a todo el mundo.

Todo esto es posible –de manera sana y legal– porque realmente no estoy haciendo estas cosas horribles, sino jugando el profundo, intrigante y, sorprendentemente educativo, juego Grand Theft Auto: Vice City.

Si eres padre de familia, ¡tienes todo el derecho a estar preocupado de que tu hijo sea un jugador de videojuegos y de juegos de computadora!
Tus hijos están sentados (o recostados) frente de la computadora o la televisión durante horas, muchas veces solos, pero cada vez más con sus amigos; están haciendo algo que tú no entiendes y no puedes controlar, excepto desconectando el aparato (pero incluso entonces no los detienes, ¡tienen aparatos portátiles!).
Rara vez pasa un día sin que escuches en las noticias una nueva versión del mensaje de que “los videojuegos son malos”, “los videojuegos son demasiado violentos”, “destruyen las mentes de nuestros hijos”, “los videojuegos transmiten mensajes equivocados”, “los videojuegos convierten a nuestros niños en monstruos”.
Te estás peleando con tus hijos por el tiempo que emplean en el videojuego, pidiéndoles apaguen las máquinas (cualquier de sus versiones) para que hagan sus tareas, o incluso para que salgan a jugar en un hermoso día. Luego, para colmo, tus hijos constantemente te están pidiendo que les compres más de estas cosas: más juegos nuevos, más suscripciones en línea, más hardware, sistemas portátiles, teléfonos celulares… y te preguntas: ¿cuándo terminará todo esto?
Pero resulta que los niños ¡están en lo cierto! Has sido engañado para que pienses que todo este asunto de jugar juegos digitales ¡es malo! Los niños deberían estar jugando estos juegos y ¡tú deberías estar alentándolos a jugarlos! (dentro de ciertos límites, claro está).
¿Por qué?
¡Porque están aprendiendo!
No solo eso, pero casi todo su aprendizaje es positivo. De hecho, sostengo que es seguro que a partir de sus videojuegos y sus juegos de computadora tus hijos están aprendiendo cosas más positivas y ¡más útiles que las que aprenden en la escuela!
Podrías decir: “Eso no puede ser. He oído hablar de los videojuegos. Sé que son malos. Si mis hijos están aprendiendo algo, ese algo tiene que ser negativo.”
Tristemente, la mayor parte de las cosas que has escuchado acerca de los juegos, o son totalmente equivocadas o, en el mejor de los casos, han sido exageradas. Los juegos no son el enemigo. Los niños de hoy quieren involucrarse, y sus juegos no solo los hacen participar, sino que en el proceso les enseñan lecciones valiosas –las lecciones que queremos aprendan–. De hecho, los videojuegos y los juegos de computadora son un medio importante con el que nuestros niños están aprendiendo a prepararse para sus vidas en el siglo XXI.
¿Suena ridículo? Tal vez, pero ¡es la verdad! Es el mensaje que tus hijos han estado tratando de transmitirte una y otra vez, pero tú no ha querido escucharlos. Ahora, por fin, personas con doctorado, maestría, doctores en medicina y otros adultos responsables e inteligentes fuera del mundo de los videojuegos han empezado a decir lo mismo. También están empezando a entender y valorar el gran trabajo que han hecho los desarrolladores de videojuegos en los últimos 30 años, especialmente en los últimos 10. Así que tal vez es hora de que reconsideres tu posición.
Es cierto que los primeros videojuegos representaban experiencias bastante primitivas en las que los niños –en su mayoría varones– se disparaban unos a otros sin pensar. Pero hoy son experiencias ricas y profundas que duran de 30, 50 a 100 horas, y que atraen a las niñas y a los niños de todas las edades, a los adultos jóvenes, a las mujeres de más edad y, de hecho, a las personas de todas las edades y grupos sociales, pero, sobre todo, atrapan a nuestros hijos.
Sería muy difícil encontrar a una persona joven en Estados Unidos que no haya probado al menos un juego de computadora o un videojuego de uno u otro tipo. Cuando los niños no pueden jugar videojuegos en casa, van a jugarlos con sus amigos, juegan en las máquinas de demostración en las tiendas donde venden los juegos, o en donde puedan.
Probablemente lo más importante que debes entender sobre los niños que juegan videojuegos es lo siguiente:
Lo que atrae y “adhiere” a los niños a los videojuegos y a los juegos de computadora actuales no es la violencia, o incluso los temas superficiales de los mismos, es decir, el diseño del juego, las carreras o los disparos; el verdadero secreto para explicar por qué los niños pasan tanto tiempo en sus juegos es que ¡están aprendiendo! Y que lo que están aprendiendo es importante para su futuro.
Al igual que a todos nosotros, incluidos los adultos que pasan incontables horas perfeccionando sus habilidades para el golf, la pesca y otras aficiones, a los niños les encanta aprender cuando no se les obliga a hacerlo. De hecho, debido a que sus cerebros aún están creciendo, es que les gusta este tipo de aprendizaje no forzado, incluso más que al resto de nosotros. Esta es la razón por la que el diseñador de juegos Rafe Koster dice que un sinónimo de “aprendizaje no forzado” es el hecho de que los niños “divertidos” siempre están investigando.
Los juegos de computadora y los videojuegos modernos son fenomenales para brindar a los jóvenes oportunidades de aprendizaje no forzado cada segundo, y a veces incluso cada fracción de segundo. Y a pesar de lo que la prensa muy a menudo trata de hacernos creer, la mayoría de este aprendizaje es positivo. (En los capítulos siguientes entraremos en las especificidades de estas lecciones positivas.)
Desafortunadamente, nuestras escuelas han convertido el “aprendizaje” en algo tan aburrido, que la mayoría de los niños lo odian. Con frecuencia los “buenos” estudiantes solo son quienes han aprendido a trabajar en el sistema.
Cada vez más más niños y jóvenes lo que hacen es “apagar” la escuela (y al resto de nosotros), pero nunca apagarían sus juegos.
Basta con que mires a su alrededor y verás que la actitud de los niños hacia los videojuegos y los juegos de computadora es totalmente opuesta a la actitud que la mayoría de ellos tiene hacia la escuela. Es una actividad que quieren hacer. Para cuando haya cumplido 21 años, el niño promedio se habrá registrado en línea un promedio de entre 5 000 y 10 000 horas para jugar videojuegos y de computadora, con mucha frecuencia en rachas de varias horas. Hay, por supuesto, una gran cantidad de niños y jóvenes que prefieren otras cosas. Ellos representan el equilibrio frente a los jugadores más obstinados (dependiendo de con quién se hable) para definir el promedio de entre 1 y 3 horas de juego de computadora por niño al día.
Contrariamente a lo que sucede en la mayoría de nuestras escuelas, los juegos electrónicos ofrecen a los niños mundos de aprendizaje que son tan convincentes, que a cambio de estar en ellos están dispuestos a abandonar casi cualquier otra cosa y a luchar duro para no tener que dejarlos. (¿Te suena conocido?)
Por supuesto que esto de alguna manera coloca la mentira en la crítica a la “poca capacidad de atención” que muchos padres y maestro esgrimen. Como dice un profesor: “¡Para las viejas formas de aprender! Es para lo que tienen poca capacidad de atención.”
No es que los muchachos no puedan hacer su trabajo escolar porque sus juegos, como lo veremos, son en realidad mucho más difíciles. Lo que sucede es que deciden no hacerlo.
Esta es la reproducción de una camiseta que vestía un niño en la ciudad de Nueva York:
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“No es déficit de atención. Simplemente, ¡no estoy escuchando!”
Creo que los niños empezarán a escuchar de nuevo cuando nosotros empecemos a escuchar y a valorar sus pasatiempos y sus habilidades en desarrollo.
A medida que avancemos en la lectura de este libro, te voy a mostrar exactamente lo que los niños están aprendiendo de sus videojuegos, cómo y por qué lo están aprendiendo, y lo que esto significa para ti y para tus hijos. También hablaremos acerca de cómo puedes utilizar la computadora y los videojuegos de tus hijos para mejorar tu relación con ellos y (créelo o no) para ayudarles a maximizar el beneficio de lo que están aprendiendo.
¿Te acuerdas de ese “horrible” rock and roll que nuestros padres dijeron que destruiría nuestras mentes, pero que nosotros sabíamos que no era así? Ahora es el turno de nuestros hijos.



Capítulo 2

Las verdaderas buenas noticias sobre los videojuegos de tus hijos


Utilizo la misma coordinación ojo-mano para jugar videojuegos que para practicar cirugías.
Dr. James Rosser, hospital Beth Israel, Nueva York
¿Quieres que tus hijos sean cirujanos cuando crezcan? Déjalos que jueguen videojuegos. El doctor James Rosser, médico responsable de la capacitación en cirugía laparoscópica del hospital Beth Israel de la ciudad de Nueva York, descubrió que los médicos que habían jugado videojuegos en algún momento de su vida antes de ingresar a la carrera de cirugía cometían aproximadamente ¡40% menos de errores al practicarla! Sí, eso es, ¡40%! Ahora, antes de cualquier cirugía, Rosser les pide a sus médicos que jueguen videojuegos durante media hora a manera de calentamiento. ¿Y por qué no? Los controles de los instrumentos laparoscópicos se asemejan al control de un juego de video, y la cirugía en su totalidad solo puede ser observada a través de un monitor de computadora. (Para más información sobre la manera en la que los juegos digitales pueden ayudar a tu hijo a tener éxito en la vida, revisa la parte final del capítulo 8: “Lo que aprenden los niños de positivo con los juegos electrónicos”, y el capítulo 17: “Los siete juegos de la gente altamente efectiva”.)
Los hallazgos del doctor Rosser son muy similares a los reportados por otros investigadores de videojuegos. (Sí, ¡existen investigadores serios dedicados a la investigación de los videojuegos!) ¿Te acuerdas que en el capítulo anterior mencioné una cifra: de 1 a 3 horas de juego todos los días? Bueno, cada vez hay más evidencias de que los cerebros de nuestros hijos se están adaptando para abarcar todas las nuevas tecnologías con las que pasan tanto tiempo. Esto es similar a la forma en la que los cerebros de los boomers1 se adaptaron a pasar muchas horas frente al televisor y a la manera en la que los cerebros de los niños se adaptan cuando aprenden a leer o a tocar un instrumento musical. En el capítulo 5 voy a hablar más acerca de la manera en la que el cerebro se adapta a las distintas experiencias.
¿Qué es exactamente lo que aprenden los niños al jugar videojuegos y cuáles son los beneficios que proporcionan dichas lecciones? Superficialmente, los niños que juegan juegos de computadora y video aprenden a hacer cosas: a volar aviones, a conducir automóviles veloces, a ser operadores de parques temáticos, combatientes de guerra, constructores de civilizaciones y veterinarios (y, seamos honestos, de vez en cuando, a hacer algunas cosas no tan buenas), pero eso es solo en apariencia. Los juegos actuales, como veremos a lo largo de este libro, alcanzan niveles mucho más profundos.
En 2004, los hallazgos de los neurocientíficos C. Shawn Green y Daphne Bavelier de la Universidad de Rochester relativos a los videojuegos, los juegos de computadora y al hecho mismo de que jugarlos afecta positivamente “la atención selectiva visual” aparecieron en los medios de todo Estados Unidos. En lenguaje llano, esto significa que en situaciones donde muchas cosas están sucediendo al mismo tiempo, los niños que juegan videojuegos aprenden a identificar las más importantes, a concentrarse en ellas y a filtrar el resto.
¿Te parece que esto es una habilidad útil en el mundo actual (y en el mundo del mañana)? Nadie les dice a los niños de antemano cuáles son las reglas de sus juegos de video y de computadora –las tienen que descifrar a través del juego–. Muchos investigadores dicen que esto se parece mucho a la ciencia, porque al igual que en la ciencia, los niños que juegan videojuegos aprenden a deducir las reglas a partir de los hechos que observan.
Los niños que juegan los “complejos” videojuegos actuales (en el capítulo 7 vamos a aprender más sobre cómo estos “complejos” juegos difieren significativamente de los juegos que tú conociste en el pasado) aprenden a pensar a través de la experimentación y de lo que los verdaderos científicos llaman “ensayo y error informados”; aprenden a entender y a manipular sistemas muy complicados. Con el fin de “ganarles” a sus complejos juegos, los niños, a través de complicados razonamientos, deben aprender a crear estrategias para superar obstáculos y tener éxito –habilidades que son inmediatamente generalizables–. Por ejemplo, los investigadores han encontrado que los usuarios de juegos de computadora y video son mejores para arriesgarse con prudencia en los negocios. Muchos empresarios que ahora tienen más de 20 años han descubierto que sus experiencias de juego les han ayudado mucho. Dice uno: “Recuerdo que mi mamá y mi papá me gritaban (por jugar demasiado); no sabían que tenía que dirigir un gremio conformado por 200 personas (en línea).
Los jugadores se vuelven buenos para incorporar información de muchas fuentes y reunir datos de v...

Índice

  1. Portada
  2. Portadilla
  3. Créditos
  4. Prólogo
  5. Introducción
  6. Parte 1: Los juegos no son el enemigo
  7. Parte 2: El surgimiento del nativo digital
  8. Parte 3: ¿Qué tienen de diferente los juegos de hoy?
  9. Parte 4: Lo que los niños están aprendiendo (por sí mismos)
  10. Parte 5: ¡Cómo pueden participar en el juego los padres de familia, los maestros y todos los adultos!
  11. Conclusión
  12. Epílogo
  13. Apéndice: Una caja de herramientas para los maestros y los padres de familia
  14. Referencias temáticas