UNIDAD DOS
LA INTERPRETACIÓN FRENTE AL TEXTO BÍBLICO
“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa,
y más cortante que cualquier espada de dos filos.
Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu”.
Hebreos 4.12.
La historia de la Biblia es la historia del deseo de Dios de comunicarse con el ser humano. La Biblia es la Palabra de Dios para ellos. A lo largo de la historia de la fe cristiana y del judaísmo, se puede ver que estas tradiciones religiosas han considerado a la Biblia como un libro único y como la base de sus postulados esenciales. Pero, en general, no encontramos en la Biblia a Dios hablando directamente desde el cielo (salvo en Mt. 3.17), sino a través de seres humanos. En lenguaje humano, ellos nos han transmitido el mensaje de Dios. Esta palabra, al llegar a los seres humanos en forma de texto, es decir, de palabra escrita, ha necesitado y necesita ser leída y comprendida.
Al estudiar la historia de la interpretación de la Biblia, se puede señalar que, junto a las orientaciones o direcciones que fue tomando la comprensión de la Biblia a lo largo de la historia de la fe, hubo métodos de interpretación que se usaron y en algunos casos se siguen usando. En realidad, estos métodos nunca estuvieron ajenos a determinadas orientaciones de la iglesia, que derivan en formas de interpretar las Escrituras. Estas orientaciones dependen casi siempre de condicionamientos y presupuestos filosóficos aceptados consciente o inconscientemente.
Como hemos señalado, el pueblo cristiano tiene en la Palabra el fundamento de la iglesia. De allí que, de manera continua, buscará en sus páginas herramientas o claves para su crecimiento y desarrollo. La iglesia siempre ha visto a la Escritura como viva y eficaz (RVR).277 Como consecuencia de esto, la predicación cristiana debe ser de acuerdo a la misma, como escribió el apóstol (1 P. 4.11). De esta manera, el mensaje puede ser eficaz y poderoso, con el poder de LA PALABRA y no de las palabras. Cuando el apóstol Pablo escribió sobre la “incomparable grandeza de su poder a favor de los que creemos” (Ef. 1.19), se estaba refiriendo a la acción de la Palabra en nuestro ser interior.
Si bien, históricamente, ha sido la iglesia y sus líderes quienes se han ocupado de guiar al pueblo en la lectura y comprensión de la Palabra, todos los cristianos tuvieron y tienen la posibilidad de conocerla y apreciarla porque, como escribió alguien, desconocerla es desconocer a Cristo. Es en este encuentro diario del cristiano con su Biblia, que se han usado distintas maneras o caminos para comprenderla o asimilarla. La lectura y meditación de la Biblia no ha sido solamente una costumbre, sino también una necesidad en los creyentes. La relación vital entre estos y las Escrituras es esencial para el desarrollo de su carácter cristiano.
Esta Unidad está dirigida especialmente al encuentro con el texto de la Escritura, a partir de una mirada a las distintas maneras de hacerlo, ya sean tradicionales o populares, y las que tienen un carácter más acreditado. Luego, pasaremos a ofrecer algunas orientaciones sobre cómo comprender la Biblia. A lo largo de la Unidad, trataremos de dar ejemplos concretos, por lo que te pido que leas con atención cada uno de los textos bíblicos y completes los ejercicios a fin de que saques un mayor provecho de tu estudio.
EJERCICIO 44
Relaciona cada uno de los siguientes pasajes (Mt. 3.17; He. 4.12; 1 P. 4.11; Ef. 1.19) con una de las palabras o frases siguientes:
1.El creyente recibe poder por medio de su Palabra ( __________ ).
2.La Biblia es vigorosa para ayudarnos en nuestras situaciones ( __________ ).
3.La Palabra de Dios nos viene directamente del cielo ( __________ ).
4.La predicación, si quiere ser eficaz, debe basarse y tener fuerza en la Palabra ( __________ ).
Capítulo 5
Métodos de interpretación bíblica
“Estos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica,
de modo que recibieron el mensaje con toda avidez
y todos los días examinaban las Escrituras
para ver si era verdad lo que se les anunciaba”.
Hechos 17.11.
Este pasaje muestra la actitud de un grupo al que Pablo califica como “más noble” que los de Tesalónica, pues estaban más abiertos a la verdad de la Palabra. La razón de esa actitud hay que buscarla en su receptividad a y en su amor por la Palabra de Dios. Para ellos, las Escrituras eran mucho más que un papel escrito o un libro que comunicaba un mensaje. Ellos usaban el Antiguo Testamento como la piedra de toque de la verdad, de manera que cuando Pablo les proclamaba el evangelio, ellos inmediatamente iban a la Palabra escrita de Dios para su verificación. Lucas agrega que lo hacían con “toda avidez”. Prestemos atención al adjetivo que se usa, una expresión que indica que ellos atesoraban la Palabra de Dios. Para Lucas, los judíos de Berea tenían la misma diligencia que Pedro dedica a los profetas del Antiguo Testamento, quienes intensa y diligentemente indagaron la Palabra e investigaron en su significado (1 P. 1.10). Este es el desafío que tenemos al abrir las Escrituras, si con mentes dispuestas procuramos aprender el mensaje que Dios tiene para nosotros.
Esta actitud de examinar las Escrituras día tras día para ver si lo que les enseñaban Pablo y Silas estaba de acuerdo con la Palabra escrita de Dios, era una muestra de integridad, de buscar con seguridad el mensaje de Dios. Esta es una actitud que debe recuperarse en la iglesia contemporánea. Hoy necesitamos más cristianos que día a día examinen la Palabra buscando el mensaje que Dios tiene para cada uno. Esto significa leer y comprender el texto a fin de aplicarlo a la nueva situación que se está viviendo.
A lo largo de la historia, como hemos visto, el pueblo de Dios ha buscado distintas maneras de acercarse a la Palabra. Maneras que tuvieron diferentes formas, pero que tenían en común la búsqueda del alimento espiritual. En términos generales, para llevar esto a cabo se han usado distintos métodos o caminos. Cada uno de ellos tuvo y tiene su valor. Pero lo más importante es que la Palabra llegue a nuestra vida.
Los intérpretes de la Biblia
Un punto que casi todos los libros que hablan de interpretación bíblica mencionan es el conjunto de características que tiene que tener quien se acerca a ella a buscar las palabras que le den vida.278 Siguiendo a José M. Martínez, se puede mencionar dos tipos de requerimientos. El primer tipo es lo que él llama requisitos generales, que comprenden objetividad, “espíritu científico”,279 y humildad para reconocer las propias limitaciones.280 Milton S. Terry, en Hermenéutica, habla de una mente sana y bien equilibrada, y agrega: “esta es condición indispensable, pues la dificultad de comprensión, el raciocinio defectuoso y la extravagancia en la imaginación, son cosas que pervierten el raciocinio y conducen a ideas vanas y necias”.281
El segundo tipo son los llamados requisitos especiales, y quizás sean los que más nos interesen. Estos comprenden: (1) Capacidad espiritual. Con ello este autor indica que la mente, los sentimientos y la voluntad del exégeta han de estar abiertos a la acción espiritual de las Escrituras. La Palabra de Dios fue inspirada por el Espíritu Santo (2 P. 1.21), por lo que se necesita la guía del mismo para su comprensión, (2) Actitud de compromiso. Con acierto menciona que el verdadero intérprete es aquel que no se limita al estudio frío. En nuestras palabras, la comprensión de la Biblia se cristaliza cuando se pone en práctica. Dios no promete bendecir a quienes comprenden la Biblia, sino a quienes la obedecen (Ap. 1.3; Stg. 1.22-25), (3) Espíritu mediador. Por esto, él entiende que el intérprete tiene como misión servir de puente entre el autor del texto y el lector. También tiene que abrir un diálogo entre el pasado del autor bíblico y el presente del lector.282
EJERCICIO 45
Contesta las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué es necesario el ministerio del Espíritu Santo para comprender la Biblia?
2. ¿De qué manera se sabe si se ha comprendido correctamente la Palabra de Dios?
3. ¿Qué significa “espíritu mediador”?
De la misma manera que José M. Martínez, otros autores pusieron el acento en las características positivas del que se acerca a las Escrituras. Un caso interesante es el de Lund y Luce, que mencionan cinco aspectos positivos, en los que al mismo tiempo se rechazan actitudes inapropiadas: (1) Espíritu respetuoso. Reconocer que la Biblia es la revelación de Dios y estar dispuesto a obedecerla (1 Ts. 2.13). En este sentido, se deben tener en cuenta las palabras de Jesús de no dar “perlas a los cerdos” (Mt. 7.6), pues no solo no la apreciarán sino que estarán dispuestos a atacarnos por las mismas, (2) Espíritu dócil. Se refiere a la flexibilidad de aceptar lo que la Palabra afirma. En la medida que se deja que los dogmatismos, ideas preconcebidas, ocupen un lugar en nuestra mente y corazón al acercarnos a las Escrituras, perderemos la posibilidad de recibir lo que tienen para darnos, (3) Amante de la verdad. Aunque esta característica está relacionada con lo anterior, creo que vale la pena darle un párrafo aparte. No siempre el ser humano ha buscado la verdad. Este ha sido un tema muy importante en la Biblia. Ya el sabio había escrito a su discípulo que debía adquirir (encontrar) la verdad, como un bien preciado (Pr. 23.23). Jesús dijo a los judíos que al conocer la verdad serían verdaderamente libres (Jn. 8.32). El autor de la epístola a los Hebreos escribió a los creyentes que aunque deberían ser maestros todavía necesitaban que se les enseñen “las verdades más elementales de la palabra de Dios” (He. 5.12), (4) Debe ser paciente o perseverante en el estudio. Jesús desafió a los judíos a escudriñar las Escrituras, pues estos (como muchos eruditos contemporáneos) dominaban la Palabra, pero esta no los dominaba a ellos, (5) Ser prudente en los textos que se busca comprender. Un principio básico de la comprensión es que va de lo conocido a lo desconocido, y de lo sencillo a lo más complejo. Jesús utilizó este método para enseñar a las multitudes. Muchas veces les habló por parábolas (Mt. 13.34, 35), pues eran historias sencillas para representar verdades más profundas, que quizás en ese momento no estaban en condiciones de recibir (Lc. 24.45). Comenzando por lo sencillo, si uno no puede comprender debe pedir sabiduría a Dios para que le dé la sabiduría necesaria para crecer en la verdad (Stg. 1.5-7).283
EJERCICIO 46
Escribe una frase, en tus propias palabras, de cada uno de los requisitos de Lund-Luce:
1.
2.
3.
4.
5.
Los métodos de la interpretación
Según Martínez, “los resultados dependen de los sistemas o métodos de trabajo”. Esto que puede parecer muy general se puede aplicar precisamente a la interpretación o comprensión...