Queen & Freddie Mercury
José Luis Martín
Contenido
Introducción
1. Miembros de Queen
Freddie Mercury
Brian May
Roger Taylor
John Deacon
2. Historia de Queen
3. Discografía oficial
4. Proyectos individuales
5. Filmografía recomendada de Queen
6. Conciertos memorables
7. Anexos
Sustituir a Mercury
We Will Rock You. El musical
Mercury Phoenix Trust
2017. El año de Bohemian Rhapsody
El revival interminable. Bandas tributo
Bibliografía
Playlist
Introducción
La importancia del universo Queen
La primera vez que tuve conciencia de que estaba escuchando a Queen tenía dieciséis años y estaba en una desaparecida tienda de discos de L’Hospitalet, Barcelona, llamada Discomanía, donde iba a pasar los ratos libres del instituto viendo carátulas, leyendo los créditos y sin comprar nada. El encargado era lo más parecido al Profesor Bacterio de Mortadelo y Filemón y se lo tomaba como una adopción filantrópica digna de una ONG, «Capullos sin fronteras». Allí escuchaba Pink Floyd, Led Zeppelin, Deep Purple, Supertramp, Motörhead, Thin Lizzy y muchos más, prefabricando un background mental que me ayudaría a componer mi discografía cuando tuviera pudientes.
Allí estaba con algún descerebrado más, cuando sonó algo que parecía la banda sonora de una película de Fu Manchú, un gong anunciando una melodía oriental que se iba desvaneciendo para ¡¡boom!! un riff de guitarra demoledor y una prodigiosa voz que provocó que mi imberbe testosterona hiciera de las suyas. Salí escopeteado hacia la mesa del encargado, que al verme llegar desencajado sonrió, me impidió hablar con un gesto y señaló su oreja para que escuchara. Fueron los tres minutos más largos de mi pubertad, escuchando con algo más que el bello de punta y sin poder soltar algún improperio digno de mi insolente ignorancia como: «¿qué cojones es esto?». Igual que el maestro Kwai Chang hacía con El Pequeño Saltamontes en la serie Kung Fu, me dijo suavemente: «Tie Your Mother Down... Queen».
Hice novillos porque puso todos los discos de Queen (hasta Jazz), tras la audición reveladora. El Dr. Bacterio me aseveró en sentencia incuestionable: «Tu eres de Brian May», porque mis temas favoritos eran «Keep Your Self Alive», «Brighton Rock», «Now I’m Here», «We Will Rock You» y la parte rockera de «Bohemian Rhapsody».
Me convertí en un obsesionado fan de Queen, hasta el punto que cuando me pude comprar un tocadiscos decente, mi primera adquisición fue The Game, siendo el único álbum que he comprado en vinilo, cassette y CD.
Pero Queen, como podréis comprobar en el libro, despierta sensaciones viscerales contradictorias; les puedes amar u odiar, que es lo que sucedió con el álbum Hot Space; dejé de ser un fan reconociendo que habían sido grandes en otra época. Ni siquiera presté atención a los demás trabajos, más allá del interés profesional, pues estaba sumergido en el ultramundo de la radio musical no comercial.
La actuación del Live Aid, que disfruté por televisión y en una cassette grabada del concierto –hasta que un reproductor traidor de un Talbot Horizon se la comió–, me reconcilió con la banda, y pude disfrutar más de lo que recuerdo de la gira de A Kind Og Magic en el Mini Estadi del FC Barcelona. También he de reconocer que se me escaparon unas lágrimas cuando me enteré de la muerte de Freddie Mercury. Más que por ser una muerte por sida, que a todos nos tenía aterrorizados durante aquellos años, porque llegué a la conclusión de que había formado parte de mi vida de una forma importante.
Queen pasó a ser parte de mi background como una de las bandas que me habían ayudado a crecer, pero he aquí, que mi hija Sara descubrió por su madre «Bohemian Rhapsody» y como digo en varias ocasiones en el libro, se cerró el círculo.
Sara nació cinco años después de que Freddie Mercury falleciera y lo conocería en el mejor de los casos cuando habían pasado diecisiete años desde Innuendo, pero pasó a ser su inspiración, su estrella polar y una de las personas que más han influido en su vida. No me preguntéis el porqué, lo desconozco y escaparía incluso a las tesis de astrofísica de Brian May. Es algo mucho más grande que la sentencia de Freddie Mercury «la muerte vende más», no es negocio, es mágico, una conjugación de astros intergeneracional.
Mercury provoca un revival constante en la memoria de la gente que lo escucha y desde el momento que te atrapa, puedes escapar, pero tarde o temprano vuelves a caer en su red.
Me pasó al redescubrir los mismos discos que me habían marcado, pero ahora para influir en una generación que hablaba un lenguaje diferente, a años luz del nuestro, y para quienes posiblemente sea la música el mejor vehículo de cohesión y entendimiento mutuo. Discos, singles, entradas de concierto, vídeos, libros, la nueva generación post Mercury lo devora todo, lo asimila a su manera y lo externaliza como sabe, con su lenguaje, su idiosincrasia, su cultura, sus tatuajes y su entendimiento.
Eso es lo que vais a encontrar en este libro, el entusiasmo adolescente de quien descubrió a Queen cuando el mundo era casi todo en blanco y negro, el desengaño, la infidelidad, la frialdad del distanciamiento y el reencuentro con tu propia historia a través de los ojos de una nueva generación.
Ese es el mejor legado de Queen: su música, su historia, sus victorias y sus derrotas han traspasado el ámbito generacional. Cuando el pasado 22 de mayo del 2016 asistí con mi hija al concierto de Queen + Adam Lambert en el Palau Sant Jordi de Barcelona, comprendí qué es Queen. Se trata de una comunión intergeneracional a través de la música; abuelos, padres, hijos y nietos en perfecta sintonía, varias generaciones visualizando lo que un astrofísico, un dentista, un técnico electrónico y un diseñador pretendían: ¡conquistar el mundo y conquistarlo ya!
Tardé cuarenta años en entender qué significaba Queen y sobre todo Freddie Mercury, pero al final creo que lo asimilé, y me apoyo en unas palabras de Brian May para explicarlo: «Vivió la vida al máximo. Devoró la vida. Celebró cada minuto. Y, como un gran cometa, dejó un rastro luminoso que brillará para muchas generaciones venideras».
1. MIEMBROS DE QUEEN
FREDDIE MERCURY
Nacido para brillar
Todo lo que se pueda escribir sobre Freddie Mercury se queda corto para reflejar lo que significó para Queen, la música y el espectáculo en general. Se trata sin duda alguna de una de las figuras más importantes del mundo de la música del pasado siglo, un personaje carismático capaz de iluminar con su personalidad el universo musical, encandilar a millones de fans y ganarse el respeto de la gran mayoría de compañeros de profesión.
Su trágica desaparición, siendo la primera gran celebridad de la música que fallecía a consecuencia del sida, no hizo otra cosa que encumbrar su figura hasta lo más alto, traspasando las barreras de lo estrictamente musical.
Recordemos que Rock Hudson fue el primer famoso en reconocer estar afectado por el virus VIH, falleciendo el 2 de octubre de 1985, casi seis años antes que Mercury.
Freddie Mercury se convirtió en un icono de la lucha contra el sida, ayudado por el apoyo incondicional de sus compañeros de banda y la liturgia que se creó en torno a su figura una vez fallecido. Era una época donde el sida todavía se veía como una maldición, un castigo divino, una plaga que solo castigaba a quien lo merecía y los infectados eran apestados, expulsados y excluidos de cualquier actividad social; pero todo comenzó a cambiar cuando Freddie Mercury en rueda de prensa declaró su enfermedad.
«He procurado mantener oculta esta situación para proteger mi vida privada y la de quienes me rodean, pero ha llegado el momento de que mis amigos y fans de todo el mundo conozcan la verdad, y espero que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos cuantos luchan por combatir esta terrible enfermedad, para luchar contra ella...».
¿Dónde está Zanzíbar?
Farrokh Bulsara, más conocido como Freddie Mercury, nació en el Shangani Govt. Hospital de Stone Town, Zanzíbar, el 5 de septiembre de 1946. Zanzíbar era un protectorado británico que se integró en Tanzania el año 1964 al unirse a Tanganica.
Sus padres Bomi (1908-2003) y Jer Bulsara (16 de octubre de 1922-13 de noviembre de 2016), eran miembros de la comunidad parsi en la región de Gujarat, perteneciente a la presidencia de Bombai, en la India Británica. El padre de Mercury, Bomi Bulsara, trabajaba para el gobierno británico como cajero de la Secretaria de Estado de las Colonias, tuvo que trasladarse a Zanzíbar para ingresar en la Oficina Colonial Británica como Tesorero del Tribunal Supremo (Korti Kuu). Zanzíbar fue donde asentó a su familia y nacieron Farrokh y su hermana pequeña Kashmira Cooke Bulsara.
Los Bulsara practicaban la religión zoroástrica, siendo su madre una persona muy respetada en dicha comunidad. El zoroastrismo, que recibe el nombre de su fundador y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra), reconoce como divinidad a Ahura Mazda, considerado el único creador de todo.
Los pequeños Bulsara comenzaron sus estudios en un colegio de misioneros en Zanzíbar, pero su familia se sentía muy orgullosa de su descendencia persa y siguieron practicando el zoroastrismo.
Buscando su camino
Mercury comenzó a tomar clases de piano a los 7 años, alentado por su madre que veía en el niño actitudes especiales para las artes. En febrero de 1954, con 8 años, lo trasladaron con su abuela y su tía Sheroo Khory a estudiar al St. Peter's School, un internado de estilo británico para niños en Pachgani, cerca de Bombay, en la India. Aquí fue donde empezó a ser más conocido como Freddie, sobrenombre que adoptó definitivamente desterrando el de Farrokh, incluso con su familia. El joven Bulsara era un gran aficionado al deporte y en concreto al boxeo, disciplina que comenzó a practicar de forma muy seria en el St. Peter’s, hasta el punto de entrar en el equipo de la escuela y ganar numerosos combates en su primera temporada. No obstante la insistencia de Jer, su madre, le hizo recapacitar y abandonar un deporte que a su progenitora le parecía muy violento, cambiando los guantes por las raquetas de ping-pong, que tampoco se le daban mal, llegando a ser campeón escolar de esta disciplina.
Freddie Mercury ha sido una de las figuras más importantes del mundo de la música del pasado siglo.
Jer Bulsara, su madre, siempre ejerció una gran influencia sobre su hijo Farrokh, siendo una de las personas más importantes de su vida. Jer, siempre pensó que su hijo tenía actitudes artísticas y no cesó en su empeño de moldearle para que su camino fuera por esos derroteros. Los estudios de piano eran muy importantes para ella y convenció al pequeño Bulsara para que se apuntara a clases de interpretación y danza, algo que dejaría marcado a Freddie y le trasformaría la vida.
El talento musical de Mercury llamó la atención del decano, que convenció a sus padres para que le pagaran clases adicionales de música, llegando a alcanzar el cuarto grado de piano. Durante la permanencia en esa institución Freddie montó su primer grupo musical, The Hectics, banda que actuaba solamente en fiestas y cumpleaños escolares y que interpretaba canciones de Cliff Richards y Lit...