Alicia y su viaje hacia el fin del mundo
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Alicia y su viaje hacia el fin del mundo

  1. 106 páginas
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Alicia y su viaje hacia el fin del mundo

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Información del libro

En el año 2048 cuando la actividad humana está agotando los recursos naturales, y la mayoría de las especies de flora y fauna se han extinguido, dos viajeros del tiempo llegan a la Tierra, uno de ellos una testaruda adolescente enfrentará a una humanidad apática y a una perversa corporación extraterrestre con el fin de convencer a los últimos líderes del mundo de que el final de los tiempos ha llegado.

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Información

Editorial
Hipertexto
Año
2016
ISBN
9789584679949
Categoría
Literature
V
Una lluvia torrencial cae sobre el mar Caribe, nubes negras se divisan desde la central de mando de las fuerzas de seguridad. En las costas, varios ingenieros luchan por restablecer el sistema de computadores, eliminando el último virus informático lanzado por el grupo Anonymous, la página virtual de la convención del cambio climático fue bloqueada y su entrada principal está repleta de arengas sobre la
inutilidad de la última reunión.
Las imágenes del sistema de metros y trenes de México conforman una compleja red de transportes urbanos que unen las ciudades, posee una red de centros de mando, llena de operarios por todo el Estado, con miles de pantallas holográficas y mapas satelitales guiados por poderosos sistemas, cada tren es controlado por un piloto automático y —como medida de seguridad— un técnico de sistemas viaja en cada tren. Diez naves arpías, a gran velocidad, rodean el vagón donde fue detectada la sospechosa, la graban con sus cámaras de video.
– Mira chava, ya están aquí, le dice el chico a Alicia, ella cierra los ojos, le dice “duérmete” y le da un apasionado beso francés.
Su mente viaja a dos céntimos por segundo hasta las diez naves de las fuerzas de seguridad, allí ingresa a las mentes de los alienígenas que las manejan, escucha sus comunicaciones y se introduce en el software, “el metro se direcciona por la ruta 145 hacia Acapulco, tiempo de llegada: diez minutos”; por instinto, sigue la ruta hacia la central del circuito cerrado de televisión, entra a los archivos, encontrando la llamada de líder Olaf, encuentra una video llamada y hace un nuevo archivo, manipula cada sílaba de su discurso formando otro a su antojo, se dispara una video llamada falsa en la central de monitoreo, el encargado lo ve y corre a contestar.
“Buenas tardes, joven necesito que las naves regresen a la base inmediatamente se suspende la misión”, el joven encargado, “como ordene jefe”, dice dudando y le suma a lo que le dijo: “En unos instantes, volveré a llamar para dar nuevas instrucciones”.
Se corta la comunicación, el joven duda, mientras otros operarios que están viendo más pantallas lo observan. “Qué raro, no usó los protocolos de seguridad de siempre” dice y otro operador le marca una video llamada teléfono de seguridad a la que Olaf contesta, desde su avión rumbo a Acapulco, “habla Olaf, ¿qué pasa?” responde, a lo que el operador le comenta: “es que quería comprobar su anterior video llamada para cancelar la misión de la captura de la chica”, le responde Olaf, “estás loco, yo no he llamado a nadie”, el muchacho se extraña, “mira, ten cuidado, de alguna forma ella manipuló las comunicaciones para que escucharas eso, continúa con la misión, solo yo puedo autorizar eso por este teléfono de seguridad y por los protocolos de seguridad que conoces, fuera llamada”, y corta la comunicación. Desde el avión Olaf observa como unos nubarrones se acercan y llueve por encima de ellos, se puede ver llover sobre el techo de cristal de su nave personal.
Alicia escucha, detecta los mapas vía GPS y puede ver a dónde va el líder de los Nórdicos, ingresa al software de la compleja red de trenes de México; se apagan las pantallas de ese centro de control de trenes y se desconectan de las de todo el país, el joven, que acaba de colgar la video llamada, ve como todos sus computadores se quedan con la pantalla bloqueada, se encienden unas luces de seguridad.
– ¿Qué demonios?, dice asustado un operario en la central de monitoreo. Toda la red de trenes de México que se comunica con los estados de América del Norte y Estados Asociados colapsa, todas las rutas sistematizadas abandonaron, hace lustros, el manejo por pilotos humanos. Alicia arma un cambio de ruta total, únicamente su tren va hacia donde ella quiere, las naves arpías, que la siguen de cerca, la ven ingresar a un túnel subterráneo.
Miles de pasajeros se quedan varados en la mitad de las vías férreas, y otros metros cambian de rutas, la mayoría de trenes se detienen. Ella se dirige hacia el centro de la ciudad, luego ingresa a los sistemas de comunicaciones y llama al mismísimo Olaf, su teléfono de seguridad le suena.
– Habla Olaf.
Y en la pantalla aparece su mismo rostro, con su voz dando un comunicado.
– ¿Sabes qué? ¡No me vas a impedir hablar con los líderes del mundo! Ellos tienen que escucharme, toda esa basura de carrera armamentista tuya, la muerte de mis padres en las manos de tus rufianes… no vas a impedir que sepan la verdad, todas las patentes de tu compañía, y la forma tan vulgar como usaste los inventos de mi padre, todo eso lo van a saber, tengo que hacerlos tomar conciencia de lo que va a pasar y no lo vas a impedir.
El gigantesco alienígena, escucha asombrado y le responde: “¡Jovencita!, no puedes pensar que ese inventito de tu padre iba a ser usado solo para el bien del mundo, por favor, no seas tan patética, lo mismo hubieran hecho con la energía atómica, personas como tú detienen el progreso”, dice el alienígena.
“El lamentable accidente de tu padre, es un incidente que ya quedó aclarado, los hermanos mayores y nuestro pueblo pactamos con ellos el perdón y el olvido, por eso no te hemos atacado, solo queremos hablar contigo, no confundas las cosas más de lo que podrían estar, sabemos dónde está tu tutor, conocido como ‘el maestro’. Los seres humanos hacen esta convención para llegar a un acuerdo contra el cambio climático, ¿no es lo que quieres? Aunque los dos sabemos que es inútil todo esto, no es más que demagogia, jamás llegarán a un acuerdo, los seres humanos, son demasiados egoístas para eso. Es inútil nadar contra la corriente, detén la inútil revolución que intentas, o no, ¿sabes qué? Haz lo que quieras, igual no te van a escuchar”. La chica guarda silencio, “tal vez tengas razón, te espero en la entrada del Centro de Convenciones, en quince minutos, me voy a entregar”, Olaf acepta receloso y se corta la comunicación.
El grupo “Anonymous” está reunido en una sala de chat de parejas, una sala privada de sexo bizarro; el grupo está hablando de que un joven y otros miembros que militaban con ellos fueron aprendidos por las autoridades de la policía privada, también hablan de que la convención está llena de mentiras, los intereses económicos han llevado a que solo sea para que el público crea que se está haciendo algo por el cambio del clima, pero está manipulada por los alienígenas de la perversa corporación, los mismos tienen controlado todo para que el mundo siga dependiendo de ellos.
El mundo tiene ahora nueve mil millones de personas, la población en gran parte emigró a las ciudades, y la demanda energética creció a niveles colosales para hacer prácticamente todo, se necesita gran cantidad de energía proveniente del carbón y del petróleo para purificar el agua que cultiva los alimentos, para transportarlos, para llevarlos donde el consumidor, y este necesita transportarse para comprarlos, energía para llegar a su trabajo, para cocinar en su hogar, para distraerse viendo televisión o para laborar en sus computadores.
Ellos llegaron a abastecer un tercio de la energía del planeta con su corporación, la cual comenzó vendiéndole a los dos tercios del mundo armas de última tecnología para que se matasen entre ellos. Este era un gran negocio, pero al unificarse casi todas las razas del mundo en naciones más simples y gigantes, todas las guerras se acabaron, hasta las pequeñas, como las de los pequeños estados de Palestina e Israel, que lograron solucionar sus disputas, creándose necesidades de transporte y de abastecimiento energético, que ellos, la corporación Army Capital Inc, vende a precios altos; además, la perversa corporación tiene el monopolio de los derechos de autor de todas las semillas del mundo, cada persona que siembre, debe pagar un alto costo a unos alienígenas por poder hacerlo, y cada ser humano de la tierra les paga entonces por comer, entonces millones de personas sumidas en la pobreza no pueden pagar y fallecen en apocalípticas hambrunas.
Los grupos que luchan por intereses particulares, como Greenpeace, que protesta por injusticias como la destrucción ecológica del mundo, la perversa corporación los ha hecho ser considerados como terroristas, los volvió ‘amotinadores’ para el público, tras denuncias del grupo ecológico sobre las gigantescas hectáreas de tierras de cultivo que la perversa corporación compró en países pobres para sus grandes proyectos agropecuarios, el resultado: millones de personas desplazadas, y millones de toneladas de alimentos que todos los días salen en enormes naves hacia su luna ‘Ganimedes’, sin regalar ni un ápice a los millones de personas —en los mismos países donde ellos cultivan— que mueren de hambre y sed.
Tierras que militarizaron con sus propios guardas de seguridad, quienes disparan a matar a cualquier hambriento que se acerque; haciendas que no pretenden entregar nunca, cuyos títulos de propiedad están en sus oficinas centrales, en sus ostentosas y gigantescas torres en Nueva York. Así es que el grupo de piratas informáticos hará su último ataque para hacerse escuchar; otro virus bomba, un gusano informático tan destructivo como el SIDA, saltará de sistema en sistema como una semilla, como una bomba fósforo, lanzando otros pequeños virus informáticos que quedarán escondidos en todas las carpetas y subcarpetas existentes de los sistemas del mundo que dirijan alguna petición al satélite, colapsando así el poderoso satélite de la corporación Army Capital Inc, y cerrando su -tal vez- última junta.
Una lluvia densa se acaba de apoderar de la ciudad de Acapulco, todos los invitados en la plazoleta deben ser ubicados dentro del complejo turístico, en un centro de convenciones que tiene capacidad para cinco mil personas. Afuera, las protestas fueron acalladas a punta de proyectiles, de gas lacrimógeno y del nuevo gas
nanotecnológico que hizo que algunos grupos de personas abandonaran la protesta y se fueran a sus casas a beber cerveza y ver televisión. Muchas personas quedaron arrestadas, las redes sociales han sido bloqueadas por el gobierno, por orden de Olaf, como medida preventiva mientras termina el evento.
Además, como medida de seguridad, dos líderes de la protesta fueron aceptados en la convención, y se les darán quince minutos para exponer sus puntos de vista y cualquier cosa que deseen decir, una líder indígena, oriunda de las tribus amazonas y otra del África.
El presidente de los países asiáticos saluda y da un discurso a todos los invitados, en el que hace un póstumo homenaje a los miles de fallecidos debido al cambio climático de la última década, en Asia debido a los tifones, en África por las sequias, en América del Sur por las lluvias salvajes que inundaron países enteros, en América del Norte por las súper tormentas que destruyeron muchas vidas, en América Central por los huracanes, todos problemas que asegura serán resueltos con nuevas tecnologías energéticas y de seguimiento de desastres naturales.
Mientras los servicios de inteligencia de las fuerzas de seguridad alertan sobre una joven adolescente considerada terrorista, de extrema peligrosidad, cuya foto está siendo distribuida, a todas las fuerzas de seguridad en la convención, en la ciudad; cada uno de los guardas de seguridad y la policía tienen un video teléfono tan delgado como una tarjeta, donde se les envía la foto de la chica.
Al mismo tiempo, en el espacio, en la estación ‘Pterevek’, llega un mensaje en forma de correo electrónico a tres astronautas, uno de origen ruso, otro asiático y uno más norteamericano, se encuentran en sus tareas de rutina. El asiático observa, en una gigantesca ventana, los cambios de clima en la atmósfera, anotando todo en el teclado táctil de la pantalla de su tableta; el ruso arregla unos cables debajo de una mesa llena de pantallas mientras sus pies flotan; el norteamericano come, acercando bolsitas plateadas a su boca, también chatea con una chica morena, ella le dice
en el chat que le va a enviar un video muy caliente, él le manda besitos y le dice que le mande lo que quiera ‘mi amor’, el computador acepta el mensaje y de repente las ventanas alertan de un posible virus, el norteamericano se acerca más a la pantalla, observa el mensaje, un letrerito en la pantalla que le pregunta si acepta o no el mensaje que viene desde Brasil, ‘Garottas, hot free show, lesbian girl’, el norteamericano se ríe. “ha, ha, ha. Sex free, ¡mami, qué rico!”, y decide aceptar dándole la instrucción a la computadora: “aceptar mensaje, abrir mensaje”, el sistema lo abre y un rostro como el de la película “V” de Venganza entra en la pantalla con un comunicado, pero nadie lo ve, el norteamericano, lo quita de la pantalla para ver sus show de lesbianas, mientras el astronauta asiático, observa la formación de un huracán de extensiones apocalípticas en el mar Caribe, que avanza hacia el Golfo de México, Lee manipula la videocámara externa de la estación espacial, al tomar el video que está grabándose, las comunicaciones se bloquean, el virus de algún hacker ha entrado en su sistema.
“Es increíble, este monstruo se formó en tan solo unos minutos”, dice el asiático mientras hace un acercamiento con la cámara del satélite y observa a los dos barcos, el asiático y el gigantesco buque de guerra atómico ruso, que son absorbidos por el huracán. ‘¡No puedo creer lo que estoy viendo! ¡Dimitriv, Patterson!’, los otros astronautas se acercan al llamado de su compañero, Patterson se acerca de mala gana, le da un besito a su amiga del chat; “¡Miren!”, les dice el asiático y les devuelve el video que grabó del evento, las nubes forman círculos de varios kilómetros en minutos, se acercan a los poderosos navíos y de repente ya no están. Los tres hombres se miran sorprendidos, “¡es el buque atómico más grande de la Federación Rusa y se acaba de hundir! Tiene dos reactores atómicos de última generación, no creo que pase nada, nuestra tecnología impedirá alguna eventualidad, pero toca informarle a los altos mandos militares”, dice Dimitriv mientras ellos observan el evento. En la pantalla del computador del norteamericano, un rostro maligno se asoma, el virus se instaló en las redes de la estación espacial con éxito, entrando de allí al satélite y dejándolo en manos del gusano informático.
El astronauta ruso toma su computador e intenta comunicarse con su contacto en México, pero no es posible la comunicación, “esto está muerto”, dice muy preocupado. Toma otro computador e intenta nuevamente, escribe un correo agregando el video del hundimiento e intenta enviar el correo, pero en la pantalla del computador le surge un aviso acerca de un error en los servidores. Sus dos compañeros se dan cuenta e intentan ingresar a sus cuentas de correo electrónico, pero todo se ha bloqueado. Vuelven a la ventana y observan cómo avanza el huracán, “este tifón es lo mínimo que puede pasar ahora”, dice Dimitriv, el astronauta ruso, “es posible, que los reactores hagan fusión”, enfatiza él.
Los tres se miran preocup...

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