Pecados y Crónicas
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Pecados y Crónicas

  1. 100 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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Pecados y Crónicas

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Índice
Citas

Información del libro

Lucas Mackwelly es un joven que perdió sus recuerdos debido a un accidente. Al despertar en un hospital, sueña con una joven llamada Coarten, que le ayuda a buscar su pasado y a saber quién es realmente. Sin embargo, extraños acontecimientos le hacen no querer recordar su verdadera identidad.

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Información

Editorial
Tregolam
Año
2018
ISBN
9788417564179
Edición
1
Categoría
Literatura
Categoría
Clásicos
CAPÍTULO ٢
Raíces rojas


Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace,
es el orgullo que le proporciona hacerlas.
Oscar Wilde


Bienvenido a la tierra

Me levanté con un olor fuerte a cloro y a sábanas nuevas, me dolía demasiado la cabeza. Poco a poco fui reconociendo el lugar donde me encontraba; al parecer, era un hospital muy lujoso. No recordaba nada y al intentarlo me daba una fuerte jaqueca; sin embargo, enfrente de la cama había un espejo. Noté que mi cuerpo estaba vendado, sobresalía de mi pecho una cicatriz de garras, no podía comprender la situación. Al pie de la cama se encontraba una enfermera, intenté saludarla pero no tenía la suficiente fuerza para levantarme.
—Buenas tardes, señor ¿se encuentra bien?
La miré un poco confundido. Después de todo, ¿es normal levantarse en un hospital? Quería saber el motivo por el que estaba aquí.
—No haga mucho esfuerzo, señor. Ha estado en coma durante una semana, creíamos que ya no se iba a levantar.
Aún era un poco torpe con mi cuerpo, mi mente estaba lúcida pero las palabras no me salían como yo esperaba; creí que necesitaría un poco de terapia.
—¿Quién… me… tra… jo?
—Creo que era un amigo suyo, nos recomendó tratarlo de la mejor manera, como si fuera un príncipe. Además, no se preocupe por los gastos que él ya pagó por adelantado.
Solo me quedó hacerle una mueca, no podía modular una sonrisa. Tomó bastante tiempo en recuperarme. A decir verdad, pasé internado unos cuatro meses para poder recuperar toda mi movilidad. Las noches me tranquilizaban. Sin embargo, en el tiempo que estuve aquí, veía el mismo sueño. Una joven hermosa de cabello rojizo y largo con hermosa sonrisa y pálida piel que corría descalza en un campo de flores. Siempre que la alcanzaba, el cielo se volvía oscuro y ella me miraba preocupada. «¡Ayúdame! No puedo soportar esta situación».
El sueño era siempre el mismo. Flores rojas y amarillas. Esa mujer de color pálido y de ojos negros corriendo, siempre intentaba alcanzarla. No podía resistir esta situación, ya quería irme de este hospital. Un día antes de que me dieran el alta, la mujer dijo algo diferente: «Mucho gusto, soy Coarten White Moore. Debes encontrarme pronto. Estoy en Inglaterra, en un apartamento pequeño en la ciudad de Brighton. Cuando me veas, dime que eres el que pone luz a la oscuridad, así entenderé que eres tú».
Me levanté de inmediato, ya sabía lo que tenía que hacer. Al recuperarme del todo, me despedí de los encargados de mi cuidado y puse mi plan en marcha. Sin embargo, en mi cabeza rondaba la idea de cómo podía empezar mi búsqueda, pero mi amigo anónimo me había hecho el favor de dejarme plata y un conjunto de ropa adecuado para esta situación.
El clima era lluvioso y los rayos hacían su espectáculo, veía muchas personas pasando con sus paraguas de diferentes colores y algunos ciudadanos escampaban bajo techo. Al viajar de noche, cuentan viajeros experimentados que ven grandes guardianes protegiéndolos como si fueran un gran tesoro. Sin embargo, ese viaje era algo especial. Estaban demasiado cerca, como si pudieran distinguir los rasgos de manera más detallada. Las personas que me acompañaban parecían fantasmas, sus rostros no parecían tener forma alguna, ni siquiera se habitaba el deseo de recordarla por su carencia de sentimientos. Mi vuelo tenía una escala en Francia. Es increíble la cantidad de gente que en la madrugada mira la forma de fumar a las fueras del aeropuerto y su concentración, es como si fueran uno con el cigarro. Se preguntarán por qué en el año en que me encuentro decido mejor viajar en avión que la trasportación. Verán, prefiero ir mirando el viaje que simplemente llegar.
11 de octubre de 2013. El clima es un poco tóxico y la población se ha ido disminuyendo con rapidez. Ha habido casos frecuentes de personas infectadas por una rara enfermedad que puede causar caídas de extremidades superiores y ceguera permanente. Al momento no hay cura; sin embargo, es sabido que es trasmitida por el contacto de sangre por personas que estén expuestas a la radiación de manera prominente.
En la cafetería Kaffeine, en la 66 Great Titchfield St, London W1W 7QJ, se encuentra la joven Coarten, esbelta y agraciada, de 23 años. Está bebiendo un mocaccino con amaretto, plácidamente charlando con mujer mayor que ella (aproximadamente de unos 28 años). La otra mujer bebe un café espresso. No quería continuar viéndola desde la ventana. Entré en el establecimiento y procedí a sentarme en una mesa conjunta a la de ella. Una hermosa camarera me atendió y le pedí un café americano mientras la esperaba. No podía dejar de mirarla, era exactamente la que había visto en mis sueños; con la única diferencia que aquí tenía su cabello recogido.
Salieron del lugar pasadas las doce del mediodía. Iban distraídas. Asimismo, el chofer del carro iba a máxima velocidad. Al parecer, estaba d...

Índice

  1. DEDICATORIA
  2. IRA
  3. CAPÍTULO ١
  4. CAPÍTULO ٢
  5. Soberbia
  6. CAPÍTULO ٣
  7. CAPÍTULO ٤
  8. Envidia
  9. CAPÍTULO ٥