Según pasan los años
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Según pasan los años

  1. 148 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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Según pasan los años

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Índice
Citas

Información del libro

Este libro nos explica el proceso de envejecer y lo hace con dos elementos que son relevantes: el afecto por quienes lo transitan, y la relación que el mismo tiene con los niveles socioculturales, biológicos y económicos de una sociedad.

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Información

Año
2017
ISBN
9789876145466
Categoría
Médecine
Categoría
Gériatrie

1. Introducción

“Envejecer no es nada; lo terrible es seguir sintiéndose joven”
Oscar Wilde
Algunos calculan que en el año 2050, un quinto de la población tendrá más de 65 años. ¿Qué significa esa cantidad de personas mayores? ¿Qué simboliza el paso del tiempo? Es el envejecer, ¿una época de decadencia o de integración? ¿Con las dietas apropiadas y el correspondiente ejercicio, retardaremos el proceso? ¿La respuesta estará en la genética?
A veces adoptamos la actitud de ignorar el envejecimiento, como una suerte de cábala, para pensar que no va a ocurrir. Pero, fundamentalmente, porque nos resistimos a pensar en la pérdida de integridad corporal, en la disminución de nuestra lucidez mental, en el menoscabo de la propia independencia. Por lo general, esta perspectiva nos aterroriza. Si no nos podemos valer solos, ¿reconoceremos ese momento? ¿Qué haremos?
En Tiempos Azules1, un buen libro en el que Joan Didion habla de la vida y muerte de su hija, la autora también aborda la sempiterna cuestión del paso del tiempo y de cómo “vivió toda su vida sin creerse en serio que iba a envejecer”. “Hasta hace muy poco, –nos cuenta Didion–, no se me había ocurrido que tener setenta y cinco años se pudiera presentar como una situación significativamente alterada”. Curiosa forma de expresar el envejecimiento, una circunstancia que parece sorprender tanto como la adolescencia, lo hiciera en su momento, pero con características muy propias.
Este libro es producto de la necesidad de reflexionar sobre algunas cuestiones, a saber: ¿cómo deseamos pasar nuestros últimos años?, ¿qué podemos y debemos hacer ahora para que nuestra aspiración se cumpla?
Por lo general, hay un momento en el que empezamos a pensar en los años que pasan, y coincide cuando el almanaque nos anuncia una cierta edad. Es muy simple comprobarlo: vean quiénes conversan sobre el tema. Nos miramos en el espejo, y a veces, no nos reconocemos, ¿será porque vemos menos?, ¿porque estamos cambiados?, ¿porque el sueño de la eterna juventud nos lleva a rechazar nuestra nueva imagen?
Además de darle importancia a los aspectos más privados e íntimos de nuestro proceso de envejecimiento, pensemos en datos objetivos y comprobables sobre el tema. Las preguntas que surgen son varias. ¿Cuántos años vamos a vivir? ¿Viven los mismos años hombres y mujeres? ¿La edad de la muerte es independiente del lugar donde vivimos? ¿Viven igual número de años un maestro que un plomero? ¿La gente muere antes en Buenos Aires, en Alaska, en la China, etc.? ¿Cuáles son los cambios biológicos que se producen en el organismo en el proceso de envejecimiento que culmina con la muerte? Afortunadamente existen algunas estadísticas confiables sobre estas cuestiones. Veamos algunos datos.
El valor promedio del número de años que vive una población se denomina longevidad o esperanza de vida. Este valor, todos lo sabemos, ha ido variando a lo largo de la historia. A modo de ejemplo, tanto en la Grecia Clásica como en la Antigua Roma, la esperanza de vida era de 28 años. A principios del siglo XIX es de 30 a 40 años y llega a ser de 50 a 65 en el comienzo del siglo XX. Estos cambios se deben a las mejoras en los sistemas de agua potable, cloacas, cuidado de la salud y educación, mucho más que al progreso de la medicina, con lo cual sabemos que los promedios de longevidad en los países pobres y ricos, son muy distintos.
Podemos suponer que la mayoría de nuestros contemporáneos vivirán más años que sus padres o abuelos. Y es un desafío para cada uno de nosotros indagar cómo viviremos esa etapa, no sólo como individuos sino como sociedad. Este desafío ha sido uno de los motores impulsores del libro.

Los desafíos

Me pregunto si es factible envejecer graciosamente, con humor y con donaire; y cómo debemos enfrentarnos a nuestro temor principal: un deterioro físico y mental incapacitante. En América Latina, las evidencias indican que si bien la situación de las personas mayores es heterogénea, en general distan mucho de disfrutar de una calidad de vida acorde con sus necesidades en cuanto a ingresos, salud, autonomía e integración entre las generaciones. Las condiciones y la estructura de oportunidades que ofrecen los distintos países para vivir los últimos años de la existencia no siempre aseguran una calidad adecuada de vida.2 En rigor, como dice un estudioso del envejecimiento3, queremos vivir mientras tengamos una buena calidad de vida y logremos ir al encuentro de cada nuevo día con alegría.
Cómo es posible aceptar algunas limitaciones físicas, sin considerarnos discapacitados en las cosas que sí podemos hacer todavía. Por ejemplo, luchar contra la discriminación por edad, un prejuicio tanto o más arraigado que el machismo, el sexismo o el racismo.
Es imprescindible tener claro que por ser viejos no somos de inmediato discapacitados mentales o como niños menores, salvo que además suframos una enfermedad seria que comprometa nuestra capacidad. Al fin y al cabo, crecimos y nos educamos sin computadoras y las hemos conquistado, o al menos las usamos. En resumen, vivir tanto como podamos con buena calidad de vida y conservando la alegría de vivir.
Me importa dejar en claro en esta introducción que el tema del envejecimiento no se agota en la gente vieja, tampoco en el agudo problema de las magras jubilaciones y de la atención o falta de atención de la salud. Concuerdo con el texto de la Declaración de Madrid4, que propone enfocar al envejecimiento y a los desafíos de la edad desde un punto de vista activo, para producir sistemas sociales flexibles y robustos de beneficio para todos. Lo que está en juego es la creación de nuevas instituciones sociales, capaces de dar cuenta de los cambios y transformaciones del siglo XXI. Esto involucra acciones a nivel nacional e internacional, que se ocupen de la salud y el bienestar en la vejez, asegurándoles a las personas mayores acceso a la atención preventiva y curativa en salud, además del acceso a viviendas acogedoras en entornos adecuados. Una agenda para la vejez no puede ser reducida a temas de salud y jubilaciones, es un desafío que implica integración social, derechos y bienestar.
A nivel social, John Crowley5 señala que algunas características no son suficientemente enfatizadas en el debate público y plantean un nuevo desafío. En primer lugar, muchas sociedades están envejeciendo rápidamente, es decir la proporción de gente mayor, en especial mayores de 75 años, está creciendo mucho. En segundo lugar, hay sociedades históricamente viejas, es decir tienen una alta proporción de adultos mayores, lo cual tiene implicaciones sobre las políticas a encarar. Esto representa distintas tensiones en sistemas diseñados para una configuración social y demográfica dada que cambia a una nueva distribución y afecta no sólo los sistemas de jubilación, también crea problemas con el sistema educativo, las viviendas o la salud. Además, las mujeres viven más años que los hombres y a diferencia de los varones, cuyas esposas los cuidan, son más dependientes del cuidado de otros, sean familiares, relaciones informales u organizadas como hogares de ancianos6.
En el plano individual, el proceso de envejecimiento es una característica constitutiva de la vida humana, dotado de un significado cultural, económico, político, social e incluso estético de mayor o menor respeto, que varía en momentos y lugares distintos. Aunque se perciba ese proceso como un cambio físico –arrugas, canas, olvidos, menor vigor físico– las manifestaciones físicas varían entre las personas y están fuertemente modeladas por mitos y prejuicios.
Quiero escribir un libro que ayude a pensar una etapa a la que algunos llegamos sin darnos cuenta y sin tener idea de lo que podemos realizar y disfrutar, sabiendo que nos pasa desde la biología; a la vez de divertirnos y gozar haciendo lo que sí podemos. ¿Podremos modificar estos acontecimientos y evitar estos daños? ¿Lograremos adaptarnos a resistir los cambios ambientales o remediar las moléculas y estructuras dañadas? ¿Nos acostumbraremos a ser viejos y que no nos importe?
Para tratar de entender esta etapa de la vida y responder algunas de estas dudas decidí tratar estos temas.
En el capítulo 2 comento algunas novelas como el caso de Dorian Grey, que pretende ser siempre joven. También descubrimos múltiples ejemplos y formas de afrontar, aceptar, o desafiar la vejez en algunas películas y obras de teatro. En la actualidad, muchos actores y actrices de más de 40 años participan en filmes y piezas teatrales como artistas principales, en algunos casos en forma dramática, en otras en tono jocoso.
“Acerca de envejecer” es el título del tercer capítulo y allí hablo del paso del tiempo, no sólo en las personas sino también en plantas y animales. Advertimos que los perros viven entre 15 y 20 años, una tortuga alcanza los 180 años, mientras que una vaca llega a los 22. Es de interés cómo influyen hábitos y costumbres sobre la longevidad y explicar las causas desde un punto biológico y evolutivo.
En los capítulos 4 y 5 muestro cómo los cambios que aparecen a lo largo del tiempo se relacionan con que algunas células mueren o reducen funciones. Es así, como las células de la piel comienzan a fabricar melanina y aparecen las manchas de la edad; las células de las articulaciones dejan de fabricar cartílago o modifican la forma de hacerlo, y esto se traduce en menor movilidad. Otros cambios biológicos que ocurren con la edad afectan el pelo, el cerebro y las neuronas; además de órganos como el corazón, los pulmones, los sentidos de la vista, el oído, o el olfato; y también el sistema digestivo como el reproductor.
¿Los cambios debidos a la edad son parecidos o diferentes en hombres y mujeres? Este es el tema del capítulo 6 teniendo en cuenta que “jamás se habla de una ‘hermosa anciana’, en el mejor de los casos se la califica de ‘encantadora’. En cambio se admira ciertos ‘hombres hermosos’…no se le pide frescura, ni dulzura… el pelo blanco, las arrugas no contradicen este ideal viril”.7
Numerosas teorías sobre el envejecimiento son reseñadas en el capítulo 7, donde unas opinan que se debe a la acumulación de errores, otras responsabilizan a la ...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portada
  3. Acerca de "Según pasan los años"
  4. Créditos
  5. Epígrafe
  6. Dedicatoria
  7. Agradecimientos
  8. Pasatiempo • Mario Benedetti
  9. 1. Introducción
  10. 2. Desde la literatura y el cine
  11. 3. Acerca de envejecer
  12. 4. Edad y cambios biológicos
  13. 5. Sentidos, reproducción y edad
  14. 6. Hombres y mujeres ¿envejecen igual?
  15. 7. Las teorías del envejecimiento
  16. 8. Otras polémicas
  17. 9. El ocaso de la vida
  18. 10. Ética y envejecimiento
  19. Apéndice. Los datos de la realidad
  20. Bibliografía
  21. Biografía