Tocar con palabras

Transforma la realidad con el poder de tus palabras

Enric Lladó Micheli

• Editorial: Kolima Books
• Año: 2016
• ISBN:
  9788416364558
• Categoría: Negocios y empresa
• Categoría: Liderazgo

Nuestras palabras, como si fueran una extensión de nuestras propias manos, tocan al que las escucha, con mayor o menor intensidad, con más o menos gracia. Cuando alguien es tocado, reacciona como un instrumento musical y, en ese mismo momento, suena una nota y la realidad empieza a cambiar.Ese es el camino de la influencia personal. Y este libro tu guía para explorarlo a fondo y aprender.

TERCERA PARTE
DISMINUIR LA RESISTENCIA

CAPÍTULO UNO
Sistema inmunológico mental

Hasta ahora te he mostrado los secretos que te servirán para aumentar la potencia de tus palabras. Ha llegado el momento de empezar a descubrir todo aquello que puedes hacer para disminuir la resistencia que esas palabras encuentran en el otro lado.

Por ello, antes de nada, es preciso que te presente a un curioso y desconocido amigo del que quizás no hayas oído hablar pero que, sin embargo, ahí está jugando un papel crucial en los procesos de comunicación.

Se trata del sistema inmunológico. Pero no te estoy hablando del «sistema inmunológico biológico», sino de lo que yo denomino el «sistema inmunológico mental».

Efectivamente, igual que existe un sistema inmunológico que protege nuestro cuerpo de las agresiones físicas, también podemos describir la existencia de un sistema inmunológico mental que defiende nuestra integridad psicológica de lo que nuestra mente interpreta como posibles ataques provenientes del exterior.

Su misión última es nuestra supervivencia «mental»: garantizar que ningún ataque a nuestra identidad o a nuestras ideas nos inflija daño alguno.

Para lograrlo funciona prácticamente igual que el sistema inmunológico biológico: cada vez que detecta un organismo que pretende entrar en nuestro cuerpo, identifica si es propio o ajeno, si es bueno o malo y, dependiendo de ello, le deja entrar, o por el contrario, lo expulsa o lo destruye.

Pues bien, nuestro sistema inmunológico mental funciona exactamente igual. Cada vez que identifica una idea «pululando» por ahí, lo primero que hace es identificar su origen y tratar de ver si es propia o ajena. Si es propia, «no problem», pero si detecta que es ajena, rápidamente trata de descubrir si es un regalo o un ataque. Si la ve como un ataque, contraataca y se resiste (y en caso de duda, siempre la considera un ataque).

Y cuanta más fuerza demuestre la idea «atacante» y más intente entrar, con más resistencia nuestro sistema la combatirá.

La finalidad del sistema inmunológico mental es protegernos. Igual que el sistema biológico deja pasar las sustancias beneficiosas para nuestro organismo y destruye todo lo que nos pueda dañar, el sistema inmunológico mental deja pasar todo aquello que nos puede «nutrir» y hacer crecer y destruye todo aquello que puede constituir un peligro para nosotros.

Un sistema inmunológico mental sano permite la entrada de nuevas ideas al mismo tiempo que destruye otras. Esto nos permite un buen desarrollo mental y espiritual.

Pero cuando el sistema no acaba de funcionar bien o está enfermo, pueden pasar dos cosas: Puede dejar entrar todo lo de fuera, sin ningún tipo de censura (y en tal caso la persona afectada se convierte en una marioneta que, movida al antojo de los demás y de la sociedad, pierde su identidad; la personalidad es destruida, aniquilada desde el exterior y, a la larga, el individuo, la persona, muere como tal, se desintegra); o bien el sistema se cierra del todo y no deja entrar nada, (con lo que la persona se radicaliza en sus ideas, que lejos de evolucionar, se retroalimentan a sí mismas y crecen y crecen sin parar como un cáncer que se pudre por dentro).

Si estás delante de una persona sana a la que deseas influir, habrá cosas que recibirá de buen grado y ante las cuales no mostrará ningún tipo de oposición y, de la misma manera, será normal y sano que rechace y se cierre ante algunas ideas que crea que constituyen alguna forma de ataque a su «status quo» mental.

Que tu intención sea positiva no es suficiente. Es necesario que el sistema inmunológico del otro lo interprete así. No basta con serlo, hay que serlo y parecerlo. De lo contrario, chau ¡el sistema inmunológico mental de tu interlocutor cerrará las puertas de acceso!

Es bueno, por lo tanto, que conozcas los factores que van a hacer que un mismo mensaje, independientemente de si es lo suficientemente potente o no, sea bien o mal recibido por el sistema inmunológico mental de otros. Estos factores los describo por primera vez en este libro y los veremos con detalle uno a uno, a lo largo de esta tercera parte. Son los siguientes:

• El contexto: el momento, el lugar y las circunstancias en las que envío mi mensaje.
• La inercia mental: cuando el cerebro de mi interlocutor se mueve en otra dirección, primero necesito detener su movimiento.
• La defensa de las propias ideas: atacar una idea de mi interlocutor es como atacarle a él mismo: sólo generaré más resistencia.
• La defensa de la autoestima: si la manera en la que lanzo mis palabras no es la adecuada, se interpretarán como un ataque.

A partir de ahora te explicaré con detalle cada uno de estos factores y te mostraré la manera de gestionarlos para abrir la posibilidad de influir. Un mismo mensaje, por muy bien construido que esté, por muy potente que sea, puede tener un gran impacto o un impacto nulo dependiendo de lo bien (o mal) que gestiones estos factores.

A

CAPÍTULO DOS
La letra y la música

Cuando hablamos con alguien, la información le llega por dos canales distintos.

Por un lado recibe nuestras palabras, lo que decimos, lo que normalmente llamamos el «contenido» de nuestro mensaje. Aquello que le queremos transmitir conscientemente. La «letra de la canción».

Pero eso no es lo único que transmitimos. Además de la letra, nuestra canción también tiene «música». A través de nuestro tono de voz, nuestro volumen de voz, a través de nuestros gestos, de la manera en la que miramos, establecemos un marco desde el que el otro puede comprender cómo debe interpretarse nuestro mensaje. Un mismo mensaje, como por ejemplo, tu jefe diciendo: «¿Este informe lo ha hecho usted?», puede ser interpretado de maneras muy distintas por tu sistema inmunológico mental dependiendo de si lo dice sonriendo o con cara de pocos amigos.

Y la cara de nuestro jefe no sólo nos dice cómo interpretar su mensaje, sino que incluso puede llegar a transmitirnos de manera muy clara lo que piensa y siente por nosotros.

Esta otra información, esta «música» de nuestro mensaje, es tanto o más importante que el mensaje mismo. Porque el sistema inmunológico mental de quien nos escucha está especialmente atento a esta música y, dependiendo de sus acordes, se abre o se cierra a la «letra» de nuestra canción.

Es curioso, pero normalmente las personas no prestamos mucha atención consciente a este nivel de comunicación. Es un nivel que nos influye muchísimo, pero de manera no consciente. De golpe y porrazo estamos discutiendo con alguien y creemos que lo estamos haciendo porque no compartimos las mismas ideas, cuando en realidad estamos en desacuerdo porque no nos gusta cómo nos habla la otra persona e, inconscientemente, reaccionamos a la defensiva.

Por ello muchos conflictos no encuentran nunca su fin: porque las partes tratan de resolver sus diferencias a nivel del contenido (la letra de la canción) y ahí no lo lograrán jamás: el problema no está ahí, el problema está a nivel de la relación (la música de la canción) que establecen las partes con el modo en que se hablan.

De hecho, la mayor parte de las discusiones y conflictos tienen su origen aquí: no discutimos por lo que decimos, sino que en realidad discutimos para lograr afirmar nuestra identidad. Se trata de una lucha inconsciente entre egos que tratan de imponerse, creyendo que sólo pueden sobrevivir si aplastan a los demás.

Los comunicadores del nivel más alto (unos pocos entre miles) son capaces de hacer que sus palabras toquen en el lugar apropiado porque son co...

Índice

• Portada
• Tocar con palabras
• Copyright
• Dedicatoria
• Introducción
• PRIMERA PARTE EL PODER DE TUS PALABRAS
• SEGUNDA PARTE AUMENTAR LA POTENCIA
• TERCERA PARTE DISMINUIR LA RESISTENCIA
• Sumario
• Enric lladó
• Bibliografía
• Notas