SEGUNDA PARTE
Casos de negocios musicales en el Perú
Capítulo 4. Antonio Huamaní, un luthier apasionado que aprendió solo
Casi veinte años atrás, Antonio Huamaní construyó su propia guitarra porque él no podía comprarse una. Hoy, se dedica a la fabricación de instrumentos de cuerda como guitarras acústicas, electroacústicas, eléctricas, charangos, vihuelas, mandolinas y bajos. Realiza actividades con la carpintería para la construcción de escenografías para teatros y filmaciones. También ha fabricado instrumentos para reconocidos artistas peruanos como Gian Marco, William Luna, Lucho Quequezana, entre otros. Piensa en asistir al National Association of Music Merchants (NAMM), espectáculo en Estados Unidos para exponer sus instrumentos en un foro mundial.
4.1 SUS INICIOS
Nació en 1966 y dejó Huamanga, su ciudad natal, a los 14 años para terminar sus estudios escolares en el colegio nacional Guadalupe de Lima. Antes de aprender el arte de ebanistería, estudió computación. Por su pasión por la música empezó a fabricar instrumentos de cuerdas, sin pensar que tiempo después viviría de esta actividad y sería su principal línea de negocio.
Todo comenzó cuando, a finales de la década de 1980, quiso aprender a tocar el bajo eléctrico. Como no tenía recursos económicos para adquirirlo y así poder practicar los temas que iba aprendiendo, construyó su propio bajo. Ya tenía un conocimiento práctico de carpintería, y con el tiempo descubrió que su destreza en la música no estaba relacionada precisamente con la ejecución. A los 16 años se contactó con un fabricante artesanal para que le enseñe a construir guitarras. Así, tomó clases todos los fines de semana durante un mes. Al finalizar las lecciones, continuó aprendiendo sobre los instrumentos musicales y, con la ayuda de revistas y libros, se convirtió en un autodidacta.
Años más tarde, Antonio se formó como ebanista en el Centro de Educación Técnico Productiva Promae, en el distrito del Rímac. Esto potenció su capacidad para construir guitarras, pues aprendió a distinguir e identificar muy bien las maderas, sus características, la acústica propia de los instrumentos y, como consecuencia, las propiedades que aplica a la construcción de los instrumentos que fabrica y los sonidos que producen.
En 1997, empezó a fabricar guitarras e instrumentos afines como charangos, pero nos reveló que conforme ganaba experiencia tuvo altas y bajas debido a la apertura de los mercados en el Perú —la economía liberal desarrollada en el gobierno del presidente Fujimori que permitió la importación de instrumentos musicales, entre otros bienes, con menores aranceles de importación—. Así, se dejaron de fabricar guitarras y bajos eléctricos en el país porque la calidad e imagen de las marcas internacionales, como Fender, se posicionaron en el mercado peruano. Desde esa fecha, no ha vuelto a producir grandes cantidades de ese tipo de instrumentos electrónicos. Se dedicó a la fabricación de instrumentos acústicos y, ocasionalmente, guitarras y bajos eléctricos —solamente por pedido—. Es indudable que la producción de Antonio —quien más que un productor en masa es un artista— no se caracteriza por el volumen, sino por la calidad de sus instrumentos.
Sus instrumentos y servicios tienen precios altos que no están al alcance del público en general, pero tiene demanda entre los músicos profesionales y su necesidad de adquirir instrumentos de buena calidad sonora. No solo fabrica instrumentos nuevos, sino también se dedica al mantenimiento, reparación, afinación, calibración y demás servicios relacionados, siendo estos los trabajos en los que invierte más tiempo y le producen mayores ingresos económicos. Antonio dedica el 70% de su tiempo al mantenimiento de instrumentos de cuerda, los cuales oscilan entre 20 y 30 al mes. A esto se suma el trabajo ocasional de creación de infraestructura para diferentes escenarios teatrales o de filmación.
A inicios de la década del 2000, Antonio construyó una fiel réplica de un modelo de guitarra Paul Reed Smith (PRS)96, la cual envió al mismo fabricante en Estados Unidos para saber su opinión y recibió como respuesta felicitaciones por parte del mismo Smith y el regalo de algunos accesorios de guitarra de dicha marca. En una entrevista del 2010, en el diario El Comercio, Antonio narró esta anécdota al periodista Renato Cisneros, además le contó que el mismo Paul Reed Smith dijo que «Me la devolvía porque apreciaba mucho el valor del trabajo que había hecho».
Antonio cuenta que desde un principio ya estaba relacionado con músicos que vivían en zonas aledañas a la suya, como Zárate; por ello, las primeras guitarras que fabricó fueron para sus amigos más cercanos, y estos a su vez recomendaban su trabajo a otras personas. Con el tiempo ganó experiencia y empezó a trabajar por recomendación en la confección y el mantenimiento de instrumentos para artistas conocidos, siendo los más frecuentes: Gian Marco, Manuelcha Prado, Ramón Stagnaro y el grupo Leuzemia, entre los más importantes, pero también lo buscan Ernesto Hermosa, William Luna, Omar Rojas, Oscar Cavero, Lucho Quequezana y Óscar Huaranga.
4.2 FILOSOFÍA DE UN LUTHIER CON EXPERIENCIA
Para la construcción de sus guitarras —aunque ya no se dedica de lleno a elaborar guitarras eléctricas—, usa maderas como arce, ébano, pau ferro, cedro, entre otras, de origen africano, hindú, entre otros países, muchas de ellas adquiridas en el Perú; mientras que otras son importadas directamente por él desde Estados Unidos (mercado de maderas musicales por excelencia). Antonio es un experto de las maderas, por ello, conoce muy bien cada una de sus cualidades y efectos: la caoba la destina para las frecuencias graves; el arce y el ébano, en cambio, para sonoridades agudas. Cuando quiere que la guitarra genere un sonido con frecuencias medias, emplea nogal, pau ferro y el ébano. Por otro lado, usa el tilo para sonoridades agudas y medias, ideal para las guitarras tipo Ibanez9798. Pero si tiene que elaborar una guitarra preparada para un cliente en particular, podría usar fresno, caoba o aliso. «Cuando se construye una guitarra hay que tener en cuenta el tamaño de la persona, las características de los dedos, la fuerza que tienen en cuanto a la técnica y la mano con la que tocan la guitarra—zurdos o diestros—; según los gustos propios del cliente».
Huamaní afirma que en los bajos puede hacer uso de su capacidad de investigación musical, mientras que en las guitarras lo que más busca es que luzcan bien estéticamente. También reconoce que el manejo de una cuerda adecuada sirve para hacer más graves o agudos los instrumentos de cuerda, pero él los escoge con una destreza única seleccionando las cuerdas en función de cada modelo de guitarra y cada ejecutante.
Él es muy exigente consigo mismo para que sus trabajos sean de calidad y lo hace de manera detallada, minuciosa y con mucha pasión, dándoles un toque especial. Principalmente, se observa su calidad de técnico ebanista, que él considera necesaria y básica para cualquier luthier que se dedique a las cuerdas. También cepilla cuidadosamente y hace tareas de carpintería, considerando su temperamento artístico y musical, pues saber afinar, calibrar y, en general, conseguir un buen sonido; esto no lo hace cualquier carpintero.
Parece un maestro distinguido que ha pasado por grandes talleres y no es así. Su perspicacia, su profesionalismo de carpintero, sus ganas de hacer trabajos de calidad y su responsabilidad lo convierten en uno de los mejores fabricantes de instrumentos de cuerdas en el país. Aunque mantiene una relación cercana de amistad con otros luthiers, como los grandes maestros Patrick Godin (Guitarras Godin) y Abraham Falcón, su formación nunca termina, al contrario, él siempre está estudiando o explorando en las artes y ciencias relacionadas con la construcción de instrumentos de cuerda, la cual se entremezcla con cursos de electrónica, joyería, fibra de vidrio y otros.
Reconoce que desde la década de 1990 la globalización lo ayudó con la apertura de la información a través de internet, revistas importadas sobre ebanistería, carpintería artesanal y confección de instrumentos de cuerda e importación de accesorios para su trabajo. Antonio es un artista luthier reconocido en Argentina, Bolivia y, en general, en toda Sudamérica por los luthiers de cada país.
Nos cuenta que el maestro Abraham Falcón aportó en su formación como luthier en las guitarras acústicas desde su acercamiento en unos de los talleres que Falcón dictó en el Museo de la Nación, manteniendo desde ese entonces una firme amistad.
Antonio es amante de muchos géneros musicales, aunque para su trabajo los que lo buscan son principalmente los músicos del folclor y, en menor medida, los rockeros, ya que actualmente no hace frecuentemente guitarras eléctricas debido a la vigencia de las marcas mundialmente conocidas que son tan fáciles de conseguir por la globalización. Marcas como Fender99, Gibson100, Ibanez101, PRS, entre otras, que son usadas por guitarristas del medio, pero si se necesita de algún mantenimiento u otro tipo de servicio, es Huamaní quien se encarga de ello.
Antonio nos contó que siempre ha mantenido el deseo de hacer de la luthería un arte y una profesión reconocida en el Perú, ya que en los últimos años hay más músicos profesionales que vienen incorporándose al mercado musical y muchos de ellos no conocen donde pueden darle mantenimiento constante a sus instrumentos, comprar guitarras o charangos.
También afirmó que la fabricación y mantenimiento de instrumentos musicales se irá enriqueciendo a medida que el músico sea más exigente, considerando que los artistas con experiencia reclaman tres aspectos fundamentales: que el instrumento sea estéticamente bonito, que suene bien y, sobre todo, que afine.
Sueña con asistir al National Association of Music Merchants (NAMM), espectáculo en Anaheim, California, donde concurren los principales luthiers del mundo con sus instrumentos; él siente que tiene la condición y el nivel para estar ahí. Tiene claro que como fabricante artesanal de instrumentos y como peruano debe asistir, pues como nos comentó: «No hay un fabricante peruano presente en esta feria», como suele darse el caso con luthiers provenientes de Ecuador o Brasil. Sobre esto, él piensa que en el país, así como lo hacen artistas de cerámica, textilería y otros rubros, se debería privilegiar ferias de instrumentos musicales y la asistencia financiada a los certámenes mundiales por el Ministerio de Cultura.
4.3 HUAMANÍ GUITARS
Huamaní tiene su propia línea de guitarras registradas en Indecopi con las siglas HG (Huamaní Guitars). Cuenta con un stock de 10 a 13 guitarras, generalmente a manera de muestra, exposición y venta. Cada una tiene un costo mínimo de S/ 1.000, pero depende de lo que el músico quiera y exija en la confección del instrumento, como tipo madera, sonido, diseño y hasta uso que se le dará. Al mes puede vender hasta tres guitarras, ya que su principal ocupación es la de servicios relacionados con el mantenimiento, calibración, afinación, entre otros aspectos. En algunos casos, recibe pedidos de servicios como el de marquetería o incrustaciones que designa a un antiguo aprendiz de su taller, quien se encarga de insertar diversos motivos y diseños peruanos a los trabajos que realiza, como las líneas de Nasca o paisajes peruanos.
Dentro de su propia línea de guitarras ha desarrollado dos series: las guitarras HG Standard, modelo básico con cierto estilo coreano, y las HG Prestige, un modelo basado en ferretería alemana o norteamericana que incorpora hasta cuatro tipos de madera. La garantía de su trabajo se avala en la excelente mano de obra que hace a medida de cada músico, es en esto en lo que invierte la mayor parte de su tiempo102. Claramente, este trabajo se puede certificar con la opinión de grandes músicos; por ejemplo, la de Walter Peche, guitarrista de Leuzemia, quien en una entrevista al diario La República en el 2008103 comentó lo siguiente:
«Cuando empecé a hacer un disco experimental, buscaba una guitarra melodiosa, que emule la voz de una persona. Y es como si mi Huamaní cantara, es cómoda y resistente. En casi todos los conciertos que toco, encuentro una guitarra hecha por Antonio» (Peche 2008).
Asimismo, la dedicación y pasión que Antonio le pone a cada uno de sus productos, la calidad del sonido y materiales, la estética y personalidad que lleva cada uno de sus instrumentos han originado que forme parte importante de diversas convenciones internacionales de instrumentos musicales, como el Bass en Vivo104, realizado en el 2015, a finales del mes de agosto, en la ciudad de Lima. Para dicho evento, se solicitó gran parte del stock instrumental con el que Huamaní contaba en su local para que diferentes figuras musicales, como Noel Marambio105, Máximo Pecho, Fredy Gómez106 y Agustín Rojas107, quienes se encargaron de l...