El casino que nos gobierna
eBook - ePub

El casino que nos gobierna

Trampas y juegos financieros a lo claro

Juan Hernández Vigueras

  1. 438 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

El casino que nos gobierna

Trampas y juegos financieros a lo claro

Juan Hernández Vigueras

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Un libro imprescindible para conocer los entresijos de ese mundo financiero que domina la economía y el discurso político. Más de cuatro años después del inicio de la crisis financiera, se han recuperado con dinero de los contribuyentes los negocios lucrativos de la banca, pero las consecuencias socioeconómicas (cierres de empresas, desempleo, ahorros evaporados, rebajas salariales…) se dejan sentir sobre los ciudadanos, amedrentados o indignados. En este libro, Juan Hdez. Vigueras, del Consejo científico de Attac, aporta respuestas con una mirada crítica al interior de las finanzas globalizadas y nos desvela los mecanismos de la especulación: los jugadores (la banca financiera, los fondos de inversiones, la gran empresa, las agencias de calificación); las fichas con las que juegan (las hipotecas, los derivados, los alimentos básicos, el petróleo, el armamento, la contaminación…); y también los reguladores en la sombra. Unos juegos con cartas marcadas, trucos y trampas, que conforman un entramado mundial no controlado por los gobiernos y que se impone sobre los proyectos democráticos de los países.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a El casino que nos gobierna de Juan Hernández Vigueras en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Negocios y empresa y Finanzas corporativas. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2016
ISBN
9788494528125

PARTE I

CASINO, JUGADORES Y JUEGOS

Capítulo 1

LA ALTA VELOCIDAD DE LAS BOLSAS

En cuatro segundos se pueden invertir 1.000 millones de euros en cualquier parte del mundo. «Es algo que sucede tan rápido en el ordenador que se pierde el sentido de las cantidades manejadas. El mercado internacional es tan grande que absorbe cualquier orden en cuestión de segundos», confesaba Jerôme Kerviel, un experimentado agente de bolsa condenado por un tribunal de París porque hizo perder casi 5.000 millones de euros a su empresa, el banco francés Societé Générale[1]. Es el resultado de la alta velocidad que ha llegado a las bolsas y mercados con megaordenadores que se sitúan «en las nubes» o en la opacidad; y que facilitan las oleadas especulativas que desequilibran las bolsas y mercados, y provocan los altibajos repetidos durante la larga crisis de la deuda soberana del euro.
Frente a este entorno global escasamente controlado, los gobiernos del G-20 reunidos en Cannes a principios de noviembre de 2011, reiteraban en el comunicado su compromiso de reforma del sistema financiero, habiendo acordado «principios y acciones que ayudarán a recoger los beneficios de la integración financiera y a incrementar la resistencia contra los flujos volátiles de capital», pretendiendo impedir «una vuelta a los comportamientos previos a la crisis»[2]; aunque ya ha tenido lugar como documentamos en este libro. La realidad hoy es que gracias al principio intocable de la libertad de movimientos de fondos entre países, se ha consolidado la globalización de los mercados, recuperados como demuestran los datos. Mientras los países, en particular los europeos, sufren la crisis de sus economías, los gobiernos que han contribuido a restablecer la banca con avales y ayudas multimillonarias a costa de los contribuyentes, ahora se ven sometidos al dictado de los mercados y de los especuladores para obtener la financiación exterior de su deuda soberana acumulada. Y, entretanto, se han reactivado los mercados financieros globales y han aumentado en volumen, liderados por la banca transnacional que al mismo tiempo ha hecho crecer la movilidad internacional del capital.
Dejando para los académicos las explicaciones más complejas desde la ortodoxia, veremos en este primer capítulo que los grandes grupos bancarios impulsan una infraestructura tecnológico-financiera que reafirma la autonomía de las finanzas globales frente a la economía real y en ausencia de autoridades supervisoras, con estrategias cada vez más asociadas a las fusiones e integración del negocio privado de las bolsas, plantean retos políticos soterrados de gran alcance. Y está claro que acrecientan la independencia y la influencia de quienes gestionan grandes bancos y fondos de inversiones sobre los gobiernos democráticos inmersos en las mallas de los poderes del casino financiero, reactivado tras la fase álgida de la crisis.
1. LA REACTIVACIÓN DEL JUEGO MUNDIAL DEL DINERO
En 2009, el McKinsey Global Institute (MGI), el instituto investigador de la consultora McKinsey de rango internacional, reconocía que durante los dos años anteriores (2007 y 2008) «la globalización financiera había retrocedido y no estaba claro con qué rapidez se reavivarían los flujos financieros o si los mercados financieros estarían menos integrados globalmente»[3]. Pero, por contraste, desde la perspectiva de la investigación cerrada dos años después, en 2011, el MGI subraya que actualmente la cuestión es si, tras las recesiones más recientes, el volumen de los flujos financieros mundiales superará próximamente los niveles anteriores al comienzo de la crisis. Dicho de otro modo, los datos aportados por esta fuente solvente confirman que los mercados financieros globales se han recuperado plenamente de la crisis abierta en 2007, tanto en los flujos entre países como en el volumen de los mercados de acciones y bonos como derivados y otros productos financieros.
Para entender esta recuperación, hay que recordar que uno de los efectos generalizados más evidentes de la crisis financiera fue la acentuada caída de los flujos internacionales de capitales durante 2008, incluyendo las inversiones directas extranjeras, la compraventa de valores extranjeros y los depósitos y préstamos transnacionales, con cifras globales registradas de doce ceros (billones, en castellano; trillion, en inglés).
Durante la fase aguda de la crisis, estos movimientos internacionales de fondos cayeron en torno a un 85% del volumen, desde los 10,9 billones de dólares en 2007 hasta los 1,9 en 2008 y los 1,6 billones en 2009. Estos datos reflejaban el derrumbe en la demanda de inversiones (y de la especulación) extranjeras de bancos, compañías y fondos durante toda la llamada tormenta financiera global. Por el contrario, en 2010 remontaron notablemente los movimientos internacionales de capitales, alcanzando los 4,4 billones de dólares, aunque se mantienen en su nivel más bajo en relación con el PIB desde 1998, según los datos del estudio sobre mercados financieros globales del McKinsey Global Institute[4]. Hay que subrayar el contraste de estas cifras con los datos poco alentadores de las economías reales en Europa y en los EEUU que no parecen perturbar al negocio financiero global cuyas perspectivas, según las observaciones del estudio, son la pronta superación de los niveles de movilidad anteriores a la crisis, porque en cuanto a volumen esos niveles ya han sido sobrepasados. Por otro lado, esas cifras son también muy significativas porque recuerdan una característica fundamental de los mercados financieros integrados globalmente, que es su volatilidad y la inestabilidad inherentes. Como muestra la información cotidiana sobre la evolución de las bolsas, con las alzas y bajas de los índices, las finanzas ofrecen un equilibrio precario desde los años noventa, consecuencia de la liberalización y la desregulación de las economías nacionales como un hecho generalizado.
En 2010, la recuperación de la expansión financiera ha sido un hecho, según las mismas fuentes, que muestran que se ha reanudado la expansión de estos mercados internacionales en los dos últimos años hasta sobrepasar los niveles previos a la crisis. Durante los últimos treinta años, el rápido crecimiento de los valores bursátiles y la deuda privada en los mercados maduros impulsaron gran parte del incremento de la profundización financiera, medido por el ratio de activos respecto al PIB. Pero la crisis financiera y el inicio de la recesión económica detuvieron la expansión de los mercados globales interbancarios y de capital que había durado casi tres décadas. Con anterioridad a ese frenazo, hacia 2007, el valor total de los activos financieros mundiales había alcanzado el pico de los 194 billones de dólares, equivalente al 343% del PIB mundial. Pero esta tendencia se rompió por las perturbaciones posteriores a la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers a mediados de septiembre de 2008, que fueron los momentos más agudos con una caída de 16 billones de dólares en los mercados financieros, un valor aproximadamente equivalente al de las economías de los EEUU y España juntas, según los datos disponibles del Banco Mundial (que registraba un PIB de 14,11 billones para EEUU y de 1,46 billones para España en 2009).
Está comprobado, según esta investigación, que los mercados de activos financieros se han repuesto prácticamente en el transcurso del último año. El valor total de los valores bursátiles, comprendiendo la capitalización del mercado de acciones y los préstamos y bonos en circulación, ha dado un salto importante desde los 175 billones de dólares en 2008 hasta los 212 billones de dólares en 2010, superando el pico que se había alcanzado en 2007. Dicho de otro modo, en 2010 el volumen mundial de los mercados financieros superó más de tres veces y media el PIB mundial, es decir, representaron una cifra del 265% por encima del valor del PIB mundial. Según los datos del MGI, la mayor parte de este crecimiento global del último año proviene de un rebrote en la capitalización de los mercados de valores (stock) y del significativo aumento de los títulos de deuda soberana, es decir, de las subidas de la Bolsa y el endeudamiento de los Estados y las grandes empresas (MGI, Mapping…, opus cit.). Esta recuperación de la actividad financiera internacional sigue siendo desigual en cuanto a las zonas geográficas y en los tipos de activos financieros. En su mayor parte el aumento del conjunto de los mercados del crédito corresponde a la deuda de los gobiernos y a los préstamos de China, que quizás no todo el mundo tiene en cuenta que es el acreedor de los EEUU, que es el primer deudor mundial; pero estos mercados del crédito a nivel internacional continúan siendo frágiles en muchas partes del mundo.
Dejemos para publicaciones especializadas cualquier análisis más a fondo de esta información solvente, cuyas cifras sobre los distintos mercados hacen pensar que la globalización se ha hecho cualitativamente más importante y es mayor su integración, como también se refleja en la fusiones de las empresas gestoras de bolsas. Sin embargo, comparando estas cifras de las dos investigaciones citadas del MGI con las que se publican sobre la economía real, se revela la disociación de las transacciones financieras respecto de la realidad económica, puesto que son el resultado de los intereses especulativos del negocio bancario, muy ajenos a las necesidades de pagos del comercio internacional y de los movimientos de las inversiones productivas directas que crean empresas e industrias. Si tenemos presente que esa masa financiera se mueve libremente por el planeta y que parte de la misma se mueve a alta velocidad como veremos, entenderemos el poder fáctico que representa frente a cualquier Estado por muchos y abundantes que sean los recursos de que disponga. Solo dos datos cuantitativos de los que encontraremos en los próximos capítulos: el volumen de los derivados negociados se cifra en torno a los 600 billones de dólares, comprendidas la mayoría de las modalidades relevantes de estas apuestas, según los datos que periódicamente publica la ISDA, la asociación gremial. Y de ese importe total, el Banco de Pagos Internacionales (BIS) cifra en 403 billones de dólares las apuestas relacionadas con la especulación sobre los tipos de interés de las principales monedas (dólares, euro, yen, libra esterlina y otras). Unas magnitudes que solamente dan idea de las milmillonadas que mueven los diferentes mercados internacionales del dinero; que, asociados a la alta velocidad computerizada de las transacciones, facilitan las oleadas especulativas, como las que han creado apuros a la deuda soberana en euros.
2. ESTRATEGIAS Y ALGORITMOS DE ALTO RIESGO
Las gigantescas cifras financieras referidas entran y salen de las bolsas y mercados privados con celeridad. Las transacciones bancarias internacionales, facilitadas por sistemas electrónicos automatizados conectados en red, comparan precios y cierran operaciones en milésimas de segundos, reduciendo los costes operativos e incrementando la velocidad. Como estos instrumentos de alta tecnología responden a los planes de grandes bancos y firmas financieras de alcance mundial, los riesgos de la complejidad de las innovaciones no son un obstáculo para su desarrollo.
En la mañana del martes 2 de noviembre de 2010, las operaciones de compraventa del proceso electrónico continuo de la Bolsa de Londres se detuvieron durante dos horas a causa de un segundo pinchazo en las últimas cinco semanas; consecuencia de la migración del nuevo software en la plataforma electrónica de comercio financiero Turquoise, propiedad de la empresa que gestiona la Bolsa londinense[5] sin que la prensa especializada informara de los perjuicios ocasionados por las repercusiones y sin mayor alcance mediático. En cambio, tuvo gran eco mediático, el desplome relámpago de la bolsa neoyorquina, catalogado como el Wall Street plunge o el Flash crash en el mundo anglofinanciero, que hizo esfumarse la liquidez en la bolsa neoyorquina durante unos minutos.
Una infraestructura tecnológica compleja
El jueves 6 de mayo de 2010, el índice Dow Jones perdía casi 1.000 puntos en cinco minutos recuperándolos en otros quince; y la fuerte inestabilidad siguió al día siguiente en medio de la inquietud general por la inexplicable caída en picado, mientras en Europa brotaba la inquietante crisis de la deuda soberana. En una clara muestra de cómo pueden reaccionar los ordenadores en un contexto de caos, la firma operadora de alta frecuencia Tradervox llegó a vender acciones del gigante de la consultoría Accenture por un centavo de dólar, a pesar de que poco antes cotizaba a cuarenta dólares, fue como si el mercado, literalmente, se volviera loco. Algunos otros títulos llegaron a caer hasta cero durante breves momentos en una caótica sesión. Pero lo grave es que tardaran cinco meses en encontrar una explicación oficial de las causas.
Dos meses más tarde, ni Wall Street ni las autoridades habían encontrado una explicación razonada de las causas, ofreciendo la inquietante hipótesis del error de un trader que al procesar el número de acciones de una orden, quizás escribió «billion» (mil/miles de millones) en lugar de «million» (millón/millones), desencadenando el pánico en todo el mercado, con miles de operaciones que fueron anuladas por considerarse que habían sido «claramente erróneas»[6]. Dada la complejidad del caso, cinco meses más tarde y tras analizar 17 millones de transacciones, la dos agencias gubernamentales, la SEC y la CFTC, hicieron público en septiembre 2010 un informe de 104 páginas[7] del cual se deduce que el desencadenante del desaguisado había sido un algoritmo mal programado. Un algoritmo es, según el DRAE, «un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema» o «un método y notación en las distintas formas del cálculo», pero en el lenguaje de la informática puede definirse como cualquier secuencia de pasos que conducen a la realización de una tarea dentro de un programa. De acuerdo con este informe oficial (Flash Crash Report), ese día de autos una firma de inversiones de Kansas escasamente conocida, llamada Waddell & Reed Financial, ordenó la venta de 75.000 contratos de futuros sobre el índice S&P 500, y para poner la orden en el mercado electrónico utilizó algoritmos computerizados. Lamentablemente, el algoritmo fue programado omitiendo la hora y el precio de los contratos, así que lo que podría ser una orden que entrase en el mercado durante varias horas o días, se coló en sólo veinte minutos; tensionando la entrada de esta orden el mercado de futuros y finalmente se trasladó al mercado spot o al contado. Lo demás lo hizo la inquietud en el entorno por la crisis de la deuda soberana europea y los programas de alta frecuencia, que provocaron la espiral bajista. Por aquella vez, finalmente se exoneraba al comercio de alta frecuencia o alta velocidad de cualquier responsabilidad como había aparecido al inicio de la investigación oficial; y se culpabilizaba definitivamente a la orden de ejecución mediante el algoritmo incompleto[8].
Durante ese mismo año, otro algoritmo revelaba hasta donde está llegando la competencia entre bancos y firmas ligadas a las finanzas por avanzar en sus planes de expansión en los mercados globales, con el caso de mayor resonancia después del desplome relámpago de Wall Street. En diciembre de 2010, era declarado culpable y condenado un antiguo empleado programador del banco de negocios Goldman Sachs en Nueva York, por haber robado un algoritmo, una herramienta matemática básica para el negocio de bancario. El mencionado programador (que no era un trader de Goldman Sachs) se había llevado consigo ese algoritmo a la nueva empresa Teza Technologies en Chicago que le hab...

Índice

  1. Portadilla
  2. Créditos
  3. Índice
  4. Dedicatoria
  5. Cita
  6. Introducción
  7. Parte I. Casino, jugadores y juegos
  8. Parte II. La ampliación del casino
  9. Parte III. Los reguladores del casino en la sombra
  10. Unas reflexiones finales
  11. Notas