Ciencia, ficción y tronos

Una analogía entre contenidos de las ciencias y el Juego de Tronos

Lucas Ballar, Ludmila Cortizas, Ezequiel Irigoyen, Martín Jeannerot

• Editorial: Tercero en discordia
• Año: 2019
• ISBN:
  9789874116291
• Categoría: Literatur
• Categoría: Literaturkritik für Vergleichende Literaturwissenschaft

Esta obra invita al lector a explorar y adentrarse en una serie de análisis y relaciones curiosas que las ciencias pueden aportar a la hora de estudiar la saga Canción de Hielo y Fuego de G. R. R. Martin -más conocida por el nombre Juego de Tronos (Game of Thrones). Esta propuesta pone de manifiesto la certeza sobre la posibilidad de revisar, comparar y diferenciar temáticas actuales con la épica del medioevo, así como personajes, aspectos de la lengua, la estratificación de clases, el rol de la mujer, el pensar de la Iglesia, entre otros, que nos obliga a cuestionar y poner en tela de juicio nuevos aspectos y apreciaciones ante los ojos del público del siglo XXI, para enriquecer la instancia de adquirir nuevas visiones y promover el pensamiento autónomo. Los efectos que ha tenido la serie fueron convocantes, y sin dudas han alcanzado dimensiones inesperadas en diversos países del mundo. De allí que los escritos aquí reunidos representan el interés de establecer analogías y vínculos con contenidos vitales de distintas ciencias en una propuesta científica y pedagógica para toda la comunidad lectora.

Geografía: un arma para el
Juego de Tronos

Cortizas, Ludmila e Irigoyen, Ezequiel

En este capítulo, nos proponemos articular partes de GOT con la Geografía, a través del diálogo entre algunos conceptos muy utilizados en la disciplina geográfica con aspectos relevantes de la serie.

Hace muchos años, distintos autores se preguntaron por el objeto de estudio de la Geografía. Diversos fueron los enfoques que intentaron explicarlo, pero nos interesa particularmente traer aquí el del geógrafo Yves Lacoste (1977), quien en su obra La Geografía: un arma para la guerra, deja entrever un avance en el cambio de paradigma entre una geografía considerada como tradicional y descriptiva, y una nueva geografía. El autor la considera fundamental para conocer el espacio geográfico analizando sus características en relación con la sociedad, para ejercer poder sobre el territorio de un Estado o ganarlo, a través de la guerra. Esta noción nos conecta inmediatamente a luchas por un trono, disputado por varios gobernantes o quienes ostentan serlo, y para las cuales entendemos que el aspecto geográfico resulta interesante de tener en cuenta. Frente a una estrategia, las formas del relieve, el clima, la hidrografía, así como también los principales recursos que se pueden explotar en tal o cual territorio, cómo es la población que lo habita, qué tipos de políticas llevan a cabo los que ejercen soberanía o qué conocimientos científicos o técnicas militares tienen, van a ser primordiales para alcanzar el objetivo. Por eso, insistimos en que la multidimensionalidad de la disciplina va a ser el sustento fundamental en la toma de decisiones y en la construcción del territorio.

A partir de ello, y teniendo en cuenta todas estas dimensiones, trataremos de mostrar un análisis de los tres componentes de uno de los actores sociales primordiales en el despliegue de intereses y toma de decisiones para la construcción de los territorios, el Estado. Por un lado, hablaremos del territorio, su construcción y transformación a través de las distintas relaciones de poder y de la conquista. Sumado a ello, resaltamos la relación centro-periferia entre los reinos del Mundo Conocido formado por Poniente, Essos, Sothoryos y Ulthos. El segundo componente es el gobierno, explicado entre quienes se van a disputar el poder de decisión desde el Estado, desde las monarquías, hasta la religión y los personajes. Y por último, la población, en la que se pondrán de manifiesto las características de las distintas sociedades y culturas de los reinos. Aquí también se analizará el rol del Muro como barrera material ligada a procesos de desigualdad social, dándose un doble proceso, el de fragmentación y segregación espacial, entre los civilizados y los “salvajes”.

El territorio desde un enfoque crítico

Para hablar de territorio, nos parece importante empezar por definirlo, ya que significa un elemento teórico-conceptual relevante en el análisis geográfico. Presenta diferentes interpretaciones y perspectivas, por lo que es imposible dar una definición acabada del mismo. A lo largo de la historia de la disciplina, diferentes conceptos actuaron como nociones clave a la hora de explicitar cómo se entendían las relaciones entre la sociedad y la naturaleza o el medio en el que vive. La geografía como ciencia social tiene al espacio geográfico, resultado de esa relación, como objeto de estudio. De este modo la sociedad va modelando la superficie terrestre, denominada de diversas maneras dependiendo del autor o enfoque que la aborde, como paisaje, región, lugar, espacio y territorio (Blanco, 2007).

El territorio históricamente era considerado el ámbito terrestre delimitado donde el Estado ejercía control y dominio (Escolar, 1993). Pero con los años, en su acepción más generalizada, el concepto de territorio lleva implícitas nociones de apropiación y relaciones de poder, junto con la idea de pertenencia y de proyectos que una sociedad desarrolla en él. En este sentido, en GOT se pueden identificar una multiplicidad de territorios, ya que desde que empezó el mundo, las tribus primitivas que lo habitaban hacían incursiones a su antojo para apoderarse de cuanto deseaban (Martin, García, y Antonsson, 2014). Es decir que desde épocas primitivas y luego con la llegada de los Primeros Hombres a Essos y a Poniente, se experimentaban relaciones de poder a través de conquistas para adquirir nuevas tierras. En consecuencia los actores sociales le otorgaban significado a los territorios, presentados como “campos de lucha” por su apropiación, construcción y transformación.

Si bien el ejercicio de poder, la política y la remisión al Estado están presentes en todas las definiciones de territorio, hay algunas que hacen hincapié en otras dimensiones, como la social y cultural. Las sociedades realizan una apropiación cultural del territorio, lo llenan de sentido a través de relaciones cotidianas y costumbres, como mitos, ritos, sacralizaciones, entre otros. Es decir que se promueve un valor más bien simbólico, relacionado con el sentido de lugar y pertenencia (Nogué, 2010), ya que la sociedad construye espacios a partir de la creación de relaciones sensibles al territorio por medio de la percepción, la observación y la experiencia (Vargas Ulate, 2012). La apropiación del territorio más difundida es la económica, en la que los distintos actores despliegan diversas técnicas o formas de explotación derivadas de sus necesidades y modos de producción (Da Costa, 1995). En otras palabras, el territorio parecería poder controlarse, usarse, aprovecharse como un sustrato material.

De este recorrido podemos intuir —en realidad, ya podemos afirmar— que cuando nos referimos al territorio hablamos de una construcción social, porque a partir de las diversas relaciones sociales se producen nuevas territorialidades. Un ejemplo de ello se visualiza con la llegada de los Primeros Hombres a Essos quienes invaden el territorio de los Hijos del Bosque. Traían consigo nuevas culturas, dioses, distintas formas de desenvolverse1, produciendo una nueva territorialidad y dotando de nuevas costumbres al territorio conquistado. Años posteriores, con la Edad de los Héroes, además de producirse nuevos territorios, se genera un doble proceso de desterritorialización y re-territorialización (Haesbaert, 2011), ya que caen reinos e imperios y nacen otros, de la mano de la conquista (Martin, García y Antonsson, 2014).

De esta manera, se van construyendo las distintas regiones (o continentes) del Mundo Conocido, llamadas Poniente, Essos, Sothoryos y Ulthos2 (Ver mapa). Están constituidas por diversos reinos, y en ellos ciudades. Poniente es el continente occidental que estaba dividido en un principio en varios reinos independientes hasta su unificación durante la Guerra por la Conquista de los Targaryen. Después de esta se distinguieron dos grandes regiones, una que estaba bajo el mando de la Casa Targaryen en lo que se conoce como los Siete Reinos, formado por El Norte (vasto, frío y pedregoso), las Tierras de los Ríos, el Valle de Arryn, las Islas del Hierro, las Tierras del Oeste (ricas en oro, regidas por los Lannister de Roca Casterly), El Dominio (fértil, habitado por los Gardener de Altojardín), las Tierras de la Corona, Tierras de la Tormenta, y Dorne (desiertos dominados por los Martell); y la segunda la conforman las tierras Más allá del Muro, el territorio más nórdico del mundo. Estas son tierras salvajes y desconocidas, su clima es hostil y crudo sobre todo en el extremo norte de las Tierras del Eterno Invierno. En ellas residen un gran número de Salvajes o también llamado Pueblo Libre, quienes se agrupan en pequeñas aldeas y se congregan en tribus.

Por su parte Essos, el continente de mayor superficie, se encuentra al este de Poniente y al norte de Sothoryos y reúne una vasta cantidad de regiones, algunas de las cuales están agrupadas en coaliciones de ciudades. Entre estos conglomerados están las Ciudades Libres, Pentos, Braavos, Lys, Qohor, Norvos, Myr, Tyrosh, Volantis, Lorath, Bahía de los Esclavos, Astapor, Yunkai, y Meereen. Otros lugares notables son el Mar Dothraki, Qarth, Valyria, entre otros.

El continente de Sothoryos se encuentra al este de Poniente y las Islas del Verano, y al sur de Essos. Es un continente de gran superficie, y presuponemos que podría compararse su tamaño al del continente africano. En gran parte está inexplorado, por eso poca información se tiene de él, al igual que de Ulthos (ubicado al sur de Essos y al este de Sothoryos) que es el menos conocido, se encuentra cubierto por un denso bosque, y algunos sostienen que es tan grande como Poniente, mientras otros dicen que es una gran isla (sus límites son desconocidos).

Enfoque centro-periferia

No solo el territorio es un concepto que se fue construyendo a lo largo del tiempo, sino que también el enfoque centro-periferia supone categorías históricas porque han sido producidas en un determinado tiempo y espacio, y constituyen herramientas de análisis que pueden ser útiles para interpretar y explicar las relaciones de los reinos presentes en la serie. En una primera instancia, la relación centro-periferia es asimétrica y meramente económica, depende de la brecha de productividad entre dos territorios, teniendo en cuenta el tipo de comercio que se establecía entre ambos polos de la economía mundial (Gabay, 2004). Pero también hay otros puntos de análisis para aplicar este enfoque y tienen que ver principalmente con la brecha social y las relaciones de poder que pueden darse entre países.

En el caso de la serie, se pueden visualizar una serie de diferencias entre los reinos. Po...

Índice

• 1_preliminares
• 2_introduccion
• 3_Geografia
• 4_Literatura_de_tronos
• 5_Rompiendo_el_muro
• 6_Laboratorio_de_tronos
• 7_Reflexiones_finales
• 8_Bibliografia
• 9_Autores