Lo trágico
eBook - ePub

Lo trágico

Carlo Gentili, Gianluca Garelli, Eric Jalain

  1. 320 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Lo trágico

Carlo Gentili, Gianluca Garelli, Eric Jalain

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

En Lo trágico, los autores toman como punto de partida la diferencia entre la creación dramática trágica y la filosofía de la tragedia, dos líneas de trabajo que, como podemos comprobar en el libro, se articulan en una compleja reflexión. Tras analizar los fundamentos griegos de la tragedia en sus obras clásicas, Sófocles, Esquilo y Eurípides, y en los planteamientos teóricos de Platón y Aristóteles, sus orígenes y la interpretación de los principales conceptos, recorren con minuciosidad y rigor la historia de las diferentes concepciones habidas en el mundo romano y en la Edad Media cristiana, en el Renacimiento y, sobre todo, en los siglos?xviii y xix, cuando la valoración de las obras y la teoría de la tragedia alcanzan sus cotas más elevadas, en el Idealismo y en el Romanticismo, para acabar con las principales aportaciones del siglo xx, desde Freud y Benjamin hasta Szondi y Arendt.La reflexión filosófica moderna en torno a lo trágico parte de una paradoja pues, en efecto, presupone una toma de distancia de todo lo que parece constituir su objeto específico de estudio: la tragedia. Hay que señalar que una reflexión sobre lo trágico no es lo mismo que una reflexión sobre la tragedia y esta precisión debe orientar también al lector de nuestra obra. La confrontación de estas dos líneas de reflexión se convierte, de esta manera, en una confrontación de dos épocas y de dos culturas: la época y la cultura modernas han elaborado lo trágico como idea filosófica, mientras que a la época y la cultura antiguas (que incluso podríamos denominar de forma más genérica "premodernas") se debe la elaboración de la tragedia como género literario. Esta distinción representa un punto de partida fundamental cuando se quiere afrontar el problema de la sistematización de las ideas sobre lo trágico y sobre la tragedia.

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Lo trágico un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Lo trágico de Carlo Gentili, Gianluca Garelli, Eric Jalain en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Filosofía y Estética en filosofía. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2015
ISBN
9788491141464
Edición
1
Categoría
Filosofía
IX

Lo trágico y la interpretación

Deseo mimético y chivo expiatorio: Girard

El núcleo fundamental de la antropología filosófica de René Girard (1923) consiste en una interpretación del nacimiento de la vida social (y, por tanto, de la transfiguración de la violencia, así como, conjuntamente, de la génesis del mito) basada en la hipótesis del «chivo expiatorio». La comunidad, en su nacimiento, necesita reducir (o bien, controlar) la violencia endógena; pero también debe, no obstante, conservarla y transfigurarla, con el fin de conservar las propias diferencias internas, exorcizando así el riesgo de una recaída en el caos, es decir, de lo «indiferenciado». A esto se remontaría el origen de las prácticas sacrificiales y, por las mismas, de la matanza del chivo expiatorio como acontecimiento fundacional del orden social, así como del consiguiente y gradual desplazamiento de su funcionamiento. Esto contribuiría a explicar el surgimiento de los mitos, cuyo contenido ritual es, según Girard, sustancialmente siempre el mismo (lo que varía sería su representación): el logro del linchamiento, que necesita reconducir de diversas maneras igualmente el nacimiento de las instituciones y de los correspondientes productos del imaginario. Pero, de esta manera, una vez reconducido hacia fundamentos rituales y simbólicos propios, también el logos y el orden impuesto por el mismo no serían otra cosa que la enésima ocultación, el desconocimiento extremo (pero necesario) del violento origen de la comunidad.
En este marco, la tragedia es interpretada por el antropólogo francés como un acontecimiento estético-representativo en el que «se conserva el ocultamiento y en el que este espera ser reconocido en cuanto tal». Como escribe Girard:
Los historiadores están de acuerdo en situar a la tragedia griega en un período de transición entre un orden religioso arcaico y el orden más «moderno», estatal y judicial. Antes de entrar en decadencia, el orden arcaico debió de conocer cierta estabilidad, la cual no pudo apoyarse sino en el momento religioso, es decir, en el rito del sacrificio1.
La función de la tragedia consiste pues precisamente en explicitar aquella «contradicción de la estética mítica»2 que, sin embargo, debe permanecer excluida del logos: el concepto de «crisis sacrificial», pues esta es la forma más idónea para vehicular las dinámicas de sentido de dicho proceso.
Con todo, la hipótesis del chivo expiatorio contiene una ambigüedad. La víctima es de hecho representada por aquel individuo que, una vez muerto, permite el restablecimiento del orden de las diferencias; su sacrificio contiene pues un elemento de recomposición de la unidad rota, que de nuevo se revela funcional para la vida de la polis. Tal es el significado, solo aparentemente antitrágico, pero en realidad perfectamente coherente con la esencia de la lógica del sacrificio, de la trama de Edipo en Colono de Sófocles, cuyo protagonista ha colgado los hábitos, «cuya infame mácula era receptáculo de la vergüenza universal», de quien fuera el héroe en Edipo rey3. Se trata de un efecto que bien podría definirse como farmacéutico en un sentido que, nos recuerda Girard, «no ha de extrañarnos, puesto que la palabra pharmakon, en griego clásico, significa al mismo tiempo el veneno y su antídoto, el mal y el remedio».
Esto podría ayudar a explicar tanto las razones profundas del rechazo platónico de la tragedia (que, no por casualidad, «se traduce en otra nueva expulsión» de la ciudad ideal, «la del poeta», que el filósofo considera una especie de doble, de hermano-enemigo4), como la elaboración y las dinámicas de funcionamiento de la doctrina aristotélica de la catarsis, en virtud de la cual, a la representación del drama teatral le corresponde la función de una especie de rito, «la oscura repetición del fenómeno religioso»5, cuyo significado ciertamente Aristóteles rehúye aclarar; precisamente por esto, sin embargo, también tal olvido podría leerse como un «desplazamiento sacrificial». Ambas teorizaciones se desarrollaron en una época en la que la «crisis trágica» ya había sido totalmente superada, lo que, por otro lado, no hace sino demostrar que estas son, oculta e inconscientemente, dictadas por aquella misma «lógica mimética» que, durante la era trágica, hallaba una problemática exhibición en los escenarios.
En la historia de lo trágico como género literario, Girard ha demostrado que a la obra de Eurípides le corresponde una consideración especial, debido a su doble naturaleza trágica y, a la vez, lógica. Esta se presta pues a exhibir de un modo adecuado la estructura significativa del fenómeno religioso en la estabilización de la comunidad humana con todas sus diferencias (con Dioniso como dios del linchamiento). Por otro lado, la obra de Eurípides ofrece la mejor lectura para entender el sentido de la transición de la tragicidad clásica a la tragicidad cristiana, en la que la revelación evangélica, al exhibir el sacrificio de la víctima inocente, muestra también el desenmascaramiento del propio mecanismo de la violencia sacrificial. Lo que significa: Jesucristo muestra plenamente la función farmacéutica del chivo expiatorio, ofreciendo así a la modernidad cristiana una chance (si bien, casi siempre desatendida) de comprensión y de emancipación de la propia violencia de sus fundamentos.
En la tradición judeocristiana, y sobre todo en los Evangelios, quien esté dispuesto a renunciar a una lectura meramente «sacrificial» del acontecimiento y del mensaje de Jesucristo (lectura que, no obstante, está en parte históricamente justificada, en la medida en que relaciona el mensaje cristiano con la esencia general del mito, sin tener sin embargo en cuenta su peculiaridad) puede hallar la señal más auténtica de la «revelación». Pero es necesario aclarar un posible equívoco: Girard reivindica la absoluta aconfesionalidad y positividad científica de su método de investigación. Es más, gracias precisamente a tal perspectiva metodológica, es capaz de identificar la peculiaridad del mensaje cristiano en el hecho que, en los Evangelios, la condena del inocente desenmascara la propia dinámica de la producción de lo sagrado, es decir, la violencia subyacente en el mito. Por tanto, también en este sentido la modernidad cristiana puede entenderse a sí misma como el final de lo sagrado: «Pienso, de hecho –afirma Girard, presentando una paradoja solo aparente, si consideramos las premisas anteriores–, que se debe suprimir lo sagrado, porque este no desempeña ningún papel en la muerte de Jesús […]. Cristo no renace de sus propias cenizas como el Ave Fénix, no juega con la vida y con la muerte como una especie de Dioniso; esto queda de hecho demostrado también por el tema de la tumba vacía»6.
A Girard, ciertamente, no se le escapa la persever...

Índice