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Panorama de la industria editorial en castellano
SE ESTIMA que, en 2014, los países iberoamericanos contaban con 658,2 millones de habitantes, de los cuales 445,6 0 –es decir, cerca de un 66%– eran hispanohablantes y los 212,6 millones restantes, lusoparlantes. En El español: una lengua viva. Informe 2015, el Instituto Cervantes señala que actualmente “casi 470 millones de personas tienen el español como lengua materna”. Según este informe, los países que cuentan con una mayor cantidad de hablantes de español son México, con 121.005.815, Colombia, con 48.014.693, España, con 46.771.341, Argentina con, 42.202.935 y Estados Unidos, con 41.343.921. El informe añade que “el grupo de usuarios potenciales de español en el mundo (cifra que aglutina al grupo de dominio nativo, el grupo de competencia limitada y el grupo de aprendices de lengua extranjera) alcanza casi los 559 millones”, que hoy en día “el 6,7% de la población mundial es hispanohablante” y que en este momento “más de 21 millones de alumnos estudian español como lengua extranjera” (5). Además, el informe cita proyecciones según las cuales en 2030 “los hispanohablantes serán el 7,5% de los hablantes de todo el mundo” y “dentro de tres o cuatro generaciones el 10% de la población mundial se entenderá en español” (9).
El espacio iberoamericano del libro 2014, elaborado por el Cerlalc, señala que, según los registros de las agencias nacionales del ISBN, en Iberoamérica se produjeron en 2013, entre novedades y reediciones, 302.199 títulos en distintos formatos, lo cual supuso un descenso del 2,6% frente al año anterior (27). España, Brasil, México y Argentina produjeron el 77% de los títulos registrados en Iberoamérica en 2013 (El espacio 2014 11-13).
Mientras que los países de América Latina produjeron el 64% de estos 302.199 títulos, España produjo el 30% y Portugal, el otro 6%. En 2013, la producción de los países latinoamericanos aumentó un 3% con respecto a 2012, alcanzando los 194.009 títulos, en tanto que la española experimentó una caída del 5%. De los 302.199 títulos producidos en Iberoamérica en 2013, Brasil aportó el 29%, México, el 10%, Argentina, el 9% y Colombia, el 5%. El 44% de los títulos registrados en América Latina se produjo en Brasil, el 15%, en México, el 14%, en Argentina y el 8%, en Colombia (El espacio 2014 27-28).
Una de las principales dificultades a las que debe enfrentarse la industria editorial latinoamericana en el ámbito del comercio tiene que ver con la circulación del libro dentro de la región, debido a que las operaciones de exportación o importación de libros entre los países enfrentan grandes obstáculos de diversa naturaleza –geográfica, jurídica, económica, política, tributaria, etc.–. Estos obstáculos son el resultado, por un lado, de diversos factores de carácter estructural (la vastedad y la enorme fragmentación geopolítica del territorio de América Latina, la inexistencia de un mercado común, las cargas impositivas aplicadas a ciertas operaciones de importación y exportación, la inestabilidad económica, jurídica y política que padecen muchos países latinoamericanos, el alto costo del transporte de mercancías o la precariedad de las vías de comunicación) y, por otro, de factores propios del ecosistema del libro y la lectura (la partición de la venta de los derechos por territorios, los bajos índices de lectura, el escaso interés entre algunos actores de la industria, las instancias prescriptoras y los lectores de cada país por lo que se produce en los demás países de la región o el alto precio del libro importado).
Gráfica 1. Número de títulos registrados con ISBN en Iberoamérica (2013). Cifras preliminares
Fuente: Cerlalc, El espacio Iberoamericano del libro 2014, Bogotá: Cerlalc, 2014, capítulo 2, gráfica 1.
Gráfica 2. Número de títulos registrados con ISBN en América Latina (2013). Cifras preliminares
Fuente: Cerlalc, El espacio Iberoamericano del libro 2014, Bogotá: Cerlalc, 2014, capítulo 2, gráfica 2.
La emergencia de lo digital supone una contribución fundamental para superar aquellos de los obstáculos mencionados anteriormente que se asocian directamente al traslado de mercancías físicas de un lugar a otro, así como para eliminar muchas de las fuentes de fricción relacionadas con dicho movimiento. En términos de circulación, lo digital puede favorecer la intensificación y el enriquecimiento del comercio editorial entre los distintos países que conforman el mercado hispanohablante y contribuir a que los contenidos producidos en español lleguen con más facilidad a cualquier lugar del mundo donde haya una demanda real o potencial, hasta el punto de que cuando un usuario quiera acceder a estos a través de una plataforma de venta en línea, de lectura en la nube o de préstamo bibliotecario pueda hacerlo inmediatamente porque están disponibles de manera permanente.
De acuerdo con El espacio iberoamericano del libro 2014, en el conjunto de países de Iberoamérica “los títulos en formato digital representan 21% del total en 2013” y “el 20% de las novedades con ISBN fueron editadas en formato digital” (12). Este informe señala que “el surgimiento de un lector híbrido en América Latina ha impactado con mayor fuerza el tipo de formato en el cual se publica”, a pesar de que “el impreso sigue prevaleciendo como el soporte de lectura dominante” (41-42).
Cada vez son más las editoriales tradicionales iberoamericanas que han empezado a ver en la publicación en digital una línea de trabajo complementaria para un negocio centrado inicialmente, de manera exclusiva o mayoritaria, en el papel. Ésta podría ofrecerle un contrapeso y una compensación a la caída real o potencial tanto de las ventas de libros físicos como del monto de la facturación generada por ésta. La reconversión de estas editoriales tradicionales pasa por la digitalización de su fondo, así como por el lanzamiento de sus novedades, de manera simultánea, en papel y en formato digital. Asimismo, durante los últimos años también han venido apareciendo en los países iberoamericanos un gran número de editoriales que se conciben como primero digitales o solamente digitales. Estas editoriales, que podríamos llamar nativas digitales, se caracterizan por tener estructuras, dinámicas de funcionamiento, flujos de trabajo, productos y modelos de distribución, comunicación, promoción y comercialización ciento por ciento digitales: su existencia sólo puede concebirse en un entorno conectado en red.
La presencia en el ámbito iberoamericano de contenidos editoriales digitales de actores provenientes de las más diversas latitudes como 24symbols, Amazon, Apple, Bajalibros, Bookmate, Bookwire, Google, Kobo, Libranda, Nubico, Nuvem de Livros, Odilo, Open Road y OverDrive, que ofrecen diferentes tipos de servicios y de modelos de acceso, da cuenta no sólo del enorme potencial que tiene el mercado hispanohablante, sino también del gran interés que éste suscita actualmente en la industria a nivel global. El estudio Evolución y tendencias digitales en Latinoamérica destaca que “el creciente desarrollo de plataformas de comercialización digital –tanto B2C como B2B– y su llegada a América suponen el comienzo de un nuevo ecosistema de comercialización ciertamente importante de cara [a] una mayor visibilidad de los catálogos de las editoriales del continente” (4).
Gráfica 3. Títulos con ISBN en América Latina según formato (2013). Cifras preliminares
Fuente: Cerlalc, El espacio Iberoamericano del libro 2014, Bogotá: Cerlalc, 2014, capítulo 2, gráfica 12.
Son varias las condiciones que desde hace unos años podrían estar favoreciendo la aceleración del desarrollo de un mercado de contenidos editoriales digitales en el territorio iberoamericano, particularmente en algunos países como Chile, Colombia, México y Perú: el mejoramiento del nivel de ingresos y del poder adquisitivo de ciertas capas de la población, lo que ha provocado un robustecimiento de la clase media; la ampliación del acceso a la educación; el mejoramiento de las infraestructuras de conexión a Internet y la expansión de su cobertura; el crecimiento del parque de dispositivos electrónicos conectados a la red –ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes–, y el creciente consumo de contenidos de todo tipo. El citado estudio señala:
El libro digital supone una oportunidad imprevista para la edición en español y portugués y un escenario global que puede conllevar que la oferta digital latinoamericana se visibilice de manera más equilibrada entre ambos lados del Atlántico. Desde hace más de 40 años el comercio del libro se ha sustentado en una asimetría entre España y América Latina: el libro español viajaba a América, pero no ocurría lo mismo al contrario, o llegaba con cuentagotas. El libro digital puede romper esta ...