El periodista y la televisión
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El periodista y la televisión

Los desafíos de la prensa en la era de la alta definición

  1. 210 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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El periodista y la televisión

Los desafíos de la prensa en la era de la alta definición

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Información del libro

Análisis de la forma de trabajo en los canales de televisión peruanos e internacionales, y muestra la rutina y los desafíos que enfrenta un periodista en este medio de comunicación.El periodismo ha cambiado en esta última década gracias a la tecnología. Ante este nuevo paradigma, el periodista debe estar preparado para adaptarse al cambio y debe conocer todas las herramientas que le permitan desarrollarse en la era de la alta definición, las redes sociales y la televisión interactiva. Este libro es una guía imprescindible para reporteros, camarógrafos, redactores, editores, productores, directores y presentadores de programas periodísticos. El autor invita al periodista a enfrentar los nuevos desafíos de la era digital y le brinda herramientas para hacerlo posible. Además, a través de su experiencia en el periodismo televisivo, plantea los problemas que encara el profesional en esta área y ofrece recomendaciones y consejos para convertirse en un periodista de televisión competente.

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Información

Año
2014
ISBN
9786123170950
Edición
1
Capítulo 1.
El periodismo en el medio televisivo
Creo que el buen periodismo (y) la buena televisión pueden hacer de nuestro mundo un lugar mejor.
Christiane Amanpour, periodista estadounidense
El Perú es uno de los países de América Latina que tiene una de las mayores tasas de consumo de horas de televisión por habitante al día, y la principal razón esgrimida para ello es su carácter informativo, como indican numerosos estudios1. Basta con apretar un botón para que la televisión nos muestre lo que está ocurriendo en el país y en el mundo, con lo cual se convierte en un elemento clave al momento de difundir valores; de tomar decisiones en los ámbitos social, político y económico; de intentar la integración en un territorio con tan compleja geografía, historia y cultura milenaria. De esta manera, la televisión influye decisivamente en la forma en cómo pensamos y actuamos los peruanos.
Se afirma que internet está desplazando a la televisión, pero esto aún dista de ser una tendencia mayoritaria en el Perú, donde su penetración no supera la tercera parte de todos los hogares nacionales y pasa ligeramente el 40% en las casas de Lima Metropolitana2. Lo cierto es que el consumo de televisión —y principalmente de noticias a través de este medio— continúa siendo la cuarta ocupación más estandarizada de los peruanos —al igual que en el resto del planeta— después de comer, dormir y trabajar.
Algunos estudiosos consideran que internet no compite necesariamente con la televisión, sino que ambos son vehículos de comunicación que se complementan y hasta retroalimentan dentro de un mundo cada vez más desarrollado y demandante, por ende, de información en forma más rápida y personalizada.
Esta situación hace que no se avizore aún el cumplimiento de aquellos vaticinios que aseguran el fin, en un futuro inmediato, de la televisión como fuente principal de información, rebasada por una sociedad en la que los teléfonos inteligentes, tablets y laptops, entre otros instrumentos digitales, ocuparán ese espacio en nuestras vidas. Incluso en países como Estados Unidos, donde la penetración de internet supera el 74% (U. S. Census Bureau, 2012)—, la televisión continúa siendo la principal y más confiable fuente de información para la mayoría de sus habitantes, especialmente en relación con las noticias locales (Miller, Rainie, Purcell, Mitchell & Rosenstiel, 2012).
Pero mientras esperamos el fin de los noticieros en el sentido que actualmente los conocemos, debemos responder por qué aún la televisión es la principal fuente de información.
Existen numerosos factores que permiten a la televisión mantener esa hegemonía, como señala la catedrática universitaria y gerente de desarrollo de la Rede Globo de Brasil, Vera Íris Paternostro, en su libro O texto na TV. Manual de telejornalismo. Estos aspectos sustanciales para atraer al público del periodismo televisivo son:
a) Información visual: la televisión posee un lenguaje que no depende del idioma o del texto. La imagen es el signo más accesible a la comprensión humana, es decir, la muestra y el telespectador la ve. Este entiende, se informa y amplía su conocimiento.
b) Inmediatez: la difusión de imágenes en directo permite a las personas mantenerse actualizadas, con lo cual la televisión se convierte en su principal referente noticioso.
c) Instantaneidad: la información en la televisión necesita ser divulgada en el momento correcto para ser vista y oída. El mensaje es instantáneo, ya que se capta una sola vez en el momento que se emite.
d) Alcance: la televisión es un medio amplio, de gran alcance y no distingue clases sociales o grupos económicos. Abarca a todos. Una información en la televisión puede ser vista y oída de maneras diferentes.
e) Involucramiento: la televisión posee la capacidad de cautivar porque traslada al televidente dentro de las historias. Por medio de su estilo de narrar informaciones, los reporteros y conductores son reconocidos por el público.
f) Superficialidad: la televisión tiene un timing, un ritmo que torna sus informaciones en superficiales.
g) Audiencia: la televisión mide el interés del televidente para orientar su programación y crear condiciones comerciales. Las mediciones de audiencia, cuantitativa y cualitativamente, pueden ser usadas en la búsqueda de un estilo de periodismo de un canal de televisión (2006).
Un aspecto adicional es la forma en que los periodistas narran y presentan las noticias bajo una plataforma audiovisual que convierte al televidente en testigo, cómplice e, incluso, protagonista de los hechos. Al ser el contenido evidente —porque el espectador no puede ver nuevamente lo que acaba de pasar frente a sus ojos para aclarar alguna duda a menos que tenga una grabación—, el lenguaje televisivo apela al conocimiento directo e inmediato de la noticia. A diferencia de la prensa escrita en la cual se puede escribir de manera más compleja, la televisión utiliza la imagen y el texto en forma lineal para garantizar el fácil entendimiento de los acontecimientos que están siendo presentados, dejando pocos espacios para los sobreentendidos o las insinuaciones.
Se ha demostrado que el estilo que se utiliza en una conversación es el más apropiado para los medios audiovisuales. Las frases que se usan en una conversación son sencillas, familiares y directas, lo que es el ideal para la información televisiva. Se entiende por estilo conversado aquel que utiliza una persona culta cuando habla (Estremadoyro, 2004, pp. 16-17).
Esto no quiere decir que el periodismo televisivo desista de su capacidad de escribir bien y correctamente un texto o que busque apenas impactar a través de frases cliché o efectistas. Por el contrario, el desafío de un buen periodista televisivo está en decir cosas profundas con palabras simples que permitan que el televidente se informe adecuadamente y reflexione sobre los hechos mostrados.
1.1. Las cualidades del periodista televisivo
Para ser un periodista televisivo competente se necesita poseer una serie de habilidades y capacidades diferentes. Se requiere de un gran talento, que incluye la destreza para comunicar en forma audiovisual las noticias, grandes dotes para la investigación y una impecable forma de narrar y presentar sus reportajes.
Además, los periodistas de televisión deben poseer algunas características que los profesionales de otro tipo de medios no requieren necesariamente, como buenas voces y, obviamente, no ser tímidos, ya que serán observados por miles o, quizá, millones de personas cuando su reportaje o intervención frente a cámaras sea divulgado. Incluso algunos periodistas que ejercen funciones tan diversas como los corresponsales, productores o editores pueden verse obligados a estar frente a una cámara en un momento u otro de su carrera.
Por todas estas razones, el periodista televisivo debe tener la capacidad de transmitir una noticia, analizar sus detalles y organizar un reportaje de manera tal que mantenga la atención de las personas hacia el hecho.
Debido a que el público recibe información diversa en la que puede escuchar y ver los comentarios, y las entrevistas a las personas directamente relacionadas con la información, puede formarse con más facilidad una opinión. De este modo, algunas veces, el rostro del periodista se convierte en sinónimo de la propia noticia.
Otro aspecto importante es la mayor demanda de tiempo que el profesional requiere para cumplir con sus tareas. Los periodistas televisivos no concluyen su labor cuando terminan de grabar en el lugar de los hechos, sino que participan en la producción, redacción, edición y emisión de sus reportajes. Tienen, también, que aparecer en cámara para responder preguntas y trabajan, muchas veces, con los conductores y productores en la transmisión de los reportajes.
La noticia en televisión puede variar muchas veces al día y la necesidad de mostrar la información actualizada es permanente, debido a las demandas del público y a la acerada competencia entre los canales de televisión. Con la convergencia de medios, muchos periodistas de televisión deben redactar para la página web del medio, informar sobre sus experiencias en las redes sociales y responder las preguntas que el público les plantea, con lo que el reportero se transforma en un profesional multimedia.
De esta manera, la noticia en televisión no solo tendrá que ser actualizada para cada uno de los noticieros, sino que debe ser adaptada con el fin de que responda al tipo de público que podría estar observándolo y que posee necesidades específicas de información. Los periodistas de televisión, a menudo, trabajan durante largas jornadas, por las noches y fines de semana, para cazar las historias y se aseguran de que sus datos sean correctos consultando fuentes y entrevistando a los protagonistas de sus reportajes. Asimismo, es necesario que viajen frecuentemente, sobre todo si trabajan para un programa de reportajes de una cadena de televisión nacional.
Transformarse en un destacado periodista televisivo es uno de los mayores desafíos que puede enfrentar cualquier profesional de la comunicación. El buen periodismo televisivo compila, verifica y analiza informaciones que afectan a millones de personas, y debe divulgarlas en forma rápida, exacta, imparcial y equilibrada para satisfacer las exigencias informativas de la teleaudiencia, la cual se aspira que sea cada vez mayor para garantizar la rentabilidad del medio. Debido a que pugna por la primicia con la radio, la prensa escrita, internet y otros dispositivos inalámbricos, el periodista televisivo trabaja bajo una gran presión para difundir las noticias en una lucha permanente contra el reloj y la competencia.
Por ello, el principal desafío de un periodista televisivo es convertir la información, en un lapso muy breve, en una correcta amalgama de imágenes y sonido que despierte la sensación en el televidente de que está recibiendo la dosis de información necesaria para entender un hecho en forma adecuada, con los criterios de imparcialidad, exactitud, rapidez, veracidad, ética y relevancia ...

Índice

  1. Agradecimientos
  2. Prólogo
  3. Introducción
  4. Capítulo 1. El periodismo en el medio televisivo
  5. Capítulo 2. Las noticias televisadas y la historia
  6. Capítulo 3. El equipo humano
  7. Capítulo 4. Conceptos básicos del lenguaje audiovisual
  8. Capítulo 5. El estudio de televisión
  9. Capítulo 6. Noticieros y programas de investigación
  10. Capítulo 7. Redacción del reportaje televisivo
  11. Capítulo 8. Medición de la audiencia
  12. Capítulo 9. Televisión de alta definición
  13. Ultílogo
  14. Referencias bibliográficas