Libro II
Cómo se mantiene el orden
La función docente tiene como misión mantener y promover en los pensamientos este orden, tan necesario como el orden en la calle y en las provincias.
Georges Gusdorf, ¿Por qué los profesores?
1. Capital cultural y comunicación pedagógica
[Urthred] —Cuando dirijo hacia usted mi pensamiento, se refleja en su mente en tanto encuentra ideas correspondientes y palabras convenientes en ella. Y en su mente se viste de palabras, palabras que usted parece oír con bastante naturalidad en su propio idioma y sus propias frases habituales. Es muy probable que los integrantes de su grupo oigan lo que le digo, cada cual con sus diferencias individuales de vocabulario y elocución.
[Barnstaple] —Y por esto, cada tanto, […] cuando […] usted se eleva hasta ideas de las cuales ni una sombra hay en nuestras mentes, no oímos cosa alguna.
H. G. Wells, Los hombres dioses
Esta investigación surgió del propósito de tratar la relación pedagógica como una simple relación de comunicación y de medir su rendimiento; es decir, más precisamente, del propósito de determinar los factores sociales y escolares del éxito de la comunicación pedagógica por el análisis de las variaciones del rendimiento de la comunicación según las características sociales y escolares de los receptores. En oposición a los índices comúnmente utilizados para medir el rendimiento de un sistema educativo, el rendimiento informativo de la comunicación pedagógica constituye indudablemente uno de los índices más seguros de la productividad específica del trabajo pedagógico, sobre todo cuando tiende a reducirse, como en las facultades de Letras, a la manipulación de las palabras. Entonces, el análisis de las variaciones de la eficacia de la acción de inculcación que se realiza principalmente en y por la relación de comunicación lleva al principio primero de las desigualdades del éxito escolar de los niños que provienen de distintas clases sociales. En efecto, cabe plantear la hipótesis de que el grado de productividad específica de cualquier trabajo pedagógico que no sea el que realiza la familia es función de la distancia que separa el habitus que tiende a inculcar (en el factor aquí considerado: el dominio culto de la lengua culta) del habitus inculcado por todas las formas anteriores del trabajo pedagógico y, si se realiza una regresión completa, por la familia (es decir, aquí, el dominio práctico de la lengua materna).
Desigualdades frente a la selección y desigualdades de selección
Pasar por alto que en una población de estudiantes las categorías recortadas con criterios como origen social, sexo o determinada característica del pasado escolar fueron seleccionadas de modo desigual a lo largo de la escolaridad anterior equivale a renunciar a una explicación exhaustiva de todas las variaciones que hacen aparecer estos criterios. Así, por ejemplo, los resultados obtenidos en una prueba de Lengua no representan que los estudiantes están caracterizados por su formación anterior, origen social, sexo o incluso todos estos criterios en simultáneo; se deben también a la categoría que, por estar dotada del conjunto de estas características, no sufrió la eliminación en el mismo grado que una categoría definida por otras características. En otras palabras, es un paralogismo de la parte por el todo creer que se observa directa y exclusivamente la influencia, incluso cruzada, de factores como el origen social o el sexo en relaciones sincrónicas. Al tratarse de una población definida por determinado pasado, a su vez definido por la acción continua en el tiempo de estos factores, dichas relaciones sólo adquieren su sentido completo si se las resitúa en el proceso de la carrera. Hemos adoptado aquí un método de exposición deductivo porque sólo este modelo teórico que vincula los dos sistemas de relaciones subsumidas bajo los conceptos de capital lingüístico y grado de selección puede exponer el sistema de hechos que construye como tales instaurando entre ellos una relación sistemática: en franca oposición a la verificación puntillosa que somete una serie discontinua de hipótesis parciales a experimentaciones parciales, la verificación sistemática que se propone más abajo da a la experimentación un pleno poder de desmentida al confrontar los resultados del cálculo teórico con las constataciones de la medición empírica.
Los estudiantes de clases populares y medias que acceden a la enseñanza superior debieron ser objeto de una exitosa faena de aculturación para satisfacer el mínimo indispensable de requisitos escolares en materia de lenguaje. Para entonces ya pasaron necesariamente por la experiencia de una selección muy estricta y, según el criterio mismo de competencia lingüística, los encargados de corregir los exámenes están forzados, tanto en la agrégation como en el baccalauréat, a disminuir sus exigencias en materia de saberes y savoir-faire para atenerse a las exigencias de forma. La influencia del capital lingüístico nunca deja de ejercerse; se expresa, en especial, durante los primeros años de escolaridad, en que la comprensión y manipulación de la lengua constituyen el punto principal al cual se aplica la evaluación de los docentes: se considera siempre el estilo, en forma implícita o explícita, en todos los niveles del cursus y, aunque en grados diversos, en todas las carreras universitarias, incluso científicas. Más aún, la lengua no es sólo un instrumento de comunicación, sino que provee, además de un vocabulario más o menos rico, un sistema de categorías bastante complejo, de modo que la aptitud para descifrar y manipular estructuras complejas, sean lógicas o estéticas, depende, en parte, de la complejidad de la lengua transmitida por la familia. Se deduce lógicamente que la mortalidad escolar sólo puede crecer a medida que se indaga en las clases más alejadas de la lengua escolar. También se deduce que, en una población que es producto de la selección, la desigualdad de la selección tiende a reducirse gradualmente y a veces a anular los efectos de la desigualdad de la selección. De hecho, sólo la selección diferencial según el origen social y, en especial, la sobreselección de estudiantes de origen popular permiten explicar sistemáticamente todas las variaciones de la competencia lingüística en función de la clase social de origen y, sobre todo, la anulación o la inversión de la relación directa (observable en niveles menos elevados del cursus) entre la posesión de un capital cultural (según la profesión paterna) y el grado de éxito.
Al saber que la ventaja de los estudiantes originarios de las clases superiores es más notable conforme nos alejamos de los ámbitos de la cultura enseñada en forma directa y totalmente controlada por la escuela y pasamos, por ejemplo, del teatro clásico al de vanguardia o de la literatura escolar al jazz, se comprende que, en el caso de un comportamiento como el uso escolar de la lengua escolar, las diferencias tiendan a atenuarse al máximo, o incluso a invertirse: de hecho, los estudiantes exhaustivamente seleccionados de las clases populares obtienen en este ámbito resultados al menos equivalentes a los de los estudiantes de las clases altas seleccionados menos cuidadosamente, y superiores a los de los estudiantes de las clases medias, tan desprovistos como ellos de capital lingüístico o cultural, pero seleccionados con menor estrictez (cuadro 2).
De igual manera, sin importar a qué medio pertenezcan, los estudiantes parisinos obtienen resultados superiores a los de provincias; sin embargo, entre los estudiantes originarios de las clases populares la diferencia ligada a la residencia está más marcada (un 91% contra un 46% obtiene más de 12/20, en vez del 65 y el 59% para las clases superiores): los estudiantes provenientes de las clases populares obtienen en París los mejores resultados, seguidos por los estudiantes de las clases medias y superiores (cuadro 2). Para comprender este conjunto de relaciones, hay que considerar que la residencia parisina se asocia, por una parte, a ventajas lingüísticas y culturales y, por otra, a que el grado de selección correlativo con la residencia parisina no puede definirse de forma independiente de la pertenencia de clase, aunque sólo fuere por la estructura jerárquica y centralizada del sistema universitario y, de manera más general, de los aparatos de poder. Si se define en valor relativo (+, 0 o -) la importancia del capital lingüístico transmitido por los diferentes entornos familiares y el grado de selección que implica el ingreso a la Universidad, en París o en el resto de las regiones, para las distintas categorías sociales, vemos que alcanza con integrar estos valores para dar cuenta de la jerarquía de los resultados en el ejercicio del lenguaje (esquema 1 y cuadro 2). Así, este modelo explica de modo sistemático las variaciones constatadas empíricamente; es decir, por ejemplo, la posición de los estudiantes parisinos provenientes de las clases populares (+) con respecto a los estudiantes parisinos de las clases superiores (0) y con respecto a los estudiantes provincianos de las clases populares (-) o la posición relativa de los estudiantes de las clases medias que, en París (0) como en el resto de las regiones (- -), obtienen resultados inferiores a los de los estudiantes de las clases populares.
Esquema 1
| | Capital lingüístico | Grado de selección | | Competencia lingüística |
Clases populares | París | - | + + | | + |
Provincia | - - | + | | - |
Clases medias | París | - | + | | 0 |
Provincia | - - | 0 | | - - |
Clases altas | París | + + | - - | | 0 |
Provincia | + | - | | 0 |
La expresión de los grados relativos de selección en términos de + y–es la traducción aproximada de las probabilidades de acceso a la Universidad que caracterizan a los distintos subgrupos (véase el apéndice).
Cuadro 2
| París | Provincia | Total |
Clases populares (%) | Clases medias (%) | Clases altas (%) | Clases populares (%) | Clases medias (%) | Clases altas (%) | Clases populares (%) | Clases medias (%) | Clases altas (%) |
Menos de 12/20 | 9 | 31 | 35 | 54 | 60 | 41 | 46 | 55 | 42,5 |
Más de 12/20 | 91 | 69 | 65 | 46 | 40 | 59 | 54 | 45 | 57,5 |
Dado que los porcentajes están calculados por columna, se destacó la tendencia más fuerte por fila en el interior de cada una de las tres poblaciones (París, provincia, total).
Se infiere también de estos análisis que si la proporción de estudiantes de clases populares que acceden a la Universidad aumentara de manera sensible, el grado de selección relativa de estos estudiantes, al debilitarse, compensaría cada vez menos las desventajas escolares vinculadas con la desigualdad de la distribución del capital lingüístico y cultural entre las clases sociales. Entonces, se vería reaparecer la correlación directa entre los resultados escolares y la clase de origen que, en la enseñanza superior, sólo se observa plenamente en los ámbitos menos controlados en forma directa por la escuela, mientras que en la enseñanza secundaria queda de manifiesto incluso en los resultados más escolares.
Asimismo, para comprender que un examen que medía muy diversas formas del dominio de la lengua muestre una superioridad constante de los varones sobre las mujeres, hay que recordar que la situación de las estudiantes se diferencia de manera sistemática de la situación de los varones, es decir, por una aparente paradoja, de modo diferente en el conjunto de la Universidad, en las facultades de Letras o en ciertos tipos de estudio y de carrera escolar. Como es sabido, las estudiantes están dos veces más condenadas que los estudiantes a seguir estudios de Letras (en 1962, 52,8 probabilidades sobre 100, contra 23) y, en oposición a los varones, que acceden con mayor facilidad al resto de las facultades, son menos seleccionadas que ellos en virtud de esta postergación. Así, se comprende que obtengan resultados más flojos. Aquí también el modelo explicativo que pone en relación los resultados de las dos categorías y sus grados respectivos de selección puede –sólo si se aplica en forma sistemática– dar cuenta de todos los hechos que el análisis multivariado no explica, a menos que se recurra a la explicación ficticia y tautológica de las “desigualdades naturales entre los sexos”.
Dado que el grupo de las estudiantes tiene una composición distinta al de los varones en lo que respecta al origen social, tipo de estudios o pasado escolar (por ejemplo, el 36% de los varones recibió la formación más clásica, contra el 19,...