Miradas y voces de maestros jubilados

Una investigación desde la narrativa

Víctor Amar Rodriguez

• Editorial: Ediciones Mágina
• Año: 2019
• ISBN:
  9788494396458
• Categoría: Pedagogía
• Categoría: Historia de la educación

La experiencia se atesora y no debe quedar olvidada en una gaveta. Máxime cuando esta experiencia es personal y profesional, como es el caso de un grupo de maestros y maestras de la provincia de Cádiz, que tienen a bien compartir con el lector sus narrativas de vida, simulando miradas y voces que en nuestro patrimonio sensitivo adoptan formas de un pasado que recuperamos para darlo a comprender.Un libro relevante que no quiere "morir" en el olvido, pues sus protagonistas son personas de la educación que, con mayor o menor grado de consciencia, impulsaron la renovación educativa de aquellos años del tardofranquismo o la transición democrática. Un texto de autoría compartida, escrito por profesorado de la Facultad de Educación de la Universidad de Cádiz, que se suma a un proyecto hilvanado en las acciones avaladas de la Universidad gaditana (Proyecto de Innovación y Mejora Docente), con el propósito de compartir y dar a comprender esa parte de la historia (de vida) que les pertenece y que generosamente nos brindan.Una manera de aprender de los maestros y maestras del pasado, de modo que las nuevas generaciones de profesionales también atesoren el cariz de implicación e ilusión personal que estas narraciones nos ofrecen.

Trazos de vida de una mujer que se atrevió a pensar

Cándido Gutiérrez Nieto

Grupo de Investigación HUM 936
Universidad de Cádiz

[[email protected]]

Introducción

Esta es una historia de vida. ¿Una más? Imposible. Primero porque ninguna puede ser una más, siempre se trata de un cúmulo de experiencias que recogen lo esencial de lo vivido y proyectado por una persona y esto siempre es algo único. Pero, en este caso, esta historia es una suma de testimonios que dejan duraderas huellas, incontestables y verdaderas. Desde los comienzos a la totalidad de su alegato observamos que han sido las metas lejanas las que han modelado su capacidad de esfuerzo y acción desde una axiología personal que siempre ha sido referente de su forma de ser y su deber ser. «El carácter es el resultado de nuestra conducta», proclamó Aristóteles. Un testimonio de naturaleza social, cultural, histórica y sobre todo educativa, autoeducativa en la más pura acepción latina del educare.15 Mirando la acción se descubre el pensamiento y su profundidad. Su secreto es la travesía de una vida que se orienta palpando inquietudes y anhelos, «trenzando brumas. ¿Su destino? Su trayecto»16, el de esta navegación extraordinaria en una historia que ahora comenzamos y tiene por prólogo referirse a quienes le dieron la vida y las esencias del destino: «Gracias a mi madre por ponérmelo difícil al principio, así fortaleció mi voluntad, y por ocuparse tanto tiempo de mis hijos, así facilitó mi vocación. Gracias a mi padre por su incondicional apoyo siempre.»

Ayudas indispensables: mujeres que ayudan a mujeres

El relato que recogemos es un viaje por lo mejor de una vida desplegada en su lucha por reconocer sus raíces y darse alas. Desde su perfil de mujer gallega afincada en Andalucía, casi desde que comenzó su vida profesional, siempre apela a sus fuertes raíces que permanecen y le acercan a sus ancestros. «[…] Miña terra, miña terra, terra donde me eu criei, hortiña que quero tanto…»17 «Porque cada vez me tiran más las raíces que me atan a la tierra, a la naturaleza tal como se vive en el mundo rural del que procedían todos mis abuelos, todos gallegos.»

Su testimonio lo asemejamos, con simbolismo, a la presencia de esos castaños fuertes, o los pinos mansos gallegos, que resisten en lo alto de la colina el paso del tiempo y las estaciones dando siempre frutos otoñales. Árboles míticos, abiertos al espacio, anclados a la tierra que le dio la vida mirando al cielo; dejando volar sus hojas al viento y permitiendo que muchas aves inquietas y mensajeras, después de anidar en ellos, vuelen lejos. Y siempre hubo mujeres determinantes, mujeres que ayudan a mujeres.

Al hacer memoria, la frase que me sirve para evocarla sería: la mejor educación que se puede dar a un hijo o una hija es la que proporciona raíces y alas. Las alas son las que me hacían soñar con otras tierras, las que se escondían en los libros y en las películas. Las alas que a los 30 años me trajeron a vivir frente al mar, las que me dio mi testarudez, decía mi madre, y el empujón de mi maestra: esta niña no sirve para nada más que para estudiar. Así de rotunda fue Dña. Carmen al dirigirse a mis padres.

Infancia ya lejana, en una sociedad y educación cargada de constantes de otros días. Como expresa Ballarín, P. (2005),18 constantes que sumergían a las jóvenes a un personal «laberinto de cristal» mediante la influencia moral e ideológica que se traducía en: «Obedecer, coser y callar».

La anécdota, me la repetía mi madre cada vez que quería poner de manifiesto mi relativo desinterés por las cosas de tu casa y con una segunda intención: desde pequeña te negaste a hacer lo que debías y te empeñaste en hacer lo que querías. Lo que debía era lo que las niñas tenían que aprender, todo lo que necesitan para llevar una casa y después, a esperar.

Sus primeros años se desarrollan en un contexto sociocultural en que coexistían de un lado la segregación horizontal y de otro la vertical.19 «El problema, como siempre en los duros años de la posguerra, era económico e ideológico: un sueldo pequeño y dos hijos, uno varón y por tanto llamado a estudiar; además había que estudiar fuera, en la capital de provincia, interna en algún colegio o externa en una pensión.»

Un contexto que, en palabras de González (1985)20 estuvo marcado por la persecución salvaje de los idiomas (desde los años cuarenta «la cultura gallega enmudeció»). Una cultura cuya máxima expresión, la lengua, apenas podían practicarla los gallegos exiliados y emigrantes y, en el interior del país, quedaba reducida al ámbito privado y familiar. Allí, en mi inicial desorientación, otra mujer, en este caso monja, se encargó de darme ese impulso que cada niña o niño necesita para adquirir una mínima seguridad frente al mundo, siempre hablando castellano y nunca el gallego, «la lengua de la familia». Una cultura oficializada y artificial, cargada de clichés estandarizados que retenían a la sociedad, particularmente a las mujeres, atada a lastres del pasado. «Un mundo irrespirable» con limitaciones de las oportunidades estudiantiles («¡además, de pago!») como la prohibición de la escolarización mixta (gráficamente expresada en el refrán popular «entre el santo y la santa, paredes a cal y canto») o la existencia de un sistema educativo de doble vía.

A pesar de todo, fueron años en los que ya despliega, como norma vital, la potencialidad de su inteligencia y sus fuertes convicciones que hoy observamos cargadas de contemporaneidad. Demostrando tener recursos propios producto de su avidez e inquietud mentalmente especulativa, que pone a prueba cuando le surge la oportunidad de explorar otros mundos casi oníricos, como le ocurrió con el cine, que «resultó ser su camino de salvación». Una forma alternativa de comunicación y evasión que le proporciona espacios de búsqueda de nuevos horizontes. ¿Por qué razón las monjas nos llevaron a algunas externas a ver una película y por qué esa en concreto? […] No lo recuerdo, pero no he olvidado nunca el título Operación Cicerón. Cinco dedos, que dirigió J. Mankiewikz en 1952.

Aquella experiencia fue una oportunidad; el comienzo de su progresión académica y de visibilidad cada día más efectiva y diferenciada. «Después del visionado se nos pidió un resumen y ese fue mi trampolín hacia el examen libre que pude hacer en septiembre de 1957, de Ingreso y Primero. Y de repente me convertí en alguien. Pero ¡ay! también pasé a ser alguien continuamente observada, vigilada…» Situación que cambia levemente en el bachillerato, que entonces se comenzaba a la edad de diez años. «En el instituto no había que pagar ni siquiera por el “desgaste de escaleras” ni para “regalar una nueva casulla al “padre” el día de san José.»

Buscar caminos: entre el deber y el querer

A partir del cambio ministerial de 1957 hubo leves síntomas de más libertad, o así creyó percibirlos. Eran los años del poder emergente de distintos grupos económicos, sociales, políticos e incluso educativos, liderados por el Opus Dei. En ellos, nuestra protagonista se observa envuelta en este imbricado sistema en la balanza entre los deseos y la realidad.

La vida en Santiago, después del PREU –qué gran invento– fue toda una revelación, un mundo nuevo. ¡Primeros contactos con «amistades peligrosas»! Unas solo hablaban del partido galleguista, aunque reconocían o presumían de no saber hablar gallego (no eran pueblo, eran burguesía), otras te invitaban a las conferencias que daban algunos profes en el Opus Dei; y todas juntas, compartiendo habitación, estudiando, saliendo por las rúas.

Testimonio con el que nos atrevemos a deducir que, en el devenir de su proyecto personal, ya trataba de encontrar el sentido de la justicia consigo misma a través del ejercicio de «su» libertad. En aquella época de limitaciones, frente a la libertad negativa entendida como dependencia con derechos, externos y oficializados, a ejercer la interferencia, ya existía otra libertad entendida como autonomía que envolvía a su persona llamándola a ser la dueña de su destino «la que escribe su propia novela».21 Libertad que desde entonces entendió que alcanzaría tejiéndola por la vía del deseo de aprender con avidez, ser educadora y volar muy lejo...

Índice

• Cover
• Portada
• Créditos
• Prólogo
• Introducción
• Trazos de un maestro: don Daniel
• La maestra «muchachita»
• Trazos de vida de una mujer que se atrevió a pensar
• Camino por la escuela: la historia de una maestro de Cádiz
• Repensando la educación desde la ensoñación literaria del maestro
• Historias de vida: la profesión de enseñar a profesores
• Recordar y compartir las vivencias escolares lectoras desde la voz del docente jubilado: una historia de vida
• Las competencias emocionales en la escuela a través de dos historias de vida
• El valor del saber, producto de la experiencia
• La eterna juventud
• Sobre los autores