Triannual
eBook - ePub

Triannual

  1. 376 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

El presente libro contiene una serie de comentarios críticos sobre diferentes temas de actualidad: la tecnología, el medioambiente, la política local e internacional… Un acercamiento inconformista, crítico del presente y desconfiado del futuro, caracteriza este ensayo repleto de referencias y reflexiones.Triannual es, en definitiva, una llamada de atención sobre la necesidad de reordenar el presente con sentido común individual y colectivo, para hacer frente a los problemas y retos globales que amenazan el futuro.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Triannual de Sara Téllez-Torre en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Sozialwissenschaften y Kultur- & Sozialanthropologie. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Testimonial: De un futuro muy presente
… de gobernados y gobernaciones, anticipando por si «la cosa» tuviera arreglo…
Ciudad suprema
La gente que pertenece a los sueños ignora todo fuera de su universo de brumas pues, creyendo ser los dueños de su vida, siguen sendas de insobornable programación que matizan sus autoconvencidas existencias con fantasías intelectuales irreductibles.
Bajo la cúpula, de color azul cobalto, que garantizaba la protección de la zona evitando las colisiones de la basura exterior y la llegada ordinaria de radiaciones múltiples, la población activa se desplazaba por las zonas marcadas, en dirección a sus muy dignos trabajos, gracias a los cuales obtenían las ventajas ciudadanas que, en cambio, estaban vedadas a los desocupados masivos, quienes tan solo obtenían «concesiones» consistentes en un mínimo vital.
Para evaluar los méritos y otorgar dádivas y prebendas, estaba la Muy Alta Administración de los Recursos Disponibles, dueña y gestora de cualquier elemento material, incluido el biológico. Los ocupados activos eran, de hecho, los mecanismos que permitían a la institución ordenar la distribución de lo existente para una sobrevivencia —de mejor o peor fortuna— sin importar mucho el eventual destino de cada particular. ¿Que en el camino hacia tu trabajo algún «marginal» te aplastaba con un bloque de granito sintético porque se le cruzaban los cables o por odio global? Pues el torque informativo enviaba la señal de cese a la respectiva oficina, se ponían en marcha los complejos mecanismos sustitutivos y alguien era promovido al puesto vacante.
Pero, claro, uno no quería renunciar a las prebendas y dulzuras del momento presente, así que tomaba todas las precauciones posibles para cumplir las preciosas y precisas obligaciones de modo puntual y sin riesgo para sí mismo.
Así de prudente se desplazaba Clamatz, un revisor (categoría media) de la Oficina de Conclusiones Finales para Otorgamiento del Derecho de Establecimiento Ciudadano. Tenía que cumplir su trabajo durante dos jornadas revisoras obligatorias y, para llegar a tiempo a su tarea, hubo de salir de su cómodo y seguro barrio y atravesar media Ciudad, dejando de gozar gloriosamente del dulce hacer nada de los dilatados momentos intermedios entre dos períodos de prestación obligatoria.
Pero, de hecho, no acudía espiritualmente bien preparado porque, para llegar hasta su sala de tareas, había tenido que recorrer infinidad de rutas de desviación y caminos complejos y larguísimos, obedeciendo las decisiones coyunturales de la Alta Responsabilidad sectorial, a quien competía designar para cada jornada las vías alternativas evasoras de peligros. Como Clamatz sabía que no podía retrasar el inicio de sus dos jornadas de trabajo al semestre, salía de su inmueble con otras trece de anticipación. Es verdad que se arriesgaba (si el recorrido resultaba eventualmente un camino fácil) a llegar prontísimo a la Oficina, incluso mucho antes de la fecha fijada, pero entonces desplegaría su campana protectora de alojamiento provisional para pasar en el exterior el tiempo restante hasta su fecha de entrada.
Como la longitud de las rutas le había exigido tanto tiempo y espacio que llegaba con apenas algunas horas de adelanto, ni se molestó en alojarse en la plaza. Su anticipación era harto precaria pero, como no se había retrasado, ¿por qué preocuparse por lo irreal?
Se acomodó contra el muro lateral. Vio las luces magenta que acuchillaban el cielo más allá de la cúpula como amenazantes accidentes abortados pero le sirvieron para que el tiempo le pasara en un suspiro. Su torque vibró anunciándole el momento de su ingreso y, como no tenía que empaquetar, se dirigió lentamente hacia las puertas, siguiendo a una multitud concentrada ante el portal de la brigada de inspección. Cuando entró en la cabina una luz rosada lo lamió inquisitivamente. Resultando de conformidad, franqueó la puerta interior y se trasladó dentro para pasar a manos de la guardia, cuyos miembros no dudaron en recorrer detenidamente su anatomía de forma manual. Obtenido el visto bueno de los agentes, pasó a la conserjería de comprobación, donde los apéndices de la máquina inquisidora se insertaron en los dos extremos del torque para que los circuitos electrónicos reconocieran su efectiva personalidad, grabada en los recovecos mecánicos del artefacto y, otorgada finalmente la luz blanca de autorización, pasó rápidamente por la definitiva puerta de acceso al interior del edificio oficial.
Situado ante el gran panel de distribución del personal, allí donde las luces codificadas indicaban «Dirección Global de Acoplamiento Residencial», insertó su ficha en la muesca lectora referente al «Sector de Análisis de Datos Imperativos y Conformidades» y, muy amablemente, la máquina lo reconoció como el importante gestor que era (¡al fin!) y relumbró tres veces en morado, arrancando miradas entre admirativas y pasmadas de la chusma oficinesca que le rodeaba en ese momento. A partir de entonces sí que pudo asumir su verdadera categoría, al dirigirse nada menos que al elevador de los morados. Una muestra de su importancia burocrática fue el hecho de que nadie más subiera con él.
Al llegar a su planta, se dirigió a la cuadrada sala de mediano tamaño entrecortada por cabinas individuales, en una de las cuales estaba su instrumento procesador, parpadeando en azul, a la espera de su trascendental operador, él mismo. Seguramente minutos antes habría abandonado ese preciso lugar otro importante revisor, de entre las plantillas laborales sucesivas, para iniciar su largo período de inactividad.
Se acopló en la máquina que, al sentirle, fijó el azul. Estaba preparada y él lo estaría de inmediato. Un disco negro brillante le esperaba en la bandeja de reparto. Solo la huella dactiloscópica de Clamatz iba a permitir que ese artilugio cobrara vida, cebando a los ávidos intestinos de la máquina.
La pantalla viró a verde y él empezó a introducir los datos básicos de su presencia:
Dado en Ciudad Séptima, en la jornada corriente del Sesquicentenario de la Civilización Instituida (C.I., el destino la preserve y destruya a sus enemigos).
Procedió a continuación a ocuparse del afortunado suje...

Índice

  1. Introducción
  2. Primer comentario: Piedras y estrellas
  3. Segundo comentario: Culpables sin culpa
  4. Testimonial: Si me empeño, lo sueño
  5. Tercer comentario: Entes del espacio profundo
  6. Cuarto comentario: La ciencia y la ficción juntas. Wow!
  7. Quinto comentario: No hay que ser imprudentes… Ni cándidos, por favor
  8. Sexto comentario: ¡Cándidos e imprudentes!
  9. Séptimo comentario: Animales y animalillos
  10. Testimonial: Cine y más cine
  11. Octavo comentario: Y el ciudadano sin protección, una vez más…
  12. Noveno comentario: Mucha acción pero, sobre todo, «anticipación»
  13. Décimo comentario: Y muchas cosas raras en la historia del Planeta
  14. Testimonial: Somos niños en la naturaleza
  15. Décimo primer comentario: Imprudentes… pero emotivos
  16. Décimo segundo comentario: Todo mal resuelto o sin resolver
  17. Décimo tercer comentario: Actores que dan vida a personajes
  18. Testimonial: De un futuro muy presente
  19. Décimo cuarto comentario: Lecturas de absurdos y malas suertes
  20. Décimo quinto comentario: Tras una parada «técnica»
  21. Décimo sexto comentario: Por casualidad, más de lo mismo
  22. Testimonial: No somos nadie…
  23. Décimo séptimo comentario: Los músicos deberían vivir siempre
  24. Décimo octavo comentario: Catástrofe y más catástrofe
  25. Testimonial: ¿Volviendo a dónde?
  26. Décimo noveno comentario: Mirando el agua
  27. Vigésimo comentario: Más película
  28. Vigésimo primer comentario: Uno, dos, tres, cuatro
  29. Vigésimo segundo comentario: Cómo y por qué
  30. Vigésimo tercer comentario: Un alza a la baja
  31. Testimonial: Pasando por los 90 y sin crisis
  32. Vigésimo cuarto comentario: Noche de Hulk
  33. Vigésimo quinto comentario: Un poco de vuelta atrás en el tiempo
  34. Vigésimo sexto comentario: Derivando, por nada
  35. Testimonial: ¡Basta ya!
  36. Vigésimo séptimo comentario: Barrer para dentro
  37. Vigésimo octavo comentario: Nada de desalmados
  38. Vigésimo noveno comentario: Lectura de un día tonto
  39. Testimonial: Las horas… de una historia
  40. Trigésimo primer comentario: Bandazos a diestro y siniestro
  41. Trigésimo segundo comentario: Ideas coincidentes
  42. Trigésimo tercer comentario: Recopilatorio
  43. Testimonial: Andar sin saber a dónde
  44. Comentario final: Hoy y mañana