Aprender música

¿Qué nos enseñan las neurociencias del aprendizaje musical?

Isabelle Peretz

• Editorial: Ma Non Troppo
• Año: 2019
• ISBN:
  9788499175669
• Categoría: Media & Performing Arts
• Categoría: Music Theory & Appreciation

¿Qué ventajas nos puede reportar el aprendizaje de la música? ¿Es preciso que el niño que quiere aprender a tocar un instrumento tenga oído musical? ¿Y si desafina? ¿Y qué hay del adulto que decide lanzarse a dicho aprendizaje, aunque sea tarde, cuando se jubila? ¿Podrá aprender a componer música? Según las últimas investigaciones, el alumno que dedica un tiempo a una actividad musical destaca en el ámbito escolar y es más altruista.Este libro, escrito por una reconocida especialista, describe con suma amenidad y de forma muy inteligible, la manera cómo la música y el cerebrohumano se hallan estrechamente vinculados.• ¿Es importante que el aprendizaje de la música sea obligatorio en la escuela?• ¿Es cierto que la música nos hace más inteligentes?• ¿Qué relación tienen el aprendizaje musical y las matemáticas?• ¿Existe un periodo crítico para el aprendizaje musical?• ¿Cualquiera puede ser músico?"Llama la atención en este libro de Peretz cómo destaca los últimos avancesen neurociencia en el ámbito de la música." France Culture"Se encuentra usted ante un libro apasionante. Lleno de conocimiento.Lleno de música." Del prefacio de Diego Calderón Garrido

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PISTAS PARA APRENDER MÚSICA

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Los conocimientos conseguidos en neurocognición de la música tienen unas repercusiones inmediatas. He aquí unas pistas.

• Si nos encontramos ante un niño corriente, como tantos, como el 95 % de la población, sabemos que aprovechará del todo cualquier forma de actividad musical que se le ofrezca desde su llegada al mundo. El niño nace con un cerebro preparado para responder a la música de su entorno y para asimilarla. Manifestará interés por la música en una época muy temprana. Además aprenderá enseguida, con actividades como cantar, moverse siguiendo el ritmo, afinará la motricidad y modelará mejor su cerebro. Desarrollará, además, el altruismo, el sentimiento de formar parte de un colectivo.
  Las ventajas de la música no las disfrutan únicamente los alumnos con más talento, que siguen de forma espontánea y voluntaria los cursos. Observamos, en efecto, en todos los niños, tomados al azar para seguir una formación musical, desde los seis meses, mejoras en el campo cognitivo, como la capacidad de concentración, y también en el campo social.
  No basta con que el niño escuche música, tiene que meterse en ella. La participación en este terreno será más precisa e inolvidable si sigue la guía de otra persona. Un ordenador u otro medio electrónico no ofrece las mismas ventajas. Un sinfín de investigaciones lo acreditan. Desde que nacen, los bebés sienten un gran interés por los demás. Y poseen, además, desde el primer día un cerebro prodigioso que aprende por medio de la exploración y la interacción con los demás.
  Ahora bien, ¿es cierto que el aprendizaje de la música aumenta el rendimiento escolar? La investigación se abona esta idea. Las funciones ejecutivas, como la atención, funcionan de la misma forma, ya se trate de lectura o de matemáticas, del aprendizaje de una lengua extranjera o del de la música. En esta, el niño desarrolla sus funciones ejecutivas: aprende a aprender. Sea como sea, no existe una investigación que demuestre que el aprendizaje musical perjudique el aprendizaje escolar.
  La música es una fuente de intenso placer para la mayoría de mortales. La música libera dopamina en el cerebro, la hormona básica para todo tipo de aprendizaje. Probablemente uno de los pilares de este es la investigación del placer asociado a la música. Al producir uno mismo el sonido deseado y al compartir sus efectos en grupo se valora de forma intrínseca el aprendizaje musical por el simple hecho de llevarlo a la práctica.
• Si nos encontramos ante un niño con dificultades de aprendizaje, por ejemplo, un autista, con la música podemos abrir un camino insospechado, una vía de entrada a una inteligencia encerrada en sí misma. Tal vez los efectos positivos se limiten al propio aprendizaje de la música, pero en realidad pueden llegar a ser espectaculares. Muchos niños autistas consiguen una capacidad musical muy superior a la que poseen en el plano intelectual y afectivo. Por el contrario, si el niño parece adolecer de un retraso en el aprendizaje limitado a un campo lectivo, si sufre, por ejemplo, dislexia, hay que tener en cuenta que la música de grupo, que exige precisión temporal y capacidad para escuchar al otro, parece un buen camino para la enseñanza de la lectura. El ritmo podría ser una de las bases de dicha capacidad, pues canaliza la atención del niño en los elementos sonoros importantes.
  Cuando las dificultades del niño se limitan al campo de la música habría que sondear su interés por ella. Dado que la amusia no es una limitación importante para el desarrollo cognitivo y afectivo del niño, no creemos que sea imprescindible detectarla desde el principio. Más bien creemos que sería un error excluir o eximir de toda actividad musical a los pequeños que parecen presentar un retraso respecto a los demás en las actividades musicales de grupo. Un despertar musical precoz, acompañado de un apoyo individualizado podría compensar esta vulnerabilidad neurogenética, incluso darle la vuelta y conseguir que el niño con amusia disfrute de las ventajas sociales de la música.
• Si nos encontramos ante un niño prodigio veremos que el entorno mostrará enseguida su interés por él y le proporcionará el marco óptimo para su desarrollo. Nuestras sociedades, tal vez por instinto, valoran mucho un don precoz, puesto que refleja un buen patrimonio genético. Sin embargo hay que estar atentos a que la música no se desarrolle en detrimento del avance afectivo y social.
• Si tenemos más de 20 años y queremos aprender música sabemos ya (o intuimos) que los efectos positivos de este aprendizaje superan de largo los inconvenientes que conlleva un inicio tardío. Aprender música cuando se tienen más de 70 años no solo es posible, sino también saludable. La actividad musical mejora la percepción de los sonidos en medio del ruido, mejora la atención y evita los estragos del aislamiento social. Aunque, por supuesto, al igual que en cualquier otra actividad, una persona de 70 años no podrá competir con los más jóvenes.
• Si somos músicos, la música ya nos ha transformado el cerebro. Una transformación que se lleva a cabo, que sepamos, sin daños colaterales. Todo lo contrario, el joven músico parece brillar en todas las esferas cognitivas que dependen de la atención, como las pruebas de inteligencia, la memoria y el aprendizaje escolar. Sabremos ya, o habremos confirmado, la intuición de que el sueño y el reparto cotidiano del trabajo son básicos para el domino de este arte. En cambio, tal vez nos sorprenda constatar que el ensayo continuo no es la mejor estrategia para el rendimiento. El problema estriba en que nuestra perspicacia (insight en inglés) respecto a los métodos y técnicas más eficaces es casi nula. Cada músico desarrolla sus propias técnicas o reproduce las que se le han transmitido, sin conocer muy bien su validez. En este sentido es indispensable la investigación sobre educación musical.
  En definitiva, es importante recordar que el oído absoluto no es un indicador de talento. El oído absoluto es más bien un indicador de conectividad anormal del cerebro. Contrariamente a todas las virtudes que se atribuyen al desarrollo del oído absoluto en el medio musical y en internet, donde se elogian distintos métodos para su desarrollo, el oído absoluto no sirve para mucho y es muy difícil desarrollarlo. En realidad, no es más que un indicador interesante para la investigación en neurogenética.
• Si somos profesores de música, el libro nos habrá informado, o ese era el objetivo de la autora, y sobre todo nos habrá llevado a la reflexión. Es importante estar bien informados para diferenciar lo verdadero de lo falso, lo conocido de lo desconocido hasta hoy.
  En general la labor docente que ejercen los profesores puede servir para afianzar la confianza de la persona en sus intuiciones musicales innatas y para agilizar su calibrado, su precisión por medio de la estimulación y la imitación. Existen, sin embargo, unos límites en cuanto a lo que el niño y el adulto pueden asimilar y expresar. En el plano cognitivo, la música que se les propone debe respetar las convenciones de su cultura y, por inferencia, de su cerebro.
  Como docentes, podemos implicarnos en los proyectos de investigación aplicada. Se impone la necesidad de realizar estudios. Por ejemplo, ¿es importante aprender a leer la música? ¿Es más eficaz el método Suzuki, que pone más el acento en la escucha que en el código escrito, que un método tradicional? ¿Es preferible enseñar a improvisar o a seguir un repertorio escrit...

Índice

• PREFACIO
• PRÓLOGO
• EL PLACER MUSICAL
• SOMOS MUSICALES DE NACIMIENTO
• LA MÚSICA AL SERVICIO DEL APRENDIZAJE DE OTRAS MATERIAS ESCOLARES
• LA PRÁCTICA DE LA MÚSICA MODELA EL CEREBRO
• ¿EXISTE UN PERIODO CRÍTICO PARA EL APRENDIZAJE DE LA MÚSICA?
• ¿TODOS IGUALES ANTE LA MÚSICA?
• EL TALENTO MUSICAL
• EL BAGAJE GENÉTICO
• LA CUESTIÓN DEL OÍDO ABSOLUTO
• LA AMUSIA CONGÉNITA
• CANTAR ES TAN NATURAL COMO HABLAR
• BAILAR ES TAMBIÉN EXPRESARSE MUSICALMENTE
• LA MÚSICA COMO TRAMPOLÍN SOCIAL
• EL APRENDIZAJE DE LA MÚSICA NO TIENE EDAD
• ¿CÓMO APRENDER?
• DEL LABORATORIO AL AULA
• PISTAS PARA APRENDER MÚSICA