Capítulo 1
La formación grupal en las instituciones formales
por María Inés Ferrero y Mónica Martín
(…) Cuando los miembros de un grupo muestran gran entusiasmo por los fines del mismo, posiblemente a causa de la influencia que cada uno ha tenido en el establecimiento de dichos fines, tienden a producir más y a sentirse más satisfechos con sus esfuerzos que en aquellos grupos donde tal entusiasmo no existe (…).
(Olmsted, 1976).
Desde lo grupal al grupo de aprendizaje cooperativo
Distintas acepciones: lo grupal, la grupalidad, el agrupamiento, el grupo y las formaciones grupales
Antes de comenzar a focalizarnos en “el hacer música en grupo” en las instituciones educativas, es necesario precisar algunos conceptos que tienen que ver con un entramado social –conformado por los alumnos– que se va transformando paulatinamente y en nuestro caso, en un grupo de aprendizaje.
Comenzaremos por precisar términos que surgieron de la palabra grupo como neologismos y es importante saber a qué apuntan. El primero en mencionar es “lo grupal”; acordamos con Souto (1998) que cuando nos referimos a este término lo hacemos en relación al espacio de transición, de vinculación de lo social y lo individual; es el espacio donde aparece el nudo de problemas. Pensemos que el individuo es la unidad más simple de los sistemas sociales complejos y también la fuente a partir de la cual los mismos se establecen y se organizan.
Lo grupal se refiere entonces, a las diversas formas en que las subjetividades individuales son conformadas, donde circulan y se vehiculizan, sin quedar apresadas ni reducidas a las formaciones grupales propiamente dichas, es un espacio de producción de fenómenos, de configuraciones múltiples, de transformación; aparece la fusión, la reciprocidad, la mediación, se fomenta lo imaginario, es el espacio de expresión, realización y hasta de frustración de los deseos.
Otro término es “la grupalidad”; hacemos referencia a ella en cuanto a potencialidad de conversión, es decir, que un agrupamiento de individuos pueda tener la posibilidad de ser un grupo. Acordamos con Souto que “(…) Los sujetos (docente-coordinador, alumnos-miembros) podrán tener mayor o menor conciencia de esta cualidad potencial y podrán favorecerla u obstruirla de distintas maneras” (2000, p. 53).
El sentido del “grupo” no se termina en él, sino que trasciende sus propios límites hacia el contexto en el que se inscribe. Los estudios etimológicos de esta palabra, muestran que el término viajó bastante antes de ser usado en el idioma español, deriva del germánico antiguo kruppa cuyo significado era “masa de amasar” o “comprimir”; de allí pasó al italiano gruppo que significaba “nudo” y luego al francés groupe. Se usó en arte para hacer referencia al conjunto de figuras pintadas o esculpidas; recién a mediados del siglo XVIII este término aludió al conjunto de personas con un fin común.
Anzieu y Martín (1971) mencionan distintas categorías de grupos que se distinguen por su estructura, duración, cantidad de integrantes, interrelaciones, fines y acciones comunes. Estos son:
• la multitud o muchedumbre: encuentro de muchos individuos reunidos en el mismo lugar sin haber sido buscado específicamente. Ejemplo, las personas que concurren a un recital;
• la pandilla: conjunto de individuos que se reúnen voluntariamente, por el placer de estar juntos, como búsqueda de lo parecido. Ejemplo: la pandilla de niños o de jóvenes;
• la agrupación: reunión de personas (sin importar el número) que se vinculan solamente con una determinada frecuencia de encuentros para lograr determinados objetivos. Ejemplo: un coro;
• el grupo primario: se conforma por un número pequeño de miembros, tienen fines en común, relaciones afectivas, interdependencia, distintos roles y normas que los rigen. Ejemplo: la familia;
• el grupo secundario u organización: se forma por un conjunto de personas que tienen fines determinados y comunes, además los vínculos son formales. Ejemplo: un equipo de investigación científica.
Fernández define al grupo como “(…) nudos constituidos por múltiples hilos de unidades disciplinarias que se enlazan en el pensar lo grupal (…) dados un tiempo, un espacio, un número de personas y algún objetivo común, se crean las condiciones de posibilidad para que un agrupamiento se constituya en grupo” (1994, pp. 7 y 18). Es una conformación de individuos que tienen la necesidad de sentirse identificados y desean desarrollar el sentimiento de pertenencia. Las causas son la necesidad de identificarse y de pertenecer, es así como la relación entre los sujetos se debe a la fuerza de un sentimiento de amor, de ser reconocido, considerado y apreciado por el resto.
Por otra parte, Barreiro cuando alude a esta formación lo hace focalizando “(…) al pequeño grupo, que actúa cara a cara, para conocerse y reconocerse por sus nombres y sus identidades específicas, etc., por ejemplo el grupo familiar, laboral o escolar (…)” (2000, p. 25).
Según la autora las características son:
Al poder circunscribir este vocablo, inmediatamente se distingue de la palabra “agrupamiento” que apunta al conjunto de personas que se hallan juntas físicamente e interactúan en forma circunstancial y no llegan a formar un entramado social, por ejemplo, personas esperando un colectivo o las que esperan en el aeropuerto, no hay grupo, es un conjunto de personas que a veces interactúan entre sí o no.
El individuo nace, crece y se desarrolla con otros, porque es una persona que vive en relación a otro, se nutre con los otros, por eso la necesidad de pertenecer a una familia, a una agrupación, de esta manera se forma, se transforma, crece, aprende, además se confirma a sí mismo. Estas necesidades comienzan a desarrollarse en el grupo primario que es la familia.
Según Rogers “Como el niño asigna mucha importancia a la aprobación de su madre, muchas veces no se deja guiar por el carácter agradable o desagradable de sus experiencias y conductas (…) sino por la probabilidad de recibir afecto” (1997, pp. 67-70). Esto mismo ocurre en otros tipos de grupos, como los explicitados anteriormente.
La necesidad de ser aceptado y de pertenecer es importante en el fenómeno grupal porque se relaciona con lo afectivo, involucra emocionalmente a los integrantes (si el grupo está en formación o ya formado) y de allí surge un entramado social determinado.
Cuando focalizamos este último término y lo relacionamos con las instituciones educativas, tenemos que mencionar a Souto quien señala vocablos cercanos y muy atinados, se refiere a “las formaciones grupales”. La autora entiende que las mismas son “(…) las construcciones específicas, peculiares, que se conforman en los procesos dinámicos; a partir de las interacciones entre los sujetos, en localizaciones espacio-temporales y en contextos institucionales y sociales particulares” (2000, p. 16).
Acordamos con la misma autora que el término “formación” es aquello que está en pleno movimiento, es decir que formar es un proceso de conformación y transformación, por lo tanto puede variar en forma continua, precisamente porque está en formación.
Las formaciones grupales estudiantiles se entrelazan en un espacio denominado aula; docente y alumnos, comparten una materia curricular donde en el marco de un sistema educativo se imparten normas dentro de un ...