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Introducción
«A lo largo de su historia, la civilización minoica no dejó de absorber elementos del ámbito asiático…»
Sir Arthur Evans, The Palace of Minos I, p. 15 (1921)
«Der kretish-mykenische Kulturkreis gehört durchaus zzur anatolisch-nordsyrischen Kulturgemeinschat»
(«El orbe cultural creto-micénico pertenece absolutamente a la comunidad cultural anatolia y del norte de Siria)»
Helmut Theodor Bossert (1944)
Antes de la II Guerra Mundial no era extraño interpretar a Creta como parte de un mundo más grande perteneciente al Próximo Oriente. Esto fue cambiando gradualmente: en el terreno de los estudios del Egeo, hoy existe un límite invisible que separa a Oriente de Occidente. La Creta minoica se ha convertido en un apartado más de la cultura y arqueología griegas; los estudios del Próximo Oriente, por otro lado, no tratan demasiado todo aquello que queda hacia el oeste de Asia Menor. Los mapas del Próximo Oriente no incluyen a Creta, mientras que los mapas del Egeo no incluyen al Próximo Oriente. Una de las tareas del presente libro será resituar a la Creta palacial en un mapa mental que incluya al Próximo Oriente, concretamente Anatolia, Siria, Levante y Egipto. Esta tarea recrea lo que unos hipotéticos reyes del segundo milenio que residiesen en Ugarit habrían dado por hecho. En mi opinión, no cabe duda: Creta estaba incluida en la geografía política y conceptual del Próximo Oriente.
Aunque los autores populares modernos asocian a Creta con Minos y el laberinto, ninguna de estas palabras aparece mencionada en nuestras fuentes orientales antiguas1. Para los habitantes de la costa sirio-palestina y Egipto, el nombre de la isla era Kaftor o Kaptaru y sus habitantes eran los keftiu2. La isla era considerada como la periferia occidental del mundo, en medio del mar.
La mayoría de las referencias a Kaftor (Ugarit, kptr) están en fuentes egipcias, ugaríticas y bíblicas3. En los mitos ugaríticos, Creta es el reino del dios artesano Kothar-Hasis y Kaftor (kptr) se refiere a «el sitio de su morada»4. «Shapash… lleva mi voz a Kothar-Hasis en Creta (kptr)», leemos en una oración de Ugarit5.
Esta última información es una sorpresa: ¿quién es ese dios ugarítico de nombre doble y por qué se le asocia con Creta? A menudo se ha dicho que era un dios de los artesanos, pero resulta menos conocido que también era el auriga de la diosa del sol Shapash, a la que conducía de vuelta al inframundo6. Que una deidad de transición al más allá tuviera su residencia en Creta no carece de importancia y sugiere que los pueblos de Ugarit percibían esta isla como la tierra del sol poniente, en el lejano occidente. En este sentido, un pasaje de un papiro egipcio, «tan alejados como los keftiu», lo corrobora7. Por tanto, Creta era considerada muy cercana a los confines del mundo civilizado, en occidente, una tierra cercana a los dioses y al sol poniente (véase ilustración 1.1). (En las mentes de los griegos posteriores se asignaron papeles similares a los etíopes de larga vida y a los fenicios, que en la ficción también vivieron cerca de los dioses, en la periferia del universo.) No sabemos mucho más sobre de la posición mítica de Creta en la mente egipcia y ugarítica.
Ilustración 1.1. Mediterráneo oriental; Creta en la periferia occidental.
Cronología
El período que cubre el presente libro es el de los Palacios Nuevos, c. 1650-1390 a. C.8 Sir Arthur Evans lo consideraba como el período dorado de la realeza minoica, un período de paz y prosperidad que denominó Pax Minoica. Coincide con las últimas dinastías de los hicsos, el comienzo de la Dinastia XVIII egipcia y con la época de las tumbas de fosa de Micenas. Termina con la destrucción de Cnosos durante el reinado del faraón Amenofi s III9.
Sin embargo, asignar fechas absolutas a este período es difícil, especialmente porque la sincronización del Egeo con Egipto y el Próximo Oriente es un asunto espinoso todavía no resuelto. Hoy en día se ha dado mucha publicidad a métodos de datación basados en la ciencia natural, que son mucho más precisos que la arqueología propiamente dicha. Según estos métodos, el período de los Palacios Nuevos arroja fechas muy posteriores a las que ofreció Evans. Sin embargo, su esquema de sincronización, revisado por Peter Warren y Vroney Hankey (véase tabla 1) todavía tiene mucho que decir, pues los métodos científicos naturales no han demostrado ni ser totalmente precisos ni absolutamente controvertidos10. Los científicos naturales trabajan con hipótesis (como los académicos de humanidades) y sus métodos y herramientas pueden producir cierto conflicto mutuo.
Tabla 1.1. Eras históricas y fechas absolutas de la Creta minoica
3650-3000 a. C. | MA I | Período pre-Palacial |
2900-2300 a. C. | MA II | |
2300-2160 a. C. | MA III | |
2160-1979 a. C. | MM IA |
1979-1700/1650 a. C. | MM IB- MM IIIA | Período del Palacio antiguo |
1650 a. C. | MM IIIB | Período del Palacio nuevo |
| MR I | erupción del volcán c. 1500 |
1425-1390 a. C. | MR II | Caída de Cnosos |
1390-1370 a. C. | MR IIIAI | |
(Donde, MA: Minoico antiguo; MM (Minoico medio); MR (Minoico reciente).
Fuente: fechas aproximadas de Warren y Hankey, 1989.
La adopción de una cronología más temprana o tardía no cambia sustancialmente mi argumentación, pues los factores políticos y económicos que dieron forma a la realeza en Egipto y Próximo Oriente fueron los mismos en el siglo XVI que en el XVII, aunque las relaciones interregionales propuestas en este libro funcionan mejor con la cronología más temprana ofrecida por Evans11.
Un esbozo histórico
Si adoptamos la temprana cronología de Evans, el reino minoico alcanzó su apogeo entre los siglos XVII y comienzos del IV a. C. (con un punto álgido entre 1550 y 1450). Como afirmamos anteriormente, fue el momento de las últimas dinastías de hicsos y la octava dinastía egipcia, un período histórico en el que los imperios de Egipto y Mitanni competían por el de Siria- Palestina. El lenguaje internacional fundamental desde el siglo XV en adelante era el acadio. William Moran habla de una «cultura cuneiforme», lenguaje escrito que permitía comunicarse a reyes y vasallos12. Además de un lenguaje común escrito, también podemos hablar de una cultura e ideología comunes. Marc Van der Mieroop sugiere que las familias reales que regían los vastos reinos de Egipto y Oriente Próximo actuaban como si fuesen una gran familia, y todo su mundo, un único pueblo; llega incluso a hablar del «club de los grandes poderes»13. Van der Mieroop afirma que la Grecia micénica formaba parte de este grupo, pero apenas puede decir mucho más ante la ausencia de fuentes históricas escritas disponibles14. Naturalmente, Creta queda ausente de su análisis al no existir textos legibles en los que basarse.
Evans también vio con claridad el papel de Creta en un período tan internacional. Postuló que Cnosos era una gran metrópolis, compuesta por hasta 82.000 habitantes. «La posición de Cnosos no debe haber tenido rival ni siquiera en la parte oriental del Mediterráneo. Es indudable que no existe ciudad amurallada a...