La conexión emocional
eBook - ePub

La conexión emocional

Formación y transformación de la forma que tenemos de reaccionar emocionalmente

  1. 320 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

La conexión emocional

Formación y transformación de la forma que tenemos de reaccionar emocionalmente

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

¿Por qué ciertas personas reaccionan con seguridad y energía ante las dificultades, mientras que otras reaccionan con sentimientos de pequeñez y desánimo? Y lo que en la práctica es aún más importante, ¿cómo podemos cambiar esta manera involuntaria de reaccionar emocionalmente?El cerebro de los humanos ha evolucionado (neuronas espejo) para poder trabajar en red con otros cerebros a través de la conexión emocional, cosa que posibilita el fenómeno de yo siento que tú sientes lo que yo siento. Esta capacidad de sentir lo que el otro siente es la herramienta más eficaz que tenemos para acceder a nuevas maneras de reaccionar emocionalmente.Ramon Riera, médico-psiquiatra y psicoanalista, recoge en La conexión emocional, con numerosos ejemplos y anécdotas, su experiencia de más de treinta años trabajando como psicoterapeuta para ayudar a sus pacientes a cambiar su manera de sentir. Asimismo, nos explica aquellas investigaciones recientes (en psicoanálisis, neurociencia, biología de la evolución, investigación en primera infancia, etc.) que le han ayudado a entender de forma más eficaz a sus pacientes. Todo ello va dirigido a un público no especialista, siguiendo aquel aforismo que se atribuye a Einstein que dice no entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a La conexión emocional de Ramon Riera i Alibés en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Psicología y Emociones en psicología. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2017
ISBN
9788499216423
Edición
1
Categoría
Psicología

1. Para situar al lector antes de empezar

Una de las ideas centrales de este libro es que para entender mejor la forma de sentir y pensar de una persona hace falta situarla en su contexto: predicando con el ejemplo, en este primer capítulo explico el contexto de donde han salido los pensamientos que el lector se encontrará en las páginas posteriores. A partir de mi experiencia en ayudar a mis pacientes a cambiar he constatado que la conexión emocional, es decir, la actitud empática del entorno, es lo que determina qué podemos llegar a sentir y qué quedará fuera de nuestra experiencia emocional. Se presenta un ejemplo que ilustra cómo ciertas actitudes emocionales de terceros nos ayudan a sentir de una forma u otra. Los humanos estamos genéticamente diseñados para regular nuestras emociones a través de las relaciones.
Hace treinta años que trabajo como psicoterapeuta, es decir, llevo treinta años aprendiendo de mis pacientes cuál es el funcionamiento de los humanos, qué nos causa sufrimiento emocional y, lo que es aún más importante, cómo podemos cambiar para aliviar el sufrimiento psíquico para poder disfrutar más la vida. Obviamente, los pacientes buscan un alivio de su sufrimiento emocional, en otras palabras, buscan cambiar su forma de sentir. Consecuentemente, el cómo cambiar psíquicamente, el cómo sentir de otra forma (sentir menos ansiedad, menos inhibición, más ilusión, más esperanza, etc.) es un punto central en cualquier tratamiento psicológico. Durante todos estos años he estudiado mucho aquellas fuentes que me han parecido útiles para entender mejor a mis pacientes y, especialmente, para ayudarlos a cambiar.
Sin lugar a dudas, el psicoanálisis ha sido la perspectiva que más útil me ha parecido y, por ello, es la que más a fondo he estudiado. Como solemos hacer los profesionales del psicoanálisis, yo mismo he pasado por un tratamiento de psicoanálisis personal, he supervisado a mis pacientes con analistas con más experiencia y he estudiado a fondo las distintas teorías psicoanalíticas. Ha sido la experiencia con los pacientes, no podría haber sido de otra manera, más concretamente la experiencia de qué les ha resultado útil y qué les ha complicado la existencia, lo que ha provocado que haya dejado de basarme en ciertas teorías y me haya dedicado a estudiar otras.
El libro que tenéis en las manos es mi intento de explicar, de forma sencilla y a un lector no necesariamente especialista, lo que he ido aprendiendo durante estos treinta años sobre cómo sentimos los humanos, de qué depende nuestra forma de sentir, cómo se interrelacionan nuestras predisposiciones constitucionales con las experiencias que hemos ido viviendo desde niños (la interacción naturaleza-cultura), y cómo podemos cambiar nuestra forma de sentir. No es un libro de autoayuda, entendiendo por libro de autoayuda aquél que nos brinda consejos y soluciones. Es solo la recopilación de mi experiencia. A pesar de ello, no hace falta mencionar que me encantaría que la experiencia que quiero compartir suscitara el interés del lector y le resultara útil de un modo u otro.
Aunque mi formación de base es psicoanalítica, a menudo me ha resultado útil estudiar otras disciplinas, como las neurociencias, la biología de la evolución o la investigación en primera infancia, entre otras. Poco a poco, los psicoanalistas estamos aprendiendo a contrastar nuestras teorías con otras disciplinas y a emplear conocimientos y descubrimientos de otras disciplinas como punto de partida para nuestras investigaciones. En este sentido, el lector encontrará también en este libro un poco de información sobre cómo procesa nuestro cerebro las emociones (neurociencias); sobre cómo hemos evolucionado los humanos a partir de nuestros antepasados, es decir, de los primates en general y de los grandes simios en particular (biología de la evolución); y sobre cómo empieza a relacionarse el bebé con los adultos que lo rodean y cómo a partir de estas relaciones tan tempranas el pequeño empieza a aprender qué puede esperar de los otros y qué puede esperar de sí mismo (investigación en primera infancia).
A mi parecer, la psicoterapia es una carrera de fondo. En el terreno de las emociones los cambios se producen con lentitud. Desde niños aprendemos qué podemos sentir y qué sentimientos, en cambio, no serán bien recibidos por parte de nuestro entorno y, por lo tanto, deberemos esconder, con frecuencia, hasta a nosotros mismos. Hay también otros sentimientos a los que no tenemos acceso: son emociones que no sabemos si existen, por la sencilla razón de que son sentimientos que nunca han circulado en el mundo en que hemos vivido (nuestra familia, nuestros amigos, nuestra cultura). Por otro lado, en función de nuestra programación genética y de cómo la experiencia ha ido organizando la anatomía de nuestro cerebro, podemos tener cierta predisposición a sentir determinadas emociones. La forma en que hemos aprendido a sentir no será fácil de cambiar.
A veces, los psicoanalistas no podemos ayudar mucho, pero en situaciones límite una mínima ayuda puede significar mucho: una simple botella de agua en el desierto puede ser una cuestión de vida o muerte. A menudo, en el trabajo con pacientes pasamos por periodos de estancamiento, o incluso de empeoramiento, y finalmente descubrimos que se trata de estaciones de paso inevitables para llegar al final deseado. Sin embargo, estos retrocesos también pueden ser indicadores de que nos estamos equivocando, por ejemplo, porque estamos malinterpretando al paciente. Otras veces suponemos que una idea brillante que se nos ha ocurrido le ha resultado muy útil a un paciente, mientras que, en realidad, lo que le ha ayudado es que lo hemos escuchado con mucho interés.
En resumen, generalmente la tarea de conseguir cambiar la forma de sentir de los pacientes es lenta y dificultosa, pero también es verdad que en determinadas ocasiones, aunque no en muchas, una pequeña observación desde la perspectiva del terapeuta puede desencadenar una secuencia de cambios de gran trascendencia para el paciente. Me gustaría resaltar que los factores que determinan la forma particular de cada uno de vivir las emociones es el resultado de un proceso muy complejo y que, por ello, hay que recorrer también un camino muy complejo para llegar a descubrir en qué consiste esta forma de sentir. Los terapeutas, como cualquier otro profesional, necesitamos sentirnos útiles y eficientes en nuestro trabajo y, a veces, esto nos impulsa a tener demasiada prisa para llegar a conclusiones.
Lo que más valora un paciente de un terapeuta es que éste sea honesto, que tolere la incertidumbre de no saber y la vergüenza de equivocarse, y que también sea capaz de mantener de forma auténtica y sin simulaciones una actitud de interés y de esperanza en el cambio. Este libro pretende ser coherente con esta convicción: lo que más agradecerá el lector es que se haya escrito desde la autenticidad, a partir de mi experiencia durante estos treinta años de ejercicio profesional y con la idea de no ofrecer ni simplificaciones engañosamente seductoras para el lector, ni determinadas teorías clásicas que suelen darse por ciertas pero que en mi experiencia particular no han demostrado ser útiles.

Un poco de historia personal

Un poco de mi historia personal ayudará al lector a entender mejor de dónde surge todo lo que iré explicando. De hecho, esta es una de las ideas que repetiré varias veces a lo largo de estas páginas: para entender mejor la forma de pensar y de sentir de una persona es preciso empezar por situarla en su contexto.
Estudié medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona. Tuve la suerte de que en el año 1970, cuando empecé, la Facultad de Medicina de la Autónoma acababa de nacer. Mi curso fue la tercera promoción de la Facultad. No éramos muchos en clase, la mayoría de los profesores empezaban su nueva tarea con ilusión, y lo que era aún más importante, desde primer curso ya teníamos contacto con pacientes.
Mientras estudiaba medicina empecé a sentir un interés progresivo por la psiquiatría, así que, cuando terminé, me especialicé en psiquiatría en el Servicio de Psiquiatría Infantil que el Dr. Josep Tomás dirigía en el Hospital antiguamente llamado Francisco Franco (el actual Hospital Vall d’Hebron de Barcelona). Por aquellos tiempos la psicofarmacología apenas se utilizaba en psiquiatría infantil (a diferencia de lo que sucede actualmente), de modo que enseguida me fui centrando en la formación en psicoterapia.
Poco después de terminar la especialidad empecé la formación en psicoanálisis con Ferran Angulo, quien por aquel entonces era el jefe del Servicio de Psiquiatría del hospital Sant Joan de Déu. Angulo era un hombre carismático que causaba una gran impresión en los jóvenes que, como yo, estábamos interesados en formarnos como psicoanalistas. Él se había formado en la Sociedad Psicoanalítica de París y se relacionaba a menudo con analistas de la denominada Escuela de Psicosomática de París. Muchos de ellos visitaban Barcelona con frecuencia, donde impartían clases y seminarios. Quedé absolutamente deslumbrado.
Era una época en que muchos psicoanalistas de Argentina llegaban a Barcelona, huyendo de la terrorífica persecución de las dictaduras militares. De esta forma, alrededor de Angulo se empezó a crear un círculo de analistas argentinos de gran valor. Empecé mi análisis personal con uno de ellos: Valentín Barenblit, un hombre entrañable con quien me psicoanalicé durante nueve años, acudiendo a su consulta tres veces a la semana. Me ayudó mucho. Para el lector que esté poco familiarizado con este ámbito, diré que el análisis personal es uno de los tres pilares básicos en la formación de un psicoanalista. Los otros dos pilares son los seminarios teóricos y la supervisión de pacientes con analistas que cuenten con más experiencia.
Tuve la gran suerte de vivir la eclosión de Internet en los años noventa, cosa que me permitió poder seguir el desarrollo de las distintas perspectivas psicoanalíticas que iban surgiendo en todo el mundo. Enseguida sentí un especial interés por algunos grupos psicoanalíticos norteamericanos. Empecé a asistir a los seminarios que organizaban, a participar en congresos y a invitarlos a impartir cursos en Barcelona. Muchas de las ideas que aquí expreso han surgido de mi interacción con algunos de ellos.
A menudo, la imagen que se tiene a nivel popular del psicoanálisis es de algo que sólo practican los intelectuales esnobs y algo raros. Existe la creencia de que el psicoanálisis está más presente en las películas que en la realidad cotidiana. «Yo creía que esto del diván sólo salía en las películas», me dijo en una ocasión un paciente al entrar por primera vez a mi consulta. Espero que este libro ayude al lector a formarse una idea más precisa de cómo trabaja un psicoanalista y de cómo afronta el sufrimiento emocional de la gente corriente.
También está bastante extendido el malentendido de que las personas que siguen un tratamiento psicoanalítico son intelectuales con ansias de conocer su inconsciente; en realidad, las personas que invierten tiempo (y también dinero) en seguir un tratamiento psicoanalítico es porque sufren emocionalmente y, finalmente, terminan descubriendo, a veces tras haber probado otras alternativas, que conocerse a uno mismo es una forma muy razonable, o de sentido común, para combatir el dolor mental.
En mi opinión, la comunidad psicoanalítica ha tenido múltiples dificultades para criticar y renovar aquellas teorías clásicas que en la práctica no se han confirmado. Seguramente a ello se debe la existencia de la visión generalizada del psicoanálisis como algo anticuado o esotérico. Espero poder mostrar, a través de los numerosos ejemplos de mi práctica cotidiana, que lo que sucede en una psicoterapia es algo perfectamente razonable y comprensible sin necesidad de recurrir a especulaciones alejadas de la experiencia.
Por este motivo, he querido empezar explicando que lo que se relata en este libro es el resultado de mi práctica cotidiana con mis pacientes: las muchas horas al día durante muchos años escuchando a pacientes, que me ha proporcionado una perspectiva de cómo funcionan los humanos, junto con las muchas horas de estudio buscando la mejor forma de entenderlos y de ayudarles a cambiar, es lo que ha forjado mis convicciones sobre qué teorías encajan con la experiencia y qué especulaciones resultan poco útiles. Lo que el lector encontrará a continuación es, en definitiva, el resultado de mi experiencia.

Algunas nociones básicas sobre qué es una psicoterapia

Antes de adentrarnos en lo que he aprendido sobre el mundo emocional de los humanos, querría que el lector poco familiarizado con el trabajo de psicoterapeuta que realizo se haga una idea de en qué consiste. De esta forma, entenderá mejor de dónde he sacado todo lo que cuento. Para empezar, explicaré brevemente y a nivel práctico qué es una psicoterapia: hablaré de qué se suele hacer en una sesión, con qué frecuencia, cuándo se utiliza el diván y cuestiones similares. A continuación expondré por encima y mediante un ejemplo para qué sirve una psicoterapia y de qué forma ayuda al paciente a cambiar psíquicamente.
En primer lugar diré que, en una psicoterapia de orientación psicoanalítica, paciente y terapeuta se reúnen para hablar. Freud definió la terapia psicoanalítica como la «cura por la palabra», expresión que en inglés (talking cure) ha adquirido gran popularidad. En las primeras sesiones, los psicoanalistas solemos explicar al paciente que es muy importante que hable de lo que le pase por la cabeza y que intente prescindir de si lo que dice quedará bien o mal, o de si puede parece absurdo o no. Freud fue el primero en servirse de este sistema, que bautizó con la expresión «asociar libremente».
Yo, particularmente, suelo insistirle al paciente sobre la libertad de comentarme si se siente entendido por mí o no. Me gusta añadir que la cuestión de poder expresarse libremente es más fácil de decir que de poner en práctica y que, en todo caso, conseguirlo dependerá en gran medida del clima que seamos capaces de crear entre nosotros. Comento que nuestro objetivo es precisamente conseguir crear un tipo de atmósfera donde el paciente pueda expresar lo que siente con la máxima libertad. También digo que para poder entender mejor sus síntomas, es decir, su sufrimiento emocional, necesitaremos acceder a sensaciones que tal vez le hayan pasado desapercibidas durante su vida y que ir tirando del hilo de las cosas que se le van ocurriendo libremente es el único modo de llegar a los sentimientos que por algún motivo han quedado aparcados.
Dado que los cambios en nuestra forma de reaccionar emocionalmente se producen con lentitud, la psicoterapia requiere de un trabajo a largo plazo que debe ser continuado en el tiempo. Una terapia suele durar varios años y suele constar de una o más sesiones semanales. Se organizan unos horarios fijos que se repiten cada semana, de modo que se establece una regularidad y c...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portadilla
  3. Portada
  4. Créditos
  5. Dedicatoria
  6. Cita
  7. Prólogo
  8. 1. Para situar al lector antes de empezar
  9. 2. El sentimiento de uno mismo
  10. 3. La memoria de las emociones
  11. 4. La intersubjetividad
  12. 5. Un poco de prehistoria de las relaciones
  13. 6. Cómo nos vinculamos los humanos
  14. 7. Un poco de neurociencia aplicada a las relaciones humanas
  15. Acerca del autor
  16. Índice